domingo, 3 de junio de 2012

El vampiro Harppe.

Un hombre, que se llamaba Harppe, ordenó a su mujer que le enterrase, después de morir, delante de la puerta de la cocina, a fin de que pudiera ver mejor lo que ocurría en la casa. La mujer cumplió fielmente lo que le había ordenado; y después de la muerte de Harppe, se le vio a menudo por la vecindad: mataba a los obreros y molestaba de tal modo a los vecinos que nadie osaba habitar las casas que rodeaban la suya.

Un hombre, llamado Olaüs Pa, fue lo bastante atrevido para atacar a este espectro: le asestó una lanzada y dejó el arma en la herida. El espectro desapareció y, al día siguiente, Olaüs abrió la tumba del muerto. Encontró la lanza en el cuerpo de Harppe, en el mismo lugar donde había golpeado al fantasma. El cadáver no estaba corrupto. Le sacaron del féretro, le quemaron, arrojaron sus cenizas al mar y quedaron libres de sus apariciones.

Charles Nodier (1780-1844)

 

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