viernes, 15 de junio de 2012

Vampiros, asesinos y cine

El vampiro, un ser que murió, pero no esta muerto, que es más que humano. Él puede regalar un muerte innoble, reducir al hombre a simple aliento, puede hacernos vampiros, darnos la vida eterna, la juventud. Todo por tomarnos el alma y nuestra calidad humana.
El vampiro, un ser que murió, pero no esta muerto, que es más que humano. Él puede regalar un muerte innoble, reducir al hombre a simple aliento, puede hacernos vampiros, darnos la vida eterna, la juventud. Todo por tomarnos  el alma y nuestra calidad humana. Esta es la leyenda que a lo largo de la historia nos ha llegado; pero cual es la verdad detrás de todo esta mezcla de mito y realidad.                                                                 
Según una encuesta internacional, la imagen del vampiro es una de las más conocidas e         inconscientemente deseadas. Todos los países, todas las regiones en su lengua dan una palabra para este ser, y una formula  para alejarlos y cuidarse de ellos.
En otro nivel, el de las imágenes que ya pertenece al mundo todo, esta el vampiro alto pálido, un aristócrata de capa negra y mirada hipnótica Drácula, el Nosferatu, ya esta en nuestras mentes. Toda la tradición         indica que el vampiro fue un ser humano que murió en condiciones  particularmente horribles y fue transformado por un poder que nada en este mundo puede detener. El vampiro gana una vida eterna en el otro  lado. Su mundo es frío, oscuro, solitario. esto es porque el vampiro         debe matar para continuar su extraña vida. Por eso las tradiciones más  antiguas los tratan como a las plagas medievales, de las que se conoce su crueldad y su comienzo pero no su fin.
  LOS ORÍGENES                                        
Toda historia tiene, por lo general, algo de veracidad, aunque sea una pequeña       porción. El vampirismo no iba a ser la excepción.  Para muchos investigadores, el       verdadero Drácula fue Vlad Tepes, quien nació en Sighsoara, Rumania, algún  día de 1431 (Otros autores aseguran que el lugar de nacimiento de Vlad Tepes fue Transilvania).  Su padre era un caballero de la orden del Dragón, y se ganó el apodo de "Dracul", que en buen rumano quiere decir "diablo". Vlad heredó el "honor" de su padre, y se pasó a llamar Vlad Draculea, es decir, hijo de Dracul. De todas maneras, la historia lo recuerda como Vlad Tepes, que significa "Vlad, el empalador". No en vano recibió ese nombre, pues una de sus aficiones más adoradas era empalar a sus víctimas.
Pero no es el único personaje tildado de "vampiro". Existen otras historias que aparentan tratar de estos seres. Por ejemplo, en el siglo XVII comenzaron a publicarse relatos sobre este tema, supuestamente verídicos. Uno de ellos relata la exhumación del cadáver de un vampiro ocurrida en Belgrado, en 1732: "Estaba inclinado hacia un lado. Tenía la piel fresca y rubicunda; las uñas largas y perversamente torcidas; la boca cubierta con la sangre absorbida la noche anterior. Por lo tanto se atravesó el pecho del vampiro con una estaca. Éste profirió un alarido terrible mientras la sangre brotaba abundantemente de la herida. Luego fue incinerado hasta que quedó convertido en cenizas".
 Quien crea esto debe estar muy enajenado. Bueno, más tarde, el cristianismo le  agregó al mito del vampiro un origen: estos eran cadáveres animados por un  demonio. Como vemos, el tiempo fue dando forma a una leyenda que hasta nuestros días llega bastante remozada.      
PRIMEROS VAMPIROS    
 En occidente el mito del vampiro no era una creencia muy enraizada. De hecho,  según podemos leer en la obra de Daniel Cohen, "Enciclopedia de los monstruos",   la palabra para definir vampiro en inglés apareció recién en 1734.  El primer  vampiro de la literatura inglesa sería lord Ruthven, quien aparece en una novela    escrita en 1819. El autor de este libro, llamado simplemente "Vampiro" fue John  Polodori, doctor personal del poeta lord Byron.   Más tarde, en 1847, apareció Varney, the Vampyre, que adquirió cierta popularidad al ser publicado como novela de folletín. Pero quien marcaría pauta y dictaría cátedra en esto de los vampiros sería Bram Stoker y su libro Drácula. (1897)
      Y acá volvemos con nuestro adicto al empalamiento, Vlad Tepes. Muchos autores       afirman que es posible que Bram Stoker se haya basado en el empalador para crear       su obra cumbre, que dicho sea de paso se convirtió en todo un éxito apenas fue publicada.
No está demás decir que el castillo de Drácula en Bran, Brasov, Rumania, se ha convertido en un lugar de peregrinaje para todos aquellos que gustan del vampirismo. Es un centro turístico de importancia dentro de Rumania.
Es preciso mencionar que ciertas ideas que se tienen acerca de los vampiros son creaciones insertadas en trabajos literarios o películas de cine relativamente recientes. Entre estas ideas podemos tratar aquella que supone que los vampiros se pueden convertir en murciélagos. Que sepamos, Vlad Tepes jamás pudo hacer semejante gracia. De todas formas, no han faltado quienes creen en estas historias, y se han dedicado a la caza de vampiros. Es el caso del doctor Johannes von Lobel, quien participó en una cacería de "hombres-murciélago" en Serbia y dijo que era capaz de percibir un ligero pulso en los cadáveres que, en su opinión, eran de vampiros.      
 VAMPIROS MODERNOS                                                              
 Una muestra de aquello nos la da en investigador español Manuel  Carballal, quien en un artículo escrito en la revista Karma 7 nos señala una historia que da para  pensar. Víctimas de la creencia en los vampiros: En enero de 1973 John Pye, un joven oficial de la Brigada de Homicidios de la       policía británica, acudió al número 3 de la urbanización "The  Villes", en Stokeon-Trent, en lo que parecía un caso rutinario. El cadáver de  un hombre había aparecido en extrañas circunstancias.Al llegar a la casa del fallecido, descubrió que el hombre sentía tal terror por   la luz eléctrica que no utilizaba lamparitas en su casa. La habitación estaba       sumida en la más absoluta oscuridad, así que tuvo que realizar la inspección  ocular utilizando una linterna. A medida que el policía escrutaba cada rincón de  la habitación, su asombro iba en aumento. Pye descubrió extraños elementos       entorno al cadáver: sobre las mantas, junto a la cara y entre las piernas,       encontró bolsas de sal; el hombre había mezclado el mineral con su orina en  diversos recipientes, y fuera, en el alféizar de la ventana, se veía un cuenco   invertido que cubría una mezcla de excrementos humanos y ajo...
      El cadáver encontrado pertenecía a Demetrious Myiciura, un inmigrante polaco,  que 25 años antes había dejado su país para instalarse como ceramista en   Inglaterra.
Según el informe forense, Myiciura se había asfixiado con una cebolla en vinagre; el Juez de Instrucción consideró el caso como "inusual", a pesar de que existían precedentes de "personas que tragando la comida sin masticar se asfixiasen". Sin embargo el joven policía John Pye, había continuado investigando. El aspecto de la habitación, que parecía una "fortaleza contra vampiros" le llevó a consultar bibliografía sobre el tema, y en un excelente tratado de Anthony Masters titulado "Natural History of the Vampire" -editado en Inglaterra un año antes-, Pye encontró la confirmación a sus sospechas: sal y ajo son los repelentes tradicionales de los vampiros, y la mezcla en el alféizar de la ventana de Myiciura debía atraerlos, para que luego se envenenaran con el ajo. Cuando el policía puso al juez al corriente de sus descubrimientos bibliográficos, el magistrado ordenó un nuevo examen a la supuesta cebolla en vinagre, descubriendo así que en realidad se trataba de un diente de ajo. Como medida final para ahuyentar a los vampiros, el pobre y supersticiosos ceramista se había acostado con un diente de ajo en la boca, y el ajo le había causado la muerte por asfixia.
    
      Fin de la cita. Para finalizar este pequeño recorrido por la historiografía   vampírica, nos parece oportuno señalar que en la actualidad aún quedan algunas  personas que creen ser vampiros, o al menos actúan como si lo fueran. De hecho,  se han reportado casos de jóvenes que han malentendido juegos de rol, por       ejemplo, y terminan asesinando a sus compañeros, madres o parientes, para tomar       su sangre. O también se puede mencionar a los asesinos en serie, quienes se caracterizan, entre otras cosas, por beber la sangre y comer partes de sus víctimas.
Los vampiros no existen. Pero sus émulos sí. A cuidarse, entonces.        
PETER   PLOGOJOWITZ (un caso real)                                                                                
En 1725, en la aldea de Kisilova, en el distrito de Rahm (hoy Slavia), los oficiales  prusianos tuvieron que controlar un disturbio. La pequeña villa estaba  alborotada por una racha de muertes misteriosas. Diez vecinos habían  fallecido en apenas dos semanas tras sufrir breves enfermedades de 24   hs. Nueve de los muertos juraron en su agonía que habían sido  visitados por la primera víctima, Peter Plogojowitz, un campesino bien   conocido en la región, su propia viuda relató que pocos días después  de ser sepultado, Peter volvió a la casa una noche y exigió sus  zapatos. Todos los testimonios coincidían en que el difunto "un  cuerpo y una cara sin descomponer, con las uñas y barbas aún  creciendo".  Los minuciosos oficiales prusianos, labraron un acta con lo que los descontrolados  campesinos decían:  Al desenterrar al    sujeto Peter Plogojowitz, no se percibió ni el mínimo olor que anuncia  la muerte y el cuerpo, Excepto porque su nariz estaba algo caída, no  mostraba decadencia alguna, la piel se había caído y por atrás crecía         una nueva. No sin asombro vi sangre fresca en su boca, sin duda de sus víctimas".  El notario, acompañado         de un pope ortodoxo, testificó el tratamiento que los campesinos dieron  al cuerpo de Plogojowitz.         "Con gran  celeridad afilaron una estaca y se la pusieron en el corazón del que  surgió abundante sangre fresca, así como de sus oídos y de su boca,  mientras el cuerpo se sacudía y movía. Luego lo quemaron hasta  reducirlo a cenizas."                                             
ARNOD   PAOLE                                                                                 
Este es el caso de un hombre sencillo llamado Arnod Paole,  un soldado Serbio que vivio a principios del siglo XVIII.
Paole sostenia que mientras estuvo destinado en Gosswa, fue atacoado por un vampiro. La gente de esa zona creia que la unica manera de librarse de la influencia vampirica era comer algo de tierra de su tumba y rociarse de la sangre del vampiro. Paole sostenia haber practicado el rito.
      Aparentemente el metodo debio funcionar y Paole pudo regresar a su hogar  en 1727;  pero al poco tiempo murió al caer de un alto carro   cargado de heno. El acta de este caso nuevamente redactado por un   oficial de justicia, se llama Visum et repertum (visto y descubierto) y   es un clásico de la literatura especializada. Según los vecinos de la   aldea Paole había sido molestado por un vampiro mucho antes de morir y  se había tratado su cuerpo, cubriendo con tierra de la tumba de su   acosador. Parece que el remedio  no dio resultado, porque un mes después de su muerte los vecinos   comenzaron a denunciar que el muerto se les aparecía por la noches, y   que ya había matado a cuatro campesinos.  "En presencia de    su Hadnak (policía) los vecinos cavaron la tumba de Paole cuarenta días   después de su muerte y lo encontraron completo, y con una frescura que   parecía estar dormido, en la camisa, como en su cara se encontró   sangre, así como en el interior de su ataúd." Como Paole mostraba  las señales típicas del vampiro, los aldeanos le clavaron la estaca en  el pecho. Ante el cual dio un audible grito y sangró profusamente, por   lo que quemaron su cuerpo."   Los prevenidos  aldeanos excavaron las tumbas de los cuatros campesinos supuestamente  asesinados por Paole, y también realizaron el mismo acto. Pero el impresionante   documento relata que la pequeña aldea no se salvó de la epidemia, ya   que "el vampiro no solo ataca al humano, sino también bebe la sangre de los animales que, al ser comidos por los hombres, los  enferma."   El acta describe la  horrible muerte de 17 personas de distintas edades. Los aldeanos         tuvieron que desenterrar a cada nueva victima y realizar el ritual de la  estaca y el fuego. En los viejos folios  históricos que sobrevivieron a tantas guerras y revoluciones, se  guardan en páginas amarillentas relatos similares en Grecia, Italia,   España, Francia y todos los países del este europeo. Esas paginas cuentan la lucha de párrocos que hasta recurrieron a reliquias   milagreras para detener a seres que una y otra vez, son llamados   "hijos de la noche".                                           
                                                           
      No hay historia mas cruel y extraña que la de  Erzsebeth (Elizabeth) Bathory, una condesa        perteneciente a la mas alta aristocracia de Hungría, su vida esta ligada a  mas de 650 asesinatos de jóvenes doncellas y a una obsesión que la llevó a  la locura y su muerte, la de mantenerse joven por siempre, para esto creyó  encontrar en la sangre de sus victimas la poción mágica que la mantendría  alejada de la vejes.    Su crueldad y las practicas de rituales  satánicos la llevaron a convertir su vida en una de las mas sangrientas de  todos los tiempos.                                             
Elizabeth Bathory nació en 1560 en el seno de una  familia de la más alta  aristocracia húngara, su tío  era  Segismundo II Augusto Jagellón, rey de  Polonia, incluso importantes ministros y dignatarios de la iglesia pertenecieron  a esta familia, pero también tenía en sus raíces a familiares esotéricos, se  conocían los rituales a Satán que llevaba adelante uno de sus tíos. Elizabeth se  inició desde su infancia de mano de su nodriza en estas artes ocultas de la  brujería y creció con una especial atracción hacia la sangre.

      Su castillo  se encontraba en Cachtice, ciudad situada en Slovakia.  También paso parte de su vida en Viena donde tenia una mansión cerca del palacio  real en el centro de la ciudad.  A los quince años se casó con  el conde Ferenz Nadasby, era un guerrero al que se conocía como El Caballero  Negro por sus hazañas en el campo de batalla y por los castigos que imponía a  los enemigos derrotados. Juntos se marcharon a vivir al castillo familiar de los  Nadasby, el Castillo Csejthe, situado en la cima de una colina por los Cárpatos.   El conde habituado a la guerra  se ausentaba durante meses del castillo en campañas militares, por lo que  Elizabeth quedaba sola este tiempo sin demasiadas cosas por hacer. Harta de este  aislamiento y aburrimiento buscó  refugio en numerosos amantes de ambos sexos con los que compartía todo tipo de  juegos sexuales, pero como siempre sucedía con la condesa, pronto se aburrió, de  forma que, intentando buscar nuevos divertimentos, llamo a gran cantidad de  brujos y alquimistas que la iniciaron en ciertas prácticas de brujería en las  que se centró su vida a partir de entonces.  Pero la gran obsesión de su  vida, fue mantener su juventud, asustada  por este irremediable hecho, Elizabeth pidió consejo a su nodriza quien le  "informó" que para conseguir ser siempre joven necesitaba hacer un sacrificio  humano, el de su doncella, y bañarse en la sangre de su víctima para conseguir  la belleza eterna.  Cuentan también que fue su  propio marido quien le inició en el "arte" de la tortura, un medio para  conseguir la disciplina del servicio, de modo que cuando ella comenzó a hacerse  con el gobierno del castillo lo puso a prueba introduciendo agujas bajo las uñas  de las doncellas. También se decía que daba  llaves o monedas al rojo vivo para quemar las manos de las doncellas, o que las  tiraba a la nieve para después echarles agua fría hasta verlas morir congeladas.  Gran parte de los investigadores culpan de los malvados instintos de esta condesa a la degeneración genética a la que habían llegado los miembros de esta familia debido a los cruces de sangre pues la única manera de mantener las posesiones era el matrimonio entre familias nobles Húngaras. De hecho Elizabeth era muy propensa a ataques de epilepsia, y entre los de su estirpe había numerosos antecedentes de prácticas de magia negra y satanismo; además, su hermano Stephen y su tía, ambos de marcada tendencia homosexual, fueron conocidos libertinos en su época, y, por si fuera poco, cabe citar el caso de su antepasada Clara Báthory, que, al decir de los cronistas, aparte de practicar todo tipo de enfermizas aberraciones sexuales envenenó a su marido. Elizabeth fue madre de cuatro  hijos y durante el tiempo en que se ocupó de ellos no hizo nada. Su marido  murió, y fue entonces cuando Elizabeth se cobró su primera víctima, una joven  sirvienta que le peinaba en aquel momento. La joven dio un tirón a su pelo y  Elizabeth la abofeteó con tal ímpetu que la hizo sangrar. Su mano quedó manchada  y Elizabeth, en su imaginación, creyó ver que el trozo de piel manchado de  sangre rejuvenecía y tenía mejor aspecto que el resto de su cuerpo. Aprovechando  su enfado y el irremediable deseo de llevar a cabo su plan Elizabeth ordenó que  cortasen la venas de la joven sirvienta y llenaran la bañera con su sangre.  Con este primer asesinato  surgió su obsesión y terminó por viajar por los Cárpatos en su carruaje buscando  niñas de la que se pudiera servir. Iba acompañada de sus doncellas, encontraban  a la víctima perfecta, le prometía trabajo y la pobre joven terminaba  secuestrada en el castillo tras ser azotada o drogada. En los sótanos del  castillo las encadenaba y las acuchillaba para sacarles la sangre. De este  desangramiento se ocupaban su sirviente, el verdugo, o la propia Elizabeth.   A partir de este momento comenzó una orgía desenfrenada de asesinatos (se citan más de seiscientos cincuenta) que se prolongó por espacio de diez años. Una temporada que la condesa estuvo enferma en cama mando que le llevaran a una joven doncella para hacerle compañía. Cuando llego se abalanzó sobre ella, la mordió en la mejilla, le arranco un trozo de hombro con los dientes y le clavo los dientes en un pecho. Este tipo de episodios fue habitual  y llego un momento que el guardar tal numero de cuerpos en el castillo se convirtió en un gran problema.  El hedor era tan insoportable que algunos sirvientes comenzaron a llevar los cuerpos a un campo cercano a la ciudad y los arrojaban para que sean devorados por las aves carroñeras, esto hizo que empezaran a circular leyendas entre la gente de la existencia de vampiros, los cuales eran la causa de los cuerpos llenos de sangre que se encontraban alrededor de la aldea.  Las noticias  llegaron al propio rey Mathias II  de lo que estaba ocurriendo  en el castillo, motivado por causas económicas, ya que se sabia de muchas  riquezas que pertenecían a la familia y que se encontraban en el castillo,  además de una deuda importante que la familia real tenia con la de la condesa,  fue así que  decidió actuar de inmediato y designó al conde  Gyorgy Thruso que      investigara los hechos.    Si pudieran encontrar a Bathory culpable de brujería todas sus posesiones pasarían directamente al rey y además se anularía toda su deuda hacia ella. Sin embargo el conde Thruso era un gran amigo de la familia Bathory y pudieron hacer un trato con el. Habría un juicio conducido por Thruso antes de que el rey pudiera actuar, Bathory no comparecería pero sus cómplices serian llevados a juicio.   El plan se llevo a cabo y los cómplices de la condesa fueron ejecutados de forma cruel. Se les arranco los dedos con tenazas al rojo vivo y después se les tiro vivos a la hoguera. En cuanto a Elizabeth su condición nobiliaria le permitió escapar del verdugo, no salió indemne del proceso, pues como expiación de sus crímenes fue condenada a prisión perpetua y a ser emparedada en el castillo de Esei, con tan sólo una diminuta rendija por la que le daban comida y agua. Murió a los cincuenta y cuatro años, dentro de la cámara que llevaba siendo su tumba desde hacía casi un lustro. Después de su muerte en el  sótano encontraron  las marcas de las terribles torturas que infligía a sus  victimas, se encontró además un artefacto de hierro (jaula) con forma humana que  en su interior estaba lleno de pinchos. Según  los testigos condenados ahí  metían a las jovenes cuyos pinchos atravesaban sus cuerpos, alzaban la  plataforma y la condesa se ponía debajo para ducharse con la sangre de las  mujeres. Además se había construido en el castillo un sistema de canalización  para que la sangre de otras de sus víctimas viajaran por los conductos hasta  llenar la bañera de Elizabeth. 
Los documentos existentes demuestran la unión entre la familia Bathory y la de Vlad Tepes, "Drácula". de hecho un miembro de la familia Bathory, Stephen Bathory, fue quien dirigió la misión que devolvió a Vlad el trono en 1476. Además los antepasados húngaros de Vlad estaban relacionados con el clan Bathory. Articulo  actualizado 2007 | autor: Enigmas   
                
FRITZ HAARMAN                                    
Nacido en Alemania en 1879, Fritz Haarman fue el sexto hijo de una familia pobre  que ya desde pequeño mostró un gran odio a su padre. Haarman fue un niño   muy problemático y sus problemas se fueron acentuando a medida que se hacia mayor. A los 17 años se le detuvo por acosar a otros niños y fue         ingresado en una institución mental. Poco tiempo después escapo y volvió  a casa en donde se prometió con una joven a la cual dejo embarazada al   poco tiempo. Al nacer el niño Haarman cancelo los planes de boda y   se enrolo en el ejercito.
        Para alguien tan perturbado como Haarman, es sorprendente que se le  diera tan bien el ejercito. Probablemente hubiera seguido allí de no ser  por sus problemas físicos. Se le diagnostico una nurastemia que hizo que  tuviera que dejarlo en 1903.                                              
A partir de ese momento su vida cambio radicalmente. Se sabe que paso gran parte de la siguiente década en la cárcel debido a delitos de abuso a niños. En 1918 Haarman conoció a un chapero llamado Hans Grans, que seria su compañero en sus orgías de sangre y violencia. Hans y Frizt atraían a chicos jóvenes hasta su casa en donde les daban una copiosa cena regada de grandes cantidades de alcohol, cuando la victima perdía el conocimiento Haarman se acercaba y le mordía el cuello para chuparle la sangre hasta que la victima moría. Se estima que mato a unos 50 jóvenes, aunque solo se encontraron 27 cuerpos. Con el resto de los cadáveres los descuartizaron, los cortaron en filetes y los vendieron en los mercados como ternera. Todo esto ocurrió entre 1918 y 1924. Lo que les delato fue que tiraban los huesos y calaveras a los canales y luego flotaban en la superficie, lo que hizo sospechar a la policía de Haarman que ya tenia un amplio historial delictivo.
 A Haarman se le condeno a morir decapitado en publico en 1924 debido a los propios deseos del reo. Grans solo fue condenado a 12 años de prisión.
                   
JOHN GEORGE HAIGH                                                           
 John   George Haigh, mas conocido como "el vampiro de Londres", nació  en el seno de un familia de fuertes convicciones religiosas y muy  conservadora en Yorkshire (Inglaterra) en una fecha que no se conoce a  ciencia cierta.  Debido a la estricta   educación recibida fue un niño muy  religioso, llegando incluso a cantar en el coro de su iglesia.  A medida que  crecía se empezó a relacionar cada vez mas con mafias de ladrones para   los que realizaba pequeños trabajos. Estuvo varias veces en la  cárcel  hasta 1943, año en que entro por ultima vez en la cárcel antes de  empezar a cometer sus terribles asesinatos.  Poco después de salir de la  cárcel mato a su primera victima, un joven  llamado Donald Mcswann. Haigh le robo todo lo que llevaba, y a  continuación se bebió su sangre y disolvió su cuerpo en ácido sulfúrico, supuestamente creyendo que no hacia nada por lo que después pudiera  tener que pagar. Esa macabra forma de matar seria la que seguiría en los 5 años siguientes. En todo ese tiempo mataría y bebería la sangre de los padres de Mcswann además de otros 3 individuos, disolviendo todos los cuerpos en ácido. La ultima victima de haigh fue una mujer llamada Mrs. Durand-Deacon. Haigh la engaño para llevarla a su casa en donde le pego un tiro en la nuca, al instante fue a su coche donde tomó un vaso y con un cortaplumas pincho en el cuello de la mujer para llenar el vaso con su sangre. Después disolvió el cuerpo. En 1949, John George Haigh seria arrestado por sus terribles crímenes. El 28 de Febrero de 1949, hizo una confesión en la que decía haber matado a 6 personas. Según sus palabras "hice una incisión con el cortaplumas en un lado de la garganta y llene un vaso de sangre que después bebí". Gran parte de lo declarado por Haigh jamás pudo ser probado. En el juicio contó historias acerca de extrañas alucinaciones y delirios que tenia y en los que aparecían determinados símbolos relacionados con el vampirismo. Decía tener pesadillas en las que aparecían crucifijos llenos de sangre y extraños seres que bebían este liquido. Nunca se ha sabido con seguridad si todos estos delirios de los que Haigh decía ser objeto eran simplemente una farsa para conseguir que le declararan loco y así librarse de la pena de muerte. Sin embargo hay un detalle final que puede resultar chocante y es que tras recibir la pena de muerte se le enterró en un ataúd especial para que su carne se pudriera mas rápido de lo normal, quizás por un inexplicable temor a que el muerto pudiese escapar de su tumba.                     

HISTORIA DEL VAMPIRISMO                                                
A partir del siglo XVII, la prensa europea se    empezó a hacer eco de extraños sucesos que estaban ocurriendo en        países de la Europa Oriental.   El Mercure Galant, periódico editado en Paris , ofrece en Mayo de 1663 la      siguiente noticia:    "Ustedes habrán podido oír hablar ya de una cosa realmente extraordinaria que se encuentra en Polonia y sobre todo en Rusia. Se trata de cuerpos muertos que se llaman en latín Striges y en la lengua del país Upierz y que tienen un cierto humor que las gentes y ciertas personas sabias aseguran que es sangre. Se dice que el demonio saca esta sangre del cuerpo de una persona viva o de algún ganado y que la lleva a un cuerpo muerto, porque se pretende que el demonio salke del cadáver cierto tiempo, desde mediodía a medianoche, después de lo cual vuelve a el y le pone la sangre que ha recogido.                                                       
Esta sangre se  encuentra con el tiempo en tal abundancia en el cadáver, que sale por la boca  por la nariz y sobre todo por las orejas del muerto"
El relato explica posteriormente como el demonio que sale del cadáver atormenta por la noche a las personas hasta que adelgazan y se van "muriendo una detrás de otra". Añade así mismo que el remedio para librarse de estos males consiste en cortar la cabeza y abrir el corazón de estos cadáveres y comer pan hecho con su sangre (que "sale en gran cantidad"). Finalmente asegura el reportaje que tales "prodigios" son comunes en Rusia y que sacerdotes dignos de fe han presenciado esa suerte de "ejecuciones" y atestiguan la verdad de todo lo dicho"
Al año siguiente (enero de 1664) aparece nuevamente el tema en el Mercure Galant en una larga disertación firmada por Marigner, Señor de Plessis y abogado en el parlamento de Paris... quien mantiene correspondencia con el Primer Secretario de la Reaina de Polonia:
Tras asegurar que los demonios y las almas de los condenados causan los terremotos y las tempestades, afirma que también las almas de los condenados al Purgatorio, "como los crueles Stryges de Rusia", pueden causar algún desorden. El autor aclara que esta suerte de espíritus vagabundos no son personas vivas, si bien conservan sus malas inclinaciones después de la muerte. Compara el fenómeno con lo que ocurre con ciertas personas que pierden en vida el uso del sentido común, como ocurrió con Nabuconodosor que, tras perder toda su potencia intelectiva, creía haberse convertido en buey y realizaba todas las acciones de los animales. Seguidamente comenta sobre otras metamorfosis como la de brujos o magos que pasan a los espíritus malignos y hombres lobo y se transforman en bueyes que recibiendo ordenes del demonio causan maleficios a los hombres, al ganado y a los frutos. Por ultimo comenta el caso de un hombre mordido por un perro rabioso "cuya baba, por su veneno, había herido la
imaginación de aquel hombre", quien se comportaba de forma parecida al perro. Y tras presentar ejemplos y comparaciones de diversa índole concluye con cierta ambigüedad que "las causas de la metamorfosis y cambios, se deben atribuir a cosas naturales o contranaturales, pero corporales y no a milagros y efectos sobrenaturales, ni a la ciencia y poder del demonio"                 
      En febrero de 1694, Mercure Galant vuelve de nuevo sobre el mismo tema:
Comienza el articulo por reproducir el relato aparecido en sus mismas paginas en mayo de 1663 y por reconocer que su contenido procedía de una carta del Sr Desnoyers (primer secretario de la reina de Polonia) y que
estaba avalado por rectos sacerdotes. Posteriormente asegura que no hay razón para dudar de tales hechos porque se trata de algo conocido en Polonia y sobre todo en Rusia y tanto por la gente vulgar como por la gente inteligente. Comenta mas adelante los difícil que resulta creer ("si no obligase el respeto") algunas historias de las escrituras como el paso del mar rojo por Moisés o la expulsión del Demonio del cuerpo de un poseído y su envío a una manada de cerdos, por obra de Jesucristo. Por ello piensan que puede entrar sin temor "en la búsqueda de las principales
causas de los efectos extraordinarios que los Stryges hacen en Rusia y examinar si esta enfermedad es particular del país, es una posesión es una obsesión del Demonio o una vejación de algún otro espíritu sea cual sea". En el reportaje se asegura que "los médicos quieren atribuir esta suerte de sufrimientos a la melancolía exclusivamente", hecho que critican dado el escaso éxito que han tenido en el tratamiento de algunos casos de posesión, en los que solo cedieron con exorcismos y remedios espirituales de la iglesia. Otra calamidad achacada a los vampiros es la narrada por un hombre de leyes, Carlos Ferdinand de Schertz en 1706, en una pequeña obra titulada Magia Posthuma y publicada en Olmutz (Moravia):  "En una cierta aldea una mujer murió recientemente sin haber recibido los       últimos sacramentos y fue enterrada de la forma usual en el cementerio.
Cuatro días después de su muerte los habitantes de la aldea oyeron un extraordinario ruido y se levanto una terrible tormenta, cuando vieron un fantasma que se aparecía a algunas personas en forma de perro, a otras en forma de hombre flaco y espantoso y que fue visto no solo por un individuo sino por muchos y que causo a la gente la mayor alarma y tormento por asaltarla fieramente, agarrándola por la garganta hasta ser casi sofocada, dejándola completamente sin fuerzas, siendo reducida a una debilidad extrema y todo el mundo notaba lo pálida, atenuada y enferma que aparentaba. El fantasma incluso ataco animales y las vacas eran encontradas medio muertas exactamente como si hubieran sido severamente golpeadas. Estas pobres bestias con su triste mugido mostraban los dolores que aquejaban. Los caballos se sobreponían con dificultad, sudando y temblando, acalorándose, sin aliento, cubiertos de espuma , como si hubieran sido conducidos a galope a lo largo de un largo y tortuoso camino. Estos trastornos persistieron durante muchos meses...
Admitiendo que estos trastornos, estos ruidos, estas molestias realmente emanaban de la persona que era sospechosa de ser su causa el pregunto si su cuerpo debía ser quemado, como es costumbre en el caso de los cuerpos de otras apariciones que vuelven de la tumba y causan daños a los vivos.
El cita varios ejemplos de acontecimientos similares... (encontrando en alguno los cadáveres)... labios rojos con largos dientes blancos mientras chorros de sangre roja templada brotaban en todas direcciones... en todo los casos cuando exhumaban el cuerpo del vampiro este aparecía como si estuviera vivo... estos espectros según observa, infestan particularmente los distritos montañosos de Silesia y Moravia, particularmente la cordillera de los Carpatos. No solo aparecen durante la noche sino también durante el dia... Hay muchos casos recogidos en los que los espectros son particularmente malignos, habiendo atacado realmente a personas vivas y pretendiendo estrangularlas". Alrededor de 1725 otro caso preocupante ocurrió en Hungría: "La gente era atacada por la noche en circunstancias misteriosas... Esto ocurrió a lo largo de uno o dos años... Muchos ataques ocurrieron en las proximidades del cementerio donde Huebner había sido enterrado. la persona que atacaba tanto a personas como animales poseía una extraordinaria fuerza, pues los animales habían sido brutalmente asesinados. Huebner en vida había sido un hombre de talla gigante, poseedor de una gran fuerza física, y esto inquieto mucho a todo el distrito, concluyendo el comisionado tras una investigación que el cuerpo de Huebner fuera desenterrado. Encontraron algo realmente terrorífico: el cuerpo de Huebner ostentaba todas las señales clásicas del no-muerto". Asi que le clavaron una estaca y quemaron los cadáveres que le rodeaban.
En el año 1725, se constato la aparición de los vampiros en la villa serbia de Kisilevo, donde fallecieron 10 personas en 10 dias, habiendo declarado antes de morir que durante el sueño se les aparecía una persona ya muerta que trataba de sofocarlos; la exhumación de los cadáveres permitió catalogarlos de vampiros por sus características. El acusado esta vez fue Plogojowitz, sobre el que no se mencionaban datos biográficos.
      Este acontecimiento fue motivo de una investigación oficial y a partir de      la  difusión de sus sensacionales constataciones, se comenzo a discutir de      los vampiros en Europa.
Pero lo que definitivamente convirtió al vampiro en un nombre y en un concepto de conocimiento popular en toda Europa fueron los hechos ocurridos en Medvedja en el invierno de 1731-1732. La magnitud de estos sucesos obligo a las autoridades a promover una investigación oficial sobre lo acontecido, dando lugar al documento conocido como Visum et Repertum (Visto y Descubierto). El Glaneur Historique del 3 de Marzo de 1732, reproduce el relato oficial junto con comentarios sobre los hechos.
Comienza el relato por reconocer que aquellas gentes que habitan entre el río Teysse y Transilvania "creen que ciertos muertos que ellos laman "vampiros" succionan toda la sangre de los vivos; de suerte que mientras estos se extenúan a ojos vista, los cadáveres, como sanguijuelas se llenan de sangre en tal abundancia que se ve salir por todos los conductos e incluso por los poros". Seguidamente cuenta los sucesos allí acaecidos y que se iniciaron 5 años antes. Un aldeano, llamado Arnold-Paule, que había contado haber sido atormentado años atrás por un vampiro, falleció
aplastado por un carro de heno. Un mes mas tarde "fallecieron cuatro personas bastante súbitamente" por lo que, dados los antecedentes, desenterraron el cadáver del sospechoso ("porque ellos creen que los que han sido vampiros pasivos durante su vida, se convierten en activos después de su muerte; es decir que los que han sido chupados, chupan a su vez").
Encontraron que el cadáver de Arnold_paule, que llevaba 40 días bajo tierra, tenia todas las características de ser un "archivampiro".: "su cuerpo estaba rojo; las uñas, el cabello y la barba estaban renovados; el estaba lleno de sangre fluida que le corría por todas las partes del cuerpo". Se le atravesó "siguiendo la costumbre" el corazón con una estaca puntiaguda y "lo que hizo, se dice, lanzar un grito espantoso, como si estuviese vivo". Seguidamente se realizo la ejecución de las otras cuatro personas "muertas de vampirismo", "ante el temor de que ellas hiciesen morir a otras a su vez". A pesar de ello no se logro impedir que "hacia finales del pasado año, es decir al cabo de cinco años, estos funestos prodigios hubiesen recomenzado". "En el espacio de 3 meses, 17 personas de diferente sexo y edad, murieron de vampirismo; algunas sin estar enfermas, otras después de languidecer dos o tres dias". Una de las
victimas, llamada Stanoika, se había despertado asustada una noche, poco antes de morir, relatando como un vecino (fallecido 9 semanas antes) había intentado estrangularla mientras ella dormia; este hecho permitió reconocerla como un vampiro y asi se comprobó después de la exhumación de su cadaver (en el que, además de los signos habituales de vampirismo, se comprobó que habia "en el lado derechoi, debajo de la oreja, una señal rojo-azulada de la longitud de un dedo ".). "Los principales del lugar, los médicos y los cirujanos, examinaron como el vampirismo había podido
renacer" y "descubrieron, después de bastantes pesquisas, que el difunto Arnold-Paule no solamente había succionado a las 4 personas de las que ya se hablo, sino tambien a varios animales, de los cuales habían comido los nuevos vampiros". Por ello se tomo la resolución de desenterrar a todos los fallecidos desde hacia algún tiempo y "entre una cuarentena se encontró a diecisiete con los signos mas evidentes de vampirismo", tras lo cual se obro en consecuencia. Todas las "ejecuciones" fueron hechas "jurídicamente, en buena forma y atestadas por varios oficiales de guarnición en ese pais, por los cirujanos mayores de los regimientos y por los principales habitantes del lugar". "El proceso verbal fue enviado a Viena, al consejo de guerra imperial, quien estableció una comisión militar para examinar la verdad de todos los hechos". El documento esta firmado por el lugarteniente y el cirujano mayor de un regimiento y por otros tres cirujanos militares. El articulo periodístico acaba solicitando de los médicos que "arrojan un poco de sus luces sobre este nuevo prodigio de la naturaleza".
      Ante la incredulidad de sus lectores, este periódico prometió ofrecer la       versión de "algunos médicos hábiles" en un articulo posterior:
"Se llama vampiros a ciertos cadáveres, que según dice, tienen la facultad de chupar a los vivos y de hacerlos morir poco a poco, de forma muy dolorosa, de tal forma que a medida que adelgazan y se agotan, los cuerpos muertos engordan en sus tumbas, y se llenan de sangre, su piel se renueva, las uñas los cabellos y la barba les crecen . Se añade también que no hay otra forma de liberar a las personas que se sienten asi cruelmente atormentadas que no sea la de ir a desenterrar a los cadáveres y clavarles una estaca en el corazón, lo que les hace soltar un gran grito, cortarles la cabeza, quemarlos y tirar sus cenizas al viento o al rio". El autor acepta los hechos como ciertos y los analiza , afirmando en primer lugar que los habitantes de Hungría están mal alimentados y siempre han tenido ideas supersticiosas y extravagantes sobre aquellos que mueren de muerte natural o enfermedades epidémicas". "De ahí esa equivocación casi innata en ellos de creer que los espectros salen de sus sepulturas para morderles, pellizcarles, chuparles o maltratarles".
El autor del articulo, opina que "esa pretendida succión es un mal contagioso mas o menos de la misma naturaleza que la mordedura de un perro rabioso". "Nos inclinamos a creer que el veneno comunicado por un perro rabioso, por un vampiro, por una tarántula, ese mismo que produce el amor extremo o cualquier otra pasión violenta, no es sino un "gusano" que se alimenta de la mas pura sustancia del hombre, un gusano que roe constantemente el corazón , que pone todo en combustión en el cuerpo en el que se adentro y que no abandona a su presa ni en la tumba". Explica por fenómenos naturales la fluidez sanguínea del cadáver y el grito que emite al clavarle la estaca y concluye afirmando que "existen pueblos atascados que mueren de un mal llamado vampirismo"... pero que sus ejecuciones de cadáveres no sirven mas que para curar su fantasía.                    

EL VAMPIRISMO Y EL CINE                              
Protagonista de sueños y deseos, el vampiro es el resultado de nuestro amor a la sangre, muere y vive por ella. A cambio, consigue la mayor de las recompensas, la inmortalidad. La literatura primero y, ya en el siglo XX el cine, se han sentido fuertemente atraídos por este sensual y repulsivo ser...   Los vampiros y mas en concreto, Drácula, han ofrecido una de las metáforas  cinematográficas mas afortunadas: el mordisco vampirico.   Gary Oldmand personificando espectacularmente al Drácula de Francis Coppola                              
      Esa delicia atroz que nutre al enamorado y coloca su amor en un trance  espectral mas allá de la muerte.  En pocas ocasiones se  disuelve tan vertiginosamente la voluntad como ante la turbia promesa         que brilla en un colmillo.             
                              
        LOS COMIENZOS                             
La galería de mordidos en la gran pantalla hace legión. La primera fue Sybiller Schwitz, mujer serpiente que aparece en un filme hindu de 1913.
 <> Este subtitulo célebre introduce al espectador en los dominios del conde Drácula en el primer gran film de vampiros: Nosferatu (1922), de Friedrich W. Murnau. La novela de Bram Stoker había sido adaptada libremente al cine por el guionista Henrik Galcen, y ni siquiera aparecía citado en parte alguna el origen literario del tema, ni el protagonista vampirico responda al nombre de Drácula.
 El film era una de las obras maestras del expresionismo germánico, y acaso la mejor película que Murnau realizó en Alemania. Bañada en una luz surreal, la historia describia -como más tarde, en un tema realista, Amanecer (Sunrise, 1927)- la lucha de una pareja por conquistar la plenitud amorosa, su lenta ascensión a la luz desde la oscuridad, dialéctica que caracteriza a todo el cine de Murnau. No pocos críticos opinaron que se trataba de una obra maestra del terror, contribuyendo a ello y en gran parte, la utilización de planos con película en negativo y el acelerado de la imagen. Nosferatu amenaza Europa y el resto del mundo...

 A principios del cine sonoro se produjo La bruja vampiro (Vampyr, 1932), también conocida por el titulo de LYtrange aventure de David Grey, producción francesa dirigida por Carl Theodor Dreyer. Cuando la emprendió, en 1930, Dreyer era uno de los realizadores europeos que parecían tener ante si un porvenir brillante. Dos años atrás, La Pasión de Jeanne d'Arc había convertido a quien hasta entonces sólo era un prometedor cincasta danés que había realizado algún inclodrarna influido por Griffith en uno de los grandes nombres a la par de un Eisenstein de la última etapa del cine mudo. Vampyr -seguiremos designando al film por su titulo original para dejar bien sentado que nos referimos a la versión genuina de la cinta y no a la versión comercial manipulada que se bautizó con el nombre de La bruja vampiro- valió a Dreyer, no sólo un estrepitoso fracaso comercial y critico, sino una inactividad posterior de diez años, que le obligó a regresar a Copenhague para vivir del periodismo, renunciando momentáneamente al cine. El realizador en candelero de La Passion de Jeanne darc pasaba a ser -y ya no dejaría de serlo- un realizador maldito. Ciertamente, Vampyr era una empresa cuya audacia llevaba a grandes riesgos. Adaptando un relato de Joseph Sheridan Le Fanu, Dreyer renunciaba a los efectos de montaje propios de La Passion de Jeanne d'Arc: el único morceau de bravoure -y, por lo demás, precisamente lo único que de la cinta apreció en su día buena parte de la crítica- era la secuencia, exigida por el argumento, que nos presentaba un entierro visto desde el interior del féretro por el presunto cadáver. En lo restante, Dreyer habia concedido primacía -anunciando la tendencia que en lo sucesivo iba a ser cada vez más dominante en su obra- a la poesía propia de la imagen sobre los hallazgos técnicos. La fotografía, intencionadamente difuminada y aun borrosa, y el aspecto sonambúlico y fantasmal de los actores -hieráticos como ¡conos o estilizados y fragiles como álamos movidos por el viento- convertían a la obra, nebulosa y solemne, en un obsesionante ritual de tinieblas. La sensualidad nórdica de Dreyer ante la naturaleza, operaba una personificación de los bosques y praderas que rodeaban la siniestra mansión del vampirismo: no sería difícil reconocer, en alguna escena de amor a la naturaleza de Dies Irae (1943), siguiente cinta del realizador  , la huella del antecedente de Vampyr.                                             
 
 EL DRÁCULA DE BROWNING
Mientras el film de Dreyer seguía una carrera oscura y marginal, al año siguiente el tema vampírico inauguraba su triunfal carrera en Hollywood.
Drácula (1931), de Tod Browning, fotografiada por Karl Freund -cuya aportación debe tenerse muy en cuenta: había sido en Alemania operador de algunos de los títulos capitales del expresionismo, elementos de cuya estética recogerla Browning y en general el cine americano de horror e interpretada por Bela Lugosi, fue el film que «lanzó» al personaje en el vasto mercado cubierto por el cine americano. La obra era, de hecho, poco notable en sí misma. Se basaba en una adaptación escénica de la novela de Bram Stoker y su origen teatral resultaba demasiado evidente. Pero la  incorporación de Bela Lugosi  al papel resultó un acierto genial, por más que este actor no siempre sea  hoy tan apreciado como debiera.                                                                      
Extremadamente contenido, tenso y sobrio, Bela Lugosi componía un Drácula de suprema elegancia y refinamiento. El terror que inspiraba era más intelectual que físico; provenía principalmente de la intensidad de su mirada y de su rostro casi impasible, empolvado y cadavérico. De todos los vampiros del cine, Lugosi es sin duda el que ha dado muestras de mejor gusto y ha renunciado más completamente a toda clase de efectismos. El Drácula de Browning-Lugosi no exhibía sus colmillos, no mostraba la sangre vertida; ni siquiera recurría al espectacular maquillaje de Nosferatu. Su trabajo era ascético, puramente interior. Cuando, entre las brurnas de la calle londinense, envuelto en su capa, atacaba una florista o cuando, poco después, desde su palco, contemplaba la ópera, sentíamos aletear su amenaza latente. El actor se había identificado plenamente con su personaje; los consumidores de las revistas cinematográficas de entonces, al leer que Lugosi dormía en un ataúd y viajaba en un coche fúnebre, podían pensar que se trataba de invenciones publicitarias de la productora; el desenlace del actor -que murió, desequilibrado y víctima de los estupefacientes, en 1956- confirmó trágicamente la realidad de tales hechos. El Drácula de Browning se divide en dos partes: En la primera, el conde Drácula aparece como amo y señor de su mundo, un universo extraño, ominoso, donde las criptas cubiertas de telas de araña se alternan con lóbregas escalinatas que aparecen extraídas de un decorado expresionista, donde vive dentro de ataúdes en húmedos subterráneos , donde la luz del sol es una presencia hostil y donde la música es el aullido de los lobos "la música de los hijos de la noche" susurra Drácula a través de la cuidada dicción de Bela Lugosi. En la segunda el conde Drácula instala sin anormalidad en el seno de una sociedad convencionalizada hasta la nausea y la música animal es sustituida por Wagner. Tod Browning en esta segunda parte no logra crear la atmósfera fantástica que destila la aparición publica del vampiro; en sus manos, el conde Drácula londinense parece un aristócrata de rostro empolvado que vive en sociedad, pasea por ella su misantropia y asiste a la opera. Su malignidad se da por supuesta pero no se hace patente en las imágenes. Lo que el Drácula de Browning sugiere es la oferta de vampirismo como alternativa sexual: el vampiro es el sexo hecho sangre y los maridos londinenses son las apáticas reuniones sociales. La derrota de drácula es la derrota de la sexualidad, de la trasgresión. El conde Drácula inspira un estado de terror mental, pero un terror con desapego, a distancia.
Browning retomaría el vampirismo cuatro años después, reincidiendo con el actor Bela Lugosi, en "La marca del vampiro".
 Tras un film de menor interés, La marca del vampiro (Mark of the Vampire, 1935), también dirigido por Tod Browning, Lugosi pasaría a incorporar a Frankenstein, sucediendo a Boris Karloff, y sus apariciones en el papel de Drácula serían más ocasionales.                
                     
 CHRISTOPHER LEE Y SU  PROTAGÓNICO                                                                   
Georges Melford, realizo  también en 1931 la versión en castellano de  Drácula.
El mito parecía en decadencia cuando, en 1958, la firma británica Hammer Film, tras adquirir los derechos a la Universal, se decidía a resucitarlo en un film que abriría una nueva época del cine de horror: Drácula (Horror of Drácula), dirigido por Terence Fisher sobre un inteligente guión de Jimmy Sangster. El papel de Drácula fue confiado a un actor ya conocido, que hasta entonces sólo habla intervenido en papeles secundarios: Christopher Lee.  En Drácula, Lee alcanzó un éxito personal tan destacado, que sus intervenciones como protagonista en films de horror desde aquella fecha fueron ininterrumpidas: puede afirmarse, sin lugar a dudas, que Christopher Lee ha sido -principalmente por sus papeles vampíricos- el más destacado intérprete de cine terrorífico posterior a la segunda Guerra Mundial.  Actor de indudable escuela, Lee obtiene, ante todo, un formidable partido de su delgadez y elevada estatura, su prestancia majestuosa y altiva, su apostura, su mirada fría y dura, su aire de dominio. Su maquillaje, aunque no exento de truculencia, es eficaz, y su visión del personaje resulta en varios aspectos inteligente e innovadora. Al equipo Christopher Lee-Jimmy Sangster-Terence Fisher se deben, principalmente, las aplicaciones eróticas del personaje de Drácula, que no aparecían en las anteriores versiones fílmicas del personaje. Lee ha declarado al respecto en una carta a Midi Minuit Fantastique: «La interpretación comportaba un problema de orden sexual: la sangre, símbolo de la virilidad, y la atracción sexual que se le atribuye, han estado siempre estrechamente ligadas al tema universal del vampirismo. He tratado de sugerir esto sin destruir el papel recargándolo torpemente. Por encima de todo, no he olvidado que el conde Drácula era un gentleman... ». Este factor erótico -la posesión vampírica, en un ambiente de cerrado puritanismo decimonónico, es sustituto o imagen de la posesión sexual- aparece también en los escasos films terroríficos de la Hammer no protagonizados por Christopher Lee, el más destacado de los cuales posiblemente sea Las novias de Drácula (The Brides of Dracula, 1960), en el que un actor joven, rubio y apuesto (David Peel) interpretaba a un vampiro que tenia más de seductor y libertino que de ser de las tinieblas. 

LOS ÚLTIMOS FILMES
Más interesante, era la cinta de Roman Polanski El baile de los vampiros      (The Fearless Vampire Killers, (1967).
Protagonizada por el propio Polanski y por Sharon Tate, que había de convertirse en su esposa, la cinta era una visión paródica y burlesca de las clásicas historias de vampiros, centrada en la grotesca odisea de un, pintoresco profesor que acudía a Transilvania para efectuar sus investigaciones. Aunque original en su planteamiento, el film no poseía el sentido de la medida propio de otras obras del realizador. Lo más notable del film, a fin de cuentas, era el suntuosamente necrómano baile final, de innegable inventiva y sentido plástico. Ya en 1992, Francis Ford   Coppola, lleva nuevamente a la pantalla grande "Dracula" en una súper  producción de Hollywood, las nuevas tecnologías digitales fueron puestas  al servicio de la novela de Stoker. El papel del Conde estuvo en manos de  Gary Oldman, quien supo personificarlo majestuosamente, es de destacar  la escenografía como el vestuario, que tuvieron también su protagonismo.  Hay que enfatizar que si bien el guión le dio matices diferentes a algunos        personajes como el Profesor Val Hensing, que aquí se lo ve ordinario y mal  educado (todo lo contrario de la personalidad en la novela de Stoker) no        quita en absoluto la excelencia del film, y lo impactante de la primera  escena donde el Conde renuncia a Dios....
 En   1994, el creador de hermosos monstruos Neil Jordan, llevaba a la  pantalla la primera parte de la saga "Cronicas vampiricas",   "Entrevista con el vampiro", de Anne Rice.  Talvez una de las mejores        producciones sobre vampiros de los últimos años, en la película nos   encontramos con Lestat, un viejo vampiro que vive solitariamente en New  Orleans durante el siglo XVIII, este vampiro, interpretado por Tom Cruise  (excelentemente) impregna la pantalla de sadismo y lujuria, de cinismo y  fineza.                                                          
      El reparto lo completan Brad Pitt y Antonio Banderas que dan distintas personalidades a los vampiros..Un film que no hay que dejar de ver. Por último hacemos  mención a "La reina de los Condenados" estrenada en el 2002, donde el   director Michael Rymer, lleva al cine otra de las Crónicas Vampiricas de  Anne Rice, aquí nuevamente Lestat (personificado mediocremente por Stuart        Townsend) reencarna en una estrella de rock. Es para destacar los efectos  especiales propios de los films del siglo XXI y la adaptación   cinematográfica del guión.   En   la era de la computación, de las redes de comunicación, hay un hueco para el  mordedor de cuellos.  Las adolescentes sueñan con un bello vampiro que  las deje secas, incluso la ambigüedad sexual de este ser, ha sido explotada por la comunidad gay. Todos podemos ser un poquito vampiros a través de esa hora y media de cine (mejor o peor, nunca malo), que es lo que esta de moda. Las ciencias ocultas, lo negro y lo satánico, es una nueva tribu urbana. La vuelta a la emoción pura, sentir el sabor de la sangre nos sigue atrayendo.
Porque la sangre es vida y nuestro deseo de no morir eterno...             
 Diferencias entre mito y leyenda   El mito es un fenómeno  cultural complejo que puede ser encarado desde varios puntos de vista. En  general, es una narración que describe y retrata en lenguaje simbólico       el origen de los elementos y supuestos básicos de una cultura. La  narración mítica cuenta, por ejemplo, cómo comenzó el mundo, cómo       fueron creados seres humanos y animales, y cómo se originaron ciertas       costumbres, ritos o formas de las actividades humanas. Casi todas las culturas poseen o poseyeron alguna vez mitos y vivieron en relación con   ellos. Los mitos difieren de los cuentos de hadas en que se refieren a un tiempo diferente del tiempo ordinario.
      La secuencia del mito es  extraordinaria, desarrollada en un tiempo anterior al nacimiento del mundo       convencional. Como los mitos se refieren a un tiempo y un lugar  extraordinarios, y a dioses y procesos sobrenaturales, han sido  considerados usualmente como aspectos de la religión. Sin embargo, como       su naturaleza es totalizadora, el mito puede iluminar muchos aspectos de   la vida individual y cultural. La Ilustración y el   romanticismo estimularon el interés por el Mito, a través de teorías  sobre su origen y la aparición de nuevas disciplinas académicas. Aunque    la ilustración acentuaba la racionalidad de los seres humanos, dirigía   su atención a todas las expresiones humanas, incluidas la religión y la  mitología. Los estudiosos ilustrados intentaron dar un sentido a los  relatos míticos aparentemente irracionales y fantásticos. Sus  explicaciones incluían teorías históricas evolucionistas —la cultura   humana avanzaría desde un primitivo estado de ignorancia e irracionalidad   hacia la cultura moderna de la racionalidad— viendo a los mitos como       productos de las primeras épocas de ignorancia e irracionalidad. Los  mitos eran también analizados como resultado del evemerismo, es decir, la   divinización de las virtudes heroicas de un ser humano. Sin embargo, se   desarrollaron disciplinas sistemáticas dedicadas al estudio de los Mitos. En nuevos campos, tales como la antropología social y cultural y la  historia de las religiones, los estudiosos se vieron obligados a   enfrentarse con mitos de los más antiguos periodos históricos fuera de       la tradición occidental, y comenzaron a relacionar el estudio del mito con una comprensión más amplia de la cultura y la historia.  Por otro lado la leyenda que es una narración  tradicional o colección de narraciones relacionadas entre sí de hechos  imaginarios pero que se consideran reales. A  veces se da una mezcla de hechos reales y de ficción, aunque se parte de   situaciones históricamente verídicas. La palabra procede del latín       medieval legenda y significa ‘lo que ha de ser leído’. En efecto,  durante algunos oficios religiosos de la primitiva Iglesia cristiana, se  leían en voz alta legendas o vidas de santos. Una colección famosa en la       edad media fue La leyenda dorada (Legendi di sancti vulgari storiado),   escrita en latín en 1264 por el dominico genovés Santiago de la   Vorágine, tratado hagiográfico en el que la exaltación de las figuras   de los santos roza en ocasiones lo fantástico. Tal vez ese rasgo haya   estimulado en el siglo XIX al escritor portugués Eça de Queiroz a   elaborar su Diccionario de milagros, que dejó inconcluso (abarca las       letras A y B) y se publicó, póstumamente, en 1900 (primera edición       española, 1990). La leyenda se sitúa en   un lugar y en una época específicas. A diferencia del mito, que se ocupa  principalmente de los dioses, la leyenda retrata en general a un héroe  humano, como ocurre en el caso de la Ilíada y la Odisea  o la       Eneida. Son legendarias también las historias que nutrieron muchas  novelas de caballería durante la edad media y que han servido de fuente a  escritores de épocas posteriores: así ocurre con la leyenda del rey       Arturo, con Carlomagno y con el alquimista alemán Fausto. Hoy existen infinidad de  mitos y leyendas que despiertan el interés de muchos, inclusos algunos  dedican su vida a su estudio. Es por eso que creemos oportuno tratar   algunos de ellos intentando informar y analizar sus historias. 


CONCLUCION:
    Un vampiro es, según el folclore de varios países, una criatura siniestra que se alimenta de sangre de seres vivos para mantenerse activo. En algunas culturas orientales y americanas aborígenes el vampiro es una deidad demoníaca o un dios menor que hace parte del panteón siniestro en sus mitologías. En la cultura europea y occidental, así como en nuestra cultura global contemporánea, el prototipo de vampiro más popular es el de origen eslavo, y es el de un ser humano convertido después de morir en un cadáver activo o reviniente depredador chupasangre.

  
Portada de libro aleman sobre vampiros
Autor Johann Christoph Harenberg
Template:Harenberg – Vernünftige und Christliche Gedancken über die Vampirs s:de:Vernünftige und Christliche Gedancken über die Vampirs
Título Vernünftige und Christliche Gedancken über die Vampirs Oder Blutsaugenden Thodten
Editorial Johann Christoph Meißner
Año de publicación 1733

La descripción de estas criaturas varía de autor en autor y de mitología en mitología. La mayoría de atributos de un vampiro que forman parte del folclor contemporáneo y que a veces incluso contradicen la naturaleza primordial del vampiro tradicional original, proviene de la literatura, sobre todo de la novela Drácula y las películas basadas en ella, así como de los comics y videojuegos. por eso, de las siguientes características, solo algunas son las esenciales o comunes en el folclore general o como parte de las creencias de ciertas regiones, y otras inventadas por los novelistas y libretistas de cine o diseñadores de videojuegos. Fueron humanos mortales, pero ahora están en un estado intermedio entre la vida y la muerte, de ahí que se les llame no-muertos, revinientes o redivivos. Esta naturaleza determinaba su aspecto básico: Según algunas culturas, un cadaver desenterrado era considerado vampiro si su cuerpo parecía hinchado y le salía sangre de la boca o la nariz. También si notaban que sus uñas, pelo y dientes eran más largos que cuando había sido enterrado e incluso poseía un aspecto más saludable de lo esperado, mostrando piel sonrosada y pocos o ningún signo de descomposición. En algunos casos, cuando se abrían las tumbas sospechosas, se podía encontrar que el cadáver tenía sangre fresca de una víctima manchando su cara.En Transilvania (Rumanía) se consideraba que los vampiros eran flacos, pálidos, y poseían unas largas uñas.En Bulgaria se les puede reconocer por poseer un solo agujero en la nariz.Según algunas culturas, tienen la posibilidad de transformarse en insectos, murciélago, rata, lobo o en niebla. La forma más mencionada en la cultura popular es la del murciélago.Poseen largos y puntiagudos caninos (colmillos) y su piel es muy pálida y fría. Se alimentan primordialmente de la sangre de sus víctimas aunque hay descripciones de que también son antropófagos y en algunas culturas se consideraba que la sangre no era la base de su sustento, sino el "fluido vital" humano, algo tan etéreo como el alma. Actualmente algunos autores denominan vampiros psíquicos o emocionales a los perpetradores de acoso laboral o mobbing.No se reflejan en los espejos ni tienen sombra, tal vez como una manifestación de la carencia de un alma. Este atributo no es universal, pues por ejemplo el vampiro griego vrykolakas/tympanios poseía tanto sombra como reflejo, pero es muy popular gracias a novelistas como Bram Stoker que lo menciona en su novela Drácula.  
Archivo:Varneythevampire.jpg 

No toleran el ajo. En algunas tradiciones, también pueden ser alejados con rosas silvestres.Los vampiros por su naturaleza demoniaca no soportan los símbolos cristianos y por ello pueden ser alejados usando una cruz cristiana o con agua bendita y no pueden cruzar por terrenos consagrados como los de una iglesia. Son indestructibles por medios convencionales y son extremadamente fuertes y rápidos pero se debilitan junto a las corrientes de agua. Aunque en general se supone los vampiros son vulnerables a la luz del sol, en algunas culturas se decía que no solo pueden resistir la luz del sol, sino que en algunos casos podían viajar a otro pueblo y llevar allí una vida normal. Algunas tradiciones sostienen que un vampiro no puede entrar en una casa si no es invitado por el dueño; pero que una vez es invitado puede entrar y salir a placer. En algunas zonas de Europa del este, existe la creencia de que el vampiro es un ser lujurioso que vuelve al lecho conyugal y deja embarazada a su esposa. De esta relación nacía un niño de características especiales (que varían en cada región), que se conocía como dhampiro. Tienen una afinidad natural con la magia, en especial con la magia negra y concretamente la necromancia, siendo capaces de dominarla con mayor facilidad que el hechicero no vampiro más diestro.

Bueno algunas cosas no son como la gente cree del todo pero debe existir una especie de seguridad en el ganado no?

En el conjunto de creencias populares se pueden distinguir unas formas básicas, a veces complementarias entre si, para que un ser humano se convierta en vampiro: Por predisposición desde el nacimiento: En Rumanía tenia mas posibilidades de ser un strigoi, el séptimo o duodécimo hijo cuyos hermanos mayores eran todos del mismo sexo. O tener unas marcas de nacimiento como el hueso sacro pronunciado, abundante vello corporal y haber nacido encapuchado, es decir con la cabeza envuelta en parte de la membrana placentaria, o haber ingerido parte de la misma.[2]Por muerte prematura o violenta: En la antigua Grecia, al igual que entre ciertas culturas africanas y en Indonesia, se creía que los niños, adolescentes y en general las personas que habían tenido una muerte prematura o en circunstancias anormales, por suicidio o violencia, podían convertirse en fantasmas vagabundos o vampiros[3]Por incumplimiento de rituales funerarios y religiosos: En Rumanía también se creía que alguien se puede convertir en vampiro después de su muerte si los que se deben ocupar de preparar y vigilar debidamente el cadáver no cumplen bien su tarea y no impiden que un animal, especialmente un perro o gato, e incluso una persona pasen a sobre el mismo. Esta creencia es similar a la de los hindúes que consideraban los espíritus o Pitrs que se encuentran a la espera de reencarnar pueden convertirse en vampiros si nadie les recuerda y realiza los rituales funerarios de rigor conocidos como shraadh y que son para facilitar su reencarnación.[4]Como maldición por acciones criminales o sacrílegas: En la antigua Chinaeslavos pues en Rusia se decía que los vampiros eran brujas o personas que se habían rebelado contra la Iglesia mientras estaban vivos, vendiendo su alma al diablo. A esta creencia ayudaron indudablemente los conceptos desarrollados por el cristianismo que, basados en la idea neoplatónica de la vida después de la muerte, fomentaron la idea de la corrupción del cuerpo y la supervivencia del alma hasta el día del Juicio Final, teniendo la posibilidad de acceder a este estado todos aquellos que murieran arrepentidos de sus pecados y que hubieran recibidos los últimos sacramentos. también se creía que se convertían en vampiros ciertos criminales tradición similar a la existente entre los  Por las formas anteriores, en la Europa cristiana y especialmente entre los pueblos eslavos, todos aquellos que no fueran enterrados en tierra consagrada (en particular los suicidas y los excomulgados) y los que no hubieran recibido la extremaunción, tenían la mayor posibilidad de convertirse en espectros corpóreos vampiros o brucolacos.[5] Por mordedura de un vampiro: Según casi todas las tradiciones, especialmente entre los eslavos, aquella persona que moría después de ser mordida por un vampiro se convertiría a su vez en uno. Los escritores ocultistas aducen que esta manera solo es posible si hay aceptación por parte de la victima.[6] Los autores de literatura de ficción le han dado a esta manera una connotación sexual muy intensa, siendo muy atractiva para sus propósitos dramáticos.

Existen numerosos y variados rituales que se utilizaban para identificar a un vampiro. Uno de los métodos descrito por el abate Calmet, citado por el padre Feijoo,[7] para localizar la tumba de uno consistía en guiar a un muchacho virgen montado en un caballo también virgen a través de un cementerio; el caballo se negaría a avanzar sobre la tumba en cuestión. Generalmente se requería que el caballo fuera negro, aunque en Albania era necesario que fuera blanco. Que aparecieran agujeros en la tierra sobre la tumba era tomado como un signo de vampirismo. La comprobación mas socorrida consistía en la exhumación del cadáver sospechoso para verificar directamente si tenia las características tradicionales y destruirlo, practica que llegó a ocasionar numerosas profanaciones de tumbas. Otra evidencia de la actividad de un vampiro en la localidad incluía la muerte del ganado, de familiares y conocidos. Algunos podían hacer evidente su presencia mediante pequeños actos similares a los de un poltergeist, tales como mover muebles de la casa.

Existen muchos ritos tradicionales para evitar que un muerto se convirtiera en un vampiro. Entre los celtas el enterrar el cuerpo cabeza abajo era una de las más extendidas, como también colocar hoces o guadañas cerca de la tumba, para evitar que los demonios poseyeran el cuerpo o para apaciguar al muerto y que este no se levantara de su ataúd. Con igual propósito se acostumbraba cortar los tendones de las rodillas. En el folclore de la Grecia moderna se pone una cruz de cera y una pieza de cerámica con la inscripción "Jesucristo conquista" sobre el pecho del cadáver para evitar que se convierta en vampiro o vrykolakas. En Europa Oriental, era frecuente introducir un diente de ajo en la boca, y a veces en los nueve orificios corporales, de los muertos así como atravesárles el corazón con un objeto cortopunzante,[8] antes de inhumarlos y en las regiones sajonas de Alemania, se colocaba un limón en la boca del sospechoso de ser un vampiro. Otros métodos que se practicaban comúnmente en Europa incluían esparcir semillas o arena en la tierra de una tumba sospechosa de contener a un vampiro para mantener al vampiro ocupado durante toda la noche contando los granos caídos. Historias chinas similares relatan que si un vampiro se encontraba con un saco de arroz, tendría que contar todos los granos uno a uno; es una temática que se puede encontrar en los relatos del subcontinente indio, así como en Sudamérica, sobre brujas y otros tipos de espíritus malignos o traviesos.

Variados objetos y sustancias son mencionados en las leyendas sobre vampiros por su efecto apotropaico, es decir por tener la propiedad de alejarlos o destruirlos, como el ajo o el azufre, así como un crucifijo, un rosario, o agua bendita. Los objetos varían de región en región; se dice que una rama de rosa silvestre o de espino puede dañar al vampiro y en Europa, esparcir semillas de mostaza en el tejado se decía que los mantiene alejados. Aunque no se consideran como un objeto de protección, debido a que no se reflejan en ellos los espejos han sido utilizados para alejar a los vampiros cuando se situaban en una puerta, mirando hacia afuera.

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En los Balcanes, existía el cazador de vampiros que podía ser un religioso o un dhampiro que según la tradición gitana es el hijo o descendiente de un vampiro con el poder de detectarlos, aunque fueran invisibles y destruirlos. Hasta principios del siglo XX, eran ofrecidos a los viajeros que iban a visitar Europa del este en particular, unos estuches o "kits" con las herramientas tradicionales para destruir vampiros y que ahora son propiedad de ciertos museos de curiosidades o de coleccionistas aficionados a lo esotérico.[9] Métodos: Clavar una estaca en el corazón de los cadáveres sospechosos de ser vampiros es el método más citado, particularmente en las culturas eslavas al sur. El fresno era la madera preferida en Rusia y en los estados bálticos, el espino en Serbia, y el roble en la región de Silesia. La estaca solía clavarse apuntando a la boca en Rusia y en el norte de Alemania, o al estómago en el noreste de Serbia. Atravesar la piel del pecho era una manera de "desinflar" al vampiro hinchado; es similar al acto de enterrar objetos afilados, como hoces, junto al cadáver, de forma que penetrara en la piel si el cuerpo se hinchaba lo suficiente mientras el cuerpo se transformaba en un no-muerto.Clavar la cabeza, el cuerpo o las ropas del vampiro para evitar que se alzara. Los gitanos clavaban agujas de hierro y acero en el corazón del cadáver y colocaban pequeños fragmentos de acero dentro de la boca, sobre los ojos, en las orejas y entre los dedos durante el entierro. También introducían espino en el calcetín del muerto, o le clavaban una estaca de espino en las piernas.La decapitación era el método preferido en las áreas germanas y eslavas del oeste, enterrando la cabeza junto a los pies, tras las nalgas o alejada del cuerpo. Este acto se veía como un modo de acelerar la marcha del alma, que, en algunas culturas, se creía que permanecía en el cuerpo.La incineración completa del cadáver y rociar agua hirviendo sobre la tumba eran medidas adicionales frecuentes. También , sobre todo en casos recalcitrantes, se desmembraba el cuerpo y se quemaban las partes, se mezclaba las cenizas con agua y se suministraban a los familiares a modo de cura.Repetir el funeral, rociando agua bendita sobre el cadáver, o con un exorcismo era una medida frecuente en los Balcanes.Disparar una bala a través del ataúd, y colocar un ajo en el interior de la boca, eran precauciones que se tomaban en Rumania hasta una época tan reciente como el siglo XIX.

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Si bien existen sugerentes mitos en todas las civilizaciones de la Antigüedad, desde Egipto a Sumeria, la primera referencia histórica del vampiro se encuentra en la obra de Lucio Apuleyo, un escritor y filósofo romano, que vivió entre los años 125 y 180. Su novela El asno de oro cuenta la historia de dos hermanas malignas, Meroe y Panthia, que bebieron la sangre de un tal Sócrates (ninguna relación con el gran filósofo griego). Las hermanas cerraron las heridas de Sócrates con una esponjilla para que éste no se diera cuenta de la pérdida de sangre, pero cuando al día siguiente se inclinó para beber agua de un río, la esponjilla se cayó al agua, y tras ella la última gota de vida.   Los vampiros en la Antigüedad  [editar] En Mesopotamia se invocaba a los dioses protectores para que acabaran con los Utuhu y a los Maskin, seres muy similares a los vampiros que eran los culpables de las enfermedades y las pestes, por parte del pueblo. Estos seres junto con las huestes de Alal y Telal, pueden considerarse como antecesores de los vampiros. En el Antiguo Egipto encontramos deidades vampíricas como Srun, caracterizada por tener aspecto de lobo y largos colmillos. Solían alimentarse de los cuerpos de sus víctimas humanas. Los fenicios tenían la creencia de que la mortandad de niños era debida a los ataques de Lilitu, espectro errante que se alimentaba de la sangre de los infantes. Se hicieron exorcismos para devolver a los chupasangres (también llamados chtonios, "amigos de la sangre") a sus tumbas. En el judaísmo uno de sus arquetipos míticos es Lilith, la primera mujer de Adán, de quien se decía que, entre otras cosas, se alimentaba de la sangre de los niños no circundados y es inspiradora de muchos personajes de vampiresas seductoras en la ficción por su acentuado carácter sexual. Kali Ma, en la India era una diosa sanguinaria y feroz, con cuatro brazos y una larga cabellera. Se le ofrecían sacrificios humanos en los que la sangre era el elemento principal. Otros seres eran los butchas. En América, el pueblo amerindio Mapuche tiene entre sus creencias la existencia de un ser vampírico conocido como el Pihuychen que atacaría principalmente a animales, pero también a humanos. Igualmente creían en la existencia de una criatura vampírica acuática conocida como Trelke-wekufe (El cuero). Posteriormente ambos seres formarían también parte de la tradición chilena. También los Aztecas creían en un ser vampírico conocido como Civatateo que atacaba a los niños que después morían de una extraña enfermedad. También se dice que atacaba en las noches y especialmente en los cruces de caminos. También en la cultura Maya se creía que el guardian de Xibalba era un murciélago con rasgos humanos llamado Camazotz que decía arrancaba las cabezas de los extraños. Ya en Europa, más concretamente en la mitología de la antigua Grecia, está la leyenda de Lamia, hija del rey oriental Belus y cuyos hijos fueron asesinados por la diosa Hera al conocerse que Lamia tuvo un romance con Zeus. Para vengarse, Lamia comenzó a perseguir a todos los niños que se encontraba para extraerles la sangre para alimentarse. Esta leyenda originó la superstición que persistió en las zonas rurales de la Grecia moderna, según la cualLamia atacaba a todos los viajeros extraviados, seducidos por la belleza de la "chupasangre". También en la mitología griega se encuentra el caso de Empusa, hija de la diosa Hécate, un ser con pies de bronce y monstruoso que podía transformarse en una bella mujer y conquistaba a los hombres para aprovecharse de su sangre. Además en la Hélade existían en sus leyendas las striges, deidades con rostro de mujer y cuerpo de pájaro que absorbían la sangre de los humanos mientras estos dormían. También existía un ser llamado Vrycolaka, que atacaba a su familia después de muerto. Los romanos tenían a los larvae, no-muertos que no habían pagado sus crímenes en vida, y se vengaban de su estado esquelético y fantasmal absorbiendo la vida de los vivos. En España, hacen parte del mito criaturas como las guaxas en Asturias, las guajonas en Cantabria y las meigas chuchonas en Galicia, todas ellas con un solo colmillo para succionar la sangre de sus víctimas, sobre todo niños.


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En la Edad Media, en los países de religión musulmana se hablaba de unos vampiros llamados gul, en el caso de ser varón, y gola siendo mujer, que se convertían en tales por haber tenido una muerte violenta. Estos seres tienen su aparición en uno de los relatos de Las mil y una noches llamado Honor de un Vampiro. En la Saga Eyrbyggja que data del siglo XIII, sobre la colonización de Islandia, se cuenta como un jefe normando, Thorolf, regresa de su tumba para aterrorizar a la población hasta que su cadáver es incinerado. La palabra upier (también como en polaco significa vampiro) llegó a utilizarse por primera vez en Rusia en el año 1047 para referirse a un príncipe ruso. En 1190 Walter Map escribe De Nagis Curialium, en donde escribe hechos ocurridos por ataques vampíricos en Inglaterra. También recoge casos ingleses William de Newburgh en sus Chronicles, en 1196. En España, en la región catalana del Alto Ampurdán (Gerona), se originó en el siglo XII una leyenda un poco olvidada pero que quizá sea la más importante sobre vampiros en la península Ibérica, y es la del Conde Estruch, Estruc o Estruga, un anciano caballero feudal, defensor de la cristiandad que vivió en el Castillo de Llers, destruido durante la guerra civil española, y quien se dice que murió asesinado y, como consecuencia de una maldición por su represión de las costumbres paganas que persistían en la zona, se convirtió en vampiro, aterrorizando mucho tiempo a los habitantes de la comarca, seduciendo también a jóvenes mujeres que quedaban embarazadas para dar a luz engendros monstruosos que morían al nacer. Igualmente en una población catalana de la provincia de Tarragona, llamada Pratdip, nombre que en catalán significa “Prado del vampiro”, existe la leyenda de los “Dips”, unos perros vampíricos que asolaron la comarca y cuya figura aparece en el escudo de la población, así como en retablos de una ermita cercana dedicados a la patrona local, Santa Marina. En esa población existen también las ruinas de un castillo que la tradición oral local atribuye fue la morada de Onofre de Dip, otro señor feudal convertido en vampiro.[10] En Escocia existe una leyenda que se remonta al Reinado de Jacobo I en el siglo XV, sobre Swaney Beane quien conformó una salvaje e incestuosa familia de caníbales y vampiros que asoló la comarca de East Lothiam durante 25 años, hasta que fueron descubiertos en la cueva en que vivían y ajusticiados en Leith Walk.[11]

Desde comienzos del siglo XVIII los casos de vampirismo pasaron de las tradiciones populares a las publicaciones periodísticas y eruditas en Europa, que empezaron a informar y analizar casos específicos de los cuales el más emblemático es el de un hajduk serbio llamado Arnold Paole el cual motivó la inquietud de las autoridades del imperio austrohungaro que comisionaron a dos médicos militares autriacos, Flückinger y Glaser, la investigación la cual incluyó la exhumación y examen de su cadáver. El médico Johannes Flückinger, uno de los galenos que asistieron a la exhumación de Arnold Paole, publicó en Belgrado la obra titulada Visum et Repertum (1732). Ese libro, que circuló con profusión por Europa, popularizó el vocablo latino vampirus que no se empleaba con normalidad hasta entonces.[12] El 13 de Febrero, el padre de Glaser, el vienés Dr. Johann Friedrich Glaser -a la sazón era corresponsal del diario Commercium Litterarium de Nüremberg- remitió al periódico una carta describiendo el caso tal y como se lo relató su hijo mediante una misiva fechada el 18 de Enero. La historia generó gran interés hasta el punto que tanto el informe de Flückinger como la carta de Glaser -en especial el primero- fueron reproducidos en numerosos tratados (Ver El vampiro en la literatura) y artículos lo cual contribuyó a la propagación de la creencia en vampiros entre los europeos cultos. El informe médico que dio origen a la leyenda se explica hoy día por la poca comprensión que se tenía en la época sobre el proceso de descomposición de los cadáveres. Gracias a las novedades que aportaba el llamado Siglo de las Luces, donde se vive el triunfo de la razón y el desprestigio de las supersticiones, se trató de desvirtuar las leyendas sobre vampiros. En 1746 el padre benedictino Dom Augustin Calmet publicó su obra "Dissertations sur les apparitions des anges, des démons & des esprits et sur les revenans et vampires de Hongrie, de Boheme, de Moravie & de Silesie ..." con la cual paradojicamente propagó las leyendas y fábulas sobre los vampiros aunque su intención era desacreditar el mito con argumentos cristianos. Esta y otras obras que nacieron a la sombra de la Ilustración en contra del vampirismo como la Dissertatione sopra i vampiri (1774) del arzobispo de Florencia Guiseppe Davanzati, sólo consiguieron incrementar aún más la creencia en ellos.

De las ciencias es la medicina la que más ha intentado explicar y esclarecer los orígenes del mito del vampiro, no del cinematográfico o literario (cuya imagen depende de la imaginación de los novelistas y guionistas o directores); sino del vampiro folclórico que inauguró el tema. En el siglo XVI la ola de superstición desatada hizo que surgieran obras como Los vampiros a la luz de la medicina (1749) de Próspero Lambertini (que llegaría al papado con el nombre de Benedicto XIV y desde donde siguió luchando contra las falsas creencias) o el Informe médico sobre los vampiros (1755) de Gerard van Swieten, médico y archidiácono de María Teresa de Austria, donde tras criticar el vampirismo y considerar poco frecuente aunque dentro de la normalidad los casos de incorruptibilidad de los muertos, desacreditaba a médicos y comisarios pues en muchas ocasiones y siguiendo sus indicaciones se realizaban sacrilegios, poniendo en entredicho el buen nombre del finado, violando tumbas y ultrajando cadáveres.

El neurólogo español, Juan Gómez Alonso, propone una convincente explicación del mito a partir de ciertas enfermedades, que por sus síntomas y signos, así como por su impacto social, pueden servir para dar algún sustento científico a la leyenda del vampiro. sobre todo el de origen en el folclore europeo.[16]   La Peste  [editar] Posiblemente las grandes epidemias de peste, (enfermedad infecciosa producida por la Yersinia pestis, transmitida por las pulgas de las ratas y otros roedores) sea la más factible para explicar en parte y en forma simple pero verosímil el origen del mito del vampiro. Precisamente este fenómeno también es descrito como trasfondo de la historia principal de un vampiro en obras cinematográficas como el Nosferatu de Murnau o de Herzog. Durante el siglo XIV, especialmente en Prusia oriental, Silesia y Bohemia, para evitar el contagio, las víctimas de la enfermedad eran enterradas rápidamente sin constatar la muerte clínica. Muchos de estas victimas de enterramiento prematuro sufrieron por ello una larga y atroz agonía, infligiéndose heridas en su intento de escapar de su cárcel de madera. No es de extrañar, por tanto, que al abrir los ataúdes se encontraran al cadáver conservado y con manchas de sangre, lo que a falta de una explicación mejor estimularía la imaginación supersticiosa de la gente atribuyéndoles una condición de vampiros. La ciencia también puede explicar la creencia en la afectación de los vecinos y familiares allegados al presunto vampiro. Las supuestas víctimas presentaban una severa palidez acompañada de intensa fatiga, cansancio y respiración entrecortada, síntomas y signos clínicos que sencillamente se pueden explicar con una enfermedad clásica, la anemia, un déficit en la cantidad o calidad de los glóbulos rojos de la sangre encargados de transportar el oxígeno a todo el cuerpo, trastorno que no siempre se debe a la pérdida de sangre, sino que hace parte también del cuadro de una desnutrición, muy frecuente en esa época ya sea por falta de adecuada alimentación por las propias enfermedades, o las carestías debidas a las guerras, cuando no por ayunos con motivaciones religiosas que tenían el objetivo de purgar los pecados y verse libre del peligro de la peste.

El carbunco Es una enfermedad muy contagiosa de los animales producida por el Bacillus anthracis y que puede transmitirse al hombre, capaz de crear gravísimas epidemias) podría haber originado la sintomatología de la persona atacado por los vampiros. Los afectados presentan fiebre alta, sed intensa, convulsiones, afectación respiratoria y alucinaciones que se atribuyen a la falta de oxígeno, por lo que la sensación de asfixia por parte de la víctima podía ser expresada como el estrangulamiento a manos de un vampiro.   La rabia   La rabia, infección viral del Sistema Nervioso, es la enfermedad transmisible que científicamente explicaría adecuadamente el mito del vampiro, especialmente cuando su auge en Europa coincide con epidemias de esta afección durante los siglos XVI y XVII, en particular la ocurrida en Hungría entre 1721 y 1728. Es una enfermedad que se transmite a los humanos generalmente por mordedura de animales como perros, lobos y murciélagos, portadores habituales de la enfermedad y que en el folclore han sido relacionados con los vampiros. Un médico anónimo ya mencionaba en 1733 que el vampirismo era una enfermedad contagiosa de una naturaleza parecida a la que sobreviene tras la mordedura de un perro rabioso.La rabia , durante su periodo de incubación y fase preclínica (habitualmente entre 1 año y 3 meses), puede manifestarse con sensaciones anormales como parestesias o dolor en la zona de mordedura, y sintomatología inespecífica inicial (fiebre, pérdida de apetito, fatiga, depresión, temor, ansiedad y sueños angustiosos) semejando una progresiva transformación de la persona en un vampiro.En su fase clínica, como encefalitis y con una predilección del virus por afectar al sistema límbico (importante en el control de las emociones y la conducta), la rabia generalmente se caracteriza por un cuadro de "rabia furiosa" consistente en síntomas similares a los asignados a la figura folclórica del vampiro, como son: inquietud y agitación crecientes que pueden llegar hasta la agresividad, insomnio persistente y alteración del ritmo del sueño, y modificaciones de la conducta sexual expresadas como hipersexualidad. Debido a frecuentes espasmos musculares en el área facial, faríngea y laríngea, el paciente emite sonidos roncos y ahogados y se produce una retracción de los labios de forma que asoman los dientes como si fuera un animal. Una exaltación de los reflejos, puede causar accesos de furor maníaco frente a pequeños estímulos, como leves contactos, corrientes de aire, luz y ruidos, ciertos olores o excitaciones mínimas como ver su imagen reflejada en un espejo.El espasmo muscular y los reflejos anormales en faringe producen característicamente un rechazo del paciente al agua lo que se denomina hidrofobia, nombre por el cual se conoce también a esta enfermedad, causado por los intensos dolores al intentar tragar agua o simplemente con su visión (¿sería extrapolable al agua bendita?). Los problemas para tragar su propia saliva, causan que la misma se acumule y gotee de su boca formando espumarajos. Las pesadillas y las alucinaciones también suelen estar presentes en este tipo de cuadro florido de la rabia que generalmente es mortal.   La Porfiria, La porfiria y en particular el tipo de porfiria eritropoyética congénita o enfermedad de Günther , producida por una anomalía genética y hereditaria, se ha alzado con el título de "enfermedad de los vampiros"; pero, aunque curiosa y merecedora de estudio, no sirve para explicar las formas epidémicas del vampirismo debido a que es muy poco frecuente o escasamente diagnosticada. La enfermedad se caracteriza bioquímicamente por una alteración genética de la actividad enzimática encargada de metabolizar las porfirinas pigmentos precursores del grupo Hemo componente de la hemoglobina que se encarga del transporte de oxígeno en la sangre y le da su característico color rojo. El resultado es una acumulación excesiva en los tejidos de estas sustancias, lo cual clínicamente se manifiesta en una serie de síntomas y signos y complicaciones que coinciden con ciertas características atribuidas en el folclore a los vampiros, como son: Fotosensibilidad: El depósito de porfirinas en la piel produce una hipersensibilidad a ciertas radiaciones del espectro solar (las de 400 nm de longitud de onda y en menor grado las de 500 a 600 nm), lo que desencadena un proceso de producción de peróxidos que, al liberar oxígeno atómico en los tejidos, provoca la destrucción celular, lo cual se manifiesta por un fuerte enrojecimiento cutáneo, así como agrietamiento y sangrado de la piel , formación de ampollas que se infectan fácilmente y formación de erosiones y úlceras que al cicatrizar dejan marcas y deformaciones en la zona afectada. Por otra parte, el organismo en un intento de proteger la piel del sol desarrolla un hirsutismo o crecimiento anormal del vello en la frente, pómulos y extremidades y en zonas inusuales como las palmas de las manos, característica que por ejemplo Bram Stoker incluye en su novela al describir por primera vez al conde Drácula. Deformidades faciales o "Facies vampírica": Se explicaría cuando las lesiones faciales son extensas y por su carácter recidivante se vuelven mutilantes, destruyendo los labios (que dejan la dentadura al descubierto, aparentando ser los dientes de mayor tamaño que el normal), así como los cartílagos de la nariz (mostrando frontalmente los agujeros nasales) o los auriculares (dando ocasionalmente un aspecto puntiagudo a las orejas). Igualmente, con la acumulación de porfirinas los ojos pueden aparecer de color rojizo y en los dientes aparece la llamada eritrodoncia por el depósito porfirínico en la dentina. Palidez extrema y ansiedad por la sangre: Por otra parte, los defectos en la producción de hemoglobina producen anemia con toda su sintomatología característica, de la cual es destacable la palidez general, tal y como se describe la imagen clásica del vampiro. Un tratamiento habitual de la anemia son las transfusiones de sangre o del grupo Hemo, que no sólo mejoran la anemia sino que frenan la producción de porfirinas y muchos atribuyen que por esa razón los pacientes tiene ansiedad por la sangre. Antiguamente la terapéutica médica para las anemias incluía beber sangre de otros animales, lo cierto es que los jugos digestivos la destruyen y para tener cierto beneficio y que pudiera absorberse una mínima parte del grupo Hemo, el paciente tendría que ingerir más cantidad que la que se necesita vía intravenosa. Intolerancia al Ajo: El Ajo, el cual es parte de los elementos clásicos para ahuyentar vampiros, se usa desde tiempos antiguos al atribuírsele propiedades antisépticas, antiparasitarias, expectorantes o hipotensivas. Recientemente algunos estudios sugieren que extractos del ajo producirían un bloqueo de la coagulación de la sangre al inhibir la agregación plaquetaria[17] y uno de los elementos del ajo, el alquildisulfuro, por otra parte, podría destruir el grupo Hemo, todo lo cual podría aumentar el malestar de un paciente con porfiria causando una intolerancia. Disociación emocional o mental del paciente: Este tipo de porfiria no trastorna, curiosamente, la sensación de bienestar del enfermo, aunque por el tipo de vida al que se encuentra sometido es frecuente que se alteren las facultades mentales, lo que podría explicar las obsesiones y crueldades que se atribuyen a los vampiros. Prevalencia entre grupos familiares: Aunque la teoría porfírica del vampirismo no explica bien las epidemias de vampiros, si se ha intentado asociarla al mito por su prevalencia entre grupos poblacionales cerrados o entre familias dado el mecanismo de transmisión genética, basándose en que en la sociedad feudal era frecuente el derecho de pernada feudal, lo cual supone una transmisión del material genético del noble o señor feudal afectado de porfiria entre las familias de sus siervos o del pueblo llano, por lo que se podrían producir varios casos en un mismo periodo y con relativa frecuencia, explicando además los casos de vampirización dados en el entorno familiar del supuesto vampiro original. Por otra parte, entre las diversas variedades de la porfiria (especialmente en las variedades aguda intermitente, variegata y coproporfiria) puede desencadenarse una crisis por la ingesta de alcohol o incluso por el estrés intenso (situación que se crearía con relativa facilidad en el ámbito supersticioso y aterrador de la creencia en los ataques vampíricos.

BIBLIOGRAFIA:

 ↑ Bartra, Roger (1997). «capitulo IX», El salvaje artificial. Ediciones Era, Universidad Nacional Autónoma de México, pp. 272 páginas. ISBN 9684113838, 9789684113831.↑ Ioan P Culianu,; Mircea Eliade, Neus Clavera, Hélène Rufat (1999). Eros y magia en el renacimiento. Siruela, pp. 422 páginas. ISBN 8478444416, 9788478444410.↑ Bremmer, Jan N. (2003). El concepto del alma en la antigua Grecia. Siruela, pp. 160 páginas. ISBN 8478446370, 9788478446377.↑ Pattanaik, Devdutt (2005). Mitología Hindú. Editorial Kier. ISBN 9501703886, 9789501703887.↑ "Dissertations sur les apparitions des anges, des démons & des esprits et sur les revenans et vampires de Hongrie, de Boheme, de Moravie & de Silesie ..."Escrito por Abbé de Sénones Augustin Calmet Poupart.Publicado por De Bure l'aîné, 1746.[1]↑ Lévi, Éliphas (1988). "Historia de la magia: Con una clara y precisa exposición de sus procedimientos, ritos y misterios", 3 edición, Editorial Kier. ISBN 9501709027, 9789501709025.↑ Feijoo, Benito Jerónimo (1774). «Carta XX», Cartas eruditas, y curiosas: En que por la mayor parte se continúa el designio del teatro critico universal, impugnando, ò reduciendo à dudosas varias opiniones comunes. Madrid: Imprenta real de la gazeta.↑ Ioan P Culianu,; Mircea Eliade, Neus Clavera, Hélène Rufat (1999). Eros y magia en el renacimiento. Siruela, pp. 422 páginas. ISBN 8478444416, 9788478444410.↑ «Museo Surnateum». Consultado el 13 de marzo de 2009. «"This particular box, which has been in the Surnateum's collection since the late 19th century, has recently been reunited with the accompanying pistol (made in Spain in the late 18th century, originally a flintlock but later converted to a percussion cap in the first half of the 19th century); the gun was lost under circumstances described below. Manufactured in two separate stages, it contains all of the accessories used to maintain the pistol, as well as a large bottle of holy water, small bottles which once contained Professor Blomberg's anti-vampire serum and garlic juice to impregnate the silver bullets, a small bottle of sulphur powder, whose odour could drive off vampires. A crucifix made of wood and copper, various blessed medals, a small bottle of salts, a copy of the 1819 book entitled Histoire des Fantômes et des Démons by Gabrielle de P."»↑ Ramón Buckley, Raíces tradicionales de la novela contemporánea en España. Editorial Península, 1982. ISBN 84-297-1870-2, 9788429718706↑ Charles Whitehead, John W Lequear."Lives and exploits of the most noted highwaymen, robbers, and murderers, of all nations: drawn from the most authentic sources, and brought down to the present time : with numerous engravings". Publicado por Enza. Strong, Connecticud 1836, [2]↑ Marigny, Jean (octubre de 1999). El despertar de los vampiros. Barcelona: Ediciones B, pp. 46-48. ISBN 84-406-9373-7.↑ Michael E. Bell, "Food for the Dead: On the Trail of New England's Vampires". Editorial Perseus Books Group, 2002. ISBN 0-7867-1049-7, 9780786710492↑ "Vlad III, Drácula" escrito por Matei Cazacu. Editorial El Ateneo. ISBN 950-02-5941-9.↑ La condesa Sangrienta, Valentine Penrose, Ediciones Siruela, El Ojo sin Párpado, Madrid, 1987,2ª edición 1987 y Siruela/Bolsillo. 29. ISBN-10 84-7844-326-6, ISBN 978-84-7844-326-0.↑ Los vampiros a la luz de la Medicina. Juan Gómez-Alonso. Publicado por Neuropress, 1995. ISBN 84-605-2916-9, 9788460529163↑ D. A. de Luis, R. Aller (2008). «Ajo y riesgo cardiovascular». Anales de Medicina Interna (Madrid) 25 (5). ISSN 0212-7199, PÁGINA/S.↑ Vernünftige und christliche Gedancken uber die Vampirs oder bluhtsaugende Todten. Escrito por Johann Christoph Harenberg. Publicado por Meissner, 1733. und Christliche Gedancken über die Vampirs↑ "Dissertations sur les apparitions des anges, des démons & des esprits et sur les revenans et vampires de Hongrie, de Boheme, de Moravie & de Silesie ..."Escrito por Abbé de Sénones Augustin Calmet Poupart.Publicado por De Bure l'aîné, 1746.[3]↑ [4]| Prest, Thomas Preskett . Varney the vampire; or, The feast of blood. Electronic Text Center, University of Virginia Library↑ Polichinel vampire: ballet-pantomime et divertissemens burlesques en un acte et à spectacle, libreto escrito por François Alexis Blache, publicado por Pollet, 1825. Procedente de Universidad de Harvard. Digitalizado por Google el 15 May 2008[5]      Este artículo o sección contiene algunas citas a referencias completas e incluye una lista de bibliografía o enlaces externos. Sin embargo, su verificabilidad no es del todo clara debido a que no posee suficientes notas al pie.
Puedes mejorar este artículo introduciendo citas más precisas.    Barber, Paul : Vampires, Burial and Death: Folclore and Reality. Yale University Press.1988. ISBN 0-300-04859-9Flo, Ferran y Ardanuy.: Vampiros. Magia póstuma dentro y fuera de España. La Luna Negra, 1994.Bunson, Matthew: The Vampire Encyclopedia. Crown Trade Paperbacks, 1993. ISBN 0-517-88100-4Wright, Dudley: El Libro de los Vampiros. 1914 (disponible en varias reediciones)Frayling, Christopher: Vampyres, Lord Byron to Count Dracula. 1991. ISBN 0-571-16792-6   Lectura adicional  [editar] Vampiros, el mito de los no-muertos. Noelia Induraín y Óscar Urbiola. Editorial Tikal. 1999Vampire Chronicle. Historia natural del vampiro en la literatura anglosajona. Antonio Ballesteros. Editorial Unaluna. 2000.Vampirismo, magia póstuma de los no-muertos. Miguel G.Aracil. Ediciones Arbor, Bastet y Protusa.Vampiros, mito y realidad de los no-muertos. Miguel G. Aracil. Editorial EDAF. 2002.Historias y leyendas de vampiros. Fritz Strafer. Editorial FERMA.Un sueño de Drácula. Leonard Wolf. Panaeuropea de ediciones. 1972.Vampiros. Bestiario de Ultratumba. Javier Arries. Editorial Zenith (Grupo Planeta). 2007


NOTA: NO OMPORTA CUANTO EL GANADO BUSQUE, ES TAN ESTUPIDO PENSAR QUE SE ENTABLARIA AMISTAD O AMOR CON LA COMIDA. DE AHI QUE LA INFORMACION SEA EN VARIOS MEDIOS PRMEDITADAMENTE CONFUSA.




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