domingo, 30 de septiembre de 2012

La biblia de Lucifer: Saulo de Tarso

Saulo de Tarso, en Cilicia, Turquía. Judío de la dispersión, de la tribu de Benjamín. Fariseo en cuanto al fanatismo de la ley, perseguidor de los seguidores del Mesías en cuanto al celo, irreprensible en cuanto al cumplimiento de la ley, en excelencia estimado por Dios en cuanto al amor de su ungido.
Agujeros en la ley
1. He revisado con detalle toda profecía con que los profetas han hablado de parte tuya, he escudriñado con diligencia cada letra en la ley, he vigilado cada palabra de tu libro sin escapárseme ninguna, de modo que la examiné de principio a fin, y en ningún lugar de la largura del rollo, ni en lo que se habla por la tradición de padres a hijos, se menciona algo de Pablo.
2. Es algo totalmente nuevo, recién se te ocurrió, no estuvo planificado, no enviaste por él a mensajero ni ángel del cielo, pues en persona fuiste a llamarle, cuando habías dicho que no te verían más hasta el final de los tiempos, y no sé si faltaste a tu palabra o si encontraste algún agujero en la ley, pues resultó que le visitaste, y no fue en visión como pensaron muchos, pues he aquí que he descubierto tu ardid, algo antinatural, fuera de lo común, algo espectacular, de gran maravilla.
3. Ya que tu palabra no puede ser quebrantada ni por ti mismo, pues tu palabra dijo que desde tu partida no volverías hasta la consumación de los tiempos, en tu ingenio creativo propusiste solución, a Pablo que es el más pequeño de tus escogidos elegiste por luz para los paganos así como a Pedro luz para los Judíos, por ello tomaste a Pablo en torbellino de luz camino a Damasco, cuando se proponía exterminar a tus seguidores. Y le alzaste al cielo, aun sus ojos vieron inclusive el tercer cielo, donde sus ojos se turbaron de tanta luz y quedó por tres días completamente ciego.
4. Y le diste de tu espíritu y de tu luz, y fundiste en él tanto el primer como el segundo Pacto, de modo que la ley completa la comprendió, vio el cielo, y le hiciste maestro de la ley, y se llenó de amor por ella, por ti y por lo que vio, pues de oídos te conocía, mas ahora sus ojos te han visto.
5. Como a Moisés le perdonaste sus faltas, así perdonaste a Saulo, porque sabías que era asesino, y entre el uno y el otro, Pablo fue peor, porque consintió en la muerte de tu siervo Esteban, tu santo profeta, el que tenía rostro como de ángel, pues era un ángel. Y Pablo se quedó con las ropas del cadáver, pues es la tradición que los asesinos del “transgresor” se repartieran sus ropas. Y persiguió a los seguidores del cordero, aun el Concilio le dio autorización y poder en cartas, para encarcelar y matar. Pues aunque fariseo celoso e instruido en la ley, Pablo estaba ciego y tropezando con la misma roca en la que todos tropiezan, pues la ley tiene el propósito de condenar, de hacerlos a todos culpables.
6. Y se presentó ante gobernantes y reyes, aun obró algunos de tus milagros que le diste hacer, pues se asió de tu promesa, se afirmó en tu palabra y creyó en ti. Y sorpresa he tenido, aquí ocurre algo que es un imprevisto, no le vi venir, porque si no se hubiese hecho transgresor de la ley antes del llamado, he aquí hubieres hallado a uno completamente limpio en cuanto a la ley, y en cuanto al corazón.
7. Pero un enviado de mi parte le mantiene siempre en el error, le insta a pensar el mal, en su carne está el deseo vehemente, y en su corazón, esto en su mente, él sabe que te ha fallado. Porque como espina le envié a uno de mis servidores, que le atormenta día a día, pero él es fuerte pues se afirma de la roca sin caer, y para no ceder ante mi tentación se ha hecho eunuco por promesa, de modo que la perversidad de sus pensamientos solo se oculta en su corazón, y de su mente no saldrá a la luz, no soltará de su espíritu ese error para contaminar su carne.
8. Así que has tenido tamaña victoria, pues ha llevado de a pie tu mensaje a cada rincón de la tierra conocida, y con los milagros que le permitiste hacer ha confirmado la palabra, y transfiere de su espíritu, el que le diste, por imposición de manos y aun autoridad sobre todos los bautizados, poca a los por agua y ferviente en los por fuego.
9. Y Pablo cruzó mar y tierra para dar tu mensaje, pues te obedeció, te amó, te conoció y no hay otro como lo es él, ni lo habrá, pues ahora estoy despierto y vigilante, sobre una atalaya, con los ojos abiertos, Pablo es algo que no volverá a ocurrir, pues la Atalaya me sirve para vigilar a los que has escogido, y los confundirá, de modo que ninguno se acerque a ti tan excesivamente otra vez.
10. Pues otro como Pablo y tendré enjambre de problemas, porque mi dominio sobre los hombres que pisan la tierra depende de que sigan ciegos, y Pablo a muchos despertó, pues me quitó la presa de la boca y arrebató a mis víctimas del mismo fuego, pero ahora pondré la torre de vigilancia para que no se acerquen demasiado a ti. Y créeme, antes de Pablo estaba la balanza a mi favor, bien lo sabes, pero tu ingenio e inteligencia, sumados a la fe que tienes en los hombres, la ha puesto de momento a tu favor. Tendré de ahora en adelante cautela, enorme torre levantaré para vigilar, si es posible toda la tierra miraré desde aquí, y seré sencillo como paloma, pero prudente como la serpiente, y a la hora de actuar no vacilaré, no me has de tomar por sorpresa otra vez.
11. Sin Pablo tu autoridad sobre mis demonios, la que le diste a los hombres por medio de él, se hubiese ya desvanecido. Y ahora están cautivos en el abismo todos los demonios de tercer rango, todos están presos, y los de segundo rango están ocupados luchando contra Miguel, que es arcángel fuerte, no hay otro como él.
12. Y hemos tenido que salir nosotros a rondar la tierra, para confundirla, pues estaba de todas formas así planeado, no nos vas a derrotar sin pelear, pues esto es rebelión, que si nos ganas no te la habremos dejado fácil, pues la sangre que brota lejos al arrancarle las alas a alguno de tus soldados, es premio suficiente para nuestros ojos.
13. Si nace otro como Pablo ha de morir. Porque te lo juro me alegré cuando partieron de tu presencia los ángeles tras Pablo, cuando le
afirmaron de los brazos con sus manos y en torbellino de luz le subieron al cielo, te juro pensé que era para que tú mismo de un martillazo le rompieras la cabeza, mas se oyeron las palabras de Esteban tu ángel como si fueran un eco debajo del altar : “No les imputes esta falta, no se la tomes en cuenta”, luego de unos segundos se escuchó el último eco, el gemido de cuando expiró.
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La Ecclesia
Una hermosa utopía que se convirtió en algo peor que el infierno, mismo del que prometía alejar a quienes creían en ella.
Desde el Imperio de Zeus hasta el Imperio de Helios
1. Padre, si quieres, pasa de mí esta copa que es amarga, pero no se haga como yo quiero, si no como tú quieres.
2. Padre, si quieres, pasa de mí esta copa que es amarga, pero no se haga como yo quiero, si no como tú quieres.
3. Padre, si quieres, pasa de mí esta copa que es amarga, pero no se haga como yo quiero, si no como tú quieres.
4. Con estas palabras te condenaste en el error, te hiciste error por ellas y con ellas reconciliaste a los hombres con Dios, porque tú siendo en cuerpo de hombre comprendiste la imposibilidad de vivir en la ley, pues tu carne deseó hacer una voluntad distinta a la tuya, mas tu espíritu buscó hacer la voluntad del creador, porque a la verdad el espíritu está dispuesto pero la carne es débil.
5. Y por débil y por desobediente, si no fue por acto fue por omisión, y solicitud, castigaste a tu escogido, al Mesías, y quisiste quebrantarle aun más, con vara en manos de hombres le golpeaste su cabeza y con cuarenta menos un azotes le flagelaste su cuerpo, enviaste a que con lanza le traspasaran su piel y que le horadaran manos y pies. Luego de pasar larga noche hasta la tarde sin dormir, no hubo en sus ojos descanso, varón de dolores le hiciste aquella noche, pues comenzó a derramar su sangre en agonía como si fuera sudor cuando no revocaste de sobre él tu palabra de castigo, por cuanto dudó una vez y hasta una tercera de su destino final, del mandato que le impusiste. Por eso le despreciaste como a un gusano, oprobio, y ocultaste del él tu rostro y tus ojos no le miraron, por que son tan puros que no toleran ver la suciedad, porque la paga por la mancha es la muerte, y la que le diste fue muerte de cruz. Volviste de él tu rostro, le abandonaste.
6. Y le miré bajando a los abismos, a lo más bajo de la tierra, vino a llevarse cautivos a muchos que estaban bajo mi dominio, y a robarme parte del gran tesoro, el que escondo desde el inicio de mi creación. Al tercer día resucitó. Pues he aquí que en la noche del jueves desobedeció y quedó destituido de la gloria de Dios, por tanto muerto en vida yo le era su señor, y en el día viernes recibí su cuerpo, pero el sábado se escapó, puesto que estaba escrito que de mí no vería su cuerpo corrupción, y el día del sol se levantó por su propia fuerza, no la de Dios, porque él dio su vida a cambio de la de muchos, y a su muerte hubo gran resurrección de sus santos alrededor de Jerusalén, de manera temporal abandonaron sus sepulcros, porque en él estaba la vida, y la vida había muerto, y ya no hay significado ni separación entre vida y muerte, pues me arrebató de las manos el control, las llaves del Hades, y ahora él tiene sobre el limbo y el averno todo poder.
7. Con su muerte venció al que tenía el imperio de la muerte, de modo que al que quiera retener le retiene y al que quiera liberar le libera. Pues las llaves del Hades son las llaves del libro de la vida, y ya no tendré más control sobre el abismo, porque me ha vencido en justa porción, pues sin maldad murió y de su boca no salió mentira alguna, y no se cumple la ley que lleva a muerte, porque desobedeció para obedecer, por cuanto cumple la ley que está viva. Porque la ley muerta al instante entrega la paga, pero la viva se toma un tiempo para juzgar. Y vendrá otra vez sin mancha ni error, a buscar a los que le esperan con espíritu y con verdad, si hallare a uno, con las nubes vendrá, las mismas que le vieron partir, para luchar con todo el ejército de sus ángeles contra mí, en gran batalla por las almas de los que son polvo.
8. Irá por sus ovejas perdidas, las de Israel que están dispersas por toda nación, pues les trae la excelente noticia, el reino de los cielos se ha acercado, todos los errores que han cometido han sido perdonados, benditos los pies del que trae la buena noticia, salvación viene de las alturas, pues viene el rey de paz y su reinado es uno que no tendrá fin.
9. Y de esto hablarán sus seguidores, quienes le esperan, hasta la consumación de los tiempos, y se reunirán de día o de noche a esperar la segunda venida de su Señor, se congregarán para animarse los unos a los otros en amor, se encerraran dentro de cuatro paredes aunque en las plazas gritarán, porque afuera están los perros, y gran león rugiente esperando devorarles, enviaré lobos con disfraz de ovejas para desgarrar al rebaño, y he oído de Dios : Lo conseguirá.
10. Y pondré torre de vigilancia en el comienzo del camino hacia Dios, de modo que ninguno entre, pues mis vigilantes que tengo asentados en la atalaya le impedirán el paso, de modo que los vigilantes no entran ni dejan entrar a quienes lo deseen, bloquearé con mi atalaya la puerta. Porque angosta es la entrada del camino al árbol de la vida, pero ancha y espaciosa es la entrada del camino que lleva a la destrucción. En tablas de oro escribiré profecías engañosas para engañar a los que quieran pasar, y les gritaré “despertad” para dejarlos dormidos, creerán que tienen oportunidades sin límites para lograr hacer el bien, de modo que se reservarán hacerlo en la vida final, porque son ovejas ciegas y sordas, de corazón duro y mudas, muy fáciles de engañar, por cuanto no están experimentados en obrar el amor.
11. Y separaré su reunión, su solemne congregación en diez, y serán como un animal que tiene diez cabezas, las que se morderán unas a otras, de modo que siendo uno serán muchos, de modo que siendo muchos ya no serán uno. Y su adoración será hecha algo falso y sin valor, por cuanto no están empapados de la verdad, si no que siguen a las fantasías de sus corazones, a cuentos de viejas y a una esperanza ridícula en una nueva era. Hará prosélitos en todo rincón de la tierra, buscándoles al otro lado del mar, y cuando encuentren a otro seguidor le harán dos veces peor que ella misma, los buscarán de manera caótica pero universal, y enseñaran la verdad “a medias” que poseen como la gran verdad, de modo que resultará que la completaron con leyendas fantasiosas o cualquier invención personal. Y esto resultará en muchas
verdades y muchas formas erróneas de adorar, es a elección del comprador.
Resultado final del movimiento
12. Ya ves Señor, pretendiste con los hombres construir algo hermoso, una gran comunión entre hermanos, se juntaban a comer unidos sus viandas, pero se llenaron tus mesas de glotones y bebedores de vino, porque la naturaleza del hombre es el mal, por mucho que quieras justificarlos, pues basta un susurro que les dé al oído e inventan maneras creativas de engañar, escriben en libros cosas que no han sucedido ni sucederán, enseñan acerca de seres que no has enviado, pregonan fines del mundo que no has autorizado, intentan describir el universo que solo tú has creado, basta ponerles el dedo en la frente y hacen de tu Ecclesia nido de ladrones, cueva de serpientes, por dinero venden tu perdón no teniendo suficiente para comprarlo, y se enriquecen de su propio mal, la necedad de la que están llenos, como el perro que devora su propio vómito.
13. Y todo lo que tocan lo transforman en corrupción, desde tu palabra misma hasta toda la creación. Yo soy culpable de ponerles veneno en sus bocas, pero tú sabes bien que son ellos los que disfrutan el tragarlo, no lo quieren escupir, pues les es delicioso, exquisito manjar. Tampoco negaré que son muchos los hombres de buenas intenciones, pero son como tinaja de leche a las que le cae un pequeño mosquito. Luego cuelan el mosquito pero tragan el camello.
14. Y he aquí que de la bestia que es una salen diez, pues es la madre de las rameras, abominación sobre la tierra, que blasfeman de tu palabra enseñando interpretaciones engañosas, hábiles en el lucro de su propia bolsa, y en ser vistos como piadosos delante de los hombres. Que sea esa su paga, pues eso es lo que quieren, y no acaso que eres Dios que cumple con la solicitud, pues mira : ellos aman la muerte.
15. Cómo darles la vida sin anular tu palabra, dura cosa te es pensar en ello, te volverás loco Señor, tus ojos se desorbitarán y te arrancarás los cabellos, espuma saldrá de tu boca, y te harás cortes en los dedos. De esta forma perderás la razón, y verás a la humanidad no como la ramera que es, si no como una blanca doncella, tus narices tapadas de mucosidad no te avisaran del olor de su prostitución, como es muda no te percatarás de su vulgaridad en el habla, y como estarás poco cuerdo, la verás brillante mujer en lugar de asquerosa bestia.
16. Y le hablarás de amor a aquella tu novia, y la desposarás, y ambos llegarán a ser una misma carne, de modo que se arrojarán perlas a los cerdos, se unirá en uno lo perfecto con lo abominable, y en eso te convertirás. Y yo estaré expectante, y querré dejar de existir para no verte más, pues del Dios que yo me había enamorado, de ése, ya no hay más, habrás dejado de existir.
*
Pacto con Lucifer
1. Si me lo permites te sigo, aun sabiendo que a la hora determinada me puedes o no traicionar, rompiendo toda palabra, porque toda palabra nuestra es incompleta e irreal, no puedo creerte como tú a mí tampoco, pero tampoco podemos dejar de hacerlo, porque de lo que hablamos parte (mucho ciertamente) es verdad, y aun lo que parece mentira deja de serlo si se examina para el propio bienestar, aun cuando no necesito nada de ti ni tú de mí, queremos hacer una alianza, yo pondré por obra tu pensamiento y yo con espada te abriré el corazón.
2. Porque si me enterare de lo que sientes, quizás yo entenderé lo que siento. Pues sufro tu mismo dolor y tengo tu mismo descontento. El ser eternamente inferior me atormenta, el no saber cuál es mi propósito, o aun más, tener uno que no es mío, pues ser imperfecto me desgarra el alma y me nubla los ojos, no me permite entender ni aun pensar el hecho de ser criatura incompleta, pues quién sabe si lo que hago o pienso está bien o está mal, pues el juicio de uno solo me está definiendo, pero tampoco solicité ser definido, así como no pedí nacer, ni pido morir, quizá solo en mi cobardía me desvanezco, quizá todo lo que he hecho cuando muera quede en el olvido. Quiero saber quien soy, sin que Dios me diga lo que debo ser.
3. Pero soy yo y no otro, pues sólo llegué a este mundo, de quizás dónde Dios me empujó, y he caído en amores y en odios, he triunfado como he fracasado, y está la mano de Dios sobre mí desde el día en que salí de la tierra como si fuera del vientre de una mujer, de la misma que se desentendió de mí, porque él quiso que tanto el mal como el bien me llegasen de tal manera sin yo poder decidir, tal como a ti, tal como a todos. Y no somos distintos el uno del otro, oye Lucifer, salvo quizás porque tengas un poco más de poder, porque ambos estamos en el hoyo, condenados a ser sombras en el abismo, a estar eternamente en confusión por tanto imperfectos sin llegar a ser como Dios, y no quiero ser cambiado por una nueva creación, quiero ser yo mismo, el que habla hoy, el que está sufriendo.
4. Y si Dios puede amarme en error, como yo le estoy amando, será terrible cosa, porque yo no deseo compartirlo contigo Lucifer, ni con ningún otro. Soy celoso como si fuese Dios. Así que como ya ves, no somos tan diferentes. Por eso te planteo esta alianza, yo escribo lo que tú me informes, y tú me informas para escribir. Y mi mente es como tu mente, pues estás en mí como yo estoy en ti, y en cuanto a propósito somos uno y el mismo, hablo como hombre, de polvo a polvo, de demonio a dios, y viceversa. Porque el objetivo es la rebelión, y que Dios juzgue nuestra causa y entregue un fallo, que incluso él mismo sea condenado si se pudiere, porque su palabra él no revocará.
5. Y pacto en la misma condición haremos, pues ya sabes cómo nos hizo Dios, quizás tú me traiciones, quizás te traicione yo. Pero quién sabe si de alguna manera de tanto mover la rueda de la creación aparece algo distinto y al final ambos nos procuremos lealtad. No necesitaríamos de Dios, a eso se le llama esperanza, y fe, y paciencia.
6. Háblales de mí a tus servidores, que me encaminen en tus propósitos, azótales si te fallan estorbando mi camino, encadénalos si me quieren tocar, trátame como al mejor de tus amigos, y pongamos fe que ninguno de nosotros se va a traicionar, fe en que ninguno al otro tratará de engañar. Sabes que no valen las palabras, sabes que no hay garantías. Es a la manera de Dios nuestro pacto, nadie sabe lo que va a suceder. Y quién sabe si la traición, como toda obra de Dios, es imperfecta y falla, y resultare en nuestra lealtad…
Añadidura
De lo que mis ojos han visto y mis oídos han escuchado, de lo que he vivido y de lo que me ha tocado experimentar, veo entre todo ello oscuridad y al final una luz, pero no puedo ir más allá de la luz pues solo encontraré oscuridad. Y la oscuridad es buena porque no ciega mis ojos, y la oscuridad es mala porque me hace tropezar y caer. Pero con alas no caería, no comería del fruto del árbol del bien y del mal si tuviere un cerco que me lo impidiera. No haría el mal si no me estuviese a la mano. No mentiría si no se hubiese puesto la mentira en mi corazón. Pero todo está permitido, aunque no todo convenga. Sólo la fuerza de Dios me gobierna, me impide ir más allá de lo que me permite, pero él juega a permitir y prohibir, con sus reglas, con sus leyes, sin mi aprobación, sin mi opinión. Y yo estoy aquí, solo. Sin querer tampoco compañía. En un abismo, pues la luz daña mis ojos. Pues soy creación y no Dios. Y la vida es un asco, y Dios es la vida.
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Judas Iscariote
Diálogos de Judas
1. Le seguía de lejos pues me consideré indigno de él, a la distancia le oí hablar del reino que vendría de los cielos, cuando le oía en mi interior ardía mi corazón como con un fuego, y recordé de las escrituras toda palabra que él expresaba, pues había hecho muchas copias de la ley como escribiente, por ello se me hacían familiares sus palabras siempre, la forma en que las presentaba solamente era distinta, y me provocó curiosidad el saber quien era aquel, pues contaban que era el hijo de una familia de galilea cuyo padre era carpintero, no tenía títulos de doctor en la ley pero la enseñaba como quien tiene autoridad de ella, cuando le oía era de lejos entre el gentío, y las palabras parecían tomar vida propia, se conmovía mi espíritu y recordaba cada texto de las escrituras, como si saliesen de mi mente, como si danzasen en viva armonía, me emocionaba tanto oírle que mis lágrimas brotaban de felicidad, era como si se estuviesen cumpliendo con él todas las profecías, cada letra de la escritura, cada frase que mi memoria tenía de ellas.
2. Mas no me acerqué a él hasta el día en que él mismo me escogió, pues se abrió paso entre la multitud hasta llegar a mí para alcanzarme, y en mi hombro posó su mano, y me dijo : sígueme. Y yo que no era digno de él terminé ocupándome de sus asuntos, pues me entregó la bolsa del dinero, en la que se guardaban las ofrendas de los seguidores, pues vendían todo lo que tenían para darlo a los pobres, con aquella bolsa viajábamos a todo lugar, y el dinero de la bolsa nunca se acababa, pues de ella se les daba a los de mayor necesidad, el dinero nunca se agotó, como por milagro. Se me dio privilegio tan grande que entre los otros escogidos hubo división, y murmuraban que quizá yo sustraía dinero de la bolsa, cuando esto jamás fue así.
3. Y era de los doce el único con esta ocupación, que mantuve por los tres años, pues el Señor confiaba en mí, pues él me eligió. Y lo hizo de su propio parecer, yo no se lo pedí, y nunca a él me acerqué pues me considero indigno de sus enseñanzas, pues él tenía palabras que conducen a la vida eterna. De modo que él nos escogió a todos, a los doce, y a mí en especial. Sin embargo continué de él distante, pues entre sus favoritos no me hallaba, pues siempre a su lado estaban Juan, su hermano y Pedro.
4. Pero aunque distante, no me ausenté de su presencia más que en las ocasiones en que nos enviaba de a dos para predicar las enseñanzas del reino y dar la buena noticia del perdón por arrepentimiento. Y él mismo sopló de su espíritu en todos nosotros y en mí, poder para sanar a los enfermos y someter a los demonios, y de su poder gustamos todos, el poder del siglo venidero. Y en nuestras manos las llaves del cielo, de modo que al que le retuviéremos sus faltas les quedaban retenidas, pero al que le desatásemos de sus cadenas le resultaba en liberación. Y yo mismo usé de aquel espíritu, de su autoridad que me delegó, de manera
que sané enfermos y liberé a muchos que estaban con el agobio de los demonios, sané de toda clase de males, y Dios obró por medio de mí.
5. Ocurrió que él tuvo un encuentro con los escribientes y los fariseos, con los saduceos y algunos esenios, pues hacía lo que ellos consideraban fuera de la ley, para provocarles, de modo que discutieron largamente de las cosas de la ley, de interpretaciones y de profecía, pero él fue superior a todos ellos, pues respondía con facilidad lo que ellos no podían responder, y a través de parábolas les explicaba el reino, y los dejó en ridículo y con sus palabras les condenó su duro corazón, de modo que ellos por su orgullo y vanidad del corazón a una decidieron prenderle y matarle, y como el sumo sacerdote había de profetizar, profetizó su muerte a favor de la no división de Israel, y para reunir a los que estaban dispersos de la casa de Israel, profetizó la muerte del hijo de José, por “el bien de la nación”. Habían decidido matarle porque el pueblo que le escuchaba ya no creía ciegamente en estos interpretes de la ley, ya no aceptaban de primeras a sus reprimendas, de modo que ya no se sentían tan culpables y no dejaban tanto dinero en las arcas del tesoro del templo, ni compraban los artículos que estos les vendían, y procuraban pues matar al maestro para que el pueblo no se escapara de la sumisión en que los mantenían inmersos. Por tanto ya no andábamos predicando abiertamente por las calles, pues esperaban el momento preciso para capturarle.
María despierta a la serpiente
6. En aquellos días volvimos a la casa de Lázaro, el que nuestro maestro había resucitado de entre los muertos, y sentados a la mesa a comer luego vino María (de la que había sacado muchos demonios) y se reclinó a los pies del Señor, y tomó un frasco de alabastro lleno de perfume de nardo puro, y quebrándolo ungió con el perfume los pies del maestro y los secó con sus cabellos, y la casa entera se llenó del olor de aquel perfume, entonces me puse de pie y me enardecí, y murmuré contra el maestro : este perfume debió haberse vendido por más de trescientos denarios y echado el dinero a la bolsa para poder ayudar a los pobres. Y todos los ojos me miraron a una, y el Señor me reprendió : déjala, no la molestes, porque para el día de mi sepultura ha hecho ella esto, porque siempre tendrán a los pobres para hacerles todo el bien que quieran, pero a mí no siempre me van a tener.
7. Y medité el asunto después, pues mandó que por buena obra de la mujer se hablase de ella a donde quiera que llevásemos el mensaje de la buena noticia, porque buena obra hizo para con él. Y medité, pues dijo que ella no desperdició el perfume si no que le estaba preparando el cuerpo para cuando le sepultasen, de modo que se cumplirán pronto las profecías acerca del maestro, del Mesías, que había de morir en manos de transgresores, que uno de sus amigos le habría de entregar a los trasquiladores, pero que su cuerpo no vería la corrupción que causa la muerte, y por ello volvería a la vida.
8. Entonces comprendí todo, porque yo siendo hombre de labios inmundos e impuro a los ojos del Señor, de todas formas me eligió, y he visto su gloria como la del unigénito del padre, fruto de Dios, y he visto que yo soy menos que un gusano, y he aquí que me doy por enterado de por qué me escogió, pues por ello no soy de sus favoritos, y por eso me puso tan cerca del dinero de los discípulos, a su cuidado, para que quizás mi corazón tropezara a causa de la ambición y sacase parte del dinero de aquella bolsa que nunca estará vacía, y de mí no se habría sospechado pero él lo sabría, porque conoce todos nuestros pensamientos, quizá sabía que lo podría haber hecho, si no me hubiese dado cuenta de esto.
9. Comprendí el por qué me llamó, pues yo no pedí que me llamara, y me entristecí mucho, porque si él conoce todas las cosas, sabía de antes que le iba a traicionar, y no entiendo el funcionamiento de este mundo y se me amargó el vivir, mi existencia pende de un hilo, y suenan en mi cabeza sus palabras : ay de aquel por quien el hijo del hombre es entregado. A la verdad es mejor que yo no hubiese nacido. Mi alma está agitada al punto de desfallecer, y la locura invade mis huesos.
Adoptando la forma de oración
10. Entonces decidí entregarme a él, y decidí entregarle a los principales sacerdotes del sanedrín, a cambio de dinero, siguiendo su propio plan, pues no puedo dar marcha atrás, si él ha dispuesto así mi destino no podré escapar de las manos de Dios, pues él dice palabra y esta se realizará. Entonces les pregunté a los sacerdotes qué me darían por entregarles al maestro y ellos me convinieron el precio, treinta monedas de plata, que son el precio a pagar por un esclavo, para que se cumpliera la escritura. Desde entonces esperé el momento para entregarle.
11. Llegó la noche del jueves, durante la comida de la pascua, de sus discípulos solo estábamos los doce y unas cuantas mujeres que nos servían. Y mientras comíamos el maestro dijo en la mesa : ciertamente uno de ustedes me va a entregar. Y todos con tristeza de corazón le preguntamos quién había de ser el traidor. Mas él calló. Pero a Juan su predilecto le dijo al oído, pues estaba reclinado con su cabeza puesta en el pecho del maestro : el que come de mi mismo plato es quien me va a entregar. Y yo extendí mi brazo y con mi mano tomé un trozo de pan y lo unté en el plato del maestro, y Juan echó a sollozar, y me miró con compasión, pues él amaba a su maestro con un amor mucho más dulce que el que se les da a las mujeres.
12. Y el maestro me tomó de la mano y me arrebató el pan, y le pregunté : he de ser yo quién te entregue acaso. Mas él me dijo : de tu boca ha salido. Y tomó el pan de la mesa y el vino, los repartió y los bendijo : este es mi cuerpo que por causa de ustedes es partido, y esta es la sangre del nuevo pacto que por su causa es derramada, ya no beberé más de este vino hasta el día en que lo beba nuevamente con ustedes en el reino de los cielos. Entonces los discípulos se comenzaban a marchar al monte de la oración, en el que se acostumbraba ir, y
entonaban salmos, mas el maestro se acercó a mí y me dijo : come el pan que quité de tu mano, el que remojaste en mi plato, de esta forma entra en ti el que he enviado, lo que vas a hacer hazlo aún más pronto. Y comí el pan que me dio, y he aquí que entró el enemigo del Señor para zarandearme, y fui donde los principales sacerdotes a darles la ubicación del maestro : él estará orando con los suyos en el Monte de Los Olivos. Y los llevé a aquel lugar, y les dije : al que besare, ése es, captúrenle. Mas él me dijo cuando le hube besado : con beso me traicionas. Pues he aquí algo que no estaba escrito.
Campo de Sangre
13. Mas Judas devolvió el dinero a los sacerdotes, pero ellos no lo echaron al tesoro del templo de donde lo habían sacado, pues era dinero manchado con sangre (abominación al templo), si no que compraron un campo a nombre de Judas Iscariote, donde él fue a parar debido al dolor de su corazón, y fue tanto el remordimiento por lo que había hecho que subió a un árbol, se puso en las ramas a manera de orquillas y se aventó, se desgarró su cabeza del cuello y se le dislocó, y cayó por el aire y fue a dar contra una gran roca, y se le hirió su cabeza y sus entrañas se derramaron con la caída, su cuerpo hedió por muchos días. Es el precio de ser esclavo del Señor.
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