En 1.933 los nazis habían emprendido una campaña contra el de drogas, especialmente la cocaína, muy apreciada por la jet-set de los años 20
Sin embargo, a partir del comienzo de la guerra, se empezaron a realizar experimentos con anfetaminas, que llegaron a estar presentes en casi todos los frentes de guerra con el nombre de "Pervitine".
Entre abril y diciembre de 1.939, 29 millones de estas píldoras habían sido entregadas a las tropas nazis.
Pero ahora habían dado con una fórmula mucho más evolucionada. La nueva droga era denominada D-IX, y contenía varias sustancias incluída la cocaína, capaz de convertir a los soldados alemanes en guerreros de resistencia casi ilimitada.
Una vez se hubieran completado todas las pruebas oportunas, los nazis aprovisionarían con esta droga a todas las tropas de la Wehrmacht, el Ejército Alemán regular.
Concretamente, la D-IX fué probada en el de Concentración de Sachsenhausen, en el de Berlín.
Así lo cuenta el criminólogo Wolf Kemper, uno de los autores del libro "Nazis on Speed", que ha sido publicado recientemente y que aborda el tema de las drogas en el Tercer Reich.
LAS MARCHAS DE LA MUERTE
En Sachsenhausen, el equipo alemán de investigación D-IX escogía prisioneros de entre los internos destinados al fatal Exterminio, y formaban con ellos una especie de "comandos".
Wolf Kemper cita al hijo del explorador noruego Fridtjof Nansen, Odd Nansen, quien estuvo internado como prisionero en Sachsenhausen.
Odd Nansen declara que en una ocasión pudo ver a un grupo de 18 prisioneros, cargados con sacos de 20 kilos de peso. Obligaban a aquél grupo de prisioneros a que recorrieran en círculo y sin detenerse cerca de 90 kilómetros.
Esos comandos eran conocidos como "Las patrullas de las píldoras"....
Al principio, los miembros de estos comandos cantaban y silbaban durante la marcha, pero transcurridas 24 horas, la mayoría de ellos estaban al borde del ataque y se desplomaban, según había comentado Nansen en su diario íntimo.
En el campo de Sachsenhausen fueron internados más de 200.000 prisioneros procedentes de 40 naciones, de los cuales la mitad murieron, muchos en las llamadas "Marchas de la Muerte", antes de la liberación por tropas soviéticas.
El Doctor Jefe del Campo, Heinz Baumkötter, cuya fotografía cuelga todavía en el laboratorio de patología de Sachsenhausen, fue procesado como criminal de guerra por un tribunal militar de la unión soviética en octubre de 1947; lo juzgaron y fué condenado a cadena perpetua. En 1956 fue juzgado de nuevo por un tribunal de la República Federal de Alemania, y condenado por asesinato
La droga D-IX llegaba demasiado tarde al Tercer Reich y ya no había tiempo para que fuese producida a gran escala debido al imparable avance de los aliados.
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