domingo, 3 de febrero de 2013

Los cimerios perdidos en el tiempo

El misterio cubre la verdadera faz de uno de los pueblos más importantes y desconocidos de la Historia antigua, desaparecido entre el Mar Negro y el Egeo.
¿Alguien ha oído hablar alguna vez de los cimerios? Seguramente muchos dirán que sí, sobre todo los aficionados a los cómics y sagas épicas de Conan, el popular bárbaro creado en 1932 por el escritor estadounidense Robert E. Howard, nacido, según su autor, en las sombrías tierras montañosas de Cimmeria.
Pero la verdad histórica es muy distinta a la de ese reino de ficción de Conan "el Cimmerio", puesto que existió realmente un pueblo cimerio en la Antigüedad. Robert E. Howard, escritor de prolífica imaginación, que gustaba de introducir en sus relatos nombres y topónimos extraídos de las fuentes clásicas, para dotarlos de un trasfondo histórico que les añadiera verosimilitud, se limitó justamente a eso: a reutilizar un nombre preexistente para sus propios fines literarios. Incluso alteró ligeramente el topónimo, al añadirse una m (Cimmeria, en lugar de Cimeria).

Los cimerios históricos

Como suele ocurrir a la hora de rastrear las huellas de sociedades antiguas que carecían de escritura u organización estatal, el pueblo cimerio aparece descrito por primera vez por historiadores de otros lugares "más civilizados". 

En este caso, la primera mención conocida en la Historia sobre los cimerios viene de los asirios, quienes, hacia el 714 a.C., registran en sus anales la existencia de los Gimirri -término asirio llamativamente similar con "cimerio"-, pueblo bárbaro de jinetes nómadas, extendido por las estepas del Cáucaso (seguramente Azerbaiyán y Norte de Irán), que fueron enrolados como mercenarios por el rey asirio Sargón II en su lucha contra el reino rival de Urartu.
El rey de Urartu, Rusa I, falleció en combate en el 713 a.C., tras lo cual, al parecer, Sargón se desinteresó de los cimerios. Entonces, según R. Ghirsman, se vieron obligados a emigrar, dividiéndose en dos grupos: uno, el más pequeño, se dirigió a los Zagros, en donde desapareció sin dejar huella; el otro, más nutrido, emigró a Occidente, empujado por el acoso desde su retaguardia de otros belicosos pueblos nómadas orientales, los escitas, llegando así a la Península de Anatolia (Turquía) y el Mar Negro.
A los cimerios, que vivían normalmente del pastoreo y la caza, se les atribuye el honor de ser probablemente los primeros hombres en domesticar el caballo. Además, numerosos datos apuntan a que los escitas, también famosos jinetes, en realidad aprendieron el arte ecuestre de sus antecesores cimerios.

Cimerios, un pueblo indefinible

Los cimerios, pueblo de origen confuso, ambiguo, pues se le atribuyen raíces culturales y lingüísticas tanto uralo-altaicas como indoeuropeas e iranias -lo que no hace sino acrecentar la problemática de su identificación histórica-, una vez en Anatolia, se asentaron temporalmente en la desembocadura del Halys, desde donde se dedicaron a devastar Frigia y Lidia. 
Pero allí entraron en conflicto con los intereses de algún poderoso rey asirio (Assahardón o Assurbanipal II), el cual les infringió una severa derrota de la que nunca más se recuperarían, aniquilados masivamente en algún lugar ignoto de Capadocia. A partir de entonces (siglo VII a.C.), los cimerios desaparecen de la Historia sin dejar rastro.
Cabe suponer que hubiera supervivientes, pero éstos se dispersarían o, a la postre, terminarían fusionándose con otros pueblos de la región (griegos, hititas, o los mismos escitas y asirios). Efectivamente, se pueden rastrear notables huellas de su influencia en la cultura escita y la Tracia helénica (Bulgaria), dado que, al fin y al cabo, los escitas acabarían llegando también a Tracia, tras bordear el litoral del Mar Negro.
Si hasta aquí parece difícil determinar claramente quiénes eran esas escurridizas tribus, la cosa se complica aún más cuando se trata de estudiarlas a la luz de otras fuentes, la de los historiadores clásicos griegos, como Homero (s. VIII a.C.) y Heródoto (s. V a.C.), quienes dieron sus propias descripciones sobre Cimeria.

¿Dónde estaba Cimeria?

La determinación de una tierra concreta para pueblos nómadas como este es, per se, cosa imposible, pues Cimeria estaría siempre allá donde se encontraran establecidos, en cada momento, los cimerios -digamos,"viajando con ellos"-, algo lógico dada su economía pastoril, cazadora y saqueadora, y la citada presión de otros pueblos migratorios.
Pese a todo, dichos autores grecolatinos establecieron una localización para Cimeria, región que correspondería, según Homero (Odisea, libro XI), a la entrada del Hades (Infierno), "en los confines del Océano", tierra inhóspita "nunca acariciada por el sol". Homero identifica Cimeria con esa vasta región comprendida entre los ríos Tanais (Don) y Tyras (Dniéster), entre el Sureste de Ucrania y Moldavia; y añade que Odisseo (el Ulises romano) visitó Κυμαιρια ("Kymeria") inmediatamente tras escapar de los encantos de Circe, bruja de Eea.
Eea ha sido identificada frecuentemente con una islita de la costa occidental de Italia, en donde la toponimia menciona también Κυμαι ("País de Kymai"), palabra semejante a Cumas, localidad situada al Oeste de Nápoles. Las similitudes entre ambos topónimos, Kymairia y Kymai, son sumamente interesantes, pero aumentan considerablemente la confusión sobre el emplazamiento de Cimeria, pues al relacionarse con el primer dato de Homero se establecen vínculos entre zonas demasiado alejadas entre sí (Ucrania---Italia), como presuntas tierras cimerias. O bien hay una contradicción, o tampoco Homero tenía muy claro de qué estaba hablando. 
Conan de Cimmeria fue el sucesor de un personaje anterior de Robert E. Howard: Kull de Atlantis. Durante meses estuvo en busca de un nuevo personaje para el floreciente mercado de venta de relatos pulp de principios del decenio de 1930. En octubre de 1931, presentó un relato corto titulado People of the Dark (La gente de la oscuridad) a una nueva revista titulada Strange Tales of Mystery and Terror (Relatos extraños de misterio y terror) en junio de 1932. En dicha historia aparece Conan, un guerrero de pelo negro protegido por una deidad llamada Crom, que los estudiosos de Howard creen que fue un esbozo de lo que vendría después.
En febrero de 1932, Howard tomó unas vacaciones en una ciudad fronteriza en la parte baja del río Bravo para disfrutar de la cultura local. Durante este viaje concibió el personaje de Conan y escribió el poema Cimmeria, gran parte del cual contiene extractos de las Vidas paralelas, de Plutarco. Según ciertos autores es muy probable que se inspirara en el libro de Thomas Bulfinch The Outline of Mythology (El esbozo de la mitología, 1913) para la concepción de su Era Hiboria. Tras el viaje reescribió la historia de Kull, By This Axe I Rule! (¡Con esta hacha gobierno!, mayo 1929) con un nuevo título, The Phoenix on the Sword (El fénix en la espada) y con Conan como protagonista, en febrero de 1932. También escribió The Frost Giant's Daughter (La Hija del Gigante de Hielo), inspirada en el mito griego de Dafne, y envió ambas a la revista Weird Tales, aunque sólo la primera fue aceptada y publicada en diciembre de 1932.
Esta revista pulp norteamericana de ciencia ficción, fantasía y terror se hizo famosa por publicar relatos de notables autores como Howard Phillips Lovecraft, Clark Ashton Smith, Tennessee Williams, Robert Bloch, Seabury Quinn y otros. La gran aceptación de The Phoenix on the Sword por parte de los lectores causó que el editor, Farnsworth Wright, pidiera a Howard que escribiera un ensayo de 8.000 palabras en el que se detallara la época de Conan. Howard escribió entonces el ensayo titulado The Hyborian Age (La Edad Hiboria) y lo usó como directriz para el trazado de su próximo relato, The Tower of the Elephant (La Torre del Elefante), el primero que integraba su nueva concepción de la Era Hiboria.
La publicación y el éxito de The Tower of the Elephant impulsó a Howard a escribir muchas más historias de Conan para Weird Tales. En el momento de su suicidio en 1936 había escrito 20 relatos (veintiuno contando la novela The Hour of the Dragon (La hora del dragón)), quince de los cuales fueron publicados en vida del autor (dieciséis contando la novela), y varios fragmentos no finalizados. Tras su muerte, los derechos de autor pasaron por varias manos, pero finalmente bajo la dirección de L. Sprague de Camp y Lin Carter las historias fueron expurgadas, revisadas y reescritas, aunque durante cuarenta años las versiones originales de Howard no se imprimieron.4 Sólo en 1977 con Berkley ediciones se hizo un intento de volver a los primeros textos publicados.4
En los años 1980 y 1990, los titulares de los derechos de autor permitieron editar los relatos completos originales, además de continuar vendiendo versiones de otros autores.4 En 2000 se publicó una edición de la editorial británica Victor Gollancz Ltd, que publicó en dos volúmenes la edición completa de las historias de Howard como parte de su colección Fantasy Masterworks, entre ellos varios relatos que nunca habían sido impresos en su forma original.4 Dicha publicación utilizó principalmente las versiones de los relatos tal y como se publicaron en Weird Tales.
En 2003, la editorial británica Wandering Star recobró los manuscritos originales de Howard y enfocó las historias en una forma más académica e histórica. Publicó ediciones de lujo de tapa dura en Inglaterra, que fueron reeditadas en Estados Unidos por Del Rey Manga.4 El primer libro, Conan of Cimmeria: Volume One (1932–1933) (Conan el Cimmerio: Volumen Uno) fue publicado en Estados Unidos en 2003 como The Coming of Conan the Cimmerian (La llegada de Conan el Cimmerio), y traducido por Timun Mas como Conan el Cimmerio. Incluye notas de Howard sobre la concepción de su universo de ficción así como cartas y poemas acerca de la génesis de sus ideas. Fue seguido de Conan of Cimmeria: Volume Two (1934) (Conan el Cimmerio: Volumen Dos, 2004) y Conan of Cimmeria: Volume Three (1935–1936) (Conan el Cimmerio: Volumen Tres, 2005), que se publicaron en Estados Unidos en 2005 respectivamente como The Bloody Crown of Conan (La corona sangrienta de Conan) y The Conquering Sword of Conan (La espada conquistadora de Conan). El primer volumen incluye los relatos escritos en 1932 y 1933, el segundo los relatos escritos en 1934 y el tercero los que fueron escritos en 1935 y 1936. Los tres juntos incluyen todos los relatos de Conan escritos por Howard y por orden de escritura y no de edición, tanto los ya editados como los que hasta entonces habían estado inéditos.4
Existen otros numerosos relatos y novelas tanto apócrifos como firmados por autores diferentes de Robert E. Howard, como Lyon Sprague de Camp, Lin Carter y otros. Las siguientes listas, sin embargo, sólo exponen los escritos originales de Howard. Cada lista sigue el orden en que las obras fueron escritas, no el orden en el que fueron publicadas

El dato mas curioso es que su autor siempre menciono pese a los descibrimientos arqueologicos que coincidian con su relato de supuesta fantasia, era que el siempre menciono que parecia mas alguien le contaba los relatos del rey Conan, otra cosa de meditar es la relacion con Lovecraft, como ambos usaban dioses y demonios del necronomicon en sus relatos, y como pasa con quien entra mucho al rincon d elos parasitos de la mente los dos autores se quitaron la vida.

 


la siguiente parte la platicareos en ingles para un solicitante de otro pais. 
Conan, the black-haired, red-skinned Cimmerian, has become over the last twenty five years a different fellow than the legendary swordsman who walked off the pages of Weird Tales magazine and out of the imagination of Robert E. Howard.  First collections with pastiches by other writers, comic books, then films have changed Conan’s “public image” greatly, making him a veritable house-hold word as it increasing his size, reduced his intelligence and obscured the fantastic back-drop that was a part of all Robert E. Howard’s best works.
 The Hyborian Age, that time between the Fall of Atlantis and the rise of the world as we know it, is a vivid setting for the adventures of the Cimmerian who came down from the North to carve out an empire.  But behind the Hyborian Age, as behind the worlds of Howard’s other characters, like Solomon Kane, Bran Mak Morn and King Kull rests a macabre shadow, a world vision that is largely inspired by Howard’s correspondent, fellow contributor to the famous Weird Tales, and friend, H. P. Lovecraft.  The influence that Lovecraft had on the younger Howard was much greater than many recognize.
 Recently at a convention I asked L. Sprague de Camp, biographer of both Howard and Lovecraft, if he considered the Conan series to be part of what Derleth called “The Cthulhu Mythos”?.  Mr. de Camp only acknowledged a begrudged family resemble.  Though no one has claimed the Conan stories as part of the Cthulhu Mythos, that group of stories by HPL and his friends centered on Cthulhu and his kin, it does by proxy exist next to them.  One of the King Kull stories, “The Shadow Kingdom” (Weird Tales, August 1929) is a Mythos tale.  Kull lived in the age before Conan, thus, they exist in the same world, though at different times.  But this isn’t enough to place the Hyborian Age into the frame-work of the Mythos.  Howard did write at least six undisputed Cthulhu Mythos stories, “The Worms of the Earth” and “The Black Stone” being two of the best.  These tales name the beings of Lovecraft’s world, tell of new books and monsters, but none  feature the beloved Cimmerian.
 Howard’s concept of the supernatural in his fiction can be best summed up by this dialogue taken from “Shadows in the Moonlight” (Weird Tales, April 1934):  “‘What gods?’ he muttered./‘The nameless, forgotten ones.  Who knows?  They have gone back into the still waters of the lakes, the quiet hearts of the hills, the gulfs beyond the stars.  Gods are no more stable than men.’”
 Here we can see Howard has created a world that was once inhabited by wondrous and terrible creatures but most have fled, leaving only a few remote survivors, much as Lovecraft (or August Derleth) wrote: “All my stories ... are based on the fundamental lore or legend that this world was inhabited at one time by another race who, in practicing black magic, lost their foothold and were expelled, yet live on outside ever ready to take possession of this earth again.”  Unlike HPL’s protagonists, Howard’s humans do not quail and go mad, but hurl steel and muscle against the unsettling forces of the supernatural -- and one of the mightiest of these combatants is Conan. This key difference is the point of divergence for these two masters of weird fiction.
 In the de Camp edited tale “The Vale of Lost Women” (Magazine of Horror, Spring 1967) Conan shows us this underlying difference as he tells of the minions of the Dark:
 

 “A god,” she whispered.  “The Black people spoke of it -- a god from far away and long ago!”
 “A devil from the Outer Dark,” he grunted.  “Oh, they’re nothing uncommon.  They lurk as thick as fleas outside the belt of light which surrounds this world.  I’ve heard the wise men of Zamora talk of them.  Some find their way to Earth, but when they do they have to take on some earthly form and flesh of some sort.  A man like myself, with a sword, is a match for any amount of fangs and talons, infernal or terrestrial...”
 

 How are such creatures to compare with: “   The thing can not be described -- there is no language for such abysms of shrieking and immemorial lunacy, such eldritch contradictions of all matter, force, and cosmic order.” (“The Call of Cthulhu” 1926) Robert E. Howard wrote at a furious pace, making his living by knowing what editors of action-adventure magazines like Oriental Tales and Top-Notch wanted, often revising little or not at all.  He cannibalized names without much regard for past stories, knowing his audience cared little for such details.  The very first Conan story, not truly a tale of the Hyborian Age, was called “People of the Dark” (Strange Tales, June 1932) featuring a reincarnate Briton named ‘Conan of the reavers.’  Later, Howard would revise his unsold Kull story “By This Axe I Rule” featuring Conan the Cimmerian, beginning a series of seventeen stories to appear in Weird Tales between 1932 and 1936.  That Howard sold so many stories to the legendary pulp can only be attributed to the color with which he depicted the monster-haunted worlds of his imagination.  Few of the Conan tales lack some ‘squamous’ beast’ or ‘unearthly horror’, and those few that do feature other sorceries.
 In his revised tale, “Phoenix on the Sword” (Weird Tales, December 1932) Conan, while lost in dream, sees a strange unearthly place. “He shuddered to see the vast shadowy outlines of the Nameless Old Ones, and he knew somehow that mortal feet had not traversed the corridor for centuries.”  The similarity to the Great Old Ones, the Old Ones or Ancient Old Ones, of Lovecraft stories such as “At the Mountains of Madness”(1931) and “The Dreams in the Witch-House”(1932), which Howard may have seen in rough form, is obvious.
 Conan’s protector, Epemitrius the Sage, warns: “It is not against men I must shield you.  There are dark worlds barely guessed by man, wherein formless monsters stalk -- fiends which may be drawn from the Outer Voids to take material shape and rend and devour at the bidding of evil magicians...”  Again a description that could as easily apply to HPL’s “The Call of Cthulhu”.

 The Nameless Old Ones may be the same Old Ones mentioned in “The Queen of the Black Coast” (Weird Tales, May 1934)
 

 “This was the temple of the old ones,” she said, “Look  -- you can see the channels for the blood along the sides of the altar, and the rains of ten thousand years have not washed the dark stains from them.  The walls have all fallen away, but this stone block defies time and the elements.”
 “But who were these old ones?” demanded Conan.
 She spread her slim hands helplessly.  “not even in legendary is this city mentioned.”
 

 The monsters in Howard’s Conan stories are often very Lovecraftian in their repulsiveness.  Here in “The Slithering Shadow” (Weird Tales, September 1933) a horror stalks a city of opium dreamers.
 

 She saw a giant toad-like face, the features of which were dim and unstable as those of a specter seen in a mirror of nightmare.  Great pools of light that might have been eyes blinked at her, and she shook at the cosmic lust reflected there ... Only the blinking toad-like face stood out with any distinctness.  The thing was a blur in to the sight, a black blot of shadow that normal radiance would neither dissipate nor illuminate...
 It towered above him like a clinging black cloud.  It seemed to flow about him.  His madly slashing saber sheared through it again and again, his ripping poinard tore and rent it; he was deluged with a slimy liquid that must have been its sluggish blood.  Yet its fury was no wise abated.
 

 What these descriptions show is that though it is never named as either a frog-like Servitor of the Outer Gods or a shoggoth (“The nightmare, plastic column of fetid, black iridescence oozed tightly onward ... -- a shapeless congerie of protoplasmic bubbles ...”) it does bear a striking familiarity to both, difficult to see clearly, amorphous and black. These kinds of similarities can be found elsewhere.
 In “The Vale of Lost Women” Livia witnesses a decidedly Cthulhuian relative.
 

... It hovered over her in the stars, dropping plummet-like earthward, its great wings spread over her; she lay in its shadow ...Its wings were bat-like; but its body and the dim face that gazed down upon her were like nothing of sea or earth or air; she knew she looked upon ultimate horror, upon black, cosmic foulness born in the night-black gulfs beyond the reach of a mad-man’s wildest dreams.
 

 Yag Kosha, the imprisoned elephant being from “The Tower of the Elephant” (Weird Tales, January 1933) describes his people as travelling through space: “ ...We swept through space on mighty wings that drove us through the cosmos quicker than light... But we could never return , for on earth our wings withered from our shoulders ...”  A description that might apply equally to HPL’s Mi-Go in the “Whisperer in the Dark”(1930).  “The things come from another planet, being able to live in interstellar space and fly through it on clumsy, powerful wings which have a way of resisting the aether but which are too poor at steering to be of much use in helping them about on earth ...”
 The beastly servants of Bit-Yakin in Howard’s “The Jewels of Gwahlur”(Weird Tales, March 1935) are faintly reminiscent of the Martenses in HPL’s “The Lurking Fear”(1922)
 

... He ate the food the priests brought as an offering to Yelaya, and his servants ate other things -- I’ve always known there was a subterranean river flowing away from the lake where the people of the Puntish highlands throw their dead.  That river runs under this palace.  They have ladders hung over the water where they can hang and fish for the corpses that come floating through ... At first they seemed like gray stone statues, those motionless shapes, hairy, man-like, yet hideously human; but their eyes were alive, cold sparks of gray icy fire.
 

The fact that Howard mentions the eyes strongly suggests that “The Lurking Fear” may have been of influence, since it is the eyes in Lovecraft’s story that give it its final, terrifying clincher.
 

 What I saw in the glow of flashlight after I shot the unspeakable straggling object was so simple that almost a minute elapsed before I understood and went delirious.  The object was nauseous; a filthy whitish gorilla thing with sharp yellow fangs and matted fur.  It was the ultimate product of mammalian degeneration; the frightful outcome of isolated spawning, multiplication, and cannibal nutrition above and below the ground; the embodiment of all the snarling  and chaos  and grinning fear that lurk behind life.  It had looked at me as it died, and its eyes had the same odd quality that marked those other eyes which had stared at me underground and excited cloudy recollections.  One eye was blue, the other brown.  They were the dissimilar Martense eyes of the old legends, and I knew in one inundating cataclysm of voiceless horror what had become of that vanished family; the terrible and thunder-crazed house of Martense.
 

 With so many extraterrestrial beings invading Conan’s world, it is only fair to assume some scholarly mage has created the Hyborian Age’s equivalent of the dread Necronomicon.  The Book of Skelos is mentioned in “The Pool of the Black One” (Weird Tales, October 1933): “...He desired to learn if this island were indeed that mentioned in the mysterious Book of Skelos, wherein, nameless sagas ---, strange monsters guard crypts filled with hieroglyphs -- carved in gold.”  And in “The Devil in Iron” (Weird Tales, August 1934)  “...Conan had seen rude images of them, in miniature, among the idol-huts of the Yuetshi, and there was a description of them in the Book of Skelos , which drew on prehistoric sources.”
 One of most fascinating of Howard’s villain is Khosatral Khel from “The Devil In Iron”, a super-being with an Achilles’ Heel, which Conan discovers only in the nick of time.
 

... he was seeing the transmutation of the being men called Khosatral Khel which crawled up from Night and the Abyss ages ago to clothe itself in the substance of the material universe ... He became a blasphemy against all nature, for he had never known the pulse and stir of animate being ... Strange and grisly were his servants, called from the dark corners of the planet where grim survivals of forgotten ages yet lurked.  His house in Dagon was connected with every other house by tunnels through which his shaven-headed priests bore victims for sacrifice.
 

 Here Howard clearly labels Khosatrel Khel as a terrible survival from another age, quite possibly one of Lovecraft’s other ages.  The use of the name ‘Dagon’ seems to be another allusion to Lovecraft’s 1917 story of the same name. Though the references are never overt, the Conan stories are filled with Lovecraftian atmosphere.  The best example is the strange inhabitants of Xuchotl in “Red Nails” (Weird Tales, July-October 1936). Though not stated, the story has a weird quality reminiscent of HPL, as does the insidious “crawler”, the giant devil-worm equated to Zogthuu in “Black Abyss”(a Kull story), and the Worm in Howard’s Mythos tale, “The Valley of the Worm” by Karl Edward Wagner in his excellent pastiche The Legion from the Shadows (1976).
 Conan was Howard’s last and greatest character.  The strong Lovecraftian elements shown in his early work had begun to fade with these final stories.  Perhaps with “Beyond the Black River”, his last completed Hyborian tale, Howard leaves Lovecraft behind for good, substituting his own Texas locale and American history into the background.  Ultimately this change had to occur with the divergent ideas in the Howard’s and Lovecraft’s fictional goals.  The world of Conan is a world of magic and muscle in conflict, a place where Lovecraft never dwelt.
* 

  

 

Laguerra secreta de Hiperboria

La incesante búsqueda de respuestas sobre el origen del universo y de la vida ha dado lugar a un sinnúmero de teorías, pensamientos, ideologías y religiones que como siempre han sido explicaciones provisionales que pretenden ser una explicación última de la existencia, dando sentido al espíritu de rebaño. Son cosmovisiones determinadas y engendradas por la cultura establecida y el entorno social, producto de la fe, por la misma debilidad humana de pertenencia a algo -en el mercado de dogmas, el más débil mental consume la religión que más se adapte a su miedo y psicopática loca ansiedad por explicarse el por qué del cosmos y la razón de su propia vida-

La certeza sobre el por qué de la existencia queda metaforizada en el signo de interrogación, nadie tiene la verdad absoluta, ninguna teoría o religión es la única explicación de la existencia, el misterio queda intacto, ninguna religión ni secta dogmática es confiable. La única certeza válida es que no hay certezas absolutas. Pero lamentablemente solo el atorrante-arrogante, el ciego dogmatizado, el encallado en cosmovisiones absolutistas, en su fascismo psicológico se hace poseedor de una verdad única sobre la existencia para dominar al resto, para manipular, engañar y moldear al débil mental en su rebaño de masas.

Mientras que el que se extraña y se admira sobre el misterio de la razón de ser de la existencia, sabe que solo el misterio es absoluto, lo cual no es una negación del conocimiento, sino una afirmación de que todo dogma o explicación única de la existencia no es de confiar, es solo provisional, necesario para el hombre masa defensor de jerarquías y del instinto gregario, producto de la decadente y totalitaria sociedad que siempre estará mutando sus dogmas para la esclavitud mental.

Entre las más desquiciadas explicaciones de la existencia está la de la religión gnóstica, columna del movimiento político de los nazis, influenciados por la teosofía y el maniqueísmo, han llamado “sabiduría hiperbórea” o “gnosis primordial”, un compendio de dogmas que corresponde a la definición de religión (conjunto de creencias sobre la divinidad):

Dogma 1) la materia fue creada por un dios-demonio demiurgo que han llamado Jehová Satanás, dios de la religión judía-

Dogma 2) Existen otros dioses buenos Kristos-Luciféricos (de la misma concepción judeocristiana) que combaten al demonio creador

Dogma 3) dualismo materia/espíritu junto al maniqueísmo bien/mal, donde el mal es la materia y el bien es el espíritu

Dogma 4) dogmatismo maniqueísta producto del dualismo, una supuesta guerra del bien contra el mal que es eterna.

Dogma 5) existió la Atlántida donde se dio una guerra de “dioses” que ellos llaman “siddas”, provocada porque el animal-hombre, el “pasú”, creación del "demiurgo", iba a recibir la energía primordial de la eternidad, el espíritu eterno.

Esto último es sumamente parecido a la mitología sumeria babilónica que afirma que los dioses creadores de la humanidad tuvieron una guerra interna porque un segmento de los dioses no quería que el animal hombre reciba el conocimiento de la divinidad, mientras que los otros dioses sí querían que la humanidad llegue a ser más que dioses. Así mismo, la sabiduría hiperbórea afirma que la guerra entre “siddas” se produce porque el espíritu de lo eterno se lo entregó al “pasu”, al animal hombre, lo que los hiperbóreos consideran una traición porque el animal hombre pertenece al mundo de la materia, y ellos están en guerra contra la materia...

¿Pero no es esto una locura? ¡es descabellado! ¿Combatir contra sí mismo?... ¿de dónde sale esta secta nazi? Es complicado, y a primera vista parece solo una mera repetición del gnosticismo maniqueísta del dualismo tradicional cátaro, rosacruz, templario, albigense combatidos por la Inquisición católica, pues recordemos que la religión de los templarios era justamente el gnosticismo, y la misma secta de la Teosofía de donde nace la ariosofía nazi tiene las bases del gnosticismo, religión que viene incluso antes, de las tradiciones más antiguas de la mitología imaginativa platónica dualista, que separa la materia del espíritu, y llama al cuerpo “la cárcel del alma. Bien decía un estudiante sobre el filósofo Platón, “era que se suicide ese filosofastro si tanto le disgustaba el mundo sensible”…. ¿para qué creó este nefasto pensamiento de la separación del supuesto mundo ideal de los arquetipos del más allá, en contra de la materia del cuerpo sensible, sino por un odio y resentimiento contra sí mismo? Está LOCO, y sus seguidores gnósticos son otros enfermos mentales siguiendo un dogma nefasto de odio a sí mismo….

La creencia de la supuesta “creación del mundo material” es base ontológica del gnosticismo y de todos los monoteísmos judíos. Esta idea de que el universo, el cosmos, el mundo material, fue creado por un dios-demonio malvado, es una abominación ideológica judaica, propia del dualismo maniqueo extremo y fundamentalista de la separación y de la enajenación. Pero… ¿cómo saben que el universo es creado y finito? ¿Cómo saben que este universo material con su número inimaginable de estrellas y galaxias en constante nacimiento y muerte no es Eterno? ¿Cómo saben que existe ese tal “creador demiurgo” (el arquitecto del universo de la masonería) que ha copiado a otro mundo ideal platónico del más allá, si no hay evidencia de que este universo haya tenido un momento inicial, y menos aún si no hay evidencia real del dualismo materia/espíritu? Por algo el platonismo fue base de la filosofía cristiana de San Agustín, un resentimiento y odio a la vida. Es evidente que para creer en esto hay que tener una fe psicopática, porque está en contra del verdadero conocimiento que intuye la infinitud del universo y su verdadera eternidad. Dan pena y repugnan esos espíritus inmundos, encasillados en estos dogmas, que no pueden concebir la infinitud del universo, e incluso le tienen miedo, son cobardes, le temen al infinito, y se inventan nefastas cosmogonías creacionistas demiurgistas, refugiándose en dogmas religiosos luciféricos gnósticos de la nueva era…todo para beneficio de la mafia esotérica que domina el mundo, los que supuestamente están peleando contra la sinarquía, al contrario, la fortalecen.

Sin la creencia de la existencia del dios de los judíos, la “sabiduría hiperbórea” no tuviera sentido, ellos alimentan este nefasto plasma mental de que existe una “creación de la materia” por un dios malvado, tal como lo dice la Biblia, hubo un supuesto momento inicial de la creación “ex nihilo” (de la Nada), concepción mental sesgada por el tiempo lineal y finalista, producto del demencial mesianismo imperial… ¡maldita ironía, los gnósticos y religiosos hiperbóreos nazis están al servicio de sus propios enemigos judíos! Siguiendo la tradición judía, la “gnosis primordial” ha llamado “demiurgo-jehová-satanás” al demonio creador del universo, hasta incluso, en su judaísmo, estos gnósticos hiperbóreos creen que sí existe el Jehová de la Biblia, creen que es real, y defienden esta creencia como verdadero dogma, alimentando el ideograma creacionista monoteísta del judaísmo. Este demonio judío, supuestamente, es combatido por otros dioses-demonios Kristianos Luciféricos que se llaman a sí mismos "Hiperbóreos", supuestamnete vienen de más allá del norte. Siguiendo igual la tradición judía gnóstica, al jefe-dios han llamado “Kristo-Luxifer” (claramente Kristo por el cristianismo y Lucifer por el tradicional Satanismo luciférico, en resumidas cuentas puro judaísmo). Se supone que existió en la Atántida una guerra entre estas facciones satano-luciféricas y esto es el pilar de esta supuesta “gnosis primordial”, este supuesto “conocimiento” que dicen que libera a los oprimidos "viryas" condenados en el mundo malvado de la materia...¿?

Todo el resto gira en torno a una eterna lucha dualista maniquea del bien contra el mal, de la materia contra el espíritu, de la luz contra la oscuridad, de la hermandad negra de Shamballa, (Siddas traidores que pactaron con el dios de los judíos), y la hermandad blanca de Agartha, (Siddas hiperbóreos que supuestamente pelean contra la hermandad negra de Shamballa), y la raza aria alemana filonazi sería descendiente directo de los hiperbóreos según el hitlerismo esotérico, de allí la pureza de sangre que copian del judaísmo genético. Esto es puro dualismo y enajenación, pura religión destructiva, y manipulación espiritual, pura locura.

Y claro, los dogmatizados seguidores de esta nefasta secta serían los auto-elegidos, ellos tienen la verdad absoluta sobre todas las cosas, y quien no piense como ellos, entonces en su maniqueísmo dualista, se convierten en sus enemigos. Toda esta secta religiosa gnóstica es una creación de la mafia esotérica que domina el mundo, pues si el nazismo y su "sabiduría hiperbórea" provienen de las mismas creencias de los templarios y de la Sociedad Teosófica, entonces hay que tener mucho cuidado con estos ideogramas y plasmas mentales.

La supuesta “Sabiduria Hiperbórea” es un insulto a la Sabiduría ya que Sabiduría hay una sola, y no puede ser adjetivizada…además estas creencias son IGUAL DE IMPERIALISTAS Y MESIANICAS como la "sabiduría hebrea"...dice el "pontífice" de la gnosis primordial, Nimrod de Rosario o Luis Moyano:

"– El Mesías Imperial (HIPERBÓREO) viene a restaurar la Función Regia ; el Mesías hebreo viene a ejercer la Función Sacerdotal. 2do. – El Mesías Imperial acredita su derecho por la Sangre ; el Mesías hebreo acredita su derecho por el Corazón . 3ro. – Y por eso el Mesías Imperial hiperbóreo será re-conocido por el pueblo por la Sangre (carismáticamente); y por eso el Mesías hebreo será reconocido por el pueblo (judaizado) por el Corazón (emocionalmente)".

....el mesianismo imperial hiperbóreo es análogo al judaísmo, puro IMPERIALISMO y Mesianismo, de allí que consideren a Hitler un mesías, igual que el judaísmo espera a su Hitler, con dogmas religiosos impuestos por una abominable cosmovisión: la obsesión por la pureza de la sangre y la superioridad racial, el servilismo teológico hacia religiones y dioses que existen solo en el mundo de los mitos y de la fe, IGUAL QUE LOS JUDÍOS -estas cosmovisiones son el mismo lavado cerebral, pero con otra cara. Además, los fundamentos del “pontífice” Nimrod de Rosario son literalmente tomados del libro de Bulwer Lytton "LA RAZA QUE VENDRÁ", y para los nazis que no se han enterado, Bulwer Lytton es un pútrido francmasón de grado 33, ex Ministro de Relaciones Exteriores de Inglaterra, fue el primero en hablar de la enegía Vril ( que sería el prana en el hinduismo y el qi en los chinos, el ka en los egipcios), junto a Madame Blavatzky también rendía pleitesía a los supuestos dioses arios hiperbóreos que combaten contra el imaginario demiurgo. Además, Bulwer Lytton era narcotraficante (quien participó en la guerras del opio) y servil al imperialismo genocida de la realeza inglesa...es decir afirmar como válido lo que dice Lytton y lo que retoman sus discípulos de la “sabiduría hiperbórea” como Nimrod de Rosario o el infame nazi de Miguel Serrano, es una verdadera traición a la sabiduría chamánica de nuestros ancestros, de allí porque es de desconfiar toda esa religión de Nimrod de Rosario y toda su sabiduría hiperbórea. Son super nocivas ideas, forman parte del LAVADO CEREBRAL DE MASAS y de la propaganda religiosa de la nueva era mesiánica gnóstica, además quieren alejarnos de la verdadera sabiduría. En algunos pasajes de varias página webs de la "sabiduría hiperbórea", estos "pontífices" alaban a Bulwer Lytton y a sus dioses hiperbóreos siddas-blancos de la mítica Atlántida. LO QUE COMPRUEBA UNA VEZ MÁS QUE ESTO FORMA PARTE DE LA MASONERÍA NAZI...

Esa idea del demiurgo malvado en un plan de guerra contra un kristo-luxifer, es pura PATOLOGÍA, viene del mismo esquema mental judío sinarca del demiurgismo creacionista y monoteísta, producto de la ERRÓNEA percepción del tiempo lineal que niega la ETERNIDAD de los ciclos. Mientras que la CERTERA cosmovisión del Eterno Retorno de los ciclos niega absolutamente que haya existido una "creación de la materia" por un dios-demonio, por lo tanto niega categóricamente la existencia de esta entelequia llamada "Demiurgo", cuya supuesta existencia es el pilar de las creencias nefastas del judaísmo, de la gnosis primordial, del nazismo, de la teosofía, etc. una execrable creencia que hay que borrar de la mente para la verdadera liberación...



Valkiria de hiperboria

Contaban los poetas que Tetis había raptado de la hoguera fúnebre el cuerpo de su hijo Aquiles para transportarlo a Leuca (Leuké), la "Isla Blanca". 

Diodoro de Sicilia habla de la Isla Blanca (Leuké) y la identifica con la mítica tierra de Apolo y de los Hiperbóreos (hombres de la Edad de Oro y héroes que han reconquistado el Centro primordial) situada, afirma el escritor, en el Océano enfrente de la patria de los Celtas. Leuké es afín, por significado, al sánscrito çveta dvipa, "Blanca Isla" o "Resplandeciente", sede del dios Vishnu, cuyo signo era la esvástica.

Los Iranios llaman a la sede hiperbórea "semilla originaria de la estirpe aria" (airyanem vaêjô). Strabone, geógrafo griego especificó que esta Isla se hallaba a seis días por mar de la Britania, en las proximidades del "mar congelado", que ha de identificarse sin duda con el Mare Cronide en el cual, según Plutarco y Plinio, yace dormido Cronos . 

La "Isla Blanca" también era conocida con el nombre de Thulé. Hecateo de Abdera (siglo III a.C.) afirma que los Hiperbóreos habitaron la Isla de la Gran Bretaña.

La Isla Blanca había sido la patria de la madre de Apolo, Latona. Apolo había pasados larga temporadas en el país de los Hiperbóreos y allí volvía cada diecinueve años. Zeus lo envió a Delfos (isla griega), para que desde ahí profetizara a los Griegos. Pero Apolo, montado en su carroza, hizo que los cisnes volasen hacia los Hiperbóreos. Los de Delfos invocaron al dios para que volviera. Él, por su parte, después de un año entero de pronunciar oráculos a los habitantes de aquella tierra, cuando creyó oportuno regresar a Delfos, dio orden a los cisnes. Horacio invoca al dios de la Edad de Oro Apolo para que venga del país hiperbóreo. 

Letó/Lató deriva de la raíz leth-/lath- de donde procede el verbo lantháno que expresa el "estar escondido", el estar oculto. Latona viene de la Tierra de los Hiperbóreos. Ltona significaría "la oculta".

Se trata del lugar de la manifestación de Apolo-Sol y es también el lugar donde se revela en el discurso apolíneo. La sabiduría hiperbórea que primero estaba oculta (Latona) se manifiesta luego Delos, y cobra significado como centro espiritual derivado del Centro Primordial, o Isla Blanca, o Tierra Hiperbórea en un momento determinado del ciclo cósmico y de la historia de los hombres.

Hiperbórea como estado de conciencia


Si "Delos" y la "Isla Blanca" no son sólo una región mítica, sino también alegoría de un estado de conciencia por el ingreso en un estado del ser, los mitos del ciclo apolíneo evidencian los requisitos interiores para que tal estado de conciencia (la Isla Blanca) pueda alcanzarse: la superación de la tiranía de los sentidos y el no-condicionamiento de las pasiones ligadas a la tierra, y la victoria sobre la hýbris (impulsos y orgullo), expresada en el mito por los Centauros y por los Gigantes contra los que Apolo lucha.
Según los relatos más antiguos, el principal enemigo de Apolo era una dragona (drakaína) de nombre Delphyne que deriva de delphys, "matriz", "útero"; otro enemigo era Ticio, un gigante fálico que había atentado contra su madre Latona. Delphys, tras la victoria de Apolo sobre el dragón-hembra, en la versión más antigua del mito, se convierte en el nombre del templo más ilustre del dios, cuyo significado es otra vez "útero". Pero esta vez en un sentido de renacimiento.

Confluencia con otros mitos


El mito griego coincide con el celta y con las sagas griálicas o artúricas en las principales virtudes que debe distinguir a quien se dispone a emprender la Búsqueda de la Isla Blanca: la superación del yo y liberación de las potencias terrenas.

Opis es el nombre de una de las sacerdotisas hiperbóreas, posiblemente la misma Artemisa, y las mujeres de Delos (tierra natal de Apolo) le ofrecían a Opis la cabellera al momento de las bodas. Opis es en Platón epíteto de Artemisa y en Herodoto, el nombre de una virgen hiperbórea .

Un hiperbóreo, Olen, había fundado, según la tradición, el templo de Apolo en Delfos. Cuando los Gálatas se acercaron con intenciones hostiles al santuario del dios se aterrorizaron por la aparición de fantasmas hiperbóreos. 

Hubo expediciones de los héroes al Jardín de las Hespérides en busca de las manzanas de oro, o del vellocino de oro. La sede de las Hespérides coincide, en el mito, con la posición polar hipebórea. De hecho está situada al lado de Atlas, el gigante que lleva a cuestas el eje en torno al cual gira el cielo estrellado, custodiado por las constelaciones de la Osa.

Hércules se dirige al país de las Hespérides y por su condición de inmortal le es permitido el acceso. El héroe debe luchar contra un genio de las aguas (Nereo o Tritón), y debe derrotarlo para lograr que le sea revelado el recorrido.
Hércules trata de encontrar el misterioso jardín donde las ninfas Hespérides, hijas de la Noche, custodiaban árboles con frutos de oro. Hércules debía llevar algunos de estos frutos a Euristeo, para quien realizó los 12 trabajos siendo este el undécimo, por lo que vagó por el mundo en busca del jardín, sin resultados, hasta que una ninfa le dijo que sólo el viejo dios marino Nereo conocía el camino para llegar a él. Aunque el dios se convirtiera en león, luego en serpiente, y finalmente en fuego para huir del héroe, éste consiguió encadenarlo para obtener de él las indicaciones precisas para encontrar el jardín, el cual se encontraba en el lugar donde el gigante Atlas purgaba el castigo de sostener la bóveda celeste sobre sus hombros. Hércules se presentó y se ofreció a ocupar su lugar por un tiempo determinado, a cambio de que fuese a buscar para él las manzanas de oro. Atlas aceptó la propuesta, y finalmente lo consiguió.

Según las indicaciones de Prometeo, el país de los Hiperbóreos está situado detrás de los mitológicos montes Rifeos (situados al norte y nevados) y el acceso está defendido por una región donde sopla el viento del Norte. Al lado de los Hiperbóreos vive feliz una población, los Gabeos, que de la tierra reciben espontáneamente el alimento. Posiblemente sean éstos los héroes de los que hablaba Hesíodo.

La serpiente Ladón es el Guardián del jardín, que vigila dia y noche, habiendo sido puesta por Hera, la celosa y vengativa diosa de las mujeres, para custodiar el árbol de las manzanas de oro. Según algunas versiones, Hércules mata a la serpiente. En el mito del nacimiento de Hércules, es la propia Hera quien se sienta a la puerta, retrasando el parto de Heracles hasta que su protegido, Euristeo, nace primero. 

En la mitología griega, Hiperbórea era una región situada en las tierras septentrionales aún desconocidas, al norte de Tracia (región del sureste de Europa). Su nombre (griego: Hyper Boreas, "más allá del norte") deriva de que se creía que Bóreas el dios del viento frío que venía del norte habitaba en Tracia, y los hiperbóreos, sus hijos, lo harían más al norte de este reino, en el país de Hiperbórea.

De los hiperbóreos se decía que eran inmortales, además de ser descritos como Dioses. El dios Apolo (dios de la luz y el sol, la verdad y la profecía) conducía cada diecinueve años su carro hacia esta región para rejuvenecer.
Mapa de Abraham OrteliusÁmsterdam 1597:
en la esquina superior derecha dice Hyper Borei
y muestra un continente que ocupa toda el 
área polar

Mito griego, la isla remota y la edad de los héroes


El poeta Hesíodo narra que hubo una edad de los Gigantes (Edad de bronce) edad "violenta y terrible", en que los hombres sólo vivían para la guerra y descubrieron el bronce, que emplearon para construir armas, herramientas e incluso sus hogares (esta raza se exterminó a sí misma debido a su violencia)
Tras esta época, apareció en la Tierra una generación de hombres-héroes, una "estirpe celeste", que vivió inmediatamente antes de la Humanidad actual. La edad de los héroes o edad de oro (anterior a la quinta estirpe, la de la edad de hierro) se cerró con la guerra de Troya (ocurrida en el siglo IX a.C.). El padre Zeus permitió a estos héroes que vivieran en los confines del mundo, en las Islas de los Bienaventurados cuyo rey es el titán Cronos. Y ellos viven "con el corazón sin afanes, héroes felices a los cuales tres veces al año la tierra fecunda ofrece frutos florecientes, dulces de miel".

En el mito narrado por Hesíodo los héroes, después de la muerte, vuelven a un estado que tiene todas las características de la Edad de Oro: soberanía de Cronos, rey de la Edad de Oro, isla remota y sin aflicciones cuya tierra produce espontáneamente para gozo de los hombres. El camino hacia la Isla de los Bienaventurados, o según la tradición artúrica Avalón, está reservado el héroe que tenga la fuerza interior necesaria para acometer la empresa mediante la voluntad de sacrificio. 
 
 Hiperbórea, también conocida como Thule o Última Thule en ciertos ambientes, es otra tierra perdida del pasado considerada mítica por la investigación histórica tradicional. La localización geográfica donde se habría encontrado esta región se sitúa universalmente en el extremo norte, ya sea en la parte más septentrional del continente asiático, en Groenlandia o más allá, bajo las aguas heladas del Océano ártico. Un grupo minoritario sin embargo defiende la teoría de que Hiperbórea no se encuentra en el mundo de la superficie si no en el interior, dentro de lo que sus defensores llaman la Tierra Hueca.

La leyenda hiperbórea más conocida que ha llegado hasta nosotros tiene su origen entre los autores griegos clásicos, que hablan de la tierra "más allá del viento del norte" como un paraíso septentrional poblado por inmortales, donde no existe el invierno como un lugar contemporáneo con su propia civilización. Pero aquellos que aceptan hoy la existencia real de Hiperbórea consideran que este es sólo el recuerdo lejano de la existencia de este pueblo que ellos sitúan en una época mucho más antigua, aunque es imposible determinar cuanto exactamente. El texto del libro de Eibon que se conserva (y las especulaciones teosóficas) sitúa la exitencia de este continente hace millones de años, por supuesto mucho antes de la supuesta aparición del ser humano sobre la tierra. Otra tradición ofrece cifras mucho más modestas, relacionadas con el máximo glacial en torno al 114 ooo B.P. que coincidiría también, aproximadamente, con la fecha de la destrucción de Mu-Lemuria. Finalmente otros investigadores sitúan la existencia de Hiperbórea en fechas aún más tardías, durante la llamada Edad Hiboria.

La Hiperbórea de Eibon
Sin restos arqueológicos fiables el principal argumento a favor de la creencia en la antigua cultura Hiperbórea es un documento conocido como Libro de Eibon.

El libro describe la vida de un hechicero hiperbóreo en su época clásica, así como diversos hechizos, conjuros e invocaciones. De forma secundaria nos permite conocer diversos aspectos de la sociedad, cultura y tecnología hiperbóreas. Así en este texto se habla de dos ciudades principales Commorion y Uzuldaroum y de la raza de seres simiescos llamados voormis. Es posible que estos seres, aunque reducidos a una condición casi animal en los tiempos en que fue redactado el grimorio, poseyeran con anterioridad su propia cultura antecesora, y posiblemente antecedente, de la hiperbórea humana. El texto hace continuas referencias a deidades conocidas por otras fuentes, como Tsathoggua (cuyo culto en vida de Eibon estaba prohibido) y otras desconocidas, como la diosa Yhoundeh, además de muchos otros seres y entidades míticas.

Existen diversas copias del libro de Eibon, completo o en partes, en diversos idiomas, incluso un par de copias muy fragmentarias en hiperbóreo, guardadas en diversos museos, bibliotecas y colecciones privadas. Una historia de más completa de la que puedo escribir aquí sobre la tradición y traducciones del libro de Eibon puede encontrarse en la informativa Enciclopedia de los Mitos de Cthulhu.

Con esta versión de hiperbórea se relaciona también un idioma, llamado comúnmente hiperbóreo o tsath-yo, un sistema pictográfico del que una muestra encabeza el artículo. Se conocen fragmentos del libro de Eibon en esta lengua y diversas inscripciones y textos en dicho idioma, aunque ninguno de los cuales ha podido datarse fehacientemente en este remoto pasado. También se supone que el conocido como Pentáculo Pnakótico fue utilizado por esta civilización, aunque su origen sería más antiguo.

Hiperbórea y la Verdadera historia secreta del Mundo
Otro libro aún más polémico nos ofrece una narración detallada, aunque divergente, de la decadencia y destrucción de Hiperbórea, se trata de The True Secret History of The World escrito por la medium británica Amelia Dunn, presuntamente en estado de posesión, entre los años 1911-1913. Según esta obra, llena de contradicciones y oscuridades, la causa del enfriamiento del globo, y la destrucción de Hyperbórea, fue sobrenatural. Este habría sido un proceso iniciado cuando el supremo templo del continente, llamado en el texto Gorinium, fue profanado por la entidad Heca-Emem-Ra o Neb-Ogeroth, La Diosa Negra. Esta entidad también habría seducido y corrompido al último gran rey del continente, Thot. Dando inicio así a una época oscura, de decadencia y magia negra antes de la definitiva desaparición de esta civilización. En otros capítulos del libro Heca-Emem-Ra es identificada con la diosa griega Hécate.

Sea como sea la civilización hiperbórea desapareció dejando pocos restos materiales y escasa influencia en otras culturas. Es posible que algunos descendientes remotos de este pueblo sobrevivieran en Groenlandia al menos hasta el siglo XI, cuando entrarían en contacto con los esquimales y los vikingos. También es posible que un grupo muy pequeño de sacerdotes huyeran hacia el sur conservando parte de su antiguo conocimiento y dando inicio a diversas ordenes y hermandades secertas en diversos puntos del globo.

Hiperbórea y la teosofía
Hiperbórea aparece, también, en el esquema mitológico de la teosofía como el hogar de la Segunda Raza Raíz. Esta se trataría de una especie casi completamente espiritual, que representaría sólo el primer paso en el descenso hacia la materialidad desde el puro espíritu, que es el motor de la antropogénesis teosófica*. Esta Hiperbórea espiritual de los teósofos se sitúa en un pasado más lejano, en torno a los 25 millones de años. Por supuesto no se conservaría resto material alguno de esta "Hiperbórea espiritual" y toda la información sobre ella ha sido obtenida por medios místicos y es, por tanto, imposible de verificar.

* Para los teósofos una serie de razas raiz sucesivas habría poblado la tierra durante millones de años. Los primeros habitantes habrían sido seres perfectamente espirituales mientras que cada ciclo sucesivo habría significado una mayor materialidad. Nuestra propia raza raiz representaría el punto más bajo de espiritualidad y el principio de un nuevo ciclo ascendente. Este idea está tomada directamente de ciertas ideas cosmológicas hinduístas.

Para intentar solventar la aparente incongruencia se ha aventura la teoría de que la "Hiperbórea humana" fuera el resultado de un "despertar" de los antedichos seres espirituales, que de algún modo poseyeron o controlaron a los humanos recien llegados, de forma que una Hiperbórea no sería más que el reflejo, a través de las eones, de la otra. Esto no deja de recordarme, y otros han apuntado en esa misma dirección, al comportamiento de los seres conocidos como Gran Raza o Gran Raza de Yith y su huída a través del tiempo, según cuentan los Manuscritos Pnakóticos.

La presencia de estos poderosos entes psíquicos, antiguos, poderosos e incomprensibles para los humanos normales, puede explicar algunos fenómenos misteriosos ocurridos a varias expediciones árticas, como los dramáticos relatos de las expediciones Cavendish de 1879 y 1921 (en lo que la mayoría han dado en interpretar como alucinaciones producidas por las penurias) , y también los testimonios de diversos místicos que aseguran estar en contacto con estos hiperbóreos espirituales por medio de sueños y visiones.

Las intenciones de estas entidades, de existir, son un misterio; de alguna manera parecen vinculadas a estas extremas latitudes, quizás sean incapaces de abandonarlas. Esto también nos recuerda a otro ser de los Mitos, el conocido como Ithaqua . Las historias también son contradictorias: mientras algunos hablan de ellos como seres amables que les ayudaron o rescataron en un momento de necesidad; otros cuentan historias terroríficas de crueldad y locura en las regiones árticas.

En muchas historias en torno a estas manifestaciones aparecen de forma central amuletos y reliquias de "espato de Islandia" una variedad de calcita transparente con peculiares propiedades ópticas de refracción y, si creemos las historias, capaces de canalizar o aislar la energía espiritual de estos seres.
Hiperbórea en las Crónicas Nemedias
Una tercera Hiperbórea que habría existido, si hemos de creer a las muy discutidas Crónicas Nemedias, en lo que actualmente es la costa de Finlandia no parece tener conexión con ninguna de las anteriores, más allá de lo superficial. En dicho documento se describe una sociedad dominada por la brujería y donde la esclavitud es un motor económico fundamental. Se trataría de un reino bárbaro y primitivo. Para esta tercera Hiperbórea se suelen manejar fechas de entre el 14 000 y el 9 000 a.c.

Hiperbórea y los nazis
Los grupos que se han dado en denominar ariosofistas, que combinan las ideas teosóficas con un ideario racista anglogermánico, han crecido mucho en las últimas décadas, especialmente en Alemania y sienten un gran interés por esta leyenda de la mítica tierra septentrional. Para los segudires germanos de Blavatsky el tema racial constituía el elemento fundamental y las "raza aria" se convirtió en depositaria de las herencias espirituales de Hiperbórea, Mu y la Atlántida.

En este esquema Hiperbórea sería la fuente primera de la civilización aria superior de donde luego se habría dispersado al centro secundario de la Atlántida, a veces llamada Thule y situada en el Mar del Norte. En este ambiente nació la Sociedad Thule cuya influencia en el pensamiento mágico de los nazis no se puede ignorar, como tampoco su interés, y los medios, en corroborar la realidad de estas leyendas. 


Hiperboria illuminati

300 PIEZAS ENIGMÁTICAS EN LAS SELVA DE ECUADOR
En 1984 un descubrimiento impresionante en la Selva de Ecuador, en la Cueva de los Tayos, en una localidad llamada La Maná convulsionaba el mundo de la arquelogía prohibida, mientras -por supuesto- Matrixmedia y matrixcultura ocultaron una vez más el hecho para mantenernos en la amnesia histórica con la que siempre quieren dormirnos. Más de 300 enigmáticas piezas fueron encontradas por el ingeniero dr. Elías de Sotomayor, que a la sazón buscaba oro en un túnel a 100 metros bajo piedra. La colección fue presentada el Congreso Unsolved Misteries del 2000.
PIRÁMIDE DE LOS ILUMINATI DE BAVIERA DEL SIGLO XVIII EN LA ATLÁNTIDA
Lo más llamativo de todo era una pirámide iluminati: igual a la del billete del dólar de una datación antediluviana…proveniente de una cultura desconocida: ¡La Atlántida-Lemuria!. Esa pirámide es el símbolo de los iluminati de Baviera del siglo XVIII y los masones yankis modernos…¿Cómo es que ya existía en la Atlántida?.
LA PIRÁMIDE ILUMINATI ANTES DEL BILLETE DEL DÓLAR
Actualmente estas piezas suponen un enigma sin resolver.
No se parecen en nada a las culturas autóctonas de Ecuador, que están a más de 7000 millas de Egipto. Los nombres y las inscripciones recuerdan al milenario sánscrito. Maná es “mente” en sánscrito. Aparece una cobra con 7 grados (chakras) y 33 muescas (masonas, la kundalini sube por 33 grados, vértebras de la columna o chakras), cuando ésta es propia del Suroeste asiático. La colección permanece custodiada por un empresario agrícola nativo llamado Germán Villamar. El lenguaje de los objetos parece un tipo de sánscrito (=lengua perfecta), que es el origen de todas las lenguas y de los mantras de yoga. También parecen usar un lenguaje matemático de números.
KUNDALINI EN ÁMERICA
En la pirámide aparece la costelación reptiloide de Orión y glifos (ideogramas) sánscritos aún no descifrados. Otras incripciones o imágenes recuerdan a las de la cultura maya, en la que exístían conceptos comok´ulthanlilni y chacla, igual que el sánscrito kundalini, la fuerza de la serpiente o energía espiritual que duerme en la columna y chackra o “circulo esotérico de energía. k´ulthanlilni significa además “poder divino” en maya. En sáncrito significa “serpiente enroscada” , de “kundala”, “enroscada, espiral”. También han aparecido en el Códice Borgia y Códice de Madrid mayas kundalinis, susunma (canal central) caduceos mayas con las corrientes ida y pingala que recorren la kundalini en espiral hasta acabar en las fosas nasales, que son claves para la meditación y la concentración. Increíblemente hasta la palabra yoga aparece en la escritura maya, como Yokah, que quiere decir “cima de la Verdad” y en sánscrito fusión del microcosmos con el Macrocosmos. El Tantra-Yoga es la ciencia universal y perfecta para empanciparse de la esclavitud de Mátrix.
LA PALABRA YOGA Y KUNDALINI APARECE HASTA EN LOS MAYAS. EL TANTRA-YOGA ES LA CIENCIA UNIVERSAL Y PERFECTA PARA EMANCIPARSE DE LA ESCLAVITUD DE MÁTRIX.
TIAHUANACO, COLONIA DE LEMURIA
Los indios aymaras de Tiahuanaco en Bolivia, que predicen una glaciación y Nueva Era, también practicaban meditación y tienen palabras sáncritas como templo semisubterráneo de Kalasaya y extrañas pirámides. Recordamos que se han encontrado figuras precolombinas con vestidos y gorros egipcios. En realidad la Atlántida y Lemuria eran grandes imperios que vivieron distitntas guerras y que tenían colonias en todo el mundo, incluida España. En aquella época las civilizaciones alien de gloduckianos de cabezaapepinada, reptiloides y pequeños grises y otras razas alien estaban interrelacionadas con las humanas y otros híbridos humanoides, como se muestra en los Templos de Hathor en Egipto.
DEMONIOS NEPHILIM
Tenían un conocimiento esotérico del universo -que está hecho de Sustancia Mental- y su contraparte de magia negra, que era desarrollada por los reptiloides y otras razas alien de alta evolución tecnológica y mágica, pero no moral, se trata de los Nephilim de Babilonia o reptiloides “caídos del cielo”. Esos nephilims fueron enterrados sobre todo en Irak, por eso sus espíritus demoniacos permanecen por allí. Esa pirámide es parte de esta élites dominadoras negativas y el ojo representa a Lucifer, el Mal. Esas élites eran los 13 linajes y son los antepasados de la Mafia X actual, que se ha mantenido a través de faraones, templarios e iluminatis dieciochescos de Baviera y masones decimonónicos.
LA KUNDALINI ES LA ENERGÍA DE LA CREACIÓN Y DEL VERDADERO MISTICISMO
La kundalini es la basde magia blanca y del Yoga y Tantra: su despertar es la ciencia inmortal del Tantra (=a lo que te expande la mente y te saca de la oscuridad). Esta prodigiosa energía es real y era conocida en la Atlántida y Lemuria, de ahí que en la prehistoria existan tantas referencias en la India-Pakistán , que era una colonia de Lemuria, por ejemplo, Mohenjo Daro y Harapa, donde aparecía una figura del Padre de los Yoguis, Sadashiva, en meditación. El despertar de la kundalinii es la raíz de los poderes psíquicos y la expansión mental. La magia negra o avidya tantra usa un yoga negro para fines egoístas. Con esta Ciencia Negra o Goecia actúan los reptiloides y entidades demoniacas con mantras y vibraciones negativas.
Con la ciencia del Tantra puede alcanzarse el samadhi, la liberación y descubrirse el secreto holográfico de este Universo. En la Holocracia la ciencia inmortal del esotérico Tantra servirá para la expansión de la conciencia de los ciudadanos, a años luz de la viejas y acabadas exotéricas religiones. La religión es un invento de las élites, de la Mafia X, para explotarte, la kundalini es la energía cósmica innata que nos convierte en dioses.
EL DOLAR ESTÁ LLENO DE SÍMBOLOS ILUMINATI
El buho de Moloc (Satán) el ojo de lucifer, la pirámide reptiloide, los 13 linajes o colonias, 1776 cuando se creo la logia iluminati de Baviera y el 13 repetido una y otra vez en distintos símbolos.
ESPIRALES MANDALAS DE LEMURIA PARA MEDITAR
Estas espirales forman también parte del tesoro de La Maná. Las estelas cántabras y vascas y el laburu proceden de estos mandalas de la Atlántida.
MANDALA YÓGUICO EN ESPIRALES Y EL HEXAGRAMA
La energía que se usaba en al Atlántida, protiika, funcionaba también con mandalas, era un tipo de energía esotérica psico-atómica. Hubo una Edad Dorada en Lemuria de gran avance espiritual -click aquí. donde se hacía meditación. Los mandalas simbolizan geométricamente los estados oceánicos de samadhi o nirvana fusión con el Macrocosmos. El samadhi es nuestro estado natural y meta final. El Universo forma un Mandala Psíquico como el de la imagen.
EN LOS MAPAS DE PIEDRA SE VE LA ATLÁNTIDA
Aparece un mapa en piedra del tamaño de un torso humano, que parece del Pleistoceno (2,5 millones de años hasta hace 12.000 años, es decir cuando existía el Gran Imperio de Atlantis) y donde aparece continentes desaparecidos como Lemuria, Mu y la Atlántida. Fijáos en la piedra de arriba que aparece la isla de la Atlántida en mitad del Atlántico.
Hay inscripciones que parecen sumerias o sánscritas y referencias astronómicas a Orión, Betelgause y las Pléyades, lugares de donde nos visitaron civlizaciones alien, según vestigios arqueológicos, textos, mitos , canalizadores, videntes y abudcidos.
CONCLUSIÓN:
La realidad de una civlización más avanzada que la actual, conocida como La Atlántida y Lemuria, es irrefutable, tal y como demuestran muchos vestigios arqueológicos como los artefactos de la Selva de La Maná. En aquella época aliens ocupaban la Tierra realizando por teletransporte obras arquitectónicas que serían imposibles aún hoy en día, como las pirámides.
Existía un conocimiento oculto muy evolucionado con la comprensión de la ciencia universal del Yoga y el despertar de la kundalini o energía espiritual de la creación, que duerme en la base de nuestra columna y se despierta con mantras. Al mismo tiempo, existía una magia negra muy avanzada realizada por reptiloides alien, que es la base de la masonería y de la dominación oculta iluminati de la Mafia X desde la Atlántida hasta nuestros días.
Nota: para ulteriores conclusiones necesitaría tener los artefactos in situ para hacer todas las comprobaciones pertinentes. El especialista en arqueología prohibida y, sobre todo, destacado tañedor de mandolina, Colin Rivas, nos dice al respecto: ” Lo de Maná ya lo vi hace tiempo y es bastante dudoso, pero nunca se sabe…”. Es raro que si alguien ha querido falsificarlo utilice tantas inscripciones sánscritas o sumerias o desconocidas y en tantos objetos, además los descubridores no han obtenido ningún beneficio con estas figuras ni apenas se ha dado publicidad a este descubrimiento y por supuesto oficialmente “no existen”.

Hiperbórea, también conocida como Thule o Última Thule en ciertos ambientes, es otra tierra perdida del pasado considerada mítica por la investigación histórica tradicional. La localización geográfica donde se habría encontrado esta región se sitúa universalmente en el extremo norte, ya sea en la parte más septentrional del continente asiático, en Groenlandia o más allá, bajo las aguas heladas del Océano ártico. Un grupo minoritario sin embargo defiende la teoría de que Hiperbórea no se encuentra en el mundo de la superficie si no en el interior, formando parte de la llamada Tierra Hueca.

La leyenda hiperbórea que ha llegado hasta nosotros tiene su origen entre los griegos, que hablan de la tierra "más allá del viento del norte" como un paraíso septentrional poblado por inmortales, donde no existe el invierno. Pero aquellos que aceptan hoy la existencia real de hiperbórea consideran que este es sólo el recuerdo lejano de la existencia de este pueblo que ellos sitúan en una época mucho más antigua, aunque es imposible determinar cuanto. Algunos hablan de un millón o medio millón de años mientras que otros prefieren cifras más modestas relacionadas con el máximo glacial en torno al 114 ooo B.P. que coincidiría también, aproximadamente, con la fecha de la destrucción de Mu-Lemuria.

Sin restos arqueológicos fiables el principal argumento a favor de la creencia en la antigua cultura Hiperbórea es un documento conocido como Libro de Eibon y el lenguaje "hiperbóreo" que diversos iniciados aseguran haber heredado a través de sus maestros desde los tiempos de Eibon o a través de visiones místicas personales. El libro describe la vida de un hechicero hiperbóreo así como diversos hechizos, conjuros e invocaciones y aspectos de la sociedad, cultura y tecnología hiperbóreas. En este texto se habla de dos ciudades principales Commorion y Uzuldaroum y de la raza de seres simiescos llamados voormis. Es posible que estos seres, aunque reducidos a una condición casi animal en los tiempos en que fue redactado el grimorio, poseyeran con anterioridad su propia cultura antecesora, y antecedente, de la hiperbórea. El texto hace continuas referencias a deidades como Tsathoggua (cuyo culto en vida de Eibon estaba prohibido) y la diosa Yhoundeh además de muchos otros seres y entidades míticas. Existen diversas copias del libro de Eibon, completo o en partes, en diversos idiomas, incluso un par de copias fragmentarias en hiperbóreo, guardadas en diversos museos, bibliotecas y colecciones privadas.

Otro libro muy polémico nos cuenta una narración detallada, aunque divergente, de la decadencia y destrucción de Hiperbórea, se trata de The True Secret History of The World escrito por la medium Amelia Dunn presuntamente en estado de posesión. Según esta obra, llena de contradicciones y oscuridades, la causa del enfriamiento del globo y la destrucción de Hyperbórea fue sobrenatural. Este habría sido un proceso iniciado cuando el supremo templo del continente llamado Gorinium fue profanado por una entidad que llama Heca-Emem-Ra o Neb-Ogeroth, La Diosa Negra, que también habría seducido y corrompido al último gran rey del continente, a quien da el nombre de Thot y desvelado terribles secretos mágicos, mucho tiempo antes de la época oscura en que habría vivido Eibon. En otros capítulos del libro Heca-Emem-Ra es identificada con la diosa griega Hécate.

Sea como sea la civilización hiperbórea desapareció dejando pocos restos materiales y escasa influencia en otras culturas. Es posible que algunos descendientes remotos de este pueblo sobrevivieran en Groenlandia al menos hasta el siglo XI, cuando entrarían en contacto con los esquimales y los vikingos. También es posible que un grupo muy pequeño de sacerdotes "puros" (no corrompidos por la maldad de la Diosa Negra) huyeran hacia el sur conservando parte de su antiguo conocimiento.

Hiperbórea aparece también en el esquema mitológico de la teosofía como el hogar de la Segunda Raza Raíz, un pueblo casi completamente espiritual que representaría sólo el primer paso en el descenso hacia la materialidad desde el puro espíritu, que es el motor de la antropogénesis teosófica. Sin embargo esta Hiperbórea de los teósofos se sitúa en un pasado aún más lejano, en torno a los 25 millones de años, por lo que la simple identificación entre ambas "Hiperbóreas" es difícil. Para intentar solventar la aparente incongruencia se ha aventurado que la "Hiperbórea humana" fue producto de un despertar de esos seres espirituales, que poseyeron o controlaron a los humanos, de forma que una Hiperbórea no sería más que el reflejo a través de las eones de la otra. Esto no deja de recordarme, y otros han apuntado en esa misma dirección, al comportamiento de los seres conocidos como Gran Raza o Gran Raza de Yith y su huída a través del tiempo, según cuentan los Manuscrítos Pnakoticos. Por supuesto no se conservan resto material alguno de esta "Hiperbórea Antigua" y toda la información sobre ella ha sido obtenida por medios místicos y es, por tanto, imposible de verificar.

La presencia de estos poderosos entes psíquicos, antiguos, poderosos e incomprensibles para los humanos normales, puede explicar algunos fenómenos misteriosos ocurridos a varias expediciones árticas, como los dramáticos relatos de las expediciones Cavendish de 1879 y 1921 (en lo que la mayoría han dado en interpretar como alucinaciones producidas por las penurias) , y también los testimonios de diversos místicos que aseguran estar en contacto con estos hiperbóreos espirituales por medio de sueños y visiones.

Las intenciones de estas entidades, son un misterio, de alguna manera parecen vinculadas a estas extremas latitudes, quizás sean incapaces de abandonarlas. Las historias también son confusas, mientras algunos hablan de ellos como seres amables que les ayudaron o rescataron en un momento de necesidad otros cuentan historias terroríficas de crueldad y locura en las regiones árticas. En muchas historias en torno a estas manifestaciones aparecen de forma central amuletos y reliquias de "espato de Islandia" una variedad de calcita transparente con peculiares propiedades ópticas de refracción.Una tercera Hiperbórea que habría existido, si hemos de creer a las muy discutidas Crónicas Nemedias, en lo que actualmente es la costa de Finlandia no parece tener conexión con ninguna de las anteriores. Para esta tercera Hiperbórea se suelen dar fechas de entre el 14 000 y el 9 000 a.c.

Los grupos que se han dado en denominar ariosofistas, que combinan las ideas teosóficas con un ideario racista anglogermánico, han crecido mucho en las últimas décadas, especialmente en Alemania y sienten un gran interés por esta leyenda de la mítica tierra septentrional. Para ellos Hiperbórea, o Thule como prefieren llamarla, sería la fuente primera de la civilización occidental y sus habitantes los antepasados de los que descendería la estirpe "aria" germánica. En este ambiente nació la Sociedad Thule cuya influencia en el pensamiento mágico de los nazis no se puede ignorar, como tampoco su interés en corroborar la realidad de estas leyendas.