Hogar de Ancianos. 13 de mayo, 1923
¡Hola, Hijo!
Envié
“Dagón”, “Arthur Jermyn”, “Los gatos de Ultra”, “El sabueso” y
“Randolph Carter” a Weird Tales. El editor contestó que le gustaban,
pero que no podía considerar su aceptación hasta que los enviara
mecanografiados a doble espacio. No estoy seguro de si me voy a molestar
en hacerlo o no. Necesito mucho el dinero, pero ¡uf! ¡cómo odio
mecanografiar! Tal vez lo intente sólo con “Dagón”... siguiendo con los
otros sólo en caso de aceptación definitiva. Aborrezco el esfuerzo.
¡En
un par de semanas espero ver a un moreno y siniestro italianito
envenenador jugueteando alrededor de la estufa de piedra del Abuelo! Es
una condenada vergüenza que no duermas bien lejos de casa: pero no puedo
dejar de pensar que puedes hacerlo aquí, en un cuarto cómodo que está
bien arriba y lejos de todo el mundo, donde puedes dejar afuera toda
influencia distractiva y permanecer sobre la cima de la colina de los
sueños tanto como quieras por la mañana. ¡Es una casa amable! Yo no pude
dormir lejos de casa hasta hace muy poco, pero las visitas repetidas me
permitieron hacerlo gradualmente. Pasará lo mismo contigo, supongo.
Dile al Abuelo cuándo vienes, cuánto te quedarás, y qué te gustaría
hacer. No vaciles en rechazar cualquier plan del Viejo Caballero que
pueda parecer demasiado aburrido o agobiante para los jóvenes latinos,
¡porque al Abuelo pretende complacer! ¿Te gustaría ver a los
bostoniano... o a algunos de ellos? ¿Y qué te parece ir a Salem y
Marblehead? Tal vez probemos con la antigua Plymouth, que nunca he
visto, viajando así como iguales en la ignorancia, en vez de cómo guía y
novicio. Pero todo depende de tu propia inclinación. ¡En todo caso,
prometeré no matarte caminando!
...Nada
debe perturbar mi carácter inglés no diluido: ¡Dios lo salve al Rey!
Soy de naturaleza nórdica: un teutón blanco como la tiza, corpulento, de
los bosques escandinavos y alemanes del Norte; un vikingo; un asesino
‘berserk’; un nómada depredador de la sangre de Hengist y Jorsa; un
conquistador de celtas y mestizos y fundador de Imperios; un hijo de los
truenos y los vientos árticos, y hermano de las heladas y las auroras;
un bebedor de sangre de enemigos en cráneos recién recogidos; un amigo
de las águilas montañesas y alimentador de buitres de la costa marina;
una bestia rubia de las nieves eternas y los océanos helados; alguien
que ora a Thor y Woden y Alfadur, y un ronco aullador de Niffleheim; un
camarada de los lobos, y jinete de pesadillas; sí: hablo en serio,
¿porque acaso no nací con cabellos rubios y ojos azules; sin que los
últimos se pusieran negros hasta tener
casi dos años, y los primeros durando hasta que tuve más de cinco? ¡Jo,
por la caza y la pesca del Valhalla! ¿O quién sabe...? Los Phillips
provienen de la frontera de Gales, esa mística tierra macheana. Puede
haber allí algún rastro de sangre de algún depredador ROMANO de
Britannia Secunda, cuya capital era Isca Silurum con sus muros, su noble
anfiteatro, su Templo de Diana con columnas etruscas, su Pons Saturni,
sus pavimentos de mosaico, sus inscripciones del Septimii Severi, sus
Via Nympharum y Via Julia... ¡Io Triumphe! ¡¡S. P. Q. R.!! ¡Sí, Hijo, el
mundo mediterráneo no es tan malo cuando uno retrocede a los tiempos
pelágicos y toma las razas grecorromanas! Después de todo, tengo cabello
y ojos oscuros ahora, sin que importe cómo solía tenerlos, y es casi
tan buen ser un cónsul romano sanguinario como un pirata nórdico. ¡Larga
vida al Panteón! ¡Vivat M. Agrippa! Al ser romano, puedo demostrar que
soy bastante lógicamente un buen abuelo para gente como mis pequeños
muchachos Belnapius y Alfredus... ¡Todos latinos! Pero como latino
clásico y antiguo, me gusta el queso, que era un elemento básico de la
dieta grecorromana. Por lo tanto nuestras almas están separados por el
abismo insuperable de las Edades Oscuras, oh Francesco Borgia, Príncipe de los Tiburones del Arsénico y los Sabuesos del Estilete!
¿Goya?
Sí, muchacho, tengo que aprender sobre él. Sin duda él es cercano al
horror que me complace, aunque hasta ahora el arte pictórico está más
alejado que el arte literario de mis centros de conciencia. Por otra
parte, no estoy seguro de hasta dónde me gusta el horror densamente
subrayado de los maestros realmente decadentes. Soy alguien que no se
siente muy estremecido por un cuarto de cadáveres o un cónclave de
demonios visible, como lo soy por la sospecha de que existe una bóveda
de cadáveres debajo de un castillo inmemorialmente antiguo, o de que
cierto hombre muy anciano ha tomado parte en un cónclave demoníaco de
hace cincuenta años. Anhelo lo etéreo, lo remoto, lo sombrío, y busco
reinos nebulosos del espíritu como los que sólo un Machen o un Dunsany
pueden evocar. Creo que Mortonius tiene razón cuando considera que no
soy un auténtico decadente, porque mucho de lo que los decadentes aman
me parece absurdo o sencillamente repugnante. Lo que soy, es alguien que
odia la actualidad: un enemigo del tiempo y el espacio, de la ley y la
necesidad. Ansío un mundo de misterio, esplendor y terror maravillosos y
gigantescos, en el que no reine ninguna limitación salvo la de la
imaginación sin cortapisas. La vida y la experiencia física, con el
estrechamiento de la visión artística que crean en la mayoría, son los
objetos de mi más profundo desdén. Es por este motivo que desprecio a
los bohemios, que creen que es esencial para el arte vivir vidas
salvajes. Mi odio no parte del punto de vista de la moralidad puritana,
sino del de la independencia estética. Me sublevo ante la noción de que
la vida física tiene algún valor o importancia. Para mí el artista ideal
es un caballero que muestra su desdén por la vida continuando con los
modos serenos de sus antepasados, dejando a su fantasía libre para
explorar esferas refulgentes y asombrosas. Del mismo modo, haría que un
autor ignore por entero su época y el público, creando arte no por la
fama o por los demás, sino sólo para su propia satisfacción.
Adiós...
Theobaldus Senex
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