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domingo, 15 de abril de 2012

Vivir sin comer?

inedia
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¿Vivir del sol?

Tiende a creerse que el cuerpo humano no puede resistir sin comer y, sobre todo, sin beber durante mucho tiempo. De hecho, solo parece posible sobrevivir en esas condiciones durante escasas semanas. Sin embargo, se conocen bastantes casos de anacoretas y santos que se mantuvieron vivos durante décadas sin comer ni beber. A este fenómeno místico tan sorprendente se lo ha denominado “inedia”, término que procede del latín y que significa abstinencia más o menos prolongada de alimentos.

Anorexia mística

Las proezas de algunos anacoretas de los primeros siglos del cristianismo palidecen ante algunos místicos cristianos que vivieron muchos años en inedia total. Curiosamente, la mayoría de los casos más impresionantes se han observado en mujeres. Sin duda, según hace notar el filósofo Aimé Michel, que ha examinado con todo rigor este fenómeno, “en todos los casos(…) siempre parece que la enferma – si hubo enfermedad – estuvo sometida a una dura prueba moral o tiene algún motivo para estar obsesionada por una idea dolorosa (…). Si recordamos que el misticismo consiste en afrontar el dolor deliberadamente, es de esperar que en las vidas de los santos se observen con frecuencia estos ayunos”.
Citaremos solo algunos de los muchos casos recogidos en las fuentes hagiográficas:
Catalina de Siena (8 años de inedia)
Catalina de Raconizzio (10 años)
Rosa María Andriani (28 años)
Luisa Lateau (14 años)
Angela de Foligno (12 años)
Lidwina de Schiedham (28 años)
Domenica del Paradiso (20 años)
Isabel von Reute (15 años)
Nicolás de Flüe (19 años)

Un ejemplo más es la santa anoréxica Catalina de Génova. En el texto Vita e Dottrina di Santa Caterina da Genova (1551) se habla de sus “grandes ayunos”, que duraron desde 1476 hasta 1499. Se detalla que durante tres cuaresmas y el mismo número de advientos no ingirió ningún alimento sólido. Solo bebía ocasionalmente un vaso de agua mezclado con sal y vinagre.
225px-Santa_Caterina_Fieschi_Adorno-dipinto_Giovanni_Agostino_RattiCatalina de Génova
Junto a los citados santos de épocas pasadas, en tiempos más recientes debemos situar a la mística alemana Therese Neumann, cuyos espectaculares estigmas, dotes de clarividencia y sanación también palidecen comparados con su grado de supervivencia en inedia absoluta. Al parecer, tuvo una visión en 1927 en la cual se le comunicaba que nunca más tendría necesidad de alimentos terrenos. Desde entonces dejó de comer y de beber. Lo sorprendente es que, a pesar de ello, no solo no perdió peso, sino que siguió viviendo con relativa normalidad.
Al igual que los otros fenómenos físicos que protagonizó, su inedia fue estudiada por doctores y padres de la iglesia. El obispo de Regensburg pidió al progenitor de Therese que aceptara en su hogar una comisión para que comprobara la naturaleza de aquel ayuno tan prolongado. El señor Neuman accedió y durante dos semanas cuatro monjas permanecieron en su casa observándola constantemente. En ningún momento la dejaban a solas y hasta medían el agua que empleaba para lavarse los dientes con el fin de verificar que no se la tragaba. Therese no solo superó la prueba con éxito, sino que sobrevivió sin comer ni beber durante 35 años.
Therese_Neumann2Therese Neumann
Así lo expuso en 1967 Johannes Steiner en una biografía sobre Neumann: excepto la hostia y el vino consagrados de la comunión, ningún otro alimento ni bebida rozaron sus labios. Muchos experimentos realizados por diferentes médicos lo confirmaron. Al parecer, dejó de hacer deposiciones después de 1930 y su tracto intestinal literalmente se secó. Así y todo, siguió llevando una vida relativamente activa, al menos desde un punto de vista psíquico, ya que tuvo visiones hasta su muerte en 1962.
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¿Prodigio natural o sobrenatural?

Algunos científicos han intentado explicar el caso de Neumann avanzando la teoría de que se mantenía viva mediante la asimilación de radiaciones solares. No obstante, como apunta Scott Rogo en El enigma de los milagros, “dada su propensión a la histeria, personas como Therese Neumann padecían, probablemente, anorexia nerviosa que, mediante algún fenómeno paranormal, se transformaba hasta convertirse o en un hecho auténticamente milagroso y sobrenatural”.
therese_neumann
Therese Neumann, muy conocida también por sus estigmatizaciones y por llorar sangre.
Sobre la inedia como fenómeno sobrenatural, es decir, cuando se observa una prolongada supervivencia en una persona tras una abstinencia absoluta de muchos años, se ciernen todavía una serie de interrogantes sin resolver: ¿Se trata realmente de un prodigio? El fenómeno se ha observado también en místicos de otras religiones y no por ello se le atribuye un carácter sobrenatural.
En el hinduismo en concreto, más parece un fenómeno natural que divino. Un ejemplo notable que supera sobradamente al de Therese Neumann lo tenemos en la mística hindú Giri Bala. Según describe Paramahansa Yogananda en su Autobiografía de un yogui, tras una visita que le hizo cuando ella tenía 68 años, Bala no había probado ningún alimento sólido ni líquido durante 56 años, es decir, desde que tenía 12 años: “Madre, ¿de qué sirve que te singularices viviendo así, sin alimento?”, le preguntó en voz baja Yogananda. Bala respondió: “Para demostrar que el hombre es espíritu, para demostrar que por el camino hacia Dios el hombre puede aprender a vivir de luz divina y no de alimentos”.
GiriBala1Giri Bala
¿Sentía alguna aversión Giri Bala a los alimentos?
Es probable, pero acaso no tanta como han experimentado algunas místicas occidentales. Veamos el caso de la tirolesa Domenica Lazzari. Todos los doctores que la estudiaron confirmaron que no comía. Así lo expusieron Lord Shrewsbury en sus Letters of the Earl of Shrewsbury (1847) y el doctor Dei Cloche, del hospital de Trento, que analizó a la mística durante dos años y publicó los resultados de sus observaciones en los Annali Universali di Medicina (1837). Dei Cloche cuenta que un día consiguió convencer a Domenica de que se dejara en la lengua un terrón de azúcar; pero esta sufrió una crisis de vómitos y convulsiones que le duró  veinte minutos. Al parecer, también se desvanecía cuando olía el pan tostado y su rostro de contorsionaba dolorosamente.
Antecedentes similares se encuentran en la beata María d´Oignies, que tampoco soportaba dicho olor; según cuenta el cardenal Jacques de Vitry: “Durante su enfermedad no podía tomar absolutamente nada, ni soportar el olor a pan (…). Un día, tratamos de darle un pedazo de pan sin consagrar, pero volvió la cara al instante, horrorizada por el olor del pan. Una corteza le rozó los dientes y fueron tan grandes el dolor y el malestar que se puso a gritar, a vomitar y a escupir, a jadear y a llorar como si fuera a estallarle el pecho”.
anorexia1La anorexia es una grave enfermedad de los tiempos modernos.
Este tipo de aversión al alimento se observa igualmente en las jóvenes anoréxicas no religiosas de nuestro tiempo, pero aunque estas poseen muchos rasgos comunes con las citadas místicas, en las últimas parece ser más una facultad que una capacidad, pues son capaces de elevarse cuando se alimentan de Dios. El ejemplo de Catalina de Siena es magnífico, ya que se contentaba solo con tomar la comunión, según cuenta R. Fawtier en su obra Sainte Catherine de Sienne (1921): “Este alimento celestial no solo mantenía su alma, sino también su cuerpo. Por ello ya no volvió a necesitar alimentos corrientes y todas las tentativas que hacía por consumirlos eran seguidas de grandes sufrimientos”. Tales sufrimientos – si bien “dulces” – aparecen confirmados también en una carta que la santa envió a Raimundo de Capua: “Mi cuerpo subsiste sin alimento alguno, ni siquiera una gota de agua. Estos dulces sufrimientos son muy grandes, nunca sentí nada parecido”.
sta_catalina_de_sienaCatalina de Siena
Probablemente estas santas alcanzaron el mismo grado de éxtasis y elevación espiritual que los místicos hindúes, pero tal vez no poseían el mismo dominio de las prácticas y procesos naturales que los permitían identificarse con la divinidad sin tantos sufrimientos.
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Ayunos místicos en el hinduismo

sadhu_beard
En el ascetismo hindú, la supervivencia del cuerpo tras períodos muy prolongados de inedia no se atribuye a factores sobrenaturales, sino que se considera normal. Lo explican por la adquisición de cierto control del quinto chakra, el Vishuddha, situado en el hueco de la garganta y en el interior de las vértebras que le corresponden, según se explica en los Yoga Sutras, de Patanjali. Los místicos hindúes llevaban milenios practicando ayunos de estas características cuando los santos católicos los descubrieron. Para el asceta hindú – como para todo el mundo – lo importante es respirar. por eso pueden vivir sin comer ni beber por medio de prácticas y procesos naturales, pero nunca dejan de respirar, aunque sea bajo mínimos.

viernes, 16 de marzo de 2012

MEDALLA DE SAN BENITO..un arma contra los pactos

La medalla de San Benito, propagada en todo el mundo hace más de 300 años, especialmente por los monjes benedictinos, es célebre por su eficacia extraordinaria en el combate contra el demonio y sus manifestaciones; en la defensa contra maleficios de todo género, contra enfermedades, especialmente las contagiosas, contra picaduras de serpientes y otros animales ponzoñosos; en la protección de animales domésticos, vehículos, etc.
Repetidas veces aprobada y alabada por los Papas, la medalla de San Benito, que une a la fuerza exorcizante de la Santa Cruz del Redentor –la señal de nuestra salvación– el recuerdo de los méritos alcanzados por la santidad eximia del gran Patriarca San Benito, es sin duda muy indicada para los fieles católicos. 
La imagen de la Cruz representada en la medalla 
Basta al cristiano considerar brevemente la virtud soberana de la Cruz de Jesucristo, para comprender la dignidad de una medalla en la cual está representada.
La representación de la Cruz despierta en nosotros todos los sentimientos de gratitud para con Dios, por el beneficio de nuestra salvación.
La Cruz causa terror a los espíritus malignos, que siempre retroceden ante ella, y apenas la ven se apresuran en soltar su presa y huir. Así pues, nuestra medalla, que representa en primer lugar la imagen de la Cruz, está en perfecta armonía con la piedad cristiana, y ya sólo por este motivo es digna del mayor respeto. 
La imagen de San Benito representada en la medalla 
La honra de figurar en la misma medalla junto con la imagen de la Santa Cruz fue concedida a San Benito con la finalidad de indicar la eficacia que tuvo en sus manos esta señal sagrada. San Gregorio Magno, que escribió la vida del Santo Patriarca, nos lo representa disipando con la señal de la Cruz sus propias tentaciones, y quebrando con la misma señal hecha sobre una bebida envenenada, el cáliz que la contenía, quedando así patente el perverso designio de los que habían osado atentar contra su vida. Cuando el espíritu maligno, para aterrorizar a los monjes, les hace ver el Monasterio de Montecasino en llamas, San Benito desvanece ese prodigio diabólico haciendo la misma señal de la Pasión del Salvador sobre las llamas fantásticas. Cuando sus discípulos andan interiormente agitados por las sugestiones del tentador, les indica como remedio trazar sobre el corazón la imagen de la Cruz. Por todo ello, es lícito concluir que era muy conveniente reunir en una sola medalla la imagen del santo Patriarca y la de la Cruz del Salvador.
Esto queda aún más claro al considerar que los dos grandes discípulos del siervo de Dios, San Plácido y San Mauro, cuando realizaban sus frecuentes milagros tenían la costumbre de invocar junto con el auxilio de la Santa Cruz, el nombre de su santo Fundador, y así consagraron, desde el principio, la piadosa costumbre expresada más tarde por la medalla. 
Los caracteres que se leen en la medalla 
Además de las imágenes de la Cruz y de San Benito, la medalla trae también cierto número de letras , cada una de las cuales representa una palabra latina. Las diversas palabras reunidas tienen un sentido que manifiesta la intención de la medalla: expresar las relaciones que existen entre el santo Patriarca Benito y la Santa Cruz; y al mismo tiempo, poner al alcance de los fieles un medio eficaz de emplear la virtud de la Santa Cruz contra los espíritus malignos.
Esas letras misteriosas se encuentran dispuestas en la cara de la medalla en que está representada la santa Cruz. Examinemos, en primer lugar, las cuatro colocadas entre los brazos de dicha Cruz:
C            S
P            B
Significan: Cruz Sancti Patris Benedicto; en castellano, Cruz del Santo Padre Benito. Esas palabras explican el fin de la medalla.
En la línea vertical de la Cruz se lee:
C
S
S
M
L
Lo que quiere decir: Cruz sacra sit mihi lux; en castellano, La Cruz sagrada sea mi luz.
En la línea horizontal de la misma Cruz, se lee:
N. D. S. M. D.
Lo que significa: Non draco sit mihi dux; en castellano, No sea el dragón mi guía.
Reuniendo esas dos líneas se forma un verso pentámetro, mediante el cual el cristiano expresa su confianza en la Santa Cruz, y su resistencia al yugo que el demonio querría imponerle.
Alrededor de la medalla existe una inscripción más extensa, que presenta en primer lugar el santísimo nombre de Jesús, expresado por el monograma bien conocido: I. H. S. (En el modelo más conocido de la Medalla de San Benito el monograma I. H. S. fue reemplazado por el lema benedictino PAX; en castellano, Paz). Vienen después, de derecha a izquierda, las siguientes letras:
V. R. S. N. S. M. V. S. M. Q. L. I. V. B.
Estas iniciales representan los dos versos siguientes:
Vade retro satana; nuncuam suade mihi vana
Sunt mala quae libas; ipse venena bibas.
En castellano: Apártate, satanás; nunca me aconsejes tus vanidades, la bebida que ofreces es el mal: bebe tú mismo tus venenos.
Tales palabras se supone que fueron dichas por San Benito: las del primer verso, con ocasión de la tentación que sintió y de la cual triunfó haciendo la señal de la Cruz; las del segundo verso, en el momento en que sus enemigos le presentaron una bebida mortífera, hecho que puso al descubierto bendiciendo con la señal de la vida el cáliz que la contenía.
El cristiano puede utilizar estas palabras cuantas veces fuere asaltado por tentaciones e insultos del enemigo invisible de nuestra salvación. El mismo Jesucristo Nuestro Señor santificó las palabras Vade retro, satanaApártate, satanás– y su valor es cierto, una vez que el propio Evangelio nos lo asegura. Las vanidades que el demonio nos aconseja son las desobediencias  a la ley de Dios, las pompas y falsas máximas del mundo. La bebida que el ángel de las tinieblas nos presenta es el pecado, que da muerte al alma. En vez de aceptarla, devolvámosle tan funesto presente, ya que él mismo lo escogió como herencia suya.
Basta que alguien pronuncie con fe tales palabras, para sentirse inmediatamente con fuerzas para arrostrar todas las embestidas del infierno. Aun cuando no conociéramos los hechos que demuestran hasta qué punto satanás teme esa medalla, la simple consideración de lo que representa y expresa, bastaría para que la consideráramos una de las más poderosas armas que la bondad de Dios puso a nuestro alcance contra la malicia diabólica. 
Uso de la medalla de San Benito 
No ignoramos que en este siglo mucha gente considera que el demonio es más bien un ser imaginario y no real; y así, puede parecer extraño que se acuñe y se bendiga una medalla, empleada como protección contra los ataques del espíritu maligno. Sin embargo, las sagradas Escrituras nos ofrecen innumerables pasajes que dan una idea del poder y la actividad de los demonios, así como de los peligros de alma y cuerpo a que estamos continuamente expuestos por efectos de sus celadas. Para aniquilar su poder no basta ignorar a los demonios y sonreír cuando se oye hablar de sus operaciones. No por eso dejará de continuar el aire siempre lleno de legiones de espíritus de malicia, conforme enseña San Pablo; y si Dios no nos protegiese, aunque casi siempre sin que lo sintamos, por el ministerio de los Santos Ángeles, sería para nosotros imposible evitar las innumerables celadas de estos enemigos de toda criatura de Dios.
Ahora bien, el poder de la Santa Cruz contra satanás y sus legiones es tal, que la podemos considerar un escudo invencible que nos hace invulnerables a sus flechas.
Concluimos entonces cuán ventajoso resulta emplear con fe la medalla de San Benito en las ocasiones en que más temamos los embustes del enemigo. Su protección, no lo dudemos, será eficaz contra todo tipo de tentaciones. Numerosos e innegables hechos señalaron su poderoso auxilio en miles de circunstancias en las cuales, o por acción espontánea de satanás, o por efecto de algún maleficio, los fieles estaban a punto de sucumbir ante un peligro inminente. Podremos igualmente emplearlo a favor de otros, como medio de preservación o de liberación, en previsión de los peligros que deban afrontar.
A menudo nos amenazan accidentes imprevistos, en tierra o en mar; si llenos de fe llevamos con nosotros la medalla, seremos protegidos. No hay circunstancias de la vida humana, por más materiales que fueren, en que ya no se haya manifestado por su intermedio, la virtud de la Santa Cruz y el poder de San Benito. Así, espíritus malignos, en su odio contra el hombre, embisten contra los animales empleados en su servicio, contra los alimentos que deben sustentar la vida; su intervención maléfica es muchas veces la causa de las enfermedades que padecemos; ahora bien, prueba la experiencia que el uso religioso de la medalla, acompañado por la oración, opera muchas veces el cese de las celadas satánicas, y un notable alivio en las enfermedades, y a veces hasta una curación completa.


 


Oración a San Benito
(de intercesión para otra persona).
Si es para usted mismo/a, donde pone las xxx, simplemente diga usted su nombre y adapte las palabras de la oración a usted. Por ejemplo, si dice ‘inspírale’, diga usted ‘inspírame’… y así en toda la oración.
En el nombre del Padre +, y del Hijo +,
y del Espíritu Santo +. Amén.
Glorioso San Benito, Patriarca de los monjes,
poderoso en milagros, amado del Señor.
Padre bondadoso para con todos los que te invocan,
yo imploro de tu corazón amoroso que ores por XXXXXXX,
aquí presente, ante el trono de Nuestro Señor.
A ti recurrimos en todos los peligros
que diariamente nos rodean.
Sé para XXXXX un escudo contra sus enemigos.
Inspírale para imitarte en todas las cosas.
Tu corazón está siempre lleno de amor, compasión y misericordia hacia aquellos que de alguna manera se ven afectados por todo tipo de problemas.
Tú nunca has dejado sin consuelo ni asistencia a nadie que haya recurrido a ti. Por lo tanto, al invocar tu poderosa intercesión, confiamos esperanzados en que escucharás nuestras plegarias y obtendrás para XXXXXX la gracia y los favores que sinceramente te imploramos, en el caso de que sean para mayor gloria de Dios y para el bienestar de su alma.
Intercede, pues, amado San Benito, por la salud del alma, cuerpo y mente de XXXXX.
Líbrale de todos los males de su cuerpo y de su alma.
Defiéndele a él y a todos los suyos del poder
de los enemigos infernales.
Destierra de sus casas y de sus vidas
las acechanzas del maligno espíritu.
Ruega por XXXXXXX a fin de que, viviendo según la ley
del Señor, merezca ser hallado digno de recibir la eterna recompensa.
Pídele al Señor que remedie sus necesidades
tanto espirituales como corporales
y para que su alma no muera en pecado mortal.
Glorioso San Benito, en tus manos ponemos nuestras vidas,
y confiamos en tu poderosa intercesión para permanecer siempre libres del poder de los espíritus malignos.
Todo esto te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
————————-
Exorcismo de la Medalla de San Benito

C. S. P. B.
Crux Sancti Patri Benedicti
Cruz del Santo Padre Benito
C. S. S. M. L.
Crux Sacra Sit Mihi Lux
Mi luz sea la Cruz Santa
N. D. S. M. D.
Non Draco Sit Mihi Dux
No sea el demonio mi guía
V. R. S.
Vade Retro Satana
¡Apártate, Satanás!
N. S. M. V.
Nunquam Suade Mihi Vana
Nunca me sugieras cosas vanas
S. M. Q. L.
Sunt Mala Quae Libas
Pues maldad es lo que brindas
I. V. B.
Ipse Venenum Bibas
Bébete tu propio veneno
Oremus. + In nomine Patri, et Filii + et Spiritui Sancti +
Cruz del Santo Padre Benito. Cruz Santa sé mi Luz y no sea nunca el demonio (dragón) mi conductor. ¡Aléjate, Satanás! No me persuadirás de cosas vanas. Son malas las cosas que me ofreces, bebe tú mismo tu veneno. En el Nombre del Padre + del Hijo + y del Espíritu Santo +. Amén.
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Oración para obtener gracias
Oh, buen Jesús, Hijo verdadero de Dios y de la Virgen María, que con Tu Pasión y Muerte nos has liberado de la esclavitud del demonio y, mediante los prodigios de la Cruz, has glorificado a tu sirviente Benito otorgándole un poder ilimitado sobre las potestades infernales. Concédenos, te suplicamos, mediante la intercesión de este santo, la victoria en la lucha asidua que sostenemos, no sólo contra el demonio, nuestro principal enemigo, sino también contra las doctrinas perversas y los malos ejemplos de la vida licenciosa, con los cuáles las personas de mala voluntad buscan perjudicar nuestras almas y nuestros cuerpos. San Benito, especial protector nuestro, intercede por nosotros y ruega a Jesús nos conceda las gracias especiales necesarias para nuestra alma y nuestro cuerpo.
(Rezar un Padre Nuestro, Avemaría y Gloria)


Nota: las oraciones funcionan mejor si son en su idioma original, esta medalla es util contra exorcismos y contra pactos infernales o acosos por el simbolismo que tiene impreso.

Si preguntas donde encontrarla en todas las iglesias puedes preguntar es muy comun, solo necesita estar bendecida y el resto es tu fe, recuerdad los demonios engañana las percepciones mas no tienen todo el control de la realidad.


jueves, 1 de marzo de 2012

El fraude guadalupano

Uno de los más vergonzosos fraudes perpetrados por nuestros santísimos varones jerarcas de la iglesia católica mexicana es el de la virgen de Guadalupe. El fraude comenzó unos pocos años después de la conquista española aparentemente como una forma de sustituir la adoración de la diosa Tonanzin por el de la madre del hijo de Dios. Uno de los adoratorios de dicha Diosa madre se encontraba en el cerro del tepeyac, a donde acudían los indios desde lejanas regiones. No es casualidad que allí mismo se erigiera la capilla de la virgen de Guadalupe y su imagen, a la que durante décadas se le consideró sólo como una pintura que hacía milagros.

Lo más vergonzoso comienza como cien años después de la supuesta aparición, precisamente con la propagación de la leyenda de la aparición de la virgen al indio Juan Diego y la formación de la imagen en forma milagrosa en su tilma. A esto le siguieron varias manipulaciones a la sencilla pintura original para hacerla más gloriosa. Alteraciones que hoy reconoce la iglesia católica mexicana porque se están cayendo a pedazos.

Muchos son los que participaron en engrandecer el mito. Unos colaboraron de buena fe, con su ignorancia, su ingenuidad o su falta de rigor para exigir pruebas. Otros más participaron con su mutismo a sabiendas del engaño monumental. Otros, movidos por piedad y con el sano afán de engrandecer la fe de un pueblo huerfano, simplemente añadieron detalles a la pintura para perfeccionar la falsificación. Y por último están los que investigaron y con todo conocimiento, en lugar de corregir el error o por lo menos dejarlo como estaba, terminaron de cocinar el fraude, añadiendole títulos a la virgen y canonizando al inexistente indio Juan Diego. También hay que reconocer a los pocos que se atrevieron a oponerse y a cuestionar el mito, a veces a costa de su reputación y de su puesto.

SIMILITUD EXTRORDINARIA CON LA VIRGEN DE GUADALUPE ESPAÑOLA

- La original virgen de Guadalupe es originaria de Extremadura. Hernán Cortez y muchos de sus soldados eran extremeños. Uno de ellos traía una imagen de dicha virgen con todo y marco, la cual tuvo que abandonar en el campo por estar herido en la famosa huída de la noche triste.

- La virgen de Guadalupe española supuestamente se apareció en la sierra de Guadalupe poco más de doscientos años antes que la mexicana (1322). Curiosamente la leyenda española es extremadamente similar a la mexicana. La virgen se le aparece en el cerro a un humilde pastorcillo y le pide que se le construya allí mismo una iglesia. El pastor lleva la petición a los clérigos, que no le hacen caso. La aparición y la petición se repiten. Un hijo del pastorcillo resucita después de ser dado por muerto. Los clerigos van al lugar de la aparición con el pastor y encuentran oculta una escultura de la virgen, "esculpida sin intervención humana". Levantan el santuario y a la virgen se le conoce también como "morenita de las Villuercas" (pueblo cercano) porque la imagen de madera es morena. El primer documento que relata la leyenda de la aparición de la virgen y la escultura es de 118 años después de la supuesta aparición (en 1440).


FRAY JUAN DE ZUMARRAGA NO CONOCIÓ A JUAN DIEGO

- En sus múltiples relatos, archivos y cartas el primer obispo de mexico - supuestamente el principal testigo presencial de la aparición milagrosa de la imagen de Guadalupe en la tilma de Juan Diego - no menciona a Juan Diego ni el milagro ni a la virgen milagrosa ni siquiera da un indicio de que hubiera oído hablar de ellos.

- Curiosamente hay un sermón de Zumarraga (posterior a la supuesta aparición) que habla de que ya no hay milagros en su época, ni son necesarios para creer en Cristo.


A LA IMAGEN DE GUADALUPE NO SE LE CONSIDERABA DE ORIGEN MILAGROSO

- Hay documentos que prueban que la imagen de Guadalupe y la capilla del Tepeyac existían desde antes de 1556 y los indios la consideraban "milagrosa" a la imagen, en el sentido de que hacía milagros. Pero no se menciona la aparición, ni al indio Juan Diego, ni el plasmado sobrenatural de la imagen.

- El sucesor de Zumarraga, el obispo Fray Alonso de Montufar en un sermón (1556) se suma a los rumores de que la virgen hace milagros para atraer mayor devoción de los indios hacia esta. Lo que le trae severas críticas de los franciscanos, enemigos de la idolatría.

- Fray Antonio de Huete (1556) pide al arzobispo que por lo menos deje de llamarla Nuestra señora de Guadalupe, sino de Tepeaca (Tepeyac), puesto que en España ya había una virgen con ese nombre por el lugar que se llamaba así (Guadalupe).

- Fray Franciso de Bustamante (1556) dice en un sermón que "decirle a los naturales que una imagen pintada ayer por el indio llamado Marcos (Marcos Cipac de Aquino) hacía milagros, era sembrar gran confusión".

- El arzobispo Montufar (1556) manda decir a traves de testigos pagados: "que no se haga reverencia al lienzo, ni pintura, ni palos de las imágenes, sino a las imágenes por lo que representan", curiosa forma de llamar al producto de tan portentoso milagro.

- Fray Bernardino de Sahagún (1570) llama invención satánica para ocultar la idolatría, a la adoración a la virgen de Guadalupe que sólo disfraza la adoración a la diosa Tonanzin, "como también llaman los indios a Nuestra Señora de Guadalupe".


EL CONFLICTO POR LAS LIMOSNAS

- En 1574 le cae a la ermita una inspección del monasterio de Guadalupe de Extremadura por el asunto de las limosnas que debía entregar la casa Guadalupana de México a la casa Matriz en Extremadura. Algo así como los derechos de uso (regalías) de la imagen original.


UN SIGLO DESPUES COMIENZA EL MILAGRO

- Un siglo después algunos documentos comienzan a mencionar el milagro guadalupano. Pocos dan la fecha de 1531 como el año del milagro, varios dan el año de 1555 y el de 1556.

- En 1648 el predicador Miguel Sánchez publica un libro con el relato que da su forma actual a la leyenda guadalupana. Es ahí donde se dan todos los detalles que ahora conocemos.

- El primer sorprendido con el relato de Miguel Sánchez es el vicario de la capilla de Guadalupe, Luis Lasso de la Vega, quien tiene a su cargo la capilla y la imagen de Guadalupe e ignoraba todo sobre el portentoso estampado de la virgen del Tepeyac antes de leer a Sánchez, como el mismo lo escribe.

- El vicario Lasso en un arrebato piadoso decide adaptar el difícil texto a un lenguaje sencillo y lo traduce al Nahuatl. A este relato se le conoce como "Nican mopohua..." y es considerado por muchos como la mayor evidencia del milagro guadalupano.


De acuerdo a la leyenda promovida por la Iglesia Católica la "Virgen de Guadalupe" se le apareció tres veces entre el  9 y el 12 de diciembre de 1531 a  un tal Juan Diego (1474-1548), indio convertido, en el año 1531. 

La "aparición", supuestamente, tomó lugar en una colina cerca de la ciudad de México llamada cerro Tepeyac, lugar que coincidentemente era considerado sagrado y mágico por los pobladores de la región. Los aztecas habían construido en ese mismo lugar un santuario dedicado a la diosa india Tonantzin, mejor conocida como "Nuestra Madre". La morena aparición se dice que le informó a Juan Diego que deseaba que se le construyera un templo en su honor y como prueba imprime su imagen en el poncho de éste. Inmediatamente después, la aparición comenzó a circular como la versión indígena de la "Virgen Maria",con el nombre de  "Virgen de Guadalupe",  en referencia al termino azteca "Coatlallope" que significa "la que destrozó la cabeza de la serpiente."
Una vez completado el proceso de sometimiento político, el catolicismo comenzó con el desmantelamiento de la cultura azteca y la colonización mental de  los pueblos americanos mediante sangrientas campañas y misiones. Los sacerdotes católicos tenían dificultades en domar y someter el espíritu indígena y en México la "Virgen de Guadalupe" fue un instrumento fundamental en este proceso.

Templos y lugares rituales fueron destruidos y muchos símbolos aztecas fueron adaptados al cristianismo para facilitar el adoctrinamiento forzado a la cual los aztecas y otras tribus de la zona estaban siendo sujetas. Desde entonces el poderoso "culto virginal"  se ha transformado en un icono de la superstición cristiana a través de México y toda la región latinoamericana debido a las mezclas de las tradiciones y símbolos del cristianismo y el paganismo americano. Por ejemplo la Virgen de Guadalupe es representada parada sobre cuernos de toro, un símbolo de potencia sexual y fertilidad o una luna creciente, el símbolo de las diosas lunares. Hoy la "Virgen" es un símbolo nacional y su imagen que "milagrosamente" apareció en el poncho de Juan Diego es una decoración común en cualquier casa o automóvil mexicano y su santuario es el  mas visitado de la cristiandad.
Sin lugar a duda, los orígenes de la leyenda y la imagen son cuestionables. Juan Diego ha sido motivo de controversia al ser discutida su propia existencia por algunos historiadores y por el mismo Abad de la basílica de Guadalupe, Guillermo Schuleburg, quien llegó a sostener que la revelación de la Virgen era un invento. Aun así Juan Pablo II beatificó a Juan Diego en1990
El Abad Schulemburg no es el único clérigo que abiertamente ha declarado a la Virgen de Guadalupe un invento. "Algunos lideres eclesiásticos," informó Associated Press en 1995, "sabían que la aparición de la Vigen de piel morena había sido una fábula creada para permitirles a los indios seguir adorando a su propia diosa. Otros creen que los sacerdotes crearon la historia para facilitar la conversión de los indios mexicanos al catolicismo."

Se creía que las declaraciones de Schulemburg  habían sido publicadas en la revista italiana "30 Giorno" primero,  pero se descubrió que la nota del Giorno estaba basada en una entrevista "meses antes" (Reuters) de la revista católica mexicana conocida como Ixtus. Reuters reporto que "en esa entrevista--cosa que todavía afirma Abad -- Schulemburg dijo que  Juan Diego simbolizaba un matrimonio entre el catolicismo y las religiones indígenas tradicionales y que la beatificación reconocía un "culto" y no a una persona real."
No paró allí y llevó su causa al Vaticano diciendo:  "La existencia del indio Juan Diego no ha sido demostrada; podríamos obtener muchas firmas de eclesiásticos preparados, así como de laicos intelectuales que avalan esta carta, pero no queremos provocar un inútil escándalo", advirtió en la misiva quien, irónicamente, estuvo al frente del templo mariano durante 34 años.
Además de Schulemburg, que a lo largo de todo ese tiempo tuvo la misión de ser el guardián de la fe guadalupana, también firmaron el documento Carlos Warnholtz, arcipreste del mismo santuario durante casi todos esos años; Manuel Olimón Nolasco, historiador y catedrático de la Universidad Pontificia de México (UPM), y Esteban Martínez, ex-director de la Biblioteca de la Basílica.
AP también reportó "pequeñas protestas" cuando las declaraciones fueron hechas publicas y que los  "manifestantes pintaron graffiti en las paredes de la iglesia demandando la renuncia del Abad."
Poco después Schulemburg renuncia. Esto demuestra que aunque la iglesia llegara a ser honesta y revelara todas sus mentiras, los crédulos no lo aceptarían y se revelarían contra los creadores de las fábulas. Realmente los religionarios han creado su frankenstein. que los perseguirá y finalmente serán la causa de su debacle como en la famosa novela.

Pero estudios recientes de la imagen han alimentado aún más las dudas sobre el supuesto milagro, según Leoncio A. Garza-Valdes, de 61 años, quien en 1999 formó parte de un equipo que estudió la imagen.
"El manto de Nuestra Señora de Guadalupe no es una pintura sino tres pinturas, y una de ellas está firmada y fechada. Así es que no se trata de una imagen milagrosa; fue creada por el hombre", dijo Garza-Valdes para la edición del domingo de San Antonio Express-News.
Garza-Valdes, cuyas conclusiones fueron publicadas la semana pasada en la revista Proceso, cree que la imagen de la Virgen no es de origen sobrenatural, y que la figura de Juan Diego es una creación de la Iglesia de la época de la Conquista.
"Deseamos detener la canonización de Juan Diego", dijo Garza-Valdes. "La Iglesia está cometiendo un disparate. Yo soy católico y guadalupano, pero no soy aparicionista, y no creo en Juan Diego", señaló.
Tras detallar el estudio de las tres pinturas, Garza-Valdez señala que cree que la imagen original es la misma de una bien conocida estatua de la basílica de Extremadura, en España. Además, señala que las iniciales del artista M.A. ó Marcos Aquino --un personaje histórico--pueden verse en un extremo de una de las pinturas, cerca de la fecha 1156.
La Canonisacion del caracter se esperaba en el año 2002. 


 A pesar de que la Virgen de Guadalupe es más conocida como la patrona de las Américas, la historia de
su "milagrosa" aparición en Tepeyac, México tiene sus raíces en la provincia de Extremadura, España.
Fue aquí que un Español llamado Gil Cordero descubrió una pequeña imagen islámica que se parecía a
la Virgen María en el banco de el río Guadalupe, en algún momento a mediados del siglo 13. La
imagen de madera tenía la piel de color marrón oscuro y estaba encima de una luna creciente, símbolo
del Islam. De hecho, el propio nombre del río "Guadalupe" tenía una Islámica influencia, ya que se
deriva de la palabra árabe "guadale" que significa "río", y "Lupo", que en latín significa Lobo. Tanto la
imagen y el nombre del río eran los restos de la ocupación árabe de España.
El descubrimiento de la imagen tallada fue visto como una gran señal de Dios, y en 1338, el rey
Alfonso XI ordenó que se construyera un templo en el lugar donde fue encontrada. La imagen llegó a
ser conocida como "Nuestra Señora de Guadalupe", y el templo se construyó en su honor. Con el fin de
ayudar a difundir la veneración de "Nuestra Señora", los artistas comenzaron a pintar réplicas de la talla
y ellos ganaron su dinero con la venta de las copias de la misma.
En febrero de 1495, Cristóbal Colón inició la transatlántica trata de esclavos enviando 550 Nativos
Taínos del recién "descubierto" continente Americano fuera de España. Y ya que estas extrañas y
"salvajes" personas eran de la misma complexión que la imagen de Nuestra Señora, el Rey y la Reina
de España declararon a la Virgen como "Protectora de los indios." En 1496, los esclavos nativos fueron
llevados al templo y bautizados en honor de la Virgen del Río Lobo. El descubrimiento de la Virgen fue
visto como una prueba de que la expulsión de los moros habían sido voluntad de los dioses, y su templo
rápidamente desarrolló seguidores fieles. Entre sus devotos estaba un soldado llamado Hernán Cortes.
Cortés se dedicó fanáticamente a la adoración de la Virgen, y llevaba una imagen de ella en su bandera,
llevándola consigo a dondequiera que iba.
En 1519, Cortés invadió Ana Wak, trayendo la imagen de La Virgen con él al Nuevo Mundo. El
historiador italiano Lorenzo Boturini describió la bandera de la siguiente manera: "Una bella imagen de
la Virgen María fue pintada en ella. Ella llevaba una corona de oro y estaba rodeada por 12 estrellas de
oro. Ella tenía las manos juntas en oración, pidiéndole a su hijo para proteger y dar fuerza a los
españoles para que pudieran conquistar y cristianizar a los paganos." Fue la bandera de Cortés la que
sirvió como pabellón "oficial" de los españoles hasta que los primeros españoles comenzaron a llegar.
Como Cortés y sus hombres llevaron a cabo la violación cultural y espiritual de México, lo hicieron al
punto de destruir los lugares Indígenas de estudio y erigir iglesias católicas sobre sus ruinas. En 1520,
los españoles destruyeron el templo de Tonantzin en Tepeyac y en su lugar plantaron otro templo
glorificando a la Virgen de Guadalupe -Una reproducción del estandarte de Cortés se creó y colgó en su
interior. Los españoles pensaron que podrían fácilmente reemplazar el símbolo de la tierra (Tonantzin
Koatlikwe) con la madre de su "Dios" cristiano.
El 13 de agosto 1521 Mexico-Tenochtitlan cayó por las fuerzas invasoras blanco. El genocidio que
siguió fue llevado a cabo bajo el pretexto de la conversión religiosa. A los antepasados se les dio dos
opciones, podían aceptar la nueva religión de los hombres blancos o enfrentarse a una muerte
espantosa. No es sorprendente que la mayoría del pueblo eligió la vida, con la intención de preservar
las tradiciones al mismo tiempo fingiendo conversión al cristianismo.
Con el fin de facilitar aún más la "conversión" de nuestros antepasados, un sacerdote llamado Juan de
Zumárraga llegó a Anawak el 6 de diciembre de 1528. Un estudiante orgulloso de la Inquisición,
Zumárraga no perdió tiempo en lanzar un asalto fanático en los caminos de nuestro pueblo. Ordenó que
nuestras bibliotecas se quemaran, destruir nuestros templos, y tuvo a nuestros maestros detenidos y
asesinados. Miles de personas fueron condenados a muerte por Zumárraga por negarse a aceptar la
religión del hombre blanco. Y a pesar de tales intentos humanitarios para misionar nuestros
antepasados, los sacerdotes se quejaron de que los Mexicanos aún mantenían sus tradiciones, mientras
pretendían que solo aceptarán la fe católica.
Como prueba de resistencia mexicana al cristianismo, los sacerdotes señalaron que el templo de
Guadalupe en Tepeyakak, donde los Mexicanos todavía se reunían para venerar la energía de
Tonantzin. Los españoles tenían a un artista Tlaxkalteka llamado Marcos Zipactli pintando una nueva
imagen para colgarla en el templo de Tepeyakak. Ellos esperaban que una Virgen pintada por uno de
los suyos inspirara a los Mexicanos a comenzar a mezclar las prácticas Católicas con los suyas. Zipactli
basó su pintura en la imagen original de la bandera de Cortés, no obstante, pero removió las 12 estrellas
de alrededor de la cabeza, dejando sólo la corona. Fue durante este tiempo, justo en el centro de su
inquisición personal contra los Nativos, que Zumarraga fue llamado de vuelta a Europa por el Rey de
España a mediados de 1531 (donde permaneció hasta 1534).
Pero no todos estaban contentos con los intentos de mezclar las religiones indígenas con el catolicismo.
El 08 de septiembre 1556, un sacerdote franciscano llamado Francisco Bustamante denunció el culto de
Guadalupe, declara: "Si estamos tratando de destetar a los indios lejos de la idolatría, ¿por qué obligarlos
a adorar a la Virgen de Guadalupe, cuya imagen fue recientemente pintada por el indio Marcos?"
El 25 de septiembre de 1575, el cuarto virrey de México, Martín Enríquez de Alamanza, envió una
carta al rey Felipe II, quien querían saber por qué había un templo en Tepeyacac en honor de Nuestra
Señora de Guadalupe. En su carta, Alamanza declaró que los Mexicanos adoraban una imagen especial
en ese templo - "una imagen de Nuestra Señora, que ellos llaman Nuestra Señora de Guadalupe ya que
ella se parece a la española Virgen de Guadalupe." Para ayudar a aclarar aún más de donde venía la
inspiración para la imagen, Juan de Torquemada escribió en su libro de 1612 "Monarquía India", que
"Nuestros Sacerdotes por primera vez en Tepeyac construyeron una iglesia dedicada a la madre de
Dios, como ella apareció en España: La virgen de Cristóbal Colon y Hernán Cortés, la Virgen de
Guadalupe " (Capítulo X)
En 1648, el padre Miguel Sánchez decidió sacar provecho de la imagen, escribiendo un libro titulado
"La imagen de la Virgen María." Fue en este libro que el mito moderno de "la Virgen" nació. La
historia, para atraer más adeptos al menguado templo de Tepeyakak, fue el siguiente: 9 de diciembre de
1531 un reciente cristianizado mexicano con el nombre de "Juan Diego" fue visitado por la Virgen
María en el cerro de Tepeyacac. "Juan", informó su encuentro con el arzobispo Zumarraga, que al
principio no le creyó. Una vez de nuevo, María se apareció a "Juan" y una vez más el arzobispo
Zumarraga no le creyó. Unos días más tarde el 12 de diciembre 1531, María se le apareció una vez más
e hizo crecer las flores en la colina estéril. Ella entonces le dijo a "Juan" que recogiera las flores en su
Tilma y se mostrara al obispo como prueba de su aparición. Cuando "Juan" desplegó su Tilma frente al
obispo para que las flores se cayeran, se reveló que "María" había dejado una imagen de sí mismo en la
Tilma. Este "milagro" Tilma, hecho de simple fibra de maguey y con la imagen de La Virgen, es la
misma tilma que cuelga en el templo de Tepeyacac. O al menos eso dice la historia ....
El único problema con la historia del padre de Sánchez es que Zumarraga ni siquiera estaba en México
durante el tiempo de la presuntas apariciones! Como ya sabemos, él fue llamado a España a principios
de ese año y no regresó hasta 1534. No sólo eso, sino que Zumarraga no fue declarado arzobispo hasta
en 1532. ¿Por qué el padre Sánchez hizo la historia? Debido a que el templo de Tepeyacac estaba
perdiendo dinero. Todos los sacerdotes querían ser enviados a la iglesia de San Juan de Los Lagos,
donde la venta de copias, indulgencias, limosnas, y el número masivo de peregrinos hizo la iglesia muy
rica. Estos beneficios obtenían los celosos sacerdotes de la Ciudad de México celoso. Ellos necesitaban
algo que podría atraer a más gente a su iglesia, que necesitaba algo que pudiera atraer a los Mexicanos -
una Virgen NEGRA. La pequeña iglesia en Tepeyacac había pasado desapercibida durante casi un
siglo, pero cuando el libro del padre Sánchez salió, la historia del "milagro" se extendió rápidamente y
creció incrustado en la conciencia de los mexicanos. La Iglesia en Tepeyacac no sería pobre otra vez.
Como pasaron los años, la pintura Marcos Zipactli se volvió muy deteriorada por el moho y la
exposición a los elementos. En 1751, el arzobispo Rubio comisionó al famoso pintor Miguel Cabrera,
un católico fanático, para retocar la pintura. Con el fin de consolidar la idea de que la imagen era un
milagro, Cabrera publicó un libro en 1756 titulado "estadounidense Marvel." Pero no todos estaban
convencidos de las elevadas demandas de Cabrera, y en 1787, José Ignacio Bartolache se encargó de
examinar el "milagro" de la imagen. Ayudado por un grupo de pintores especializados, Bartolache
descubierto que la imagen había sido "muy retocada y estaba cubierta de manchas y que en algunos
lugares se está desmoronando debido al efecto de los hongos y la humedad." Además de esto, el grupo
llegó a la conclusión de que la divina imagen fue:
1. El trabajo de más de un artista.
2. No se hizo en tela de maguey, sino en manta de palma fina
3. Pegado a un marco de madera
4. Mal deteriortated
Bartolache no fue el único que dudó del origen divino de la imagen. En 1883, Joaquín García
Icazbalceta fue dirigido por el Arzobispo Labastida para investigar el asunto. Después de un intenso y
minucioso examen de la tilma, Icazbalceta admitió que la imagen era en realidad un fraude. En su
informe al Arzobispo, Icazbalceta declaró que "Con todo mi corazón, yo esperaba que este milagro que
demostraría ser un gran honor para mi país resultaría ser cierto, pero no me parece que lo sea. Si nos
obligan a creer y proclamar los milagros que han ocurrido, también tenemos prohibido publicar su
falsedad". Por cierto, después que Izcalbacet murió, la Iglesia Católica tenía a un historiador jesuita que
escribía un libro para refutar lo que Izcalbacet había escrito. El resultado fue el "Álbum histórico de la
Virgen de Guadalupe", que tenía 25 sin valor, indemostrables y largas ya desacreditadas "pruebas" de
apariciones de la Virgen. Entre las "pruebas" presentadas en el álbum estaban diferentes historias que
describen el evento, y fechas que no coinciden con los eventos descritos.
En 1895 la tilma estaba deteriorada más allá de la reparación y el padre Antonio Plancarte ordenó que
se cambiara con uno nuevo. En la declaración de Plancarte se puede leer en el 03 de diciembre 1895
asunto de El Universal. Sin embargo, cuando la nueva imagen se puso en su lugar, los sacerdotes
hicieron un descubrimiento sorprendente - los artistas habían omitido completamente la corona que
reposaba en cabeza de la "La Virgen"! En un intento de encubrir este error, la iglesia declaró que la
corona había desapareció milagrosamente, y los fieles a la imagen en realidad se lo creyeron. Este total
evento sórdido se registró en gran detalle en el libro "Ecos del Olvido", que fue publicado en 1900 por
el obispo Sánchez Camacho.
En 1928 la nueva versión, sin corona de la imagen fue examinada por el gran pintor y Mexicanista el
Dr. Atl. El Dr. Atl concluyó de que la imagen no era definitivamente de fibra de maguey como se
reclamaba, y pasó a añadir que "La pintura de Guadalupe es una parodia de su imagen que está en
Fuenterrabla España, que a su vez es una parodia de las imágenes bizantinas de la decadencia. La
Virgen de Guadalupe es una obra puramente decorativa, ejecutada por una persona con imágenes
mediocres."
A pesar de toda la documentación histórica (por no hablar de sentido común), que ilustra claramente
cómo el engaño Guadalupe fue retirado, millones de devotos Mexicanos todavía rezan a su imagen y se
dedican a su culto. Pero ¿qué pruebas posibles tienen de que la imagen de La Virgen es auténtica?
Bueno, la mayoría cita a menudo la "evidencia" de la aparición de La Virgen es denominada "Valeriano
relación", o el Nikan Mopohua como se llama a menudo. Este documento, supuestamente escrito en
Náhuatl por Antonio Valeriano a mediados de 1500, debe servir como una confirmación oficial del
milagro en Tepeyacac. Pero echemos un vistazo a las reclamaciones realizados por este pedazo de
"evidencia".
En primer lugar, el Nikan Mopohua comienza afirmando que Juan Diego se dirigía a la parroquia en
Tlatelolco a recibir los sacramentos y encontrar un sacerdote para confesar a su tío enfermo antes de
morir. Debe tenerse en cuenta que los sacramentos, como la confesión y la comunión, no se les
concedió a los indígenas hasta 1540 - ya que se pensaba que los Mexicanos no eran humanos y
posiblemente no tenían almas. No sólo eso, pero Tlatelolco no tenía una parroquia hasta 1572! De
hecho, ni siquiera el padre Sahagún "Historia general de las cosas de la Nueva España", que fue escrito
a partir de Tatelolco hace ninguna mención de la aparición vírgenes! No hay un solo documento escrito
disponible desde 1531 hasta 1648 que tenga un solo registro de Juan Diego o el supuesto milagro!
Españoles, tales como Bernal Díaz del Castillo, Diego de Durán, Bernardino de Sahagún, Bartolomé de
las Casas, Hernán Cortés, e incluso Zumárraga mismo nunca mencionar la aparición en Tepeyacac.
Esto suena raro teniendo en cuenta cuan importante habría sido la aparición a los invasores católicos.
Otro error en el Nican Nikan que vale la pena mencionar es que el documento informa de
acontecimientos que ocurrieron mucho después de que Antonio Valeriano muriera en 1605. Esto hace
que sea imposible que Valeriano haya escrito las cosas de las que él ha sido acreditado. Y si esto no
fuera suficientemente malo, el documento original Nican Mapohua nunca ha sido demostrado que haya
existido en absoluto. La única "prueba" de los documentos originales existentes es una supuesta copia
del manuscrito publicado en 1649 por Luis Lasso de la Vega. Pero esta copia, la "Huey
Tlanahuikoltika," es nada menos que una traducción Nauatl del libro escrito por el Padre Miguel
Sánchez en 1648 - otro fraude de buena fe!
Pero a pesar de la verdad dolorosamente obvia, "La Virgen de Guadalupe" sigue siendo uno de los más
reconocibles y símbolos venerados de México. Literalmente millones de nuestra gente converge en la
Basílica de Tepeyacac para perder su tiempo, energía, dinero y recursos con la esperanza de que "La
Virgen" se les conceda la paz eterna. Pero no todos los mexicanos son rápido para postrarse ante la
imagen falsa, e incluso algunos funcionarios de alto rango Católico están cuestionando el origen divino
de la tilma. En 1996, Guillermo Schulenberg fue derrocado por el Vaticano después de servir como
Abott de la Basílica por 33 años. Schulenberg cree que la creación del mito de La Virgen estaba
justificado, ya que ganó toda una nación para la religión católica. Su delito real, sin embargo, fue dudar
de la existencia de Juan Diego, y conocer la verdad detrás de "La Virgen".


 El artista indígena Marcos Cipac de Aquino, discípulo del colegio de San José de los Naturales, pintó la imagen de la Virgen de Guadalupe por encargo del segundo arzobispo de México, Alonso de Montúfar, afirma el libro ’’La Búsqueda de Juan Diego’’.

El texto, de próxima publicación por la editorial Plaza & Janés -cuyo adelanto ofrece hoy la revista ’’Proceso’’-, fue escrito por el sacerdote Manuel Olimón Nolasco, uno de los religiosos que cuestionan junto con el anterior abad de la Basílica de Guadalupe, Guillermo Shulemburg, la existencia histórica de Juan Diego.

Olimón divulga en su libro una recopilación de cartas y textos intercambiados con El Vaticano, para dar a conocer su postura antes de que el Papa, Juan Pablo II, decidiera la canonización del indígena mexicano Juan Diego.

Pese a que la canonización de Juan Diego es un asunto decidido por la Iglesia, este nuevo libro reabre la polémica sobre el origen milagroso de la imagen guadalupana, que es venerada por millones de mexicanos y latinoamericanos.

El autor publica cartas hasta ahora secretas entre religiosos y El Vaticano para manifestar su inquietud por la canonización de un personaje cuya existencia histórica no ha sido probada.

’’La canonización pondría en tela de juicio la credibilidad y el prestigio de nuestra Iglesia, a la que pertenecemos y amamos como católicos’’, señalaron los sacerdotes en una carta.

Entre los testimonios el autor rescata las opiniones de que la imagen no es de origen sobrenatural sino una obra humana hecha sobre tela de algodón, según un análisis científico efectuado en noviembre de 1982 por un grupo de técnicos en conservación de obras de arte.

Además, recoge un texto de Shulemburg enviado al Vaticano de que la obra fue ’’muy probablemente pintada a mediados del Siglo XVI, cuya mano desconocemos’’.

Según las creencias mexicanas, la ’’Virgen Morena’’ se apareció tres veces al indio Juan Diego en el Cerro de Tepeyac, en diciembre de 1531.

Allí, la Virgen pidió a Juan Diego que acudiera con el obispo fray Juan Zumárraga para que construyera un santuario en el cerro de Tepeyac, lugar donde se adoraba a una antigua deidad azteca, la diosa Tonantzin.

El obispo pidió una prueba de las apariciones y la Virgen hizo el supuesto milagro de estampar su imagen en la túnica del indígena. 



Estos escritos datan de 1905 y fueron realizados por el Obispo de la diócesis de Tamaulipas, Eduardo Sánchez Camacho.
Ese libro, titulado "ECOS DE LA QUINTA DEL OLVIDO"  fue vetado en México por muchisimos años:
<< Vine de Obispo católico a Tamaulipas y aquí se eclipso mi estrella. No creía ni creo en la aparición de la llamada Virgen María en el Tepeyac.
Lo de mi escepticismo guadalupano irritó, indignó en sumo grado al obispo y cabildo de Puebla, que me amenazaron con la inquisición romana.
¿Cómo pudieron esos señores amenazar a un mexicano con los juicios de la inquisición romana? Nuestras leyes son claras y terminantes, y un mexicano se ríe de la institución inquisitorial de Roma.
Pero todo eso me puso en contra á Roma y los suyos, y vino en mil ochocientos noventa y seis un enviado del Papa, llamado Nicolás Averardi, con instrucciones expresas de quitarme mis ideas.
Ese Cerreti sabía y sabe que el clero mexicano, más inmoral que todos los del viejo mundo, es generoso, conoce el modo fácil de hacer dinero, y proporciona el modo de adquirirlo, si no le da en abundancia.
Ese Cerreti sabía que la idolatría del pueblo mexicano es muy productiva en dinero.
¡Que terquedad tan brutal! No creyera yo y me parece que ningún hombre de sana razón puede creer lo que hace la superstición pertinaz y ciega de los hombres que se llaman grandes e ilustrados y que deberían ser los guías de la multitud, para llevarla a su verdadera dicha, y son verdaderos lobos que devoran al pobre ignorante, que desgraciadamente cree con fe ciega los embustes religiosos.
No hay una sola palabra en la historia de México que se refiera a la aparición de la madre de Cristo en el Tepeyac.
Aquí en Tamaulipas hay muchas imágenes aparecidas, siendo la más notable la del “Chorro” o “Chorrito”; pero ni esa ni ninguna otra tiene las pretensiones de origen angélico o divino, ni menos de ser obra de la Madre de Cristo. ¡Son más racionales los Tamaulipecos que el Ilmo. Arzobispo de Puebla!
Algún sabio ha dicho que los indios acostumbraban poner sus imágenes fuera de las iglesias, y que de allí las levantaban los clérigos o empleados de los templos.
Tal vez Marcos Cipac, autor de la imperfectísima pintura del Tepeyac, la puso fuera de la ermita que allí había y fue recogida por los empleados de dicha ermita o Capilla para que hiciera milagros.
Ningún historiador del siglo XVI ha dicho nada de esa aparición, luego no sucedió.
El Padre Sahún, religioso instruido, piadoso y virtuoso tacha de idolátrico el culto de la imagen del Tepeyac; luego que este no tenía origen divino, ni era obra de la madre de Cristo.
Las diócesis antiguas ni pensaron en la guadalupana, y las erigidas hasta el siglo XVIII, no se distinguieron por su piedad y culto de Guadalupe.
Sería interminable citar escritores del siglo XVI, que como los anteriores que he citado declaran la falsedad de la Aparición, y solo quiero recordar dos testimonios que hacen prueba plenamente de cualquier juicio.
Los primeros frailes franciscanos que vinieron a México, en la época de la conquista, fueron hombres ejemplares en el cumplimiento de su oficio.
Procuraron en sus predicaciones y con su ejemplo y conducta, apartar los indios de la idolatría.
Vieron por esto, con disgusto que se divulgara que la imagen de Guadalupe que se veneraba en el Tepeyac, y que era obra del indio Marcos Cipac o Marcos de Aquino, hacía milagros.
Juzgaron que esto hacía que los indios adoraran a las imágenes, como hoy lo hacen con autorización y aún por orden de los prelados; volviendo así a la idolatría, que es la que practican nuestros indios.
El P. Fray Francisco de Bustamante, Provincial de los franciscanos, predicó en alguna iglesia de México el ocho de septiembre de 1556 y dijo todo lo que antes he expresado en este párrafo.
Dijo además que el que inventó o por primera vez dijo que aquella imagen hacía milagros, merecía cien azotes y doscientos al que siguiera divulgándolo.
Dijo que el Arzobispo Fr. Alonso de Montufar, que entonces gobernaba aquella iglesia, autorizaba esos falsos milagros, contra lo dispuesto por el concilio de Letrán, bajo pena de excomunión.
Luego en 1557 no había habido aparición, sino que se decía públicamente que la imagen del Tepeyac era pintura del indio Marcos Cipac.
Esto llegó a oídos de su majestad el Rey entonces nuestro señor, y pidió informe al Virrey Don Martín Enríquez sobre el origen de la ermita y culto de la imagen del Tepeyac; y el Virrey contestó el 23 de septiembre de 1575 “que el año 56 o 57 estaba allí (en Guadalupe) una ermitilla, en la cual estaba la imagen que ahora está en la iglesia, y que un ganadero que por allí andaba, publicó haber cobrado salud yendo a aquella ermita y empezó a crecer la devoción de la gente, y pusieron nombre a la Imagen de Nuestra Señora de Guadalupe por decir que se parecía a la Guadalupe de España”.
Luego el origen de esa imagen del Tepeyac y de su culto no es la supuesta y falsa aparición.
Este documento también hace prueba plena en derecho, por ser oficial de un Virrey a su Soberano.


2002.