Mostrando entradas con la etiqueta fantasma. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta fantasma. Mostrar todas las entradas

lunes, 22 de octubre de 2012

Dos relatos fantasticos

El nombre de mi hijo.

Esta historia me la contó una amiga de la infancia. Su mamá recibió de regalo una Ouija cuando estaba recién casada. Jugaba a veces con su hermana y a veces sola. En una ocasión la ouija se mostró muy comunicativa y la mamá de mi amiga, que en ese entonces no tenía hijos, comenzó a hacerle varias preguntas sobre su futuro
, su esposo, si tendría hijos y que nombres tendrían.

Esta ultima pregunta hizo a la ouija moverse muy rapidamente y contestar con mucha ansiedad "Tu primer hijo, va a ser moreno, de estatura media, complexion media y ojos cafés... se va a llamar Edgar".

Entonces la señora preguntó "¿Como sabes eso? a lo que la ouija se apresuró a contestar "Por que yo seré tu hijo en mi proxima vida".
 
  
 Julián acababa de terminar su turno de noche, únicamente debía dejar el autobús en la cochera antes de regresar a casa, un trayecto de unos 25 minutos (saliendo de la ciudad) que siempre se le hacían eternos.

Mientras transportaba pasajer
os su trabajo era entretenido, siempre podía escuchar las conversaciones de los demás o entretenerse mirando la minifalda de alguna jovencita por el espejo retrovisor; pero, con el autobús completamente vacío, los minutos se volvían horas.
Además estaba especialmente cansado, ya que la noche anterior apenas había dormido cuatro horas. Mientras conducía, el sueño le iba venciendo y sin querer pegaba algún pequeño cabezazo.

Se durmió apenas unas décimas de segundo, tiempo suficiente para perder el control del autobús y pegarse el susto de su vida al encontrarse en mitad de la calzada a una chica que asustada trataba de esquivar el pesado vehículo. Todo fue en vano: la velocidad a la que iba el vehículo, unida al estado de aletargamiento del conductor, provocaron que, incluso pisando el freno hasta su tope, el autobús arrollara a la joven. El sonido de las ruedas destrozando los huesos de su delicado cuerpo mientras el trasporte saltaba como si acabara de pasar un obstáculo, estremeció a Julián y lo dejó helado.

Estaba bloqueado, sin duda había sido su culpa, la chica estaba muerta, de eso no había duda. Mirando por el espejo una vez detenido el autobús, se podía ver como el cuerpo boca abajo estaba destrozado. No había nadie cerca que hubiese visto el accidente y miles de ideas se agolparon en su cabeza. Se imaginó en la cárcel y sin nadie que pudiera llevar el pan a la mesa de sus dos hijos. En el mejor de los casos perdería su trabajo ya que había excedido las horas legales en que podía conducir un trasporte. Seguro que su jefe, cuando se iniciara una investigación, le echaría a la calle antes de buscarse problemas él mismo.

Asustado y aún confuso pegó un acelerón comprobando que no hubiera nadie cerca que pudiera identificarle, escapó de allí sin tan siquiera bajarse del autobús y en su huída no respetaba señales de tráfico ni los límites de velocidad. Una fuerte culpa le oprimía el pecho y como por instinto miró por el espejo interior del vehículo, no había nadie en los asientos pero sentía como dos ojos le punzaban en la nuca, como si alguien le mirara fijamente.

Entonces la vio…

En el último asiento había una chica sentada que no dejaba de mirarle, giró su cuerpo para revisar la parte de atrás sin usar el espejo, pero no había nadie. Temblando y con el cuerpo casi agarrotado por el miedo, regresó su mirada a la carretera, pero casi involuntariamente volvió a mirar por el espejo. La chica se levantó y comenzó a avanzar hacia él, de nuevo se giró y no pudo ver a nadie. Un nuevo escalofrío le recorrió la espalda, estaba tan asustado que quería bajarse del autobús y salir corriendo pero incluso para eso era demasiado cobarde.

Julián se giraba una y otra vez a mirar la parte trasera del autobús, no había nadie, pero él sabía que estaba ahí, podía sentir su mirada clavándose en él. No se atrevía a mirar ese espejo que parecía tener algún extraño vínculo con el mundo de los muertos. Pero como la polilla que se acerca demasiado a la llama y acaba quemándose por no poder controlar sus instintos, Julián miró una vez más por el espejo.

La chica no se había movido desde la última vez, estaba en el mismo lugar, como congelada, pero al regresar la mirada de Julián al espejo fue como si se reactivara, avanzó inexorablemente hasta el asiento del piloto ―mientras Julián, paralizado, no podía apartar la mirada de la joven que se le acercaba―, extendió su mano y agarró el hombro del conductor.

Julián sintió como el frío más intenso que jamás pudo imaginar le quemaba el hombro, justo una fracción de segundo después una fuerte luz le alertó de que debía mirar de nuevo hacia la carretera: allí, un camión que circulaba por su carril le avisaba con sus luces de que estaban a punto de colisionar. Julián giró bruscamente el volante y el autobús perdió el control precipitándose por una ladera, el viaje terminó tan bruscamente como comenzó al impactar de frente contra un enorme árbol que igualmente se doblegó ante varias toneladas de acero.

Julián despertó un día después en el hospital, la mirada incriminatoria de una enfermera le alertó de que algo iba mal, deseaba que todo fuera tan sólo un sueño, o mejor dicho una pesadilla. Pero una pareja de policías que habían estado esperando en la puerta de su habitación apareció tras que la enfermera les comunicó que él había recobrado la consciencia.

Buenas tardes, señor, estamos aquí porque existen indicios de que el autobús que usted conducía atropelló a una joven la noche del viernes, se han encontrado restos de sangre que coinciden con los de la víctima y un fuerte impacto en su carrocería.

¿Reconoce usted a la chica de esta foto?

Julián palideció al instante al reconocer al fantasma que vio en el espejo e inmediatamente sintió de nuevo un frío desgarrador en el hombro: la chica aún seguía con él, esperando que cometiera el error de mirar de nuevo a un espejo. La quemadura con la marca de sus dedos en su hombro estaría ahí siempre para recordárselo. 
 
   

Una historia mas de regalo....
  
Algunos ataúdes son construidos con agujeros en ellos, conectados con tubos que llegan a la superficie, unidos a una campana. Los tubos darían aire a los enterrados por error que no estuvieran muertos y la campana serviría para avi
sar que no estan muertos.
En cierto pueblo, Harold, el sepulturero escucho una campana sonando. El fue a ver, creyendo que era el viento o niños jugando a asustarlo. Esta vez, no era ninguna de las dos cosas. Él escucho una voz desde los tubos de un ataúd, que pedia que la desenterraran.

"Eres Sarah O' Bannon?" preguntó Harold.
"Sí!" Respondio la voz.
"Naciste el 17 de Septiembre de 1827?"
"Sí!"
"Tu tumba dice que falleciste el 20 de Febrero de 1857"
"No! Estoy viva, fue un error! Sacame de aquí!"
"Disculpeme por todo esto, señora" Dijo Harold, sacando la campana y llenando los tubos con tierra. "Pero estamos en Agosto. No se que serás, pero te vas a quedar ahí abajo. Debes estar más que muerta y no vas a subír.
 
 
 
 

jueves, 4 de octubre de 2012

Accidente en un Abismo

En un lugar de la Sierra Ecuatoriana donde la carretera circula entre montañas y grandes abismos, un matrimonio con su hijo avanzaban con cautela en el coche. Era una noche con mucha niebla y el viaje era muy peligroso.

Regresaban de un viaje en la montaña y se dirigían a su casa por una carretera, poco transitada. De pronto se les apareció una mujer en medio de la carretera con el cuello y la ropa llenos de sangre gritando para que parasen. La familia paró y el marido se bajó del coche. Entonces habló con la mujer que, muy alterada y llorando, le dijo que habían tenido un accidente y que se habían caído con el coche por el barranco. La mujer le rogó que la ayudara, que tenía un bebé y se había quedado atrapado entre los hierros del coche, que bajara y lo sacara de allí.

El hombre cogió su equipo de montaña y se puso a bajar por el barranco. Al rato subió muy nervioso con el bebé en brazos y le preguntó a su esposa dónde estaba la mujer. Esta le respondió que se había sentado en una piedra grande que había allí en la carretera, pero cuando miraron ya no estaba. Entonces el hombre se metió rápidamente en el coche con el bebé y le dijo a su mujer que hiciera lo mismo. Arrancó el coche y se fueron. Su mujer, muy enfadada, le preguntó que por qué se iba con el bebé, que por qué no habían buscado a la mujer, el marido le dijo que se tranquilizara y que cuando llegaran a su casa le contaría.

Cuando llegaron, la mujer le pidió explicaciones a su marido. Este le contestó que cuando bajó y cogió al bebé vio a la mujer muerta, el accidente había sido brutal y su cuerpo estaba cubierto de sangre y el cinturón de seguridad enredado a su cuello.

El espíritu de la mujer era el que le había pedido ayuda para que salvaran a su hijo.

  



lunes, 30 de julio de 2012

La puerta del baño

 

Cuenta la leyenda que hace muchos años el conserje del colegio San Blas en una revisión rutinaria de las instalaciones de la escuela, encontró el cadáver de la señora de la limpieza tirado en el baño en un gran charco de sangre. Tenía la ropa llena de rasgaduras y heridas y le faltaban trozos en la cara como si hubieran sido arrancados a mordiscos.

Aterrado, llamó a la Policía y los policías se llevaron el cadáver, al parecer había muerto tras varias horas de crueles torturas.

Nunca se descubrió al culpable y la memoria de lo sucedido fue pasando de generación en generación de estudiantes, que contaban la historia entre burlas y sin darle la mayor importancia.

Actualmente se dice que, si te encierras a solas en el baño, puedes sentir como la mujer toca la puerta… Si cometes el error de abrirle, su espíritu atormentado entrará y te torturará del mismo modo que lo hicieron con ella.

Pedro y sus amigos siempre habían creído que la leyenda era una chorrada y se burlaban de uno de sus amigos que insistía en que él una vez estuvo solo en el baño y le tocaron la puerta.


Hasta que hace unos días se celebró en el colegio la fiesta de fin de curso…

Pedro estaba hablando con un amigo y le dijo que le esperara un rato mientras iba al baño. Curiosamente no había nadie cerca, algo poco habitual porque el colegio estaba lleno de gente por la fiesta, y fue allí donde se acordó de la leyenda.

Haciéndose el gallito con la valentía del que se ha tomado alguna copa de más decidió ponerle el seguro a la puerta para comprobar si la historia de fantasmas era cierta. Pretendía burlarse de los demás por un miedo infantil que él consideraba de cobardes.


Una vez hubo cerrado la puerta del baño se acercó al inodoro y, como queriendo rematar el asunto, cerró también la puerta del pequeño cuartillo en que tenía que hacer sus necesidades.


De pronto escuchó unos golpes secos en la puerta y a pesar de su supuesta valentía se asustó tanto que fue como si una mano helada le apretase el estómago. Con la voz entrecortada preguntó:

¿Quién es? – Tratando de que no se sintiera el miedo en su voz.

Ya algo repuesto pero aún con miedo volvió a preguntar: “¿Quién es?”.


Nadie le respondía, además se había hecho un absoluto silencio, tan absoluto que ni siquiera se escuchaba el ruido de la fiesta. Por su cabeza rondaban mil ideas ¿Cómo podía haber entrado alguien si él cerró con llave y comprobó que se encontraba solo?


Los golpes volvieron, y como queriendo convencerse a sí mismo de que alguien se había encerrado para hacerle una mala jugada, lanzó un grito entre enfadado y atemorizado.

“¡¿Quién es?! ¡No jodan!”.

Armándose de valor, miró por debajo de la puerta y sintió que se le paraba el corazón al ver que no había nadie al otro lado de la puerta.


Impulsado ya no por el valor sino por el terror que nos hace correr para sobrevivir, abrió violentamente la puerta del baño y, justo en el momento en que pretendía salir, se giró tras oír una voz de mujer detrás de él. Al hacerlo pudo ver una mujer totalmente cubierta de sangre que con los brazos extendidos intentaba alcanzarle mientras arrastraba una de sus piernas parcialmente devorada. Totalmente bloqueado por el miedo Pedro perdió la orientación y en su carrera se golpeó la cabeza con el marco de la puerta quedando inconsciente.

Minutos más tarde despertó mientras varias personas le rodeaban tratando de reanimarle. Su amigo al escuchar un fuerte golpe en el baño decidió acercarse a ver que había sucedido y le encontró en el suelo inconsciente.

Todos tomaron su historia como la de un borracho que no recordaba lo que había sucedido. Pero en su pierna había una marca inequívoca de que la leyenda era cierta. Un mordisco con la forma de una dentadura humana. Tal vez si su amigo no hubiera llegado a tiempo él mismo hubiese formado parte de la historia de la mujer asesinada en el baño. 

viernes, 15 de junio de 2012

Junto a ti.




Desde la más remota noche de los tiempos hasta nuestros días, fascinantes e increibles historias de “apariciones” han recorrido la faz de la Tierra para alojarse en todas las culturas, épocas y creencias, deleitando a soñadores, románticos y poetas e inquietando a cronistas, historiadores, folkloristas y, actualmente, a los investigadores de lo paranormal. Un alto porcentaje de esta casuística ha tenido lugar mientras el asombrado observador se hallaba en su lecho de descanso, casi a punto de dormirse o segundos después de despertar.
APARICIONES DE ALCOBA

En la actualidad resurgen estas apariciones anómalas a las que, a falta de mejor nombre, he colocado el apelativo de “visitantes de dormitorio”. A pesar de que, como he señalado, no es un fenómeno propio de nuestro tiempo, sí lo es la interpretación que actualmente se le está dando, ya que lo enmarcamos -y parte de culpa la tenemos los investigadores- dentro de la fenomenología OVNI. Hoy, el tema OVNI está de moda y en él vertemos más fenómenos de la cuenta, en muchos casos por una malinterpretación del testigo y en otros por nuestras propias creencias personales, posturas incorrectas para tratar objetivamente un acontecimiento de esta magnitud.

Desde que inicié mis andanzas por el universo paracientífico he recogido inquietantes casos de “apariciones de alcoba”, caracterizadas, entre otros muchos fenómenos, por la aparición de “entidades” casi siempre antropomorfas, rodeadas de gran luminosidad y semitransparentes, siendo interpretadas por el perceptor como presencias de familiares fallecidos, fantasmas o espíritus, aunque hoy, tal vez por la influencia de ciertas lecturas, esta interpretación ha dado un tremendo vuelco. Así, en Norteamérica, los libros “Intruders”, de Budd Hopkins, y “Communion”, de Whitley Strieber, han generado una auténtica psicosis “alienígena”, viéndose en estas historias una intervención de criaturas extraterrestres con fines manipulatorios. Puestos a especular, o bien el fenómeno transforma su apariencia, dependiendo de los factores ambientales donde se manifiesta, o bien somos nosotros quienes lo adornamos con elementos del folklore popular. Sea lo que sea, la cuestión es que miles de personas sienten que en su hogar hay un inquilino que, al parecer, no es de este mundo. El trauma o inquietud que originan tales experiencias cambian radicalmente la vida de los testigos y su asimilación depende, en gran medida, del control psíquico, la seguridad en sí mismo y, sobre todo, de un equilibrado estado emocional.

ESOS EXTRAÑOS “NOCTÁMBULOS”

“...Ví que surgía una luz en mi cuarto y que siguió aumentando hasta que la pieza quedó más iluminada que al mediodía. Repentinamente apareció un personaje al lado de mi cama, de pie en el aire, porque sus pies no tocaban el suelo (...) Toda su persona brillaba más de lo que se puede describir y su faz era como un vivo relámpago (...) Cuando lo vi por primera vez tuve miedo; mas el temor pronto se apartó de mí. Me llamó por mi nombre y me dijo que era un mensajero y enviado de la presencia de Dios, y que se llamaba Moroni...” Esta “aparición de dormitorio” fue protagonizada por José Smith el 21 de septiembre de 1823, dando origen a una nueva religión, la “Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días”, conocida popularmente como la Iglesia de Mormón. Más de un siglo y medio después aún continúan estas historias, pero con otro “decorado”...Julia G. es una joven ama de casa onubense, de 31 años de edad, acostumbrada a sentir en su propia piel estos encuentros desde que tenía ocho años, y aunque sus experiencias no la han llevado a fundar ninguna religión, sí la han hecho enfocar la vida desde una perspectiva trascendente y espiritual, adentrándose en terrenos esotéricos y en lecturas ocultistas... “Estas experiencias me han ayudado; me han hecho comprender que existen otras dimensiones, quién es Dios, y comprendo que la muerte no existe y que este mundo es una ilusión...”

No sabemos si la finalidad última de las experiencias de dormitorio, a tenor de las pruebas, es elevar al individuo por encima de los mezquinos intereses humanos, algo así como un impulso para trascender hacia otras “realidades” más sutiles que la nuestra, pero lo cierto es que el trauma vivido al inicio de dichas manifestaciones se transforma progresivamente en algo gratificante, en una auténtica experiencia iniciática por la que los terribles y desconocidos “invasores” se convierten en nuestros mejores aliados, en nuestros íntimos “ángeles de la guarda” ...portadores de luz y de conocimiento. Esta sensación, de lo más común en estos casos, la he comprobado personalmente en algunas de las casuales investigaciones que he llevado a cabo en Perú; así podría poner el ejemplo de una amable señora de 37 años de edad, Helena Rodriguez, para quien sus experiencias de “visitantes” -según ella “extraterrestres”, que incluso la han llevado al interior de un OVNI- no son más que duras pruebas preparatorias con un objetivo final: ejercer la “curación”. Más adelante veremos la relación de estas experiencias con el desarrollo de capacidades paranormales. Helena, en un momento de la primera conversación, que duró más de cinco horas, en uno de mis viajes por el sur de Perú, me dio una clave para comprender por qué muchos consideran positivas estas dramáticas vivencias al afirmar que “soy feliz cuando sufro”, ya que se siente completa y autorrealizada cada vez que consigue superar por sí misma cualquier sufrimiento.

Pero antes de analizar la influencia psicoemocional que ejercen dichas manifestaciones y qué causas pueden originarlas, veamos qué nos cuentan los individuos que se enfrentan a estas insólitas visiones.

EN LA FRONTERA DEL SUEÑO

Hace muchos años conocí a Margarita Flores, dueña un puesto de venta de libros en un lugar conocido como "Amazonas" en la capital Peruana, Lima. Solía acercarme de vez en cuando por su comercio para ver y algunas veces adquirir algún que otro libro sobre temática paranormal, y fue en una de esas ocasiones cuando me confesó su interés por el esoterismo, preferentemente por las doctrinas reencarnacionistas y kardecistas, pero jamás se me ocurrió pensar que fueron ciertas experiencias las que la llevaron a preocuparse por el mundo de lo “oculto”.

“Quiero hablar contigo sobre algo que te puede interesar”, me dijo en un fugaz encuentro por la calle. Un par de días después la llamé por teléfono y quedamos en su casa para el siguiente sábado, 1 de diciembre del 2004. Allí asistí, perplejo, a una larga narración de apariciones, contactos, avistamientos y experiencias extracorpóreas que formaban parte habitual de su vida. Sobre el tema que nos ocupa me relató lo que sigue: “Soñé con mi padre, cosa que me extrañó, pues le conocía sólo por fotos, ya que murió siendo yo muy niña... Me desperté de pronto a eso de las 3 de la madrugada, traté de encender la luz y, en ese instante, vi a mi padre a los pies de la cama; me quedé estupefacta; cerraba los ojos y le veía, los abría y también le veía; cuando me cercioré de que era cierto, mis manos y mis pies empezaron a temblar, pero no sentía miedo (...) La habitación se hallaba a oscuras, pero quedó iluminada por la luz que proyectaban los ojos de mi padre hacia la cama...”-¿Te comunicó alguna cosa?, le pregunté... “Habló en un castellano perfecto -me respondió con serenidad-. De golpe apareció como la pantalla de un televisor junto a él y entonces allí se proyectó todo el sueño que había tenido”. La “aparición” iba interpretando todas las escenas oníricas que se sucedían en la pantalla... “A partir de ese momento, supe que los sueños dicen cosas muy importantes y a través de ellos tuve muchísimas revelaciones”, añadió con cierta alegría en sus ojos... Desgraciadamente, aunque a esta mujer -que cuenta con 60 años- estas experiencias le han servido de mucho, han afectado enormemente su relación matrimonial hasta el punto de haber sido abandonada por su marido, quien no toleró nunca esas “cosas raras” que le acaecían a su esposa.
T
No siempre ocurre algo así, y en el caso de Helena. su marido no solo acepta con resignación las constantes experiencias de su cónyuge, sino que se ha visto “compartiendo” alguna que otra vez las “experiencias de dormitorio”... “Estaba durmiendo -me señala Helena- y mi marido oyó la puerta, como si alguien la abriera, y escuchó murmullo como de mucha gente. Se oyó ruido de tazas, luego pasos... Cuando quiso incorporarse en la cama para ver de qué se trataba, pensando que eran ladrones, se acercó hacia él un gran ojo y, asustado, me llamó... Al abrir los ojos vi que la habitación estaba llena de gente al pie de la cama. Eran figuras blancas, luminosas y todas iguales. No se apreciaban rasgos, como si fueran siluetas, y no tenían brazos. Había una mujer que cantaba y los demás hacían música con sus voces. Me puse a rezar y de momento desaparecieron por la pared...” (mayo de 1987). Este puede resultar un buen sistema de defensa contra el posible ataque de estas “entidades” -como asegura la investigadora Ann Druffel-, sobre todo cuando la víctima se ve abordada por una horrible criatura que le convierte los sueños en pesadillas insoportables.
T
Como se irá percatando el lector, es todo un reto para nuestra mente saber diferenciar lo real de lo ficticio en estas visiones, que tienen la peculiaridad de producirse en la oscura frontera entre el sueño y la vigilia. Por ello, ciertos relatos que gozan de total coherencia y contienen elementos comunes a otros y que, por tanto, revisten aparente credibilidad, se entremezclan con aspectos absurdos, fantásticos y de dificil definición incluso para quiénes los protagonizan.
T
VOCES QUE ORDENAN
T
Siguiendo con la cuestión que nos atañe, tuve la suerte de que llegara a mi conocimiento otro inquietante testimonio meses antes de que falleciera su propio protagonista. Vicente, que así se llamaba, se mostró la primera vez algo arisco y desconfiado a la hora de contarme sus experiencias, ya que hasta entonces tan sólo las compartió con su familia. No obstante, tras visitarle varias veces pude, no sin pocos esfuerzos, ganarme su confianza, siendo de ese modo -y no creo que haya otro- como empezó a “desembolsar” sus visiones nocturnas.
T
Las “experiencias de dormitorio” pueden llegar a obsesionar al testigo de tal forma que crea ser víctima de un constante control y seguimiento por parte de las “entidades” y aunque la experiencia no tenga un origen psicopatológico, sí puede generar una “escisión de la personalidad” si no es bien “digerida” por el perceptor. Algo así me pareció ver en Vicente, debido a sus ideas bastante delirantes. Afirmaba sentir extraños pitidos -casi siempre dos- en la zona posterior de la nuca. Para él era el aviso de que “ellos” estaban allí. Tras dicha señal, su ritmo cardíaco y respiratorio aumentaba considerablemente y sus miembros comenzaban a temblar. “Inmediatamente tras los pitidos -me comentó angustiado- empiezan los movimientos y comienza a bailar uno en la cama. Era un “meneo” espantoso. Llegaba a pensar de que se me iba a parar el “motor” -refiriéndose al corazón-; es más, hubo un momento en que no lo sentí. El ruido lo escucho perfectamente y otras veces, a nivel mental, he sentido otros pitidos, otras cosas raras. La última vez fue en la nuca, donde tenemos la cervical... Oí dos pitidos como diciendo: ¡Aquí estamos!...”Nuestro malogrado testigo creía que por las noches esas “entidades” experimentaban con él. Era tal su convicción y predisposición, que solía dirigirse a “ellos” diciendo: “¡Venga, que ya estoy dispuesto; haced lo que queráis conmigo!”. Constantemente, al despertar, veía a la altura de media habitación “luces” de colores rojos y azules. No faltaron “voces” que le ordenaron tomar una actitud o postura. “Estaba acostado, serían las cuatro de la madrugada y de pronto siento los pitidos en mi cerebro. Comprendí que eran “ellos”. Intenté levantarme, pero una voz me dijo: ¡Permanece echado!”. Su obsesión llegó a extremos inusitados cuando aseguró que esos “visitantes” convivían en su casa. “Presiento que están en la habitación conmigo y, de alguna manera, se me manifiestan” -dijo convencido-. Una tarde, oyendo detenídamente sus originales aseveraciones, su mujer empezó a sonreir ante lo que decía su marido, y éste, malhumorado, le replicó: ¡Mira Isabel, ahora mismo “ellos” están aquí y están viendo que tú te estás riendo...!”
T
Como puede apreciarse, ovnis, proyecciones astrales, sonidos indescriptibles y toda una mezcolanza de fenómenos anómalos conviven en estas visiones, que están más cercanas al arcano mundo de lo onírico que al no menos onírico mundo de la vigilia. Con razón, para los psiquiatras este tipo de sucesos no son más que meras alucinaciones hipnagógicas, pasando a engrosar el complejo campo de los trastornos sensoperceptivos. Ciertamente, en el paso de la vigilia al sueño, y viceversa, se pueden dar fenómenos alucinatorios que se conocen como visiones hipnagógicas e hipnopómpicas, respectivamente. En esos estados intermedios, el sujeto ve fuera de sí imágenes proyectadas por su propio subconsciente, creyendo que está ante una “aparición” sobrenatural. Luego analizaremos si todos los casos pueden explicarse tan fácilmente.
T
EL NEXO PSI-OVNI
T
Nadie puede negar a estas alturas que el complejísimo y escurridizo asunto de los ovnis posee un gran componente psíquico. En las postrimerías del siglo XX no nos ha quedado más remedio que variar nuestro horizonte investigatorio, considerando parte fundamental del episodio OVNI al propio sujeto, al que nunca se había tenido en cuenta anteriormente. La razón de este nuevo enfoque es obvia: la mente del perceptor no sólo recibe y canaliza la experiencia, sino que la conforma e interpreta de acuerdo a los influyentes esquemas sociales, culturales y religiosos. En plena era tecnológica, y como Carl Jung adelantó en su tiempo, los antiguos “dioses” son sustituidos por los modernos extraterrestres, estereotipo más acorde a nuestras necesidades actuales. Es así como de forma subliminal, los “alienígenas” se han ido infiltrando en estas ancestrales y misteriosas “experiencias de dormitorio”.
T
Hermelinda Humanes, en una nueva entrevista, me narra un hecho relacionado con esto que acabamos de decir. “En la visión que tuve ví que un niño me avisaba de que había dos soles. Salgo a la calle y al salir veo que era por la mañana, y me dije: “Si el sol está aquí, ¿cómo es que hay otro?...” De pronto vino hacia mí la nave y ya no recuerdo nada. Cuando me desperté me encontré en una sala que era toda metálica, redonda, con unos mandos; veo una mesa de operaciones donde yo estoy tumbada; la mesa está en el centro, hay una lámpara grande, redonda, arriba en el techo. Delante de mí había tres seres muy altos, vestidos con monos blancos, delgados y que desprendían una cierta energía positiva... Mentalmente, me dieron la opción de verles las caras, pero me advirtieron que tenía que estar muy preparada para vérselas... Entonces yo, no sé por qué, decidí no verles las caras. Después de eso recuerdo que me levanté completamente nueva, repuesta, como si me hubieran puesto pilas nuevas...”
T
UN EXTRAÑO SONIDO EN LA NUCA
T
Esta señora recordó -tras preguntarle si había descubierto en alguna parte de su cuerpo alguna extraña marca o cicatriz- haber notado por aquellas fechas del “encuentro”, a finales de 1989, “algo que se me encoge y suena... como dos granitos en la nuca...” Es significativo, como se desprende del relato, que las “apariciones de dormitorio” contengan simultáneamente elementos de dos polos que parecían bien opuestos: las abducciones y el contactismo. Reflexionar sobre este punto nos llevaría a tener que rectificar las tesis hasta ahora barajadas.
T
Los “extraterrestres” tampoco se ausentaron de las enigmáticas visiones de Margarita Flores. Haciendo memoria recordó que “en 1978, cuando tenía 45 años, empecé a contactar telepáticamente con “Luz del Alba” -según me confesó, este “ser” era oriundo de UMMO (?)-. Me hablaba de Adán y Eva, de Lucifer, de su rebelión y otras cosas así...” Y en sueños, ella viajaba hasta la “nave extraterrestre”, donde “un ser vestido de blanco y al que no le veía la cara me daba instrucciones” (descripción similar a la que hizo Helena sobre los tres seres).
T
Ya no es necesario viajar por una carretera solitaria para tener un encuentro cercano con OVNIs, ni tampoco invocar a los “hermanos cósmicos” sobre la cima de una montaña... El fenómeno se ha “transmutado” a sí mismo, y ahora nuestro propio hogar, la intimidad de nuestra alcoba, puede convertirse en el escenario ideal para manifestarse “entes” que, a buen seguro, no pertenecen a nuestra “realidad” cotidiana...
T
FENOMENOS PARALELOS
T
El fenómeno de los “visitantes” no viene aislado -lo cual complica más la cuestión-, sino acompañado de una variopinta fenomenología paranormal que el sujeto ha experimentado, por lo general, desde su infancia (experiencias extracorpóreas, clarividencias, premoniciones, voces desconocidas, “raps”...) Si ahondamos en el pasado de estas personas no será dificil descubrir antecedentes entre los 8 y 11 años, iniciándose con esporádicos fenómenos de percepción extrasensorial que con el transcurso del tiempo se vuelven más frecuentes y complejos, influyendo de forma directa en su personalidad y en su particular modo de enfocar las cuestiones trascendentales, pues, como argumenta el investigador Peter M. Rojcewicz, “así como las creencias tradicionales pueden influir sobre las descripciones y las interpretaciones de las experiencias, también los encuentros anormales recurrentes pueden modificar las creencias tradicionales”.“A los 10 años comencé con estas cosas, cuando murió mi tío y se me apareció. Al poco tiempo empezaron fenómenos de ruidos, golpes y sombras. Tenía las experiencias acostada. Cuando cerraba los ojos, flotaba en el aire y veía caras...”, rememoró Margarita Flores. Al cuestionarla sobre sus primeras experiencias, me trasladó a 1969, cuando sólo tenía 8 años... “La primera vez escuchaba unas voces, cuando me levantaba sola de la cama -recuerda todavía con cierta inquietud-. Escuchaba la voz de una mujer que me llamaba por mi nombre, como si me quisiera decir algo... Yo me tapaba la cabeza y ya me dormía. Cada vez que me levantaba para ir al lavabo me ocurría lo mismo, hasta que una noche ví una figura blanca, pero era como una nube que se convirtió en una persona. La cara era de mujer, morena, con una túnica blanca; estaba sonriendo, pero no me habló nada... Me acosté y me tapé la cabeza; sentí que se acercó a la cama, pues oí los pasos, pero no me tocó; sólo me rozó y sentí que se fue. Esa fue la primera experiencia que tuve...” Plasmar por escrito todos los fenómenos y experiencias que se han desarrollado en torno y a través de Julia, sin contar las “experiencias de dormitorio”, ocuparía todo un largo artículo... Psicografías, viajes astrales, psicometrías, premoniciones, contactos telepáticos, avistamientos, etc.
T
EL CONTAGIO PSIQUICO
T
No obstante, hay un importante dato que debemos tener en cuenta: el fenómeno “impregna” a otros habitantes de la casa, se contagia... El marido y la hija mayor, de 10 años, ya están viviendo sucesos paranormales análogos a los protagonizados por Julia G. El marido, Antonio C., con el que ya me úne una buena amistad, tuvo un encuentro ovni mientras se hallaba -por cuestiones de trabajo- en alta mar. Fue el 12 de noviembre de 1990 y pudo visualizar frente a las costas de El Callao -junto a otros miembros de la tripulación de una bolichera- un gran “objeto” luminoso que ascendía y descendía para luego quedarse estático y, finalmente, desaparecer a gran velocidad... No ha sido la única vez que ha podido ver fenómenos anómalos y extraños “fogonazos”, cuando por la noche sale a cubierta para otear el cielo estrellado. La hija, María del Mar, en 1988 -con la misma edad en la que la madre comenzó sus experiencias- presenció una noche, junto a la cama, la aparición de “un ser alto, moreno, con túnica blanca y con un crucifijo”. Tiempo después, vio otra “entidad”, pero esta vez era “rubio, con pelo largo y ojos rasgados”...El caso de Vicente tampoco es aislado, puesto que otros miembros de su familia, como su sobrino, se han visto envueltos en historias de similares características, abundando los avistamientos y la presencia de sombras en la oscuridad de la noche. En las experiencias de Hermelinda destacan las visiones apocalípticas: dias de oscuridad, una “bola de fuego” que se avecina hacia nuestro planeta, evacuación de los elegidos (llevada a cabo por OVNIs), cataclismos, etc. Desde temprana edad ella predecía la muerte de determinadas personas. Su marido, Carlos -al que agradezco la amabilidad y cortesía que me ha brindado en todo momento-, pese a ser crítico y escéptico con las vivencias de su mujer, ha tenido que reconocer que a veces ha vivido situaciones inexplicables, como la de encenderse y apagarse las luces de la habitación, sin que, por supuesto, nadie fuera el causante de ello.
T
Como último ejemplo, cabe señalar que Margarita, aparte de sus “apariciones” nocturnas y de sus proyecciones astrales, recibe por vía psicográfica un sinnúmero de bellas poesías reveladas por elevadas “entidades espirituales”, o al menos eso es lo que asegura. Me sorprendí cuando me enseñó la pila de cuadernos que guarda como un tesoro y que recogen esos dictados del “más allá”...Todos estos detalles, desafortunadamente, son “olvidados” y a veces rechazados por la mayoría de los investigadores del Fenómeno OVNI, por la sencilla razón de no invalidar la “Hipótesis Extraterrestre” que defienden con tanto apasionamiento.
T
¿HAY EXPLICACION PARA ESTE ROMPECABEZAS?
T
Hemos de reconocer que no es tarea fácil encontrar una respuesta satisfactoria a fenómenos que están fuera de nuestro limitado conocimiento y que se sirven de “ilógicos” mecanismos que escapan a los parámetros de nuestras ciencias ortodoxas. Tampoco sería correcto negarlos, así que lo mejor es analizarlos y estudiarlos detenídamente, extrayendo algunas consideraciones que arrojen cierta luz sobre los mismos. En este sentido, el tema de las “visitas de dormitorio” resulta fascinante, pero aún está en estado embrionario, a la espera de un veredicto final, si es que lo hay.
T
Está claro que detrás de muchas de estas historias no tenemos más que “alucinaciones” creadas por una mente con síntomas patológicos. Así, en un cuadro esquizofrénico es muy corriente la producción de alucinaciones visuales y auditivas, que pueden llevar al paciente a creer que realmente se comunica con “seres extrahumanos”; los estados narcolépticos y crepusculares también son proclives a experimentar visiones oníricas que no parecen tales, y las crisis del lóbulo temporal -investigadas por el Dr. Michael A. Persinger- provocan, en los enfermos epilépticos, complejos dramas alucinatorios muy cercanos, por sus características, a las “experiencias de dormitorio”
T
...Pero ¿dónde colocaría la psiquiatría todos esos otros fenómenos paranormales antes mencionados? ¿Y los sucesos en que los sujetos no sufren ninguna anomalía psíquica?... En los casos que he recogido no he visto indicios patológicos, salvo la posterior angustia u obsesión a raiz de la experiencia, aunque sí he podido detectar que, en general, todos ellos comparten crisis afectivas, soledad interior, sentimiento de incomprensión, falta de autoestima y tendencia a “trascendentalizar” sus encuentros, elementos que el inconsciente -y aquí nos adentraríamos en la psicología junguiana- podría “dramatizar” usando para ello “arquetipos” que compartimos colectivamente, y proyectar fuera de nosotros, exteriorizando de esta forma el conflicto endógeno. Sobre los “visitantes”, Michael Grosso afirma que “es evidente que se trata de formas similares a las del folklore y la mitología, y me parecen demasiado etéreas, simbólicas y arquetípicas para poder considerarlas como seres extraterrestres que provienen de las estrellas”.
T
De esta forma se podría explicar, por ejemplo, una visión que marcó profundamente a Julia. Ella, que no recibió de su padre todo el cariño que hubiera deseado, buscó refugio en la “aparición” de un anciano con barbas blancas (arquetipo del “padre protector”, símbolo de seguridad, plenitud y sabiduría).
T
ARQUETIPOS Y ESTADOS ALTERADOS DE CONCIENCIA
T
Ese deseo de evadirse de la realidad que le rodea puede, mediante ciertos mecanismos mentales, crear en el individuo una situación en la que sus creencias y pensamientos se materialicen, poniendo en escena un encuentro con “entidades” imaginarias.
T
En las fases crepusculares, cuando disfrutamos de un estado semiinconsciente, suelen producirse mayor cantidad de fenómenos ESP (sueños premonitorios, visiones, proyecciones astrales...), lo cual sugiere que las “experiencias de dormitorio” pueden deberse a manifestaciones de índole extrasensorial, tal vez porque el individuo tenga un mayor desarrollo de esa capacidad paranormal -cosa que pude corroborar al realizar diferentes pruebas con las cartas Zener a algunos de nuestros protagonistas-, activándose en ese estado diferente de conciencia. Un par de ejemplos pueden ser los de Julia y Helena, cuyos aciertos con las cartas Zener, en diferentes ejercicios de clarividencia y precognición, estuvieron muy por encima del azar. Estos resultados satisfactorios pueden indicarnos que estamos ante dotados ESP, capaces de producir en circunstancias favorables (en relajación, a punto de dormirse, en soledad...) toda una amplia gama de casuística parapsíquica.
T
Es por eso que no podemos encuadrar en un modelo común estas experiencias, y menos aún circunscribirlas a una intervención alienígena, ya que cada individuo vive la suya propia, de forma individual e íntima. A este respecto, Hilary Evans afirma que “los Estados Alterados son diversos, cada individuo difiere de todos los demás, las circunstancias son infinitamente variables y no existen modelos absolutos para el Estado Alterado”. En este estado especial del psiquismo, donde el plano subconsciente aflora, se darían cita tanto los fenómenos ESP como los símbolos arquetípicos que condicionarían todo ese complejo proceso psíquico, detonante del suceso paranormal (de ahí que algunos fenómenos registrados en distintos contextos, como el ufológico, espiritista o místico, guarden esa evidente y estrecha relación).“Más que hablar de delirios u otras psicopatologías -nos dice Hilary Evans en su obra “Alternate States”- debiéramos de pensar en los Estados Alterados de Conciencia (EAC), cuyo proceso, ligado a las influencias socio-culturales, creencias, etc. daría como resultado una experiencia anómala (viaje astral, espíritus...)”. En el EAC el sujeto cree estar realmente consciente; no ha percibido cambio alguno, por lo que acepta de forma irrefutable que las experiencias vividas son sustancialmente reales, externas y no producto de su mente. ¿Llevará en parte razón?
T
...No estamos en condiciones de negarlo rotundamente; por ello existe aún la duda de si todo nace en la mente del perceptor o realmente hay “entidades” que participan de algún modo en esa insólita “escenificación teatral”. Personalmente eh tenido muchas vivencias paranormales y doy fe que estas experiencias no fueron fruto de mi mente.