viernes, 13 de abril de 2012

Pequeñas historias de terror reales en el mundo animal

El roedor que habló.

En 1937, la familia Irving, quien vivía en la Isla de Man, Irlanda, comenzaron a escuchar chillidos en la parte superior de su casa. Más tarde esos chillidos, se convirtieron en el balbuceo de un bebé y, después, en una voz.
Sin embargo, esa voz no pertenecía a ningún humano, sino, supuestamente, a una especie de roedor llamado Gef, quien logró comunicarse y convivir con la familia Irving.
El rumor llegó hasta los oídos de los estudiosos de lo paranormal quienes viajaron hasta la isla irlandesa, encontraron varias huellas de un roedor pero nunca a la extraña especie

El puente de los perros suicidas.

En el pequeño pueblo de Milton, Escocia, se encuentra un puente de más de un metro de altura de estilo victoriano del que varios perros se han lanzado hacia el vacío provocando su muerte.

El puente Overtoun ha visto como entre 80 y 100 perros, sin ninguna provocación, corren a la menor provocación, saltan la barda del puente y caían sobre rocas. Muchos morían al instante, pero los que quedaban vivos, regresaban al puente para volver a lanzarse.
Existen varias teorías como fuerzas sobrenaturales y extraños campos de energía que emanaban desde las grandes piedras y confunden a los perros, principalmente a los de hocico grande como labradores, collies y golden retrievers

Las huellas del diablo.

Durante febrero de 1855, unas extrañas huellas aparecieron sobre la nieve que cubría un terreno el pueblo de Devonshire, Inglaterra.
Las pisadas, de 18 centímetros de largo por siete de ancho, tenían una figura extendida con forma de cascos de caballo y podían ser presenciadas a lo largo de 150 kilómetros sin que, nada, ni casas, ni objetos, siguieran su trayecto en línea recta.
Los pobladores descartaron que fuera un animal, y culparon a un ente demoníaco de haber sido el autor de las mismas, menciona escalofrios.org.
En marzo de 2009, varias marcas similares a las de 1855, volvieron a aparecer en Devonshire.

La zombie de Haití.

En 1907, la haitiana Felicia Felix Mentor supuestamente falleció de una repentina enfermedad y sus familiares la enterraron en el panteón local. Sin embargo, en 1936 Zora Houston fotografió a una mujer vestida con harapos y presentando síntomas de locura, caminando por una carretera.
La mujer fue reconocida como Felicia Felix Mentor y fue trasladada al hospital, en donde cada que alguien se acercaba, temblaba de miedo, e incluso la sociedad la llegó a considerar como un zombie.

El caso de Shanti Deva.

En 1930, una niña de la India de cuatro años de edad, dijo a sus padres que había vivido alguna vez en un lugar llamado Muttra, su nombre era Ludgi y había tenido tres hijos que murieron en trabajo de parto.

Los padres de la pequeña llamada Shati Deva comenzaron a investigar y descubrieron que existía un lugar llamado Mathura y que una mujer llamada Ludgi había muerto poco tiempo antes. Cuando la niña fue llevada al sitio, pudo reconocer a su esposo previo; además, dio 24 referencias sobre sucesos de la vida de Ludgi.

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