lunes, 4 de junio de 2012

Mas Vampiros en Europa

Los vampiros de Serbia, Montenegro, Bosnia, Croacia y Eslovenia.
En Serbia, los nombres más comunes para un vampiro  son vampir y vorkudlak. En Bosnia, Croacia y Montenegro, el término utilizado es lampir. En un testimonio documentado de un juicio que comenzó en octubre de 1737 y terminó en 1738 en la ciudad de Dubrovnik (en ese momento, una ciudad Croata), se utilizaron las palabras pricosak, tenjac y vukodlak para referirse a vampiros. El juicio era acerca de unos “cazavampiros” que habían profanado varias tumbas sin permiso.
Los medios para la destrucción de los vampiros serbios y eslavos incluían exhumar el cadáver y clavarle una estaca en el corazón, decapitarlos, y cremarlos. Como podemos ver, la práctica normal utilizada en Europa. Pero en las regiones de la costa del Mar Adriático, al cadaver vampiro se le cortaba las piernas antes de sepultarlo de nuevo, para que si regresase a la vida, no pudiese caminar.
En algunas partes de Serbia, se creia que todo muerto que tenga 30 años de difunto, podía convertirse en vampiro. Igual que en otras leyendas sobre vampiros, estos no-muertos parecían personas normales, y solían retomar una vida normal, incluso llegaban a casarse y tenían hijos.
Otros datos curiosos de Serbia sobre vampiros son las siguientes:
- Algunos serbios creian que los vampiros podían tomar la forma de una mariposa.
- Una tribu de Montenegro creían que los vampiros se podían convertir en lobos.
- Los gitanos y serbios que creían en los vampiros y vampiras eran ignorados publicamente por la sociedad. 

El nombre más común para un vampiro en Rusia es Upir, a veces escrito como Upyr. En Ucrania la palabra es Upior, y en Bielorrusia es Upar. En todas estas regiones, el vampiro es un cadáver poseído por el diablo. Los medios para destruir al vampiro eslavo incluyen meter una estaca de madera a través del corazón del cadáver exhumado, o  la decapitación continuando con una cremación. Sin embargo, en algunas regiones de Rusia, el cadáver de un vampiro era a veces arrojado a un lago o un río.
En el norte y el centro de la Rusia Europea y algunas otras partes de la región en general, la palabra “eretich” (que literalmente significa “hereje“) llegó a ser un término especial para un vampiro. También se lo aplica a los hechiceros y las brujas que volvieron de las tumbas después de morir, dado que que habían vendido su alma al diablo en vida.  Por la noche estos brujos vampiros dormían en los cementerios.
La brujería y el vampirismo también se combinan en la creencia de que incluso una buena persona puede convertirse en un Upir después de muerto, gracias a la maldición y hechicería que envoca un mago negro. Así que en la antigua Rusia, todos al morir podían ser malditos a existir como vampiros.
Nosferatu viene de la palabra griega nosophoros (que significa “portador de la peste”) que se desarrolló en la antigua palabra eslava “nosufur-atu”.
Nosferatu es el nombre que se utiliza para calificar a un vampiro rumano que se hizo popular en la literatura de ficción, debido a un artículo escrito por Emily Gerard titulado “Supersticiones de Transilvania”, que fue publicado en 1885.  Ella se limita a referir a los vampiros con la palabra rumana “nosferatu”. Sin embargo, la palabra ya había aparecido en un artículo de la revista 1865 por Wilhelm Schmidt. Pero con éste, el término no se hizo popular.
El artículo de Emily Gerard se escribió bajo las experiencias de la autora cuando vivió en Transilvania. El artículo fue leído por Bram Stoker, por lo que el término se hizo popular en la literatura de ficción, gracias a la contribución de Stoker con su novela Drácula.
Irónicamente, no hay otras fuentes de la palabra nosferatu  en el folklore rumano.


La palabra Strigoi se basa en términos antiguos de Grecia para identificar al búho, pero que también pasó a significar demonio o bruja. Antes de la popularización de los vampiros, que era el nombre más utilizado para identificar a los vampiros no-muerto; seres que regresaban de la tumba.
Otro uso del término era para señalar a una persona que vive con ciertos poderes sobrenaturales, parecido a un vampiro psíquico. La creencia era que estas personas especiales nacían con una membrana o con una pequeña cola en la base de la columna vertebral.
Muy a menudo, como es típico de los vampiros de Europa, un Strigoi primero se aprovecha atacando a su familia. En algunos cuentos rumanos, los vampiros Strigoi se hacen primero invisible y asaltan la bodega de su casa para crear caos, al estilo de un poltergeist.
El Strigoi también podía llegar a su casa, tal como lo hacía en vida, y dedicarse a los quehaceres diarios, incluso comunicarse con sus seres queridos, sin tomar en cuenta que, propiamente, él o ella había ya fallecido.
Como sucedía en Grecia con el vampiro vrykolakas, se creía en Rumania que los Strigoi sólo tenían que regresar a sus tumbas los sábados.
También hay cuentos y anécdotas recogidas por los folkloristas de Rumania en que el strigoi podía tomar varias formas; entre animales o mujeres.  Algunos folcloristas rumanos niegan que los Strigoi estén relacionados con los vampiros bebedores de sangre. Pero se dice que hay pruebas que dicen lo contrario: artículos y otras publicaciones basadas en cuentos y anécdotas recogidas de la gente común antes de la final de la Segunda Guerra Mundial. En estas historias, los Strigoi no solo bebían sangre sino que hasta devoraban por completo a sus víctimas.
Según el libro de Adrien Cremene, la Mythologie du Vampire en Roumanie, se dice que los Strigoi tenían dos corazones. El segundo corazón era el que brindaba vitalidad.
Las maneras para destruir a un vampiro Strigoi son:
Clavando una estaca en el corazón
Decapitación.
Extracción del corazón
Quemando todo el cuerpo.
Se creía que un Strigoi que tenga más de 7 años como vampiro, ya no tenía la necesidad de regresar a su tumba, y podía pasar por un ser humano normal.  Según una fuente, el Strigoi pierde la necesidad de tomar sangre – incluso de animales. Estos logran, supuestamente, volverse a casar y formar familias. Pero se dice que cada semana, desde el viernes por la noche hasta la mañana del domingo, ellos deberán descansar en algún nicho de un cementerio. Y acerca de los hijos de los Strigoi, ellos se convertirían en dhampirs (hijos de un vampiro): seres que viven entre el límite de la vida y la muerte. 

Los antiguos griegos no creían en las personas que regresan de sus tumbas con la necesidad de acosar a los vivos. Esta creencia surgió en algún momento después de que Grecia se había convertido sólidamente cristiana.
El nombre más común para los vampiros no-muertos en Grecia parece ser vrykolakas. En algunas de las pequeñas islas del griego Archipeligo, este vampiro tiene nombres como vurvukalas y vrukolakas. En Creta, el vampiro se llama kathakanas.
Por lo menos desde el siglo 17′avo hasta el siglo 20, era una creencia común en Grecia que el vampiro no-muerto era esencialmente un cuerpo poseído y animados por un demonio. Se creía a veces que el vampiro sólo tenía que regresar a su propia tumba los sábados.

Hay varias formas de combatir a los vampiros griegos. Por lo general, el primer método recurría en exhumar al cadáver acompañado por un sacerdote y exorcizar el demonio que yacía dentro del cadaver. Si este método no servía, el cadáver podía ser exhumado y enterrado en una isla desierta – se cree a menudo que el vampiro no podía cruzar el agua marina. Una de las tantas características de los vampiros.
Aunque la mejor manera de deshacerse de los vampiros, en aquella época, era quemando el cadáver.
De acuerdo a las creencias griegas, los más propensos a convertirse en vampiros son:
Los que nacieron muertos o de lo contrario, los que han muerto sin haber recibido el bautismo.
Los que fueron concebidos o nacidos en un día santo.
Los que murieron excomulgados.
Los que murieron siendo herejes o apóstatas.
Los que murieron llevando una vida pecaminosa
Los que murieron practicando hechicería o la brujería.
Aquellos que no recibieron un entierro religioso propio.
Los que habían comido la carne de un animal que había sido matado por un vampiro.
Los que murieron como víctimas de un vampiro.
Estos criterios generalmente se aplica a la mayoría de los otros países de Europa. Sin embargo, en algunos de estos  países hay otras maneras de que una persona pueda convertirse en un muerto viviente. Pero eso lo iremos aprendiendo poco a poco en estos capítulos sobre la historia de los vampiros.

Vampirismo es la práctica de beber sangre de una persona o animal. En el folklore y la cultura popular, el término se refiere generalmente a la creencia de que uno puede obtener poderes sobrenaturales por beber sangre humana.
La práctica histórica del vampirismo, en general, se puede considerar una forma más específica: el canibalismo. El consumo de la sangre de otro (o su carne) se puede utilizar para reflejar diferentes creencias espirituales tales como obtener la fuerza o habilidades del ser humano sacrificado. También puede ser usado como una táctica de guerra psicológica destinada a aterrorizar al enemigo.
En la zoología y la botánica, el vampirismo se utiliza el término para referirse a las sanguijuelas, mosquitos, muerciélagos vampiros y otros organismos que se alimentan de los fluidos corporales de otras criaturas. Este término también se aplica a los animales legendarios de la misma naturaleza, incluyendo el chupacabras.

  





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