Existe en el estado de Puebla, México una espeluznante leyenda acerca
de una aparición demoniaca que ha pasado de boca en boca entre los
habitantes de un pequeño pueblo llamado Chila. Como habrán podido darse
cuenta en artículos anteriores, siempre me he visto en la necesidad de
investigar más a fondo este tipo de situaciones y por lo general
disfruto mucho ir al lugar de los hechos en compañía de algunos amigos
que comparten esta afición con la finalidad de escuchar la historia de
la fuente original.
Desgraciadamente
al llegar al pueblo, nos informaron que la persona que estaba
directamente involucrada en el suceso había fallecido varios años atrás
por causa natural, por lo que decidimos entrevistar a los lugareños de
edad más avanzada, para se honestos la historia era muy cambiante, como
es común en toda leyenda cada persona le agrega un poco de su
imaginación a la historia y por lo tanto demerita la veracidad del
testimonio.
Después de pasar todo el primer día y parte de la tarde del segundo
día escuchando diversas versiones de lo sucedido la noche del 15 de
Septiembre de hace7 años, por fin nos encontramos con una persona cuyo
relato iba acorde con lo que todos los demás lugareños contaban. Su
nombre era Rodrigo Moreno, un hombre de unos 65 años dueño de los
terrenos donde se cuenta tuvo lugar el suceso paranormal. Estas fueron
las palabras textuales del señor Rodrigo, o Don Roy, como lo apodan en
el pueblo:
“Pues este señor Mario” (El fallecido protagonista de la historia)
“llego todo sudado ahí donde estábamos todos en la explanada de la
iglesia, el pueblo siempre está ahí esos días para festejar el día de la
independencia, parecía que se había tirado al rio porque estaba bien
mojado”
El relato de Don Roy es escalofriante, según cuenta, el señor Mario
había ido a Pahuatlan, un pueblo cercano, a tomar algunos “pulques” con
unos familiares que tenía en ese lugar, al dar las 9 de la noche Mario
se despidió de sus anfitriones y emprendió el camino de regreso a Chila,
consciente de que era el día de la fiesta de independencia y debía
regresar a ayudar con los preparativos de iglesia. En palabras de Don
Roy, el señor Mario era un “huevon”, ya que por muy corto que fuera el
viaje siempre andaba a caballo, y ese día no era la excepción, cuenta la
historia que Don Mario quiso acortar el camino pasando entre los
maizales de Don Roy, por lo que se adentro en la oscuridad de la noche.
Cuando iba a mitad de camino creyó escuchar el llanto de un bebe que
provenía de entre las vainas de maíz, pero pensó que se trataba de su
imaginación, al avanzar algunos metros el sonido se hizo más fuerte, por
lo que inmediatamente dio la vuelta en su caballo y regreso pensando
que se trataba de un niño que había sido abandonado entre los maizales
por algún padre sin corazón, para su sorpresa encontró a un bebe
envuelto en una cobija escondido entre la hierba e inmediatamente lo
recogió con la intención de llevarlo al pueblo y prestarle la ayuda
necesaria, lo aseguro bien a la parte de atrás de la silla de montar
para que no se callera y emprendió el camino de regreso. No había pasado
más de 5 minutos cuando escucho un sonido proveniente de la parte de
atrás de su asiento, pero esta vez no era el llanto de un niño, si no la
voz de adulto que preguntaba con descaro “¿Y tu cómo te llamas?”.
Al escuchar lo anterior el señor Mario detuvo el caballo
inmediatamente y se volvió para descubrir con terror que el bebe que
tenía en la parte trasera de la silla de montar aun envuelto
parcialmente en la cobija tenía la cara de un anciano que lo observaba
fijamente, Mario se quedo paralizado, entonces, la criatura volvió a
preguntar “¿Y tu cómo te llamas?”. Mario, al caer en cuenta de que se
encontraba en presencia de algo que no era humano, respondió rápidamente
“No te voy a decir mi nombre ¿Para qué quiere saber cómo me llamo?” y
la criatura con una sonrisa respondió “Por que te voy a llevar”, al
escuchar esto Mario inmediatamente tiro a la criatura del caballo y
emprendió el regreso a toda velocidad escuchando tras de si los llantos
de un bebe, pero esta vez no se detuvo hasta llegar a la iglesia del
pueblo.
En la actualidad nadie pasa por los terrenos de Don Roy después de
que oscurece, y muchos lugareños cuentan que han escuchado los llantos
de este bebe en otros lugares del pueblo, según dicen es “el Diablo”,
que busca llevarse las almas de los incautos. No podemos saber realmente
que fue lo que sucedió esa noche, posiblemente eran los efectos del
alcohol en la sangre de Mario o posiblemente hay algún fantasma o
demonio merodeando los maizales del Chila, pero por si las dudas,
ustedes ya están prevenidos, si alguna vez se encuentran caminando en
un lugar oscuro y escuchan el insistente llanto de un bebe, actúen con
precaución y si no están seguros de lo que ocurre corran lo más rápido
que puedan sin mirar atrás, al menos esto es lo que sugieren los
habitantes de este pequeño pueblito en el estado de Puebla.
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