domingo, 3 de junio de 2012

El vampiro de Kisilova.

El siglo pasado, en en Kisilova, a tres leguas de Gradisch, murió un anciano de sesenta y dos años. Tres días después de haber sido enterrado, se le apareció de noche a su hijo pidiéndole algo de comer; cuando éste le sirvió, comió y luego desapareció.

Al día siguiente, el hijo le contó a sus vecinos lo sucedido; y el espectro no apareció aquella noche; pero la tercera noche se dejó ver y pidió que le dieran de comer; no se sabe si el hijo le dio o no ; pero al día siguiente encontraron a éste muerto en su cama. Aquel mismo día cinco o seis personas cayeron enfermas de forma fulminante en el pueblo y murieron una tras otra, pocos días después. El bailío del lugar, informado de lo sucedido, envió un informe al tribunal de Belgrado que encargó a dos oficiales dirigirse al pueblo junto a un verdugo, para analizar los hechos.

El oficial imperial, gracias al cual se conocen los hechos, se dirigió a Gradisch para ser ser testigo de un hecho del que había oído hablar. Se abrieron las tumbas de todos los que habían fallecido en las últimas seis semanas; cuando llegaron a la del anciano, lo encontraron con los ojos abiertos, tez coloreada y respiración normal, aunque inmóvil y muerto; de lo que dedujeron que era un vampiro. El verdugo le clavó una estaca en el corazón. Hicieron una hoguera y redujeron a cenizas su cadáver. No encontraron ninguna señal de vampirismo ni en el cuerpo del hijo ni en el de los demás (D. Calmet)

Se sabe que los vampiros son aparecidos que, en el siglo XVIII invadieron Hungría, Moravia, Rusia, Suecia, etc, chupando la sangre a los vivos y haciéndoles morir de forma cruel; así es al menos como lo cuentan.

Gabrielle de Pavan.

 

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