jueves, 8 de marzo de 2012

LOS ROMANÍES Y EL REGRESO DE LOS RAVNOS


Los Ravnos permanecieron en Oriente durante siglos, compartiendo sus dominios con
algunos Vástagos de otros clanes. No sería hasta el siglo IV a.C., con la llegada del ejército de
Alejandro Magno al río Indo, que algunos vampiros del clan decidieron seguir a los extranjeros de
regreso a Occidente. Los Ravnos occidentales eran muy escasos y procuraban pasar desapercibidos
ante la enorme presencia y fuerza de sus enemigos Gangrel, por lo que se pusieron bajo la
protección de otros vampiros, como ocurrió en Roma, o se ocultaron bajo la identidad de otros
clanes. Las leyendas sobre la enemistad de Ennoia y Ravnos todavía estaban muy presentes entre
los Gangrel, y siempre que encontraban a uno de los descendientes de Ravnos procuraban
destruirlo.
A partir del siglo IV a.C. otros viajeros Ravnos llegarían a Occidente, en pequeños grupos,
siguiendo a los pueblos nómadas, e incluso algunos de ellos acompañaron a los mongoles, a pesar
de la presencia de los Anda, sin embargo la gran migración del clan hacia Occidente tuvo lugar en
algún impreciso momento del siglo VIII, acompañando a los nómadas Romaníes (los gitanos), que
viajaban de reino en reino con salvoconductos reales o falsificados de las autoridades locales.
Los Romaníes tardaron varios siglos en llegar a Occidente, aunque los Ravnos que viajaban
entre ellos a menudo se adelantaron para explorar las rutas y reinos que iban a recibir a sus parientes
mortales, objetivo frecuente de la desconfianza de las poblaciones que atravesaban, obteniendo
salvoconductos y protección para los gitanos. Sus objetivos eran muy imprecisos, pero algunos
deseaban encontrar una tierra de acogida permanente y poner fin a sus vagabundeos.
Hacia los siglos XIII y XIV las primeras familias gitanas llegaron al Imperio Bizantino y a
Europa Oriental, comenzando a extenderse por el resto del continente. Algunas caravanas viajaban
sin los Ravnos y cuando entraron en Europa los Reyes Gitanos ofrecieron sus servicios a los
vampiros locales a cambio de su protección. Muchos Gangrel aceptaron estos ofrecimientos, pues
ya tenían una larga tradición de ofrecer sus servicios a los mortales como guías o protectores a
cambio de sangre.
La influencia de los Gangrel entre los Romaníes no pasó desapercibida para los Ravnos, que
consideraba al pueblo gitano de su “propiedad”, y los conflictos comenzaron. Un grupo de Ravnos
destruyó al Gangrel Intarn de Lituania mientras dormía entre su familia adoptada y las represalias
fueron feroces. A medida que la rivalidad entre ambos clanes se extendía salieron nuevamente a la
luz los viejos odios y las viejas leyendas sobre Ennoia y Ravnos. Sin embargo, los Ravnos se
encontraban en inferioridad en Occidente y finalmente optaron por permitir que los Gangrel
retuvieran su influencia entre los gitanos, mientras que los Gangrel permitieron que sus enemigos
continuaran su expansión hacia Occidente. Los conflictos entre ambos linajes continuaron si bien
atenuados y reducidos a disputas ocasionales.
La relación entre los Gangrel y los gitanos continuó, surgiendo historias sobre la relación
entre Ennoia y los antepasados míticos de los gitanos, considerados sus descendientes. Poco a poco
entre el clan se extendió la tradición de ayudar y proteger a los Romaníes, y éstos por su parte
ofrecieron ayuda y cobijo a los Gangrel. Existe incluso una leyenda romaní que explica cómo
llegaron a entenderse por vez primera los Gangrel y los Gitanos.
Jorsca era un hombre muy valiente que viajaba con su kumpania (familia), que formaba
parte de la familia de los Cíngaros. Un buen día Jorsca, a quien le gustaba caminar a la orilla del
mar por la noche y lanzar piedras tan lejos como podía a las olas, estaba tomando impulso para
lanzar una piedra grande, cuando vio a un enorme lobo caminando playa abajo hacia él. Era una
enorme bestia negra, todo dientes y colmillos, tan alto como Jorsca y dos veces más grande que él.
Bien, Jorsca no era tonto, y sabía que era incapaz de alcanzar su vardo (caravana) antes de
que la bestia lo atacase. Levantó la enorme piedra con todas sus fuerzas y la arrojó hacia el
interior del océano. En aquel momento el lobo ya había comenzado a trotar, y alcanzaría a Jorsca
en cuestión de minutos, así que Jorsca hizo lo más sensato en su opinión: se quitó la ropa. Al ver
esto, el lobo se detuvo confundido para olfatear las prendas desperdigadas. Sentado junto al
enorme lobo, Jorsca le miró a los ojos y reconoció en ellos la mirada de un hombre.
“Ah, tú eres un cambiante o un hada. En cualquier caso, no me engañas”, dijo Jorsca.
Esto también confundió al lobo, que en realidad era un vampiro del clan Gangrel. Éste
cambió de forma allí mismo, enfrente de Jorsca.
“Si sabes tanto sobre los seres de la noche, ¿cómo es que no huyes?”, preguntó.
“No huyo porque no quiero. Hace una noche hermosa y prefiero quedarme aquí, en el sitio
al que pertenezco”, dijo Jorsca. “Además no te gustaría mi sabor. Estoy seguro de que estoy
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demasiado rico y mi sabor es demasiado fuerte para alguien a quien no le gustan los gitanos”, dijo,
subrayando sus palabras con un bostezo.
Riéndose, el Gangrel contestó que no existía ninguna sangre demasiado poderosa para
alguien tan viejo como él, y que Jorsca bien podría morir esa misma noche y no quedaría de él más
que un banquete para los cuervos.
Riéndose a su vez, Jorsca cogió su cuchillo y miró al Gangrel proponiéndole un desafío.
“¿Ves esas dos piedras de ahí al lado? Lo que corre por mi cuerpo es más poderoso que lo que has
obtenido de otros. Con un solo toque de la esencia de mi vida puedo disolver la misma piedra.
Como ves, somos tan poderosos que incluso la tierra se rinde ante nosotros. En eso somos como
hermanos.”
“Imposible,” se burló el Gangrel aceptando el desafío.
El vampiro se mordió inmediatamente la palma de la mano y apretó la sangre que manaba
de ella contra la piedra. No sucedió nada. Era el turno de Jorsca. Se cortó la mano con su pequeño
cuchillo y sostuvo la piedra con fuerza en la mano. Al abrirla, la piedra había desaparecido. Entre
exclamaciones de furia y sorpresa, el Gangrel insistió en que Jorsca repitiera el truco. Éste, con un
suspiro de resignación, lo volvió a hacer.
Esta competición duró toda la noche, durante la cual el Gangrel se fue enfureciendo cada
vez más y más al no ser capaz de descubrir cuál era el truco de Jorsca (porque era un truco). De
hecho, el vampiro y Jorsca estaban tan distraídos que ninguno de ellos se dio cuenta de que
comenzaba a amanecer. Cuando los primeros rayos de sol alcanzaron al vampiro, se revolvió
dolorido. Jorsca lo agarró inmediatamente y lo llevó a su vardo mientras pedía ayuda a gritos. La
caravana de Jorsca estaba bien protegida de los rayos del sol, y éste sabía que el vampiro estaría
seguro allí.
La noche siguiente, Jorsca y el Gangrel, cuyo nombre era Lareth, conversaron hasta que se
hizo de día. Lareth estaba tan impresionado con los gitanos que pasó mucho tiempo viajando con
la kumpania de Jorsca. Cuando se marchó, Jorsca y Lareth hicieron un pacto por el cual sus gentes
nunca se atacarían entre sí, de la misma manera que Jorsca y Lareth no se habían hecho daño
alguno. Y así sigue siendo desde aquel día, Gangrel y gitanos se respetan mutuamente y procuran
ayudarse cuando no perjudica a sus intereses, y en algunos momentos este pacto no escrito habría
de ser de gran ayuda para ambas partes.

EL FINAL DE LA EDAD MEDIA Y LA CONVENCIÓN DE THORNS
Cuando la Inquisición comenzó a perseguir y destruir a los vampiros de toda Europa, fue un
período especialmente difícil para los Gangrel, aunque éstos no sufrieron más que el resto de los
clanes. La Iglesia declaró la guerra a los herejes, brujas, hombres lobo, vampiros y a todo lo que no
se sometiera a sus mandatos. Las escasas poblaciones paganas de Europa sufrieron especialmente
los esfuerzos de conversión de los cristianos y los Gangrel que habitaban entre ellos a menudo
cayeron bajo la espada, la estaca o en la hoguera. Los últimos Lhiannan fueron incapaces de
sobrevivir a los fuegos de la Inquisición y ninguno volvió a ser visto a partir del siglo XIV.
Aunque muchos Gangrel sobrevivían lejos de las ciudades, su naturaleza y sus rasgos
bestiales eran difíciles de ocultar, mientras que otros vampiros no resaltaban tanto. Incluso algunos
vampiros azuzaron a los inquisidores contra los Gangrel, en represalia por haber acompañado a las
hordas de invasores que habían azotado Europa durante siglos. Algunos de estos Gangrel se unirían
a las filas de los anarquistas, deseosos de contraatacar a la Iglesia y a los antiguos, sin embargo,
fueron un linaje minoritario entre las filas de los Brujah, Lasombra y Tzimisce.
Finalmente, tras largo tiempo de guerras intermitentes, en 1493 los representantes de los
Anarquistas y la Camarilla llegarían a un principio de acuerdo que se concretaría en la Convención
de Thorns, en Inglaterra. Por un lado estaban los Fundadores de la Camarilla: Hardestadt y un gran
número de antiguos, entre ellos el representante de los Gangrel, Milov Petrenkov, un antiguo y
feroz cazador eslavo. En el otro bando estaban los Anarquistas, en su mayoría jóvenes rebeldes pero
también algunos antiguos de los clanes Lasombra y Tzimisce.
La mayoría de los Gangrel no se sentían inclinados por ninguno de los dos bandos, su único
interés era poner fin a las hostilidades entre vampiros, pero los Vástagos de la Camarilla ya traían su
propio acuerdo que ofendía muchas de las aspiraciones anarquistas y no estaban dispuestos a
aceptar otro, mientras que muchos de los Anarquistas no estaban dispuestos a alcanzar un
compromiso de ninguna clase. Ambas partes se dedicaron entonces a atraer a los vampiros que no
habían elegido bando a sus esferas de influencia. Muchos de los Gangrel consideraban la diablerie
como uno de los peores crímenes, por lo que la mayoría del clan decidió unirse a la Camarilla. La
presencia de antiguos Gangrel muy influyentes como el guerrero Karsh también fue decisiva a la
hora de atraer a muchos Vástagos a la secta. Algunos jóvenes Gangrel permanecieron entre las filas
anarquistas, pero eran muy pocos, pues la mayoría de los antiguos del clan no habían ofendido a sus
chiquillos en la medida que habían hecho los demás linajes, o si lo habían hecho sus acciones no
fueron tenidas en cuenta.

LA EDAD MODERNA Y LAS EXPLORACIONES
Conforme la humanidad entraba en el siglo XVI y comenzaban las exploraciones
transoceánicas, los Gangrel se dispersaron por todo el mundo. Viajaron más allá del Sahara y
visitaron los dominios del Reino de Ébano, lucharon entre los rusos y los tártaros durante la
colonización de Siberia. Acompañaron a los conquistadores españoles en la colonización de
América.
El antiguo Arnulf, que había luchado junto a visigodos, hunos, ávaros y mongoles,
acompañó a los ejércitos de los turcos otomanos por última vez, ya no para destruir las ciudades
europeas, sino para matar a sus enemigos entre los antiguos Vástagos de Europa. Un tratado de
conveniencia entre los Assamitas y los Gangrel les permitió saquear varios dominios de los
Tzimisce y los Tremere. Sin embargo, el tiempo de Arnulf había pasado y finalmente la traición de
su chiquillo Mitru de Transilvania y una emboscada del voivoda Vlad Tepes, del clan Tzimisce,
pusieron fin a la existencia del antiguo Gangrel, aunque su leyenda se mantendría durante mucho
tiempo entre su clan.
EL SABBAT
A principios del sigloXVI los anarquistas que habían rechazado los acuerdos de la
Convención de Thorns y gran parte de los clanes Lasombra y Tzimisce se unieron en para oponerse
a la Camarilla en una nueva secta que sería conocida como el Sabbat, en recuerdo de los aquelarres
de demonios y brujas medievales.
En principio los Gangrel eran un linaje minoritario dentro del Sabbat. La diablerie era
rechazada por la mayoría del clan y la Mascarada tenía gran importancia para ellos, en vista de lo
ocurrido durante los peores momentos de la Inquisición. Aparte, los Gangrel no tenían demasiados
anarquistas entre sus filas, pero los pocos que se unieron al Sabbat, como el guerrero de la Mano
Negra Jalan-Aajav, de origen mongol, creían en los principios de la nueva secta con gran devoción.
Entre ellos se encontraban vampiros descontentos con la Convención de Thorns y otros que
rechazaban por completo ocultarse entre la sociedad humana. Muchos murieron en las primeras
batallas contra la Camarilla pero los supervivientes se fortalecieron diabolizando a sus oponentes,
incrementando sus fuerzas y retirándose para preparar la siguiente batalla. La lucha tuvo lugar por
toda Europa y en la guerra de guerrillas fue donde destacaron los Gangrel del Sabbat.
Entre los Gangrel había algunos que eran rápidamente consumidos por sus Bestias, pero los
más disciplinados se aferraban a códigos morales basados en la adaptación, la selección y la
comunicación con la naturaleza, domando sus instintos más primarios. Sin embargo, la Camarilla
animó a sus seguidores a aceptar los valores de la humanidad para poder pasar desapercibidos entre
los mortales. A medida que el poder de la Camarilla se asentaba, las recomendaciones se
convirtieron en exigencias cargadas de amenazas y los vampiros que seguían las filosofías bestiales
fueron proscritos. Estos Gangrel desecharon la sociedad de la Camarilla y se unieron al Sabbat,
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llevando con ellos los fundamentos de lo que se convertiría en las Senda del Corazón Salvaje y la
Senda de Armonía.
La Guerra de los Treinta Años (1618-1648) entre los católicos y protestantes del Sacro
Romano Imperio Germánico sirvió como cobertura para la mayor parte de las batallas de la
Camarilla y el Sabbat. Muchos Gangrel eligieron bando durante la guerra basándose en quién les
pagaba mejor en oro y sangre.

SUDÁMERICA: EL DIOS DE LA MUERTE
A pesar de su naturaleza viajera y nómada, pocos Gangrel acompañaron a los marinos
españoles y portugueses en los primeros viajes exploratorios del Nuevo Mundo. La influencia del
clan en España y Portugal era escasa, y otros Vástagos, principalmente los Lasombra, Brujah y
Toreador, se adelantaron a ellos en la colonización del Nuevo Mundo. Por otra parte, sobre todo
durante los siglos XVI y XVII los Lasombra limitaron de modo más o menos evidente los viajes de
vampiros europeos a América, pues deseaban que las nuevas tierras quedaran bajo la influencia de
su clan, incluso llegando a impedir la llegada de sus compañeros del Sabbat.
Pero los Gangrel ya se encontraban en el continente americano mucho antes de la llegada de
los europeos, Abrazando progenie entre los indígenas precolombinos. En torno al siglo I a.C. un
Matusalén del clan Gangrel o puede que incluso la propia Ennoia llegó a la costa oeste de
Norteamérica, creando progenie entre los nativos. Uno de los chiquillos de este Anciano
desconocido, recorrió extensamente el continente americano, siendo conocido como Mictlantecuhtli
el Viajero, que se convirtió en el dios de la muerte de los mayas.
Mictlantecuhtli (llamado originariamente Mictantecle) viajó durante las primeras décadas
de su no vida a través del Canadá, llegando hasta el océano Atlántico, donde encontró a otros
vampiros. Poco a poco fue descendiendo por la costa atlántica de América hasta llegar al Golfo de
México. Allí encontró a los Huastecas y trató de vivir entre ellos, pero fue reconocido por lo que era
(posiblemente debido a las depredaciones anteriores de otro vampiro) y los sacerdotes levantaron a
los guerreros contra él. Sin embargo, el Viajero consiguió sobrevivir y huyó hacia el sur, llegando a
la península de Yucatán, donde entró en la ciudad de Tzental, en territorio maya.
El término “maya” se aplica a un grupo de naciones o tribus indias con varias lenguas
relacionadas entre ellas y que vivían en el territorio de lo que serían los estados mexicanos de
Campeche, Chiapas, Tabasco, Veracruz y Yucatán, y su civilización se remontaba al siglo VII a.C.
Durante su apogeo, produjeron obras de arquitectura notables, como las ciudades de Chichén Itzá,
Mayapán, Palenque y Uxmal, y posiblemente otras ciudades, que como Tzental, todavía se
encuentran ocultas por la selva. En estas ciudades los centros ceremoniales eran verdaderas obras de
arquitectura monumental, y los mayas desarrollaron un sistema de escritura y de calendario muy
evolucionado e introdujeron delicadas cerámicas polícromas. Algunos estudiosos sugieren que la
explosión del volcán Ilopango en el área de Chalchuapa originó una migración hacia el este y centro
de las tierras bajas; otros destacan la influencia de la evolucionada civilización izapense y otros aún
defienden un proceso interno como origen del Período Clásico de la civilización maya. Sea como
fuere, el caso es que para el 150 d.C. la civilización maya era una realidad e inició un periodo de
gran esplendor que se mantendría con una serie de altibajos períodos de decadencia hasta el 1.200
d.C.
Las causas para esta gran transformación no están del todo claras, debido a la dispersión de
la documentación existente sobre este particular. Se han esgrimido modelos en los que el motor
principal es el comercio, la explosión demográfica, la competición por el territorio, la guerra y el
desarrollo de las instituciones políticas, religiosas e ideológicas; pero aún no se ha llegado a la
formulación de un modelo explicativo en el que encajen todos los datos del rompecabezas que es el
ascenso de la cultura maya al nivel de civilización y estado.
Los mayas dieron la bienvenida a Mictlantecuhtli, admirados por sus poderes y
despreocupados por su sed de sangre, y lo adoraron como un dios terrible y cruel. Allí recibiría el
nombre del dios de los muertos, Mictlantecuhtli, una deformación de Mictlantecle, el antiguo
nombre del vampiro. Bajo su gobierno Tzental creció hasta convertirse en una de las principales
ciudades mayas del Antiguo Imperio y se construyeron varias pirámides en honor del dios. La
existencia de Mictlantecuhtli era lo más parecido a un paraíso que podía tener un vampiro, pues
todo le estaba permitido y no tenía que cazar nunca, ya que los sacerdotes le traían sacrificios. Con
el paso de los años Mictlantecuhtli se dedicó a estudiar la magia de los mayas, adaptándola a sus
poderes y creando su propia hechicería sangrienta. Anotó todos sus descubrimientos y su historia en
un libro conocido como el Códice de los Condenados, que tras muchas vicisitudes llegaría a Europa
de forma desconocida.
Posteriormente Mictlantecuhtli entró en conflicto con los Nosferatu precolombinos,
descendientes de Gorgo la Aulladora, que deseaban que se aliara con ellos. Sin embargo,
Mictlantecuhtli no deseaba verse involucrado en las guerras entre los vampiros, y diabolizó al
embajador Nosferatu que había venido ante él en son de paz. En los años siguientes crearía progenie
para defenderse de sus enemigos y realizó experimentos sobre sus neonatos para estudiar el proceso
de la Diablerie, descubriendo nuevos rituales que afectaban al poder de la sangre de los vampiros.
Llegó incluso a realizar pactos de amistad y respeto mutuo con hombres lobo de la tribu Uktena,
quienes llegaron a reconocer a Mictlantecuhtli como su señor e incluso pagaron tributo a la ciudad
de Tzental.
La presencia del divino Mictlantecuhtli y su progenie beneficiaron enormemente a la ciudad
de Tzental, y cuando las demás ciudades mayas comenzaron a entrar en decadencia en torno al siglo
VII, Tzental mantuvo su esplendor. Sin embargo, hacia el año 615 Mictlantecuhtli se encontraba
cansado y decidió entrar voluntariamente en letargo. En el año 615 Mictlantecuhtli, el Dios de la
Muerte, descendió a los subterráneos de su templo con la mayor parte de su progenie y de sus
sacerdotes. Y el dios de la muerte durmió.
Durante las décadas siguientes la decadencia llegó a la ciudad de Tzental, aunque las
leyendas del Dios de la Muerte se perpetuaron y muchos mayas aguardaban el despertar de su
señor. Alrededor del año 1000 la civilización maya comenzó a resurgir con el Nuevo Imperio, pero
este renacimiento no afectó a Tzental, la ciudad continuó decayendo hasta que la jungla la reclamó
por completo. Cuando los conquistadores españoles llegaron en el siglo XVI Tzental había sido
olvidada y el dios Mictlantecuhtli sólo era una leyenda más, mientras el Códice de los Condenados
viajaría a Europa a través de medios desconocidos y sería traducido en Zurich.
La mayor parte de la progenie de Mictlantecuhtli acompañó a su señor al descanso del
letargo, aunque no debe descartarse que muchos de los Gangrel precolombinos sean descendientes
suyos, bien por haber sido Abrazados antes de su llegada a Tzental o bien por haber renunciado a
acompañar a su progenitor al letargo.
Los enigmáticos Tlacique son una línea de sangre de vampiros que parasitaron la sociedad
azteca. Aunque la mayoría de los eruditos vampíricos consideran que son una rama de los
Seguidores de Set o quizás de los Lasombra, sus habilidades para cambiar de forma son muy
semejantes a las de los Gangrel, por lo que es posible que existiera alguna relación entre ambos
linajes en algún momento del pasado.

NORTEAMÉRICA
Al menos una docena de antiguos Gangrel conocía la existencia de tierras más allá del
Atlántico desde la época de las exploraciones vikingas. Las leyendas del clan hablaban de Vinland,
una tierra salvaje en la que no existían vampiros. Hacia el año 1200 un antiguo Gangrel conocido
simplemente como Olaf, ya que su nombre se ha perdido, capitaneó un drakkar lleno de colonos
escandinavos en busca de la tierra prometida de las leyendas, y finalmente la encontró. Los colonos
fueron atacados por los nativos pero con el tiempo algunos incluso llegaron a vivir entre ellos, sin
embargo la mayoría decidió abandonar el asentamiento y regresar a Europa. Olaf y Karl
permanecieron en Norteamérica viajando hacia el sur por la costa atlántica, actuando como espíritus
errantes, viajando en forma animal y cazando sólo lo necesario. Sus precauciones no fueron
suficientes y un grupo de Lupinos los descubrió, hiriendo gravemente a Olaf, que cayó en letargo.
Karl continuó viajando por América, siendo consciente de la presencia de otros vampiros, algunos
de ellos Matusalenes, pero mantuvo las distancias y recomendó a su progenie que hicieran lo
mismo.
Cuando los primeros colonos ingleses llegaron a Norteamérica se encontraron con que los
Gangrel eran relativamente bien aceptados entre los nativos. Desde el principio los Gangrel evitaron
los asentamientos establecidos por los europeos, pero por lo menos al principio no combatieron a
los colonos. Eso comenzó a ocurrir cuando algunos grupos de fanáticos religiosos, que huían de
Europa perseguidos por sus ideas, se establecieron en la costa Atlántica de Nueva Inglaterra y
comenzaron a perseguir tanto a los indios que se resistían a sus esfuerzos de conversión y de
reclamación de las nuevas tierras como a los vampiros que los acompañaban.
En 1587, los ingleses intentaron establecer una colonia en Roanoke, en lo que sería el estado
de Virginia, y un Gangrel nativo llamado Agua que Habla les dio la bienvenida, junto a una
comitiva de los indios locales. Poco después un ejército de hombres lobo conocidos como los
Croatanos cayó sobre la colonia y exterminaron a los Gangrel y a sus aliados, tanto colonos como
indios. De acuerdo con las leyendas de los Lupinos la colonia fue destruida porque los europeos
habían traído con ellos a un poderoso demonio conocido como el Devorador de Almas; la
destrucción de la colonia y la aparente expulsión del demonio supusieron el sacrificio de toda la
tribu de los Croatanos. Algunos eruditos vampíricos sostienen que el Devorador de Almas era en
realidad el Antediluviano Tzimisce, que por propósitos desconocidos decidió atravesar el Atlántico
e instalarse en América. De ser esta teoría cierta habría conseguido sobrevivir a la masacre.
A pesar del intento fallido de Roanoke, pronto surgieron otras colonias y asentamientos
europeos en Norteamérica. El proceso colonizador llevó a Norteamérica a los Gangrel europeos y
vampiros de otros clanes, que entraron en conflicto con los Vástagos nativos, y en demasiadas
ocasiones la violencia estalló.
Con la expansión del Sabbat, una rebelde Gangrel de la secta conocida como Mauricia
estudió las costumbres y magias de los nativos americanos, desarrollando un gran ritual que la
separó de su linaje, uniéndola con el mundo espiritual, pero que destruyó su capacidad de crear
progenie o vínculos de sangre. Con el poder de su ritual Mauricia creó su propia línea de sangre: las
Ahriman, compuesta exclusivamente por mujeres del linaje Gangrel sometidas a la magia de su
fundadora, bien por su expreso deseo o porque la magia no funcionaba con varones. La mayor parte
de las Ahrimanes era seleccionada de las tribus de los nativos americanos, seguidas de vampiras
africanas, asiáticas y europeas. Se desconoce la naturaleza del ritual que provocaba la creación de
las Ahrimanes, pero algunos eruditos han especulado que tal vez su naturaleza espiritual fuese
similar al desarrollado por la progenitora Lhiannan para fusionarse con un poderoso espíritu.
Mauricia y sus seguidoras eran un linaje aislado y antisocial, viviendo en refugios apartados del
resto de sus compañeros.

ÁFRICA: LOS AKUNANSE
Las conexiones de los Gangrel con los vampiros africanos conocidos como Akunanse se
pierden en las nieblas del tiempo, aunque los más antiguos murmuran que al igual que las Lhiannan
descienden de uno de los dos Matusalenes que traicionó a Ennoia durante la guerra contra Ravnos.
Parece que durante la Edad Media algunos viajeros de esta línea de sangre viajaron a Oriente
Medio, y al parecer hicieron las paces con sus compañeros Gangrel. A partir de los relatos de los
Akunanse algunos vampiros europeos tuvieron las primeras noticias de los dominios subsaharianos,
el reino de Ébano y de sus compañeros Vástagos conocidos colectivamente como Laibon, aunque
de forma errónea este término sería utilizado durante mucho tiempo para designar únicamente a los
Akunanse.
Con el estallido de las guerras anarquistas, los Akunanse regresaron al Reino de Ébano, y
serían muy escasos los que llegarían en los siglos posteriores, aunque uno de ellos, conocido como
Hasani, desempeñaría un papel muy importante en el siglo XVI actuando como consejero de los
sultanes de Marruecos, a quienes ayudó a expulsar a los conquistadores portugueses y a conquistar
el reino de Songhai hacia el año 1590.
Los sabios y viajeros Akunanse tomaron el nombre de su linaje a partir de las leyendas sobre
la Araña Sabia de los Ashanti y otras tribus africanas. La araña viajaba por el mundo sobre sus hilos
y telarañas. En el principio no había historias pero muchas criaturas sabían que existían en el reino
de los dioses y como la araña, deseaban conocerlas. La araña pensó que si conocía las historias,
conocería el principio y el fin de todas las cosas. De modo que la araña se presentó ante el dios del
cielo y le pidió las historias. El dios le encomendó cuatro tareas imposibles a cambio de ellas, pero
mediante la astucia y su sabiduría la araña consiguió lo imposible, de modo que el dios del cielo le
entregó una caja de madera que contenía todas las historias. Y la araña las compartió con el resto
del mundo, tejiendo telarañas para que todos las vieran. Profundamente en armonía con la tierra y
sus orígenes primarios los Akunanse desarrollaban rasgos animales de arañas, serpientes, leones,
hienas y otras bestias. Los demás vampiros africanos los valoraban por sus grandes conocimientos.
Las conexiones entre los Gangrel y los Akunanse son profundas, compartiendo sus
conocimientos sobre las bestias y la naturaleza, pero los Akunanse poseen un mayor dominio sobre
sus Bestias interiores y con el tiempo han conseguido perfeccionar sus poderes de cambio de forma,
lo que ha llevado a especular a algunos eruditos que su conocimiento de la metamorfosis es más
antiguo o tal vez obtuvieron conocimiento adicional posteriormente, pero ninguna de ambas teorías
ha podido ser demostrada.

AUSTRALIA Y EL PACÍFICO
Ya existían testimonios de la presencia de los vampiros entre los aborígenes australianos
antes de la llegada de los colonos europeos. Las leyendas aborígenes hablan de la presencia de
bestias nocturnas llamadas Gurumuka que se alimentaban de sus víctimas mordiéndolas en el
cuello. Y cuando los vampiros europeos llegaron a Australia a partir de 1788 se encontraron con
que los Gangrel una vez más habían tomado la iniciativa en la exploración del mundo adaptándose a
las tradiciones de los aborígenes y convirtiéndose en feroces dingos y tilacinos cuando eran
provocados. El modo o el momento en que llegaron a la isla continente resulta un misterio. Algunos
mitos aborígenes hablan de una mujer alta, pálida y de largos cabellos que cruzó sus tierras
siguiendo una estrella. Si se trataba de Ennoia o de uno de sus chiquillos se desconoce, aunque es
innegable que muchos Gangrel australianos Abrazados antes de la llegada de los europeos eran de
generaciones muy bajas.
Como en otras partes del mundo, los Gangrel australianos sufrieron los ataques sobre la
población autóctona y los efectos de la colonización europea. La principal amenaza llegó en la
forma de los hombres lobo europeos, muy pocos de los cuales estaban dispuestos a respetar a los
nativos australianos, y que persiguieron hasta la extinción a los Bunyip, los cambiantes autóctonos
que podían tomar la forma de los tilacinos o tigres marsupiales. Sin embargo, debido en gran parte a
su poder y edad, los antiguos Gangrel mantuvieron sus territorios de forma tosca pero eficiente,
reclamando extensos dominios salvajes fuera de las ciudades, que los demás Vástagos estaban más
que de acuerdo en cederles.

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