Del
mismo modo que en Inglaterra, los Nosferatu del Sacro Imperio se aliaron con
los
Ventrue
de forma beneficiosa para ambos clanes, y de la misma forma que los Ventrue de
los
feudos
de la Cruz Negra se encontraban divididos entre los agresivos partidarios de
Hardestadt, que
pugnaban
por la expansión del dominio del clan Ventrue y los seguidores de Julia
Antasia, una
antigua
que defendía la restauración de un Senado Ventrue derivado del antiguo Imperio
Romano,
los
Nosferatu también tomaron partido de igual modo.
En
la parte occidental del Imperio Angiwar y los descendientes de la Matriarca
eran más
fuertes,
y prestaron apoyo sobre todo a Julia Antasia. Angiwar y la antigua Ventrue
constituyeron
una
sólida alianza entre ambos clanes en la creciente ciudad de Frankfurt. De un
modo similar, en la
parte
oriental del Imperio y en la ciudad de Berlín, los descendientes de Baba Yaga
se aliaron con
los
Ventrue locales, en concreto con el antiguo Matusalén Eric y sus descendientes.
Entre los
Nosferatu
de la región destaca la figura de Melitta, una chiquilla de Baba Yaga.
Durante
la Edad Media la ciudad de Worms estuvo gobernada por un Nosferatu, el obispo
Rolf,
conocido por sus excesos religiosos que lo llevaban a asesinar a recién nacidos
antes del
bautismo
para que conservaran el pecado original, y tentando a inocentes y devotos para
que
cayeran
en el pecado como un ritual de mortificación. Mucho tiempo tardaron los
Nosferatu y otros
vampiros
en erradicar sus maldades, torturas y asesinatos. Y no era el único, pues en
otras ciudades
otros
miembros del clan eran seguidores de cultos herejes decadentes como el círculo
Carpocrático,
donde
estos degenerados vampiros daban rienda suelta a sus deleites en toda clase de
vicios
carnales
como la sodomía, el asesinato, la violación y el canibalismo. El nombre de
Abraxas, un
dios
gnóstico, aparece en las herejías medievales como un demonio servidor de
Yaldabaoth. Ahora
bien,
Abraxas también es el nombre de uno de los Nictuku, y tal vez este Matusalén
estuviera
relacionado
con las herejías Cainitas medievales, si bien este rumor no ha sido confirmado.
Aunque
en principio los descendientes de la Matriarca y de la Baba Yaga mantenían
cierta
rivalidad,
sobre todo a raíz de la Batalla de los Campos Catalaúnicos, poco a poco, y
sobre todo a
partir
de la desaparición de Baba Yaga a finales del siglo X ambas progenies
comenzaron a
encontrar
puntos de encuentro y a forjar alianzas llegando a conformar el grupo más
poderoso e
influyente
dentro del clan Nosferatu. Estos Nosferatu comenzarían a partir del siglo XIII
la
silenciosa
Guerra de los Linajes, buscando eliminar a los descendientes de los Nictuku.
Mención
especial merecen los Volsi, una rama de los Nosferatu Abrazados por un
progenitor
desconocido, aunque algunos los relacionan con Baba Yaga. Los Volsi son los
gigantes
del
clan Nosferatu y durante la Edad Media entre ellos se contaban los vampiros más
ancianos del
clan.
El Abrazo incrementa su tamaño, y a menudo alcanzan la estatura de un oso. Dado
que su
hábitat
más frecuente son las ciénagas y pantanos, su cuerpo está recubierto por cieno
y raíces de un
color
verdoso. El fétido hedor de los pantanos vicia el aire a su alrededor.Los
estudiosos
vampíricos
creen que los Volsi fueron Abrazados entre los primeros moradores del Rin. Y en
verdad
el linaje se asentó sobre todo en las ciudades que bordeaban el río, y se cree
que jugaron un
importante
papel impidiendo que las legiones romanas lo atravesaran en tiempos de Julio
César. Se
cuenta
que el hermano de Tiberio, Nerón Druso, afirmó haber visto una horrible giganta
junto al
Rin
que le advirtió que no volviera y que predijo su muerte.
En
los tiempos antiguos fueron adorados por las tribus mortales, y es muy posible
que los
forzaran
a adoptar prácticas caníbales y a realizar sacrificios humanos. Suelen ser
bastante
territoriales
defendiendo sus dominios con tozudez, y además son oponentes peligrosos.
ESCANDINAVIA
En
esta zona los Nosferatu extendieron su influencia tanto entre los paganos
vikingos como
entre
los misioneros que trajeron el cristianismo. Durante la Edad Media no existió
una prole
unificada
y el poder del clan se debió sobre todo a las acciones de individuos concretos.
Sin
embargo,
al final su actuación fue clave y decisiva en la victoria cristiana. Entre los
Nosferatu
escandinavos
se podían encontrar cazadores solitarios que acechaban a sus víctimas desde las
profundidades
de los fiordos, misioneros que colaboraron con los Ventrue y Lasombra para
propagar
el cristianismo, y algunos vikingos aferrados a las costumbres paganas.
Durante
el siglo XIII el principal poder en la ciudad de Copenhague fue el Nosferatu
Absalón,
que consiguió una tenue tregua entre las facciones paganas y cristianas de
corta duración.
Entre
los Nosferatu escandinavos también destacó la figura del noruego Osric, un
vampiro vikingo
que
viajó a Norteamérica acompañando las exploraciones nórdicas, y que se instaló
en las tierras de
la
futura Nueva Inglaterra, donde permanecería hasta la llegada de los colonos
europeos.
EUROPA
ORIENTAL
En
esta extensa región de población dispersa los Nosferatu eran uno de los clanes
más
numerosos
e influyentes de la Edad Media, aunque debieron compartir su dominio con la
presencia
de
otros clanes, principalmente Gangrel y Tzimisce. La mayoría de los Nosferatu de
Europa
Oriental
pertenecían a la progenie de Baba Yaga, pero ya durante la Alta Edad Media los
descendientes
de la Matriarca se extendieron a los Balcanes.
Durante
mucho tiempo la anciana Baba Yaga fue uno de los principales poderes vampíricos
en
Europa Oriental, y muy pocos Matusalenes podían desafiar su poder. Sus
chiquillos y servidores,
tanto
vampiros como extrañas y terribles criaturas, recorrían la noche, sembrando el
terror a sus
órdenes,
pero finalmente el dominio de la bruja caníbal llegó a su fin. Vampiros de los
clanes
Tzimisce
y Ravnos manipularon a los hombres lobo conocidos como Los Señores de la Sombra
para
que hicieran la guerra a Baba Yaga. En el año 982 tras una terrible batalla,
los hombres lobo
derrotaron
a la bruja, que se sumió en un profundo letargo. Sin embargo su influencia
estaba lejos
de
haber sido eliminada y sus servidores continuaron ejerciendo su voluntad,
aguardando su
despertar.
La caída de Baba Yaga permitió que otros linajes de Nosferatu se instalaran en
Europa
Oriental.
Los rumores que situaban a la bruja entre los Nictuku fueron paulatinamente
abandonados
y
pronto comenzaron las primeras alianzas.
Pero
entre los Nosferatu de Europa Oriental no sólo se encontraban figuras terribles
como
Baba
Yaga. A partir del siglo XI merece destacarse al maestro arquitecto Zelios,
descendiente de la
bruja,
quien dedicó su existencia al estudio y perfección de la arquitectura,
construyendo castillos y
fortalezas
por toda Europa Oriental y mejorando algunos de los ya existentes. Su mayor
obra fue
una
red geomántica que al parecer permitió atrapar al demonio Kupala y canalizar su
poder con
propósitos
desconocidos. Durante los siglos siguientes Zelios viajaría extensamente
buscando
conocimientos
arquitectónicos entre otras culturas y el propósito que ocultaba su obra. Entre
la
progenie
de Zelios destaca la vampira Marusca, que tuvo gran influencia en la Dieta de
Transilvania,
y desde el siglo XII los Nosferatu transilvanos participaron activamente en los
manejos
políticos de la zona.
En
Transilvania los Nosferatu guerrearon contra los Tremere, por aquel entonces un
joven
clan
que había invadido las tierras de los Tzimisce y se habían convertido al
vampirismo utilizando
la
magia. El asedio de los vampiros transilvanos forzó a los Tremere a desarrollar
horribles
experimentos
a partir de los cuerpos de sus enemigos y creando el linaje de las Gárgolas,
unos
vampiros
artificiales que repelieron los asaltos contra las capillas Tremere. En
principio los
Nosferatu
apoyaron a los Tzimisce y Gangrel de Transilvania en su guerra contra los
Tremere, pero
muy
pronto surgieron divisiones internas, debido en gran parte a las antiguas
ofensas ocasionadas
por
los antiguos Tzimisce. A principios del siglo XIII el antiguo Siamko, un
chiquillo de Baba
Yaga,
se alió con los hechiceros Tremere y puso su red de espías a disposición de los
usurpadores.
Sus
intenciones eran desconocidas, pero es muy posible que quisiese asestar un
golpe a los
vampiros
Tzimisce, quienes habían guerreado a menudo con su sire por el dominio de
Europa
Oriental.
Asimismo, también circula el rumor de que algunos Nosferatu estaban resentidos
con los
Salubri
y se dice que algunos de ellos ayudaron a los Tremere a encontrar la tumba de
Saulot, el
fundador
de ese místico clan.
Pero
las Gárgolas no fueron los primeros monstruos creados a partir de los cuerpos
deformes
de
los Nosferatu. En Bulgaria, durante la Edad Media, bajo los laberintos de
cavernas y túneles
subterráneos
que se extendían bajo las montañas habitaba un linaje Nosferatu conocido como
las
Larvas.
Según los relatos medievales sus miembros eran delgados y casi esqueléticos,
con su piel
blanca
como la tiza, sus ojos atrofiados próximos a los oídos y su rostro atravesado
por una abertura
vertical
con hileras de dientes ganchudos como las lampreas. Sus dientes poseían una
fuerza
sobrehumana
que les permitían excavar a través de la tierra, evacuando los desechos en una
parodia
de
la digestión. Debido a la forma de sus bocas, las Larvas se alimentaban
devorando a sus víctimas
y
defecando sus restos en una nauseabunda pulpa desprovista de sangre.
El
origen de las Larvas parece remontarse a la época romana y son producto de
experimentos
que los vampiros Tzimisce realizaron sobre los Nosferatu, lo que constituyó
motivo
de
fricción entre ambos clanes. En ocasiones las Larvas, recordando las torturas a
las que habían
sido
sometidas por sus creadores atacaban los rebaños y fortalezas de los Tzimisce,
sembrando la
destrucción.
Sin embargo, para alivio de sus enemigos, las Larvas se fueron retirando cada
vez más
hacia
las profundidades de la tierra y no volvieron a ser avistadas desde el siglo
XV, aunque es muy
probable
que permanezcan aletargadas en el subsuelo de las montañas búlgaras.
Pero
no sólo las Larvas eran los únicos Nosferatu presentes en los yermos de
Bulgaria.
Algunos
miembros del clan acompañaron al clero ortodoxo en su evangelización de los
búlgaros. El
abad
Pasca era uno de los Nosferatu más destacados de la zona y la fama de su hospitalidad
se
extendía
más allá de su refugio en el monasterio de Rila. Pasca también era conocido por
su rechazo
al
avance de la civilización, defendiendo el retorno de los Nosferatu al papel de
cazadores en las
tierras
salvajes. También a principios del siglo XIII un grupo de Nosferatu liderados
por un vampiro
llamado
Mikon, acechaba entre las ruinas de la ciudad de Nicópolis, alimentándose de
los viajeros.
En
el reino de Bohemia, los Nosferatu poseían vínculos muy fuertes con la
comunidad judía,
a
la que protegían en la medida de lo posible de los abusos de los cristianos. A
finales del siglo XII
el
Nosferatu Josef Zvi dio un sangriento golpe de estado en Praga, convirtiéndose
en príncipe de
facto
de la ciudad y ejerciendo su dominio desde el ghetto judío. Sin embargo, la
fuerte presencia de
los
Tzimisce en la ciudad le llevó a buscar la ayuda del arquitecto Zelios y del
antiguo Angiwar, en
el
Sacro Romano Imperio.
También
en el reino de Bohemia existe la leyenda de una antigua abadía arruinada por la
cólera
de Dios. Los monjes que la habitaban fueron corrompidos e inducidos al pecado
por un joven
Nosferatu
que habría entregado sus almas al diablo a cambio de que su belleza fuera
restaurada. La
leyenda
dice que finalmente la abadía se convirtió en una de las antesalas del
infierno.
En
los ducados que configuraban el inestable reino de Polonia el centro de
influencia de los
Nosferatu
emanaba de la ciudad de Cracovia, donde la Matusalén Gutka, chiquilla de Baba
Yaga
aceptaba
tributos de sal y sangre de las tribus primitivas que habitaban la zona y la
consideraban
una
diosa. La terrible Gutka no aceptaba intrusos en su territorio y a menudo
devoraba a los
incautos
que se adentraban en sus dominios. Entró en letargo a finales de la Edad Media.
La
invasión mongola del siglo XIII también atrajo la atención de los Nosferatu,
que
Abrazaron
a algunos de los invasores, entre ellos destacados líderes como Ahjan Shakkar y
Subitai.
Estos
Nosferatu prosperarían en los inmensos yermos de las estepas rusas siberianas,
compitiendo
con
los Gangrel y otros Vástagos nómadas, e introduciéndose en los misteriosos
dominios de los
vampiros
orientales, donde algunos de ellos incluso llegaron al sur de China. Aunque
nunca muy
numerosos,
los Nosferatu y otros clanes sobrevivieron en los dominios del Lejano Oriente,
donde
permanecieron
aislados de sus compañeros de clan durante varios siglos.
Durante
la Edad Media los Nosferatu de Europa Oriental mantuvieron un desarrollado
sistema
de transmisión de mensajes, utilizando palomas mensajeras alimentadas con
sangre de
vampiro
que volaban entre varios refugios dispuestos estratégicamente y que permitían
el
intercambio
de información entre ciudades tan alejadas como Kiev, Cracovia y Praga. Otras
vías de
comunicación
incluían la utilización de las vías fluviales, sendas naturales o incluso
aullidos
potenciados
mediante los dones de la sangre.
CONSTANTINOPLA
Y EL IMPERIO BIZANTINO
Los
Nosferatu entraron de lleno en la acción política bizantina en el siglo VIII, a
partir de la
querella
iconoclasta. Aunque varios miembros residían en las ciudades del Imperio y
fueron
ocasionales
visitantes de los clanes establecidos en Constantinopla, no fue hasta esta
época que
fueron
aceptados en el entramado político de los Vástagos de la ciudad.
Durante
la querella iconoclasta, un antiguo prelado de Bizancio llamado Maleki se puso
de
parte
de los iconoclastas, atrayendo la cólera de sus patronos, los vampiros Lasombra
de la ciudad.
En
venganza el líder de los Lasombra ordenó a uno de sus aliados Nosferatu que
Abrazara a Maleki.
Este
vengativo acto irritó al Patriarca Michael, del clan Toreador, y líder
espiritual de los vampiros
de
Contantinopla, quien tomó a Maleki bajo su protección y lo situó en pie de
igualdad con el resto
de
los Vástagos. Maleki adoptó el nombre de Malaquita, una de las piedras
preciosas que agradaban
al
Patriarca, y siguiendo sus órdenes, Malaquita Abrazó una progenie que
permanecería
estrechamente
ligada a los Toreador. Generalmente aceptaban que su linaje era el de la
Matriarca, y
tuvieron
gran influencia dentro de la iglesia ortodoxa, en pugna con los Lasombra.
Otro
destacado prelado bizantino que fue Abrazado por los Nosferatu fue el fanático
Alexius,
cuyo sire es desconocido, pero generalmente se asume que fue el mismo del
antiguo
musulmán
Tariq al-Hajji, posiblemente la Matriarca o el tercer chiquillo de Nosferatu
que huyó de
su
sire. Durante el siglo XII Alexius viajó a Tierra Santa con la intención de
corromper a los líderes
musulmanes
mediante el Abrazo. Irónicamente su progenie, como el guerrero Khalid
al-Rashid, se
convirtieron
en un valioso apoyo para los vampiros islámicos, defendiendo las tierras del
Islam
contra
los cruzados cristianos. Posiblemente bajo los deseos de Alexius de Abrazar a
los líderes
musulmanes
se ocultasen los deseos de otros poderes. Alexius permaneció en Oriente Medio,
luchando
en ocasiones con los Vástagos islámicos, pero finalmente desapareció.
De
los dominios de Ultramar, tras la caída del reino de Jerusalén en 1187 tras la
batalla de
Hattin,
llegaron a Constantinopla un grupo de Nosferatu Abrazados entre las casas de
los Caballeros
de
San Lázaro, una orden militar de caballeros leprosos. Algunos continuaron su
viaje hacia Europa
Occidental,
pero un gran número decidió permanecer en Constantinopla en secreto, aliados
con
Malaquita
y su progenie, su presencia un secreto o un rumor entre los demás Vástagos de
la ciudad.
Malaquita
colaboró con los Brujah y Gangrel de Constantinopla tratando de restaurar la
antigua
gloria bizantina, que se encontraba en decadencia. Ambos grupos formaron una
alianza que
por
desgracia se vio sorprendida por el ataque de la Cuarta Cruzada en 1204.
Constantinopla fue
saqueada
y la alianza se rompió. Curiosamente Malaquita y los Nosferatu huyeron a
Tesalónica
antes
de ser atrapados en la vorágine que destruyó a muchos vampiros. Algunos rumores
malintencionados
afirman que fueron advertidos del inminente desastre y que prefirieron la huida
antes
que permanecer defendiendo la ciudad. Sin embargo, Malaquita cree que fueron
advertidos
por
el Patriarca Michael, quien previendo su muerte y la caída de Constantinopla
ante los cruzados,
decidió
salvar a sus protegidos influenciándolos mediante su poder para que abandonaran
la ciudad
condenada.
Después de la caída de Constantinopla, se sabe que Malaquita regresó, y fue
acusado de
cobarde
y traidor. Esta acusación en gran parte era infundada pues después se supo que
varios
Nosferatu
habían caído durante la destrucción de la ciudad o protegiendo a los ciudadanos
de los
abusos
de los cruzados. Entre los caídos se encontraba uno de los chiquillos de
Malaquita y Fray
Raymond,
líder de los Caballeros de San Lázaro.
A
raíz de la destrucción de Constantinopla, Malaquita y varios de sus seguidores
comenzaron
una peregrinación buscando respuestas, que los llevaron al antiguo templo
Capadocio
de
Erciyes. Malaquita reapareció en Roma hacia 1230, buscando venganza sobre los
vampiros que
habían
colaborado con la cruzada que destruyó su ciudad. Posteriormente marcharía a
Damasco,
donde
descargaría su furia sobre los malditos Baali que se ocultaban en la ciudad,
pues al parecer
había
sido una Baali conocida como María la Negra la responsable de la destrucción
del Patriarca
Michael,
el protector de Malaquita. Una vez satisfecha su venganza, Malaquita regresó a
Constantinopla,
donde contemplaría la conquista de la ciudad por los turcos.
ARABIA
Y EL MUNDO ISLÁMICO
Aunque
la expansión del Islam permitió un nuevo resurgir de los sistemas de
alcantarillado,
muchas
proles del clan Nosferatu sufrieron los efectos de la intolerancia y del
fanatismo de los
Ashirra,
los vampiros musulmanes. Durante la Alta Edad Media se asiste a un proceso de
“barbarización”
de los Nosferatu de África y Oriente Medio, que toman el papel de cazadores a
imitación
de su progenitor. Estas criaturas acechaban en los yermos desolados y en los
oasis del
desierto,
y sin duda son en gran parte responsables de las leyendas sobre las maldades de
los djinn y
los
gules de la mitología islámica. Los vampiros árabes los llamaban Mutasharid y
procuraban
evitarlos.
Sin
embargo, algunas proles permanecieron fuertemente vinculadas a la civilización,
sobre
todo
los Nosferatu de ascendencia judía de Jerusalén, que prosperaron entre las
colonias de leprosos
de
la zona. En la ciudad de Damasco los Nosferatu también estuvieron desde un
principio
estrechamente
unidos a la presencia judía, disputando los subterráneos de la ciudad con una
colonia
de
demoníacos vampiros Baali. Los vampiros judíos, a semejanza de sus
contrapartidas mortales,
fueron
protegidos por la ley islámica, con sus limitaciones y ocasionales estallidos
de tolerancia.
Entre
los vampiros la expansión del Islam estuvo asociada principalmente a los clanes
Lasombra
y Brujah, pero muy pronto surgieron las divisiones internas de la nueva
religión y
rencillas
entre los Vástagos, que lucharon entre sí por alcanzar la hegemonía. Los siglos
IX y X
fueron
especialmente críticos, debido al debilitamiento del mundo islámico. Y fue
precisamente en
este
período cuando los Nosferatu hicieron su movimiento.
Liderados
por un erudito de Al-Andalus llamado Tariq, una facción del clan Nosferatu hizo
acto
de presencia en los momentos más críticos del Islam, cuando la secta hereje de
los qármatas
había
robado la Piedra Negra de la Kaaba y el poder musulmán se encontraban
fuertemente dividido
por
las facciones internas. Tariq llegó a un acuerdo con los líderes de los
vampiros musulmanes,
Suleimán
del clan Lasombra y Khalid del clan Brujah, y juntos realizaron una
peregrinación
simbólica
a La Meca, que mientras la Piedra Negra había estado situada en la Kaaba, había
sido
inaccesible
para los Vástagos. Se alcanzaron varios acuerdos de paz y se trató de poner fin
a las
disputas
mediante el diálogo. Hacia el año 950 Tariq y sus seguidores alcanzaron su
mayor triunfo,
consiguiendo
que los qármatas devolvieran la Piedra Negra. La Meca volvió a estar vedada
para los
vampiros,
aunque Tariq atenuó su fuerza mediante varios ritos para permitir el acceso a
los más
fieles.
Tariq
y sus descendientes se convirtieron en los Hajj (los Peregrinos), los
Guardianes de la
Fe
musulmana, instalándose en La Meca, Medina y en las ciudades más relevantes del
Islam. De
esta
forma se separaron de los Mutasharid, los proscritos Nosferatu que no habían
aceptado la
conversión
al Islam y rechazaban la civilización…y que en su mayoría no pertenecían al
linaje de
Tariq.
Tariq
había sido Abrazado en el año 807 por un Matusalén desconocido, posiblemente
por la
Matriarca
o por el tercero de la supuesta tríada de chiquillos de Nosferatu que
rechazaron a su sire.
Resulta
muy significativo que tanto los descendientes de Tariq como los del prelado
bizantino
Alexius
alcanzasen una gran relevancia dentro del mundo islámico, tal vez actuando sin
saberlo a
los
deseos de la Matriarca o de su desconocido progenitor.
Pero
Tariq no actuó en solitario, sino que fue ayudado por poderosos antiguos de los
clanes
Gangrel
y Ventrue, que poco a poco irían desplazando la influencia de los Lasombra y
Brujah en el
mundo
islámico hasta convertirse en los principales clanes de los Ashirra. Asimismo,
Tariq también
forjó
alianzas con numerosos magos de la orden de los Ahl-i-Batin y de la casta hechicera
del clan
Assamita.
Con estos apoyos Tariq se convertiría en un poderoso mago de la sangre,
desarrollando
las
sendas sihr, un tipo de magia profundamente unido a la filosofía islámica. Se
cree que Tariq
logró
forjar todas estas alianzas debido a la amenaza que representaban las
maquinaciones de Al-
Ussa,
una poderosa Matusalén Malkavian, adorada entre las divinidades del desierto
antes de la
llegada
del Islám, y que deseaba destruir la religión que había terminado con su
condición de diosa.
Con
la actuación de Tariq y sus aliados habrían conseguido aprisionar a Al-Ussa
bajo La Meca o
algún
lugar de Arabia.
En
cualquier caso, a partir del siglo X Tariq y sus descendientes se convirtieron
en
importantes
figuras religiosas para los vampiros Ashirra, asentándose en las principales
figuras.
Tariq
permaneció en la Meca, su chiquillo Mazzen en Medina y uno de sus
descendientes, Ibn-
Jaffar
el Dorado, se instalaría en la ciudad de El Cairo a principios del siglo XIII.
La
aparición de la facción Hajj dentro del clan Nosferatu no fue de agrado para
los
Mutasharid
del desierto, que en varias ocasiones trataron de remediar el “error” que
representaban
sus
devotos hermanos. Sin embargo, ayudados por los Ashirra islámicos, los Hajj
consiguieron
sobrevivir
y rechazar a sus ataques. Los Mutasharid serían cada vez más perseguidos en los
siglos
posteriores,
hasta convertirse en una minoría.
La
llegada de los cruzados supuso un enfrentamiento entre los vampiros cristianos
e
islámicos,
que zanjaban sus diferencias azuzando a sus contrapartidas mortales. En
ocasiones los
Hajj
apoyaron a varios líderes islámicos como Nuraldino, Saladino o Zengi, pero en
otras dejaron
que
los mortales sufrieran las consecuencias de sus excesos, como ocurrió durante
la gran invasión
mongola
del siglo XIII, que devastó la ciudad de Bagdad en el año 1256, cuando los
poderes
islámicos
se encontraban nuevamente divididos por sus rencillas internas.
Entre
los cruzados de Occidente surgió la Orden de San Lázaro, una orden militar
formada
por
caballeros leprosos, y que en seguida atrajo la atención de los Nosferatu que
prosperaban entre
las
leproserías de Europa. El Maestre Fray Gerard fue Abrazado en el año 1120 y su
sucesor Fray
Raymond
en el año 1158. Tras la caída de Jerusalén en manos musulmanas en el año 1187,
los
caballeros
Nosferatu se exiliaron de sus posesiones en Ultramar y se refugiaron en
Occidente,
principalmente
en la ciudad de Constantinopla.
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