Mostrando entradas con la etiqueta sexo demoniaco. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta sexo demoniaco. Mostrar todas las entradas

jueves, 4 de octubre de 2012

Angeles de la lujuria

Me he caido del cielo
Para esta noche estar contigo.
He atravesado el umbral
Del tiempo para amarte,
Para poseerte,
para transformarte.

Te veo cuando extiendes

Tus alas cubiertas
Con plumajes de ansiedad

Me juegas bromas Inmorales

Que me desprenden
De este mundo de Realidad.
[ Lyrics from: http://www.lyricsty.com/luzbel-el-angel-de-la-lujuria-lyrics.html ]

Vienes desnudo
Como lo hace la verdad
Y te presentas en el todo
Pues tienes la ubicuidad.

Mil una vez he tratado

de ocultarte
Y hasta he cre?do ignorarte

Pero lentamente

Te acumulas en mis poros
Hasta verte salir Explosivamente.

Vienes desnudo

Como lo hace la verdad
Y te presentas en el todo
Pues tienes la ubicuidad. 

 Volamos en la noche
rasgando su gelido silencio
somos angeles de la carne
señores del pecado y la lujuria
todos nos buscan con deseo
nos odian y nos aman
nos buscan y nos temen
pero todos desean arder en nuestro fuego
nuestro reino es el placer
lleno de eternos gemidosdonde nada esta prohibido
tan solo la tristeza y el
somos guardianes de lo oscuro
de los eternos secretos
donamos la vida y la muerte
la gloria y la miseria
nuestra piel brilla bañada x los placeres
pero tras su fragil aspecto
su dureza es como el acero
ella esconde la dulzura y el veneno
unete a nosotros,agarra tus alas
cruza la oscuridad de la noche
cubrte con la briza de los sentidos
en el eterno vuelo de deseo...

 Incubare significa yacer arriba y sucubare, abajo. De estas dos palabras latinas procede el nombre de esos demonios lujuriosos que fueron causa de perdición y muerte de muchos hombres y mujeres, es decir, incubos y sucubos. A continuaci6n se tratará de desvelar el misterio que los ha rodeado durante siglos.


Desde tiempos remotos el hombre ha especulado sobre la existencia de los animales incubos y sucubos, es decir, aquellos demonios lujuriosos que copulan como los humanos. Muchas personalidades de renombre, en todas las épocas, dieron fe sobre acontecimientos donde tuvieron participación estos seres; y no pocas leyendas nos hablan de la muy particular relación que nuestros antepasados mantuvieron con ellos.
Sin embargo preguntas como: ¿Qué son? ¿Quiénes los han visto? o ¿quiénes fueron sus víctimas? afloran cuando el hombre de nuestro siglo pretende internarse en un tema tan espinoso, pero no por ello menos atractivo, como éste.


El libro apócrifo de Enoc nos narra como Samyasa y doscientos ángeles dominados por la lujuria, descendieron del firmamento para unirse con las bellas hijas de los hombres y enseñarles las artes mágicas, lo cual no solo consiguió colmar la paciencia del Señor, sino que dio como resultado una enorme posteridad. Dicha progenie era, obviamente, de origen semidivino y muchos autores han creído ver en ella a estos entes hermafroditas, un poco humanos, un poco demonios, que han convivido durante tanto tiempo con el género.


En efecto, puesto que la primera relación de esta índole que se recuerda se remonta al principio de las eras; época en que la pareja primordial fue expulsada del Edén por haber desobedecido el mandato de Dios, y vino a dar con sus huesos a este mundo, ya con los ojos abiertos pero con el deseo insatisfecho.


A partir de entonces se comienza a andar por territorio de leyenda, la que va a tomar tres diferentes direcciones sin perder de vista el tema en cuesti6n: las relaciones Sexuales entre Satán y los humanos.


El primero de estos mitos, de origen masónico, afirma que Jehová creó a Eva antes que a Adán. Esta vivi6 y durmi6 con Samael (el espíritu Lucifer) con quien tuvo un hijo, Cain, para luego abandonarla, convirtiéndola virtualmente en una viuda. Sólo después de esto, con la aparici6n de Adán, y el nacimiento de Abel, se producen los acontecimientos ya conocidos por todos.


Otras fuentes aseguran que, luego de la expulsión, Los padres de la especie cayeron tan lejos uno del otro que llevó al patriarca —quien tocara tierra en la isla de Ceilán—, 300 años encontrar a su mujer, que aguardaba pacientemente en la falda del monte Ararat.


Como es de suponer el reencuentro fue motivo de gran alegría para la pareja bíblica, que no tardó en satisfacer el deseo insatisfecho, entregándose a los placeres sensuales apasionadamente. Lucifer no se hizo esperar, apareciéndose a Adán en sueños, como ángel refulgente, para sorprenderlo por haber olvidado sus deberes con Dios, entregándose a la lascivia. Este, arrepentido, pregunta c6mo puede purgar su culpa a lo que el gran Tentador responde imitando la voz divina, y le sugiere sumergirse en las aguas del río Geón.


Mientras que sólo la nariz de Adán queda fuera del agua, Luzbel se presenta ante Eva con el fin de seducirla, lo que consigue luego de invertir mucha paciencia y perseverancia.


La tradición talmúdica, por otra parte, en desacuerdo con esta leyenda, considera al hombre culpable de la primera infidelidad. Este sucumbe a los encantos de Lilith, la encarnación del demonio femenino, que se aparece al penitente cuando él aun no había salido de las aguas del Geón. Cautivado por la belleza de esta aparición deja a Eva, y se marcha con el ángel caído, con quien convive durante 130 años.


Sin embargo muchos otros, ya no leyendas, sino sucesos debidamente documentados por ilustres personajes de la talla de San Agustín, Tomás de Aquino, Guillermo de París, Levi-Strauss, Albert Magno y Roger Bacon nos hablan del comercio sexual que el demonio ha mantenido con los humanos, y definen su naturaleza y la de sus subordinados.


Según la opinión de especialistas como Paul Reader o De Plancy, los incubos y sucubos son ángeles convertidos en demonios, masculinos y femeninos respectivamente, aunque con la capacidad de cambiar su sexo, que mantienen concubinato con hombres y mujeres, sin importar su estado civil. Se trata de una relación determinada que está lejos del comercio que Satanás tiene con sus cultores, o con la posesión diabólica; y donde rara vez la víctima es culpable de haber sido elegida como compañera erótica del mismo.


Estos animales infernales no se dejan ver con frecuencia y su voluptuosidad —dice Santo Tomás refiriéndose al diablo— pretende empujar a la corrupción a su elegido dado que al ausentarse, éste queda desconsolado y ansioso, y se entrega a los peores excesos en busca de alivio. Tal es el caso de Juana d’Abadien, joven de Siboure, Gascuña, que en el año 1609 se enamoró de Protervo. Juana yació con él (o con un subalterno), quien desapareció una vez obtenido lo que quería. Tiempo más tarde la joven, aún virgen antes de haber dado a luz a un niño raquítico que vivió muy poco, murió sombríamente, según consta en la parroquia de Siboure, en actas guardadas con gran celo.


Otro suceso, referido por Francisco de Torreblanca, es el de la abadesa Magdalena de La Cruz, quien el año 1500 tuvo relaciones con un incubo durante un período que va desde la adolescencia hasta pasados los 40 años; época en que es abandonada por su fogoso amante y, sumida en el desconsuelo, confiesa sus amoríos y pide ser aceptada en régimen penitencial.


El más inquietante y revelador de los casos a presentar, aunque existen muchísimos más, es aquel con el que se tropieza en el otoño de 1910, el místico Max Heindel. Se trata de la triste historia de un muchacho postrado en su habitación, con la vista clavada eternamente en un punto del cuarto, continuamente estremeciéndose y suspirando, como si estuviera hechizado.


La imposibilidad de romper el encanto llevó al clarividente a explorar en otros niveles tales como la "Memoria de la Naturaleza", donde descubrió que esta persona en otra vida había sido un fanático y cruel Jesuita cuya existencia había estado enteramente dedicada a acrecentar los intereses de su Orden, aún a costa de la vida y riquezas de sus semejantes o de la suya propia. Desconocía tanto el amor como el odio, pero el sexo lo dominaba. Sin embargo, su orgullo no le permitió satisfacerlo normalmente por lo que adquirió un secreto vicio.


De esta forma, mediante la visualización reiterada de un objeto sexual, había creado un elemental artificial que comenzó a alimentarse tanto de sus deseos como del olor de la sangre de sus víctimas. Un monstruo que no desapareció con la muerte de su creador sino que, en estado latente, volvió a manifestarse, a su tiempo, al renacer éste; tal y como decía el estudio astrológico hecho por Max Heindel.


Este caso, real y terrible sin duda, es sumamente importante para el tema que estamos estudiando, puesto que los hábitos y comportamiento de los elementales están bien definidos y no hace falta un asesino o un torturador para que estos aparezcan. Sólo con la evocación consciente de determinados pensamientos, éstos se manifestarán, por ejemplo durante la masturbación.


Efectivamente, esta práctica considerada normal durante la pubertad (época en que nace el cuerpo astral), muchas veces se prolonga hasta edades avanzadas convirtiéndose en un hábito enfermizo, exigiendo por parte de quien la realiza una fuerte concentración de pensamiento cuando el orgasmo está próximo. La energía descargada en ese momento alimenta a la forma de pensamiento creada que, asociada a cierto tipo de energías "qliphoticas" hará que se necesite más fuerza vital para continuar existiendo.


Al decir de F.T. de Montsalvat, la vida de estos elementales sólo será posible dentro del aura de su creador, extinguiéndose al cesar estas prácticas. Pero si se continúa con ellas la forma cobrará vida propia y se nutrirá con la fuerza derramada por él y otros individuos, evocando imágenes de su misma calidad que los sumirá en ensueños voluptuosos que finalizarán con la autosatisfacción del deseo.


Estos vampiros nada pueden hacer durante el estado de vigilia, por lo que atacan cuando el sueño no es lo suficientemente profundo y el Ego se encuentra en las regiones superiores, trayendo a la memoria imágenes libidinosas que harán eyacular a la víctima, obteniendo de esa forma esta energía que les resulta vital para su supervivencia. Como consecuencia de ello, el durmiente despertará inmediatamente y de muy mal humor, lo que es natural teniendo en cuenta la resistencia opuesta por el Ego a semejante robo.


Ahora bien, aunque entre líneas pueda leerse cual es la solución a este problema, sólo cabria acotar que la única arma de defensa a estos ataques es la todopoderosa voluntad humana, capaz de conseguir lo que se proponga. Por lo dicho nos hacemos esta última pregunta: ¿Los ángeles son capaces de alimentarse de nuestros buenos pensamientos, como los demonios lo hacen con nuestros malos deseos? 


jueves, 27 de septiembre de 2012

Las monjas del diablo

La revista norteamericana National Catholic Reporter, una de las publicaciones católicas de mayor prestigio, ha removido los cimientos del Vaticano con la publicación de informes que denuncian la violación de monjas por sacerdotes. CRONICA publica en exclusiva en España este informe demoledor
John L. Allen. Pamela Schaeffer. EL MUNDO. Domingo, 25 de marzo de 2001 – Número 284 – Suplemento en Crónica

En África hay 561 obispos y arzobispos, 26.026 sacerdotes y 51.304 religiosas de origen africano, según el «Almanaque Católico» de 2001
Los cinco informes elaborados por las superioras de varias órdenes religiosas y un sacerdote norteamericano, hablan de sacerdotes que exigen sexo a cambio de favores; de un continente, África, azotado por el Sida, donde las monjas jóvenes son un factor de bajo riesgo para mantener relaciones sexuales seguras; de religiosos que embarazan a monjas, les aconsejan el aborto y terminan oficiando su propio entierro.
El problema no había trascendido hasta ahora a la opinión pública, pero sí ha sido discutido en concilios religiosos y en el Vaticano.En noviembre de 1998, las Misioneras de Nuestra Señora de África presentaron un documento (El Problema del Abuso de las Religiosas Africanas en África y en Roma), elaborado por Sor Mary McDonald. Y en septiembre pasado, la hermana benedictina Esther Fangman, psicoterapeuta, lo planteaba en un congreso en Roma.


Pero las denuncias se remontaban mucho más atrás en el tiempo.El 18 de febrero de 1995, el Cardenal Eduardo Martínez Somalo, prefecto de la Congregación Vaticana para la Vida Religiosa, fue puesto al tanto por la hermana Maura O’Donohue, doctora en Medicina y perteneciente a la Orden de las Misioneras Médicas de María.

El informe de esta religiosa elaborado en 1994, cuando era Coordinadora del Sida para el Fondo Católico Para el Desarrollo Internacional es uno de los más detallados. «Con gran tristeza», escribió, «las hermanas me han informado que los sacerdotes las explotan sexualmente porque ellos también temen quedar infectados por el VIH». «En cierto país, un grupo de sacerdotes solicitó al padre superior de una comunidad de hermanas que éstas fueran puestas a su disposición a modo de favor sexual. Cuando el padre superior se negó a semejante propuesta, los sacerdotes explicaron que no tendrían más remedio que irse al poblado a buscar mujeres, con la consiguiente posibilidad de contraer el sida».
«Con bastante franqueza», le dijo el Vicario general de una diócesis africana a O Donohue, «el celibato en un contexto africano significa que un sacerdote no contrae matrimonio pero eso no quiere decir que no pueda tener hijos». De los 1.000 millones de católicos existentes en el mundo, 116,6 millones, aproximadamente el 12%,se encuentra en África. Según el Almanaque Católico de 2001, hay 561 obispos y arzobispos, 26.026 son sacerdotes y 51.304 religiosas de origen africano.
Al despacho del Cardenal español Martínez Somalo ha llegado documentación sobre casos puntuales. En 1988 en Malawi, según cita el informe de O Donohue, el equipo directivo de una congregación diocesana de mujeres fue disuelto por el obispo local después de que presentaran una queja afirmando que 29 de sus hermanas habían quedado embarazadas por sacerdotes. En otro caso, una monja que fue llevada por un sacerdote a abortar, falleció en el transcurso de la operación.El mismo cura fue el encargado de oficiar su funeral. Incidentes similares, contaba O Donohue, se han producido en 23 países entre ellos EEUU y otras naciones repartidas en los cinco continentes , pero la mayoría de los casos sucedieron en África.
[Aunque España no es citada en el informe, esta semana, el obispo de Mondoñedo-Ferrol, José Gea, no descartaba la posibilidad de que pudiera suceder en nuestro país, «porque donde hay hombre, puede haber lo que sea». Los misioneros españoles piden que no se extienda estos hechos a todos los que trabajan en las obras misionales y descartan la vinculación de los 30.000 que España tiene en el mundo con los abusos sexuales a monjas]
.
El rosario de vejaciones y estupros que relata O Donohue en su informe es demoledor:

En varios países, existe una honda preocupación entre las religiosas por la política que las obliga a abandonar la orden en el caso de que queden embarazadas, mientras que al sacerdote se le permite continuar con su ministerio. Son abandonadas para que eduquen a su hijo, por sus propios medios, y como madres solteras. Muchas de estas mujeres se vieron obligadas a ser la segunda o tercera esposa de una familia. La otra alternativa, como cuestión de supervivencia, es hacer la calle como prostitutas.
Los superiores generales que he conocido estaban profundamente preocupados por el acoso que algunas hermanas sufrían. El padre superior de una congregación diocesana donde varias hermanas quedaron embarazadas por sacerdotes, se muestra completamente desorientado. Otra diócesis ha tenido que dar de baja a 20 monjas por embarazo, en muchos casos, fruto de una relación con un sacerdote.
Algunos clérigos han recomendado a las religiosas que tomen anticonceptivos, informándoles de una manera engañosa que «la píldora» previene la transmisión del VIH. Otros curas le han llegado a decir a las religiosas con las que han mantenido relaciones sexuales que se sometan a un aborto. Algunos católicos, profesionales de la medicina, han denunciado la presión a la que se ven sometidos por parte de los sacerdotes para que faciliten la interrupción del embarazo de estas religiosas en sus hospitales.
Los miembros de los consejos parroquiales y de las pequeñas comunidades cristianas están denunciando a sus pastores por la relaciones que mantienen con las mujeres y con las chicas jóvenes en general. Algunas de estas mujeres son esposas de los parroquianos.Bajo semejantes circunstancias, los esposos comienzan a mostrar su enojo ante lo que está ocurriendo, pero se avergüenzan a la hora de denunciar al sacerdote de la parroquia. Se sabe que algunos sacerdotes mantienen relaciones con varias mujeres a la vez, y que algunos tienen hijos con más de una de estas relaciones.En uno de los países que visité, fui informada de que el presbítero de una parroquia fue atacado por fieles armados con pistolas que mostraban su enojo hacia los sacerdotes por el abuso de poder que veían en sus actos y en su estilo de vida.
En otro país, una persona recientemente convertida del Islam fue aceptada como candidata a ingresar en una congregación religiosa local. Fue violada por el sacerdote antes de que éste le entregara el certificado. Tras ser desahuciada por su familia cuando se convirtió al cristianismo, ya no se sentía con libertad para regresar a su casa. Al poco tiempo de unirse a la congregación se supo que estaba embarazada. Pensó que la única opción que tenía era abandonar la congregación. Pasó los siguientes 10 días deambulando por el bosque, intentando tomar una decisión. Decidió ir a hablar con el obispo, que a su vez llamó al sacerdote. Éste reconoció que la acusación era cierta y el obispo le dijo que se tomara un retiro de dos semanas.
Desde la década de los 80, en algunos países, las religiosas se niegan a viajar en un coche solas con el sacerdote ante el temor que sienten a ser acosadas o incluso violadas. En ocasiones, los sacerdotes han abusado de su papel pastoral y de dirección espiritual para obtener favores sexuales de las religiosas. En cierto país, las monjas superiores han tenido que solicitarle al obispo o al padre superior que retire a los capellanes, directores espirituales o de ejercicios espirituales después de que estos abusaran de las religiosas.
El sacerdote norteamericano Fray Robert J. Vitillo aportó un informe similar promovido por los obispos estadounidenses. En marzo de 1994, hablaba sobre el tema con un grupo de estudio teológico en Boston College: «Yo mismo he escuchado las trágicas historias de religiosas que fueron obligadas a mantener relaciones sexuales con algún sacerdote local o con un consejero espiritual, que insistía en que esta actividad resultaba buena para ambos». «Todo intento por sacar este tema a colación con la autoridad eclesiástica local o internacional se ha topado con oídos sordos», afirmaba.

Monjas expulsadas.
También Mary MacDonald elaboró, en 1998, su propio informe presentado a la Comisión de los Dieciséis. «Cuando una religiosa se queda embarazada, por lo general es castigada y expulsada de la congregación, mientras que al sacerdote se limitan a trasladarle a otra parroquia o a enviarle en viaje de estudios». Y citaba los factores que en su opinión dieron origen al problema:

El hecho de que en algunos países, el celibato y/o la castidad no sea reconocido como un valor espiritual.
La posición de inferioridad de la mujer en la sociedad y en la Iglesia. «Resulta pues comprensible que una religiosa encuentre imposible rechazar a un clérigo que solicita sus favores sexuales.Estos hombres son vistos como figuras de autoridad que deben ser obedecidos. Es posible que usen falsos argumentos teológicos para justificar su conducta: “Ambos somos célibes consagrados.Eso quiere decir que nos hemos comprometido a no contraer matrimonio.Pero podemos tener relaciones sexuales sin romper nuestros votos”
».
La pandemia del Sida.

La dependencia financiera que se crea por el escaso estipendio que obtienen las hermanas. Una interpretación equivocada de la vida consagrada, tanto por parte de las hermanas como de los obispos, sacerdotes y legos. El reclutamiento de candidatos que carecen de un adecuado substrato cultural. Quizás otro factor que contribuya sea la conspiración de silencio.
Ante semejantes revelaciones, algunas autoridades aseguran que se han tomado medidas. Según Wolf, el líder benedictino en Roma, «varios monasterios cuentan con directrices de actuación en el caso de que un monje sea acusado de alguna infracción sexual.Y afectan a todas las personas implicadas, víctima incluida». En el mismo sentido, un funcionario del Vaticano aseguró al NCR que «existen iniciativas a varios niveles» y que el Vaticano «apoya» o «está al corriente» de muchas de estas medidas. «Hablar suele consistir en el primer paso para hallar una solución», insistía.

El diálogo.
Sin embargo, la jerarquía eclesiástica no siempre ha mostrado tanta receptividad al diálogo. En un informe de 1998, McDonald contaba la reacción de los obispos africanos cuando habló de los abusos sexuales ante el Comité Permanente del Simposium de Conferencias Episcopales de África y Madagascar: «Afirmaban que me había comportado de una manera desleal con las religiosas por haber permitido que semejantes informes pudieran circular fuera de sus diócesis. Me dijeron que las religiosas en cuestión deberían haber recurrido al obispo de su diócesis con aquellos problemas». « Por supuesto», añade McDonald, «las hermanas ya habían hecho eso una vez tras otra. En algunas ocasiones no eran bienvenidas, en otras se les acusaba de ser culpables de lo ocurrido.Incluso cuando las escucharon, no se solucionó gran cosa».
Esther Fangman, la monja que en septiembre sacó a la luz pública este asunto, contó al NCR que tuvo noticia de las historias de los abusos durante discusiones informales en reuniones de abadesas y priores de todo el mundo: «Las hermanas se sentían profundamente dolidas. Hablar de ello, resultó un ejercicio extremadamente doloroso».
A O Donahue lo que le animó a escribir su informe fue la necesidad de «una profunda reflexión y de un gran sentido de urgencia debido a que las cuestiones tratadas afectan a la esencia misma de las misiones y sobre el ministerio de la iglesia». La información «procede de los misioneros (hombres y mujeres) de los sacerdotes, médicos y otros miembros de nuestra leal familia eclesiástica», escribió. «Me han garantizado que existe constancia escrita donde se detallan varios de estos incidentes. La información no se basa solamente en material de oídas». Los 23 países listados en su informe son: Botsuana, Burundi, Brasil, Colombia, Ghana, India, Irlanda, Italia, Kenia, Lesotho, Malawi, Nigeria, Papúa – Nueva Guinea, Filipinas, Sudáfrica, Sierra Leona, Tanzania, Tonga, Uganda, Estados Unidos, Zambia, Zaire yZimbabue
.

 

Sucubo


 
Sucubos--SAMAEL--KELIUM.JPG
 
SÚCUBO (del latín succubus, de succubare -“yacer debajo”-). Es un demonio con forma femenina que ataca a los hombres durante la noche para robarles su semen.El súcubo adopta una forma atractiva, pues sabe que los hombres se excitan por la vista y caen más fácilmente a los pies de una chica sexy. Según la zona geográfica, la leyenda varía y, aunque siempre se trata de mujeres hermosas, cambian algunas de sus características y su forma de hacer el mal: algunas mitologías hablan de demonios masculinos que toman la forma de mujeres muertas para consumir al hombre; otras, de beldades que viajan montadas en burro y poseen vaginas dentadas con las que castrar al hombre que las penetre; otras, de mujeres aladas que, cual mantis religiosas, se comen al hombre vivo durante el acto sexual… También hay cuadros que pintan a los súcubos como seres híbridos, mujeres humanas mezcladas con bestias, que lucen cornamentas, colmillos, cascos de caballo, alas de Cthulhu y otros complementos de pesadilla que acentúan su rara belleza.

Su manera de obrar es similar al del íncubo (es el demonio masculino del súcubo, que otro dia os hablaré de el), aunque cuenta con la ventaja de que el hombre tiene menos barreras, piensa más con el pene y es más fácil de seducir, por lo que, casi siempre, no hace falta precalentarlo y se le ataca directamente bajo una forma atractiva, llena de curvas y redondeces. Tras una noche de muchas erecciones y eyaculaciones, mezcladas con punzadas de miedo y vértigo, vendrá la bajamar: una mañana de debilidad, cansancio y recuerdos borrosos y morbosos pero inquietantes. Como dice el profesor Manuel Carballa en su aterrador libro El síndrome del Maligno, “a no ser por los restos de semen o sangre encontrados entre las sábanas, la víctima sólo recordará la experiencia como un sueño”. Esto al principio, luego la cosa se convertirá en obsesión y, muchas veces, aún consciente de estar bajo el influjo de un súcubo, el hombre no podrá evitar derramar su energía seminal cada noche, dejando trabajo, mujeres, hijos y amantes para entregarse en cuerpo y alma a su demonio nocturno... hasta la muerte.

Los súcubos atacan a todo tipo de hombres, aunque tienen preferencia por los
más espirituales, sobre todo artistas y religiosos. No hay más que echar un vistazo a la clásica novela gótica El monje, escrita por Matthew Gregory Lewis en 1796, en la que un sacerdote acaba en el infierno por culpa de un demonio camuflado bajo la forma de una bella mujer.

A lo largo de la historia de magia y de diversas leyendas han surgido varios nombres de súcubos como Ábrahel, Lilith, Rusalka, Florina Vasordiel o Iutzi.

Abrahel es una demonio femenina, cuyas características están asociadas con aquellos espíritus nocturnos denominados súcubos. Su nombre comenzó a adquirir cierta popularidad cuando el demonólogo Nicolás Remy la descubrio en su Demonolatria (1581). Siempre toma la forma de una mujer alta y de delicadas formas, pero no puede ocultar completamente su naturaleza demoníaca.

Por lo que he podido leer, en algunos libros aparece que 
Abrahel conquistó a un pastor llamado Pierrot en 1581 en una aldea a orillas del Mosela.Abrahel se entregó al pastor a cambio de la vida del hijo de éste, al que mató con una manzana envenenada. Al darse cuenta Pierrot de su complicidad en el tema se desesperó. Abrahel se le apareció de nuevo prometiendo la resurrección del muerto si era adorada como Dios. Así lo hizo Pierrot y adoró a Abrahelcon lo que su hijo volvió pero con una semblanza lúgubre. Al año el demonio abandonó el cuerpo del niño que cayó fulminado despidiendo un gran hedor. Fue enterrado de forma oculta.


Según el Malleus maleficarum o Martillo de las Brujas (la guía para la caza de brujas) los súcubos no derraman el semen de sus víctimas, sino que lo recolectan y después lo usan para embarazar mujeres y crear monstruos. En otros textos de la época se especifica que los súcubos, al recibir el semen en su interior, desarrollan un pene y se transforman en íncubos para más tarde reinyectar ese mismo semen en víctimas femeninas.
Desean Saber, algo importante acerca de la proveniencia de estos demonios?? 
Resulta que a raíz de la infernal practica del Onanismo, al derramar la Energía bendita de la Vida, el semen en la tierra, de ese semen regado, fornicado, nacen estos demonios, que con los días y la continua o incontinua fornicación crecen y adquieren poderes sobre sus "padres" que son sus amantes, además en los sueños los atacan y así se dan algunas veces las poluciones nocturnas; en algunos grandes fornicarios, llegan a adquirir tanto poder y fuerza que se pueden tridimensionalizar, a este plano material y fornicar con quien unos días atrás los creó a través del infernal onanismo.