viernes, 9 de marzo de 2012

EL SACRO ROMANO IMPERIO GERMÁNICO


Del mismo modo que en Inglaterra, los Nosferatu del Sacro Imperio se aliaron con los
Ventrue de forma beneficiosa para ambos clanes, y de la misma forma que los Ventrue de los
feudos de la Cruz Negra se encontraban divididos entre los agresivos partidarios de Hardestadt, que
pugnaban por la expansión del dominio del clan Ventrue y los seguidores de Julia Antasia, una
antigua que defendía la restauración de un Senado Ventrue derivado del antiguo Imperio Romano,
los Nosferatu también tomaron partido de igual modo.
En la parte occidental del Imperio Angiwar y los descendientes de la Matriarca eran más
fuertes, y prestaron apoyo sobre todo a Julia Antasia. Angiwar y la antigua Ventrue constituyeron
una sólida alianza entre ambos clanes en la creciente ciudad de Frankfurt. De un modo similar, en la
parte oriental del Imperio y en la ciudad de Berlín, los descendientes de Baba Yaga se aliaron con
los Ventrue locales, en concreto con el antiguo Matusalén Eric y sus descendientes. Entre los
Nosferatu de la región destaca la figura de Melitta, una chiquilla de Baba Yaga.
Durante la Edad Media la ciudad de Worms estuvo gobernada por un Nosferatu, el obispo
Rolf, conocido por sus excesos religiosos que lo llevaban a asesinar a recién nacidos antes del
bautismo para que conservaran el pecado original, y tentando a inocentes y devotos para que
cayeran en el pecado como un ritual de mortificación. Mucho tiempo tardaron los Nosferatu y otros
vampiros en erradicar sus maldades, torturas y asesinatos. Y no era el único, pues en otras ciudades
otros miembros del clan eran seguidores de cultos herejes decadentes como el círculo Carpocrático,
donde estos degenerados vampiros daban rienda suelta a sus deleites en toda clase de vicios
carnales como la sodomía, el asesinato, la violación y el canibalismo. El nombre de Abraxas, un
dios gnóstico, aparece en las herejías medievales como un demonio servidor de Yaldabaoth. Ahora
bien, Abraxas también es el nombre de uno de los Nictuku, y tal vez este Matusalén estuviera
relacionado con las herejías Cainitas medievales, si bien este rumor no ha sido confirmado.
Aunque en principio los descendientes de la Matriarca y de la Baba Yaga mantenían cierta
rivalidad, sobre todo a raíz de la Batalla de los Campos Catalaúnicos, poco a poco, y sobre todo a
partir de la desaparición de Baba Yaga a finales del siglo X ambas progenies comenzaron a
encontrar puntos de encuentro y a forjar alianzas llegando a conformar el grupo más poderoso e
influyente dentro del clan Nosferatu. Estos Nosferatu comenzarían a partir del siglo XIII la
silenciosa Guerra de los Linajes, buscando eliminar a los descendientes de los Nictuku.
Mención especial merecen los Volsi, una rama de los Nosferatu Abrazados por un
progenitor desconocido, aunque algunos los relacionan con Baba Yaga. Los Volsi son los gigantes
del clan Nosferatu y durante la Edad Media entre ellos se contaban los vampiros más ancianos del
clan. El Abrazo incrementa su tamaño, y a menudo alcanzan la estatura de un oso. Dado que su
hábitat más frecuente son las ciénagas y pantanos, su cuerpo está recubierto por cieno y raíces de un
color verdoso. El fétido hedor de los pantanos vicia el aire a su alrededor.Los estudiosos
vampíricos creen que los Volsi fueron Abrazados entre los primeros moradores del Rin. Y en
verdad el linaje se asentó sobre todo en las ciudades que bordeaban el río, y se cree que jugaron un
importante papel impidiendo que las legiones romanas lo atravesaran en tiempos de Julio César. Se
cuenta que el hermano de Tiberio, Nerón Druso, afirmó haber visto una horrible giganta junto al
Rin que le advirtió que no volviera y que predijo su muerte.
En los tiempos antiguos fueron adorados por las tribus mortales, y es muy posible que los
forzaran a adoptar prácticas caníbales y a realizar sacrificios humanos. Suelen ser bastante
territoriales defendiendo sus dominios con tozudez, y además son oponentes peligrosos.

ESCANDINAVIA
En esta zona los Nosferatu extendieron su influencia tanto entre los paganos vikingos como
entre los misioneros que trajeron el cristianismo. Durante la Edad Media no existió una prole
unificada y el poder del clan se debió sobre todo a las acciones de individuos concretos. Sin
embargo, al final su actuación fue clave y decisiva en la victoria cristiana. Entre los Nosferatu
escandinavos se podían encontrar cazadores solitarios que acechaban a sus víctimas desde las
profundidades de los fiordos, misioneros que colaboraron con los Ventrue y Lasombra para
propagar el cristianismo, y algunos vikingos aferrados a las costumbres paganas.
Durante el siglo XIII el principal poder en la ciudad de Copenhague fue el Nosferatu
Absalón, que consiguió una tenue tregua entre las facciones paganas y cristianas de corta duración.
Entre los Nosferatu escandinavos también destacó la figura del noruego Osric, un vampiro vikingo
que viajó a Norteamérica acompañando las exploraciones nórdicas, y que se instaló en las tierras de
la futura Nueva Inglaterra, donde permanecería hasta la llegada de los colonos europeos.

EUROPA ORIENTAL
En esta extensa región de población dispersa los Nosferatu eran uno de los clanes más
numerosos e influyentes de la Edad Media, aunque debieron compartir su dominio con la presencia
de otros clanes, principalmente Gangrel y Tzimisce. La mayoría de los Nosferatu de Europa
Oriental pertenecían a la progenie de Baba Yaga, pero ya durante la Alta Edad Media los
descendientes de la Matriarca se extendieron a los Balcanes.
Durante mucho tiempo la anciana Baba Yaga fue uno de los principales poderes vampíricos
en Europa Oriental, y muy pocos Matusalenes podían desafiar su poder. Sus chiquillos y servidores,
tanto vampiros como extrañas y terribles criaturas, recorrían la noche, sembrando el terror a sus
órdenes, pero finalmente el dominio de la bruja caníbal llegó a su fin. Vampiros de los clanes
Tzimisce y Ravnos manipularon a los hombres lobo conocidos como Los Señores de la Sombra
para que hicieran la guerra a Baba Yaga. En el año 982 tras una terrible batalla, los hombres lobo
derrotaron a la bruja, que se sumió en un profundo letargo. Sin embargo su influencia estaba lejos
de haber sido eliminada y sus servidores continuaron ejerciendo su voluntad, aguardando su
despertar. La caída de Baba Yaga permitió que otros linajes de Nosferatu se instalaran en Europa
Oriental. Los rumores que situaban a la bruja entre los Nictuku fueron paulatinamente abandonados
y pronto comenzaron las primeras alianzas.
Pero entre los Nosferatu de Europa Oriental no sólo se encontraban figuras terribles como
Baba Yaga. A partir del siglo XI merece destacarse al maestro arquitecto Zelios, descendiente de la
bruja, quien dedicó su existencia al estudio y perfección de la arquitectura, construyendo castillos y
fortalezas por toda Europa Oriental y mejorando algunos de los ya existentes. Su mayor obra fue
una red geomántica que al parecer permitió atrapar al demonio Kupala y canalizar su poder con
propósitos desconocidos. Durante los siglos siguientes Zelios viajaría extensamente buscando
conocimientos arquitectónicos entre otras culturas y el propósito que ocultaba su obra. Entre la
progenie de Zelios destaca la vampira Marusca, que tuvo gran influencia en la Dieta de
Transilvania, y desde el siglo XII los Nosferatu transilvanos participaron activamente en los
manejos políticos de la zona.
En Transilvania los Nosferatu guerrearon contra los Tremere, por aquel entonces un joven
clan que había invadido las tierras de los Tzimisce y se habían convertido al vampirismo utilizando
la magia. El asedio de los vampiros transilvanos forzó a los Tremere a desarrollar horribles
experimentos a partir de los cuerpos de sus enemigos y creando el linaje de las Gárgolas, unos
vampiros artificiales que repelieron los asaltos contra las capillas Tremere. En principio los
Nosferatu apoyaron a los Tzimisce y Gangrel de Transilvania en su guerra contra los Tremere, pero
muy pronto surgieron divisiones internas, debido en gran parte a las antiguas ofensas ocasionadas
por los antiguos Tzimisce. A principios del siglo XIII el antiguo Siamko, un chiquillo de Baba
Yaga, se alió con los hechiceros Tremere y puso su red de espías a disposición de los usurpadores.
Sus intenciones eran desconocidas, pero es muy posible que quisiese asestar un golpe a los
vampiros Tzimisce, quienes habían guerreado a menudo con su sire por el dominio de Europa
Oriental. Asimismo, también circula el rumor de que algunos Nosferatu estaban resentidos con los
Salubri y se dice que algunos de ellos ayudaron a los Tremere a encontrar la tumba de Saulot, el
fundador de ese místico clan.
Pero las Gárgolas no fueron los primeros monstruos creados a partir de los cuerpos deformes
de los Nosferatu. En Bulgaria, durante la Edad Media, bajo los laberintos de cavernas y túneles
subterráneos que se extendían bajo las montañas habitaba un linaje Nosferatu conocido como las
Larvas. Según los relatos medievales sus miembros eran delgados y casi esqueléticos, con su piel
blanca como la tiza, sus ojos atrofiados próximos a los oídos y su rostro atravesado por una abertura
vertical con hileras de dientes ganchudos como las lampreas. Sus dientes poseían una fuerza
sobrehumana que les permitían excavar a través de la tierra, evacuando los desechos en una parodia
de la digestión. Debido a la forma de sus bocas, las Larvas se alimentaban devorando a sus víctimas
y defecando sus restos en una nauseabunda pulpa desprovista de sangre.
El origen de las Larvas parece remontarse a la época romana y son producto de
experimentos que los vampiros Tzimisce realizaron sobre los Nosferatu, lo que constituyó motivo
de fricción entre ambos clanes. En ocasiones las Larvas, recordando las torturas a las que habían
sido sometidas por sus creadores atacaban los rebaños y fortalezas de los Tzimisce, sembrando la
destrucción. Sin embargo, para alivio de sus enemigos, las Larvas se fueron retirando cada vez más
hacia las profundidades de la tierra y no volvieron a ser avistadas desde el siglo XV, aunque es muy
probable que permanezcan aletargadas en el subsuelo de las montañas búlgaras.
Pero no sólo las Larvas eran los únicos Nosferatu presentes en los yermos de Bulgaria.
Algunos miembros del clan acompañaron al clero ortodoxo en su evangelización de los búlgaros. El
abad Pasca era uno de los Nosferatu más destacados de la zona y la fama de su hospitalidad se
extendía más allá de su refugio en el monasterio de Rila. Pasca también era conocido por su rechazo
al avance de la civilización, defendiendo el retorno de los Nosferatu al papel de cazadores en las
tierras salvajes. También a principios del siglo XIII un grupo de Nosferatu liderados por un vampiro
llamado Mikon, acechaba entre las ruinas de la ciudad de Nicópolis, alimentándose de los viajeros.
En el reino de Bohemia, los Nosferatu poseían vínculos muy fuertes con la comunidad judía,
a la que protegían en la medida de lo posible de los abusos de los cristianos. A finales del siglo XII
el Nosferatu Josef Zvi dio un sangriento golpe de estado en Praga, convirtiéndose en príncipe de
facto de la ciudad y ejerciendo su dominio desde el ghetto judío. Sin embargo, la fuerte presencia de
los Tzimisce en la ciudad le llevó a buscar la ayuda del arquitecto Zelios y del antiguo Angiwar, en
el Sacro Romano Imperio.
También en el reino de Bohemia existe la leyenda de una antigua abadía arruinada por la
cólera de Dios. Los monjes que la habitaban fueron corrompidos e inducidos al pecado por un joven
Nosferatu que habría entregado sus almas al diablo a cambio de que su belleza fuera restaurada. La
leyenda dice que finalmente la abadía se convirtió en una de las antesalas del infierno.
En los ducados que configuraban el inestable reino de Polonia el centro de influencia de los
Nosferatu emanaba de la ciudad de Cracovia, donde la Matusalén Gutka, chiquilla de Baba Yaga
aceptaba tributos de sal y sangre de las tribus primitivas que habitaban la zona y la consideraban
una diosa. La terrible Gutka no aceptaba intrusos en su territorio y a menudo devoraba a los
incautos que se adentraban en sus dominios. Entró en letargo a finales de la Edad Media.
La invasión mongola del siglo XIII también atrajo la atención de los Nosferatu, que
Abrazaron a algunos de los invasores, entre ellos destacados líderes como Ahjan Shakkar y Subitai.
Estos Nosferatu prosperarían en los inmensos yermos de las estepas rusas siberianas, compitiendo
con los Gangrel y otros Vástagos nómadas, e introduciéndose en los misteriosos dominios de los
vampiros orientales, donde algunos de ellos incluso llegaron al sur de China. Aunque nunca muy
numerosos, los Nosferatu y otros clanes sobrevivieron en los dominios del Lejano Oriente, donde
permanecieron aislados de sus compañeros de clan durante varios siglos.
Durante la Edad Media los Nosferatu de Europa Oriental mantuvieron un desarrollado
sistema de transmisión de mensajes, utilizando palomas mensajeras alimentadas con sangre de
vampiro que volaban entre varios refugios dispuestos estratégicamente y que permitían el
intercambio de información entre ciudades tan alejadas como Kiev, Cracovia y Praga. Otras vías de
comunicación incluían la utilización de las vías fluviales, sendas naturales o incluso aullidos
potenciados mediante los dones de la sangre.

CONSTANTINOPLA Y EL IMPERIO BIZANTINO
Los Nosferatu entraron de lleno en la acción política bizantina en el siglo VIII, a partir de la
querella iconoclasta. Aunque varios miembros residían en las ciudades del Imperio y fueron
ocasionales visitantes de los clanes establecidos en Constantinopla, no fue hasta esta época que
fueron aceptados en el entramado político de los Vástagos de la ciudad.
Durante la querella iconoclasta, un antiguo prelado de Bizancio llamado Maleki se puso de
parte de los iconoclastas, atrayendo la cólera de sus patronos, los vampiros Lasombra de la ciudad.
En venganza el líder de los Lasombra ordenó a uno de sus aliados Nosferatu que Abrazara a Maleki.
Este vengativo acto irritó al Patriarca Michael, del clan Toreador, y líder espiritual de los vampiros
de Contantinopla, quien tomó a Maleki bajo su protección y lo situó en pie de igualdad con el resto
de los Vástagos. Maleki adoptó el nombre de Malaquita, una de las piedras preciosas que agradaban
al Patriarca, y siguiendo sus órdenes, Malaquita Abrazó una progenie que permanecería
estrechamente ligada a los Toreador. Generalmente aceptaban que su linaje era el de la Matriarca, y
tuvieron gran influencia dentro de la iglesia ortodoxa, en pugna con los Lasombra.
Otro destacado prelado bizantino que fue Abrazado por los Nosferatu fue el fanático
Alexius, cuyo sire es desconocido, pero generalmente se asume que fue el mismo del antiguo
musulmán Tariq al-Hajji, posiblemente la Matriarca o el tercer chiquillo de Nosferatu que huyó de
su sire. Durante el siglo XII Alexius viajó a Tierra Santa con la intención de corromper a los líderes
musulmanes mediante el Abrazo. Irónicamente su progenie, como el guerrero Khalid al-Rashid, se
convirtieron en un valioso apoyo para los vampiros islámicos, defendiendo las tierras del Islam
contra los cruzados cristianos. Posiblemente bajo los deseos de Alexius de Abrazar a los líderes
musulmanes se ocultasen los deseos de otros poderes. Alexius permaneció en Oriente Medio,
luchando en ocasiones con los Vástagos islámicos, pero finalmente desapareció.
De los dominios de Ultramar, tras la caída del reino de Jerusalén en 1187 tras la batalla de
Hattin, llegaron a Constantinopla un grupo de Nosferatu Abrazados entre las casas de los Caballeros
de San Lázaro, una orden militar de caballeros leprosos. Algunos continuaron su viaje hacia Europa
Occidental, pero un gran número decidió permanecer en Constantinopla en secreto, aliados con
Malaquita y su progenie, su presencia un secreto o un rumor entre los demás Vástagos de la ciudad.
Malaquita colaboró con los Brujah y Gangrel de Constantinopla tratando de restaurar la
antigua gloria bizantina, que se encontraba en decadencia. Ambos grupos formaron una alianza que
por desgracia se vio sorprendida por el ataque de la Cuarta Cruzada en 1204. Constantinopla fue
saqueada y la alianza se rompió. Curiosamente Malaquita y los Nosferatu huyeron a Tesalónica
antes de ser atrapados en la vorágine que destruyó a muchos vampiros. Algunos rumores
malintencionados afirman que fueron advertidos del inminente desastre y que prefirieron la huida
antes que permanecer defendiendo la ciudad. Sin embargo, Malaquita cree que fueron advertidos
por el Patriarca Michael, quien previendo su muerte y la caída de Constantinopla ante los cruzados,
decidió salvar a sus protegidos influenciándolos mediante su poder para que abandonaran la ciudad
condenada. Después de la caída de Constantinopla, se sabe que Malaquita regresó, y fue acusado de
cobarde y traidor. Esta acusación en gran parte era infundada pues después se supo que varios
Nosferatu habían caído durante la destrucción de la ciudad o protegiendo a los ciudadanos de los
abusos de los cruzados. Entre los caídos se encontraba uno de los chiquillos de Malaquita y Fray
Raymond, líder de los Caballeros de San Lázaro.
A raíz de la destrucción de Constantinopla, Malaquita y varios de sus seguidores
comenzaron una peregrinación buscando respuestas, que los llevaron al antiguo templo Capadocio
de Erciyes. Malaquita reapareció en Roma hacia 1230, buscando venganza sobre los vampiros que
habían colaborado con la cruzada que destruyó su ciudad. Posteriormente marcharía a Damasco,
donde descargaría su furia sobre los malditos Baali que se ocultaban en la ciudad, pues al parecer
había sido una Baali conocida como María la Negra la responsable de la destrucción del Patriarca
Michael, el protector de Malaquita. Una vez satisfecha su venganza, Malaquita regresó a
Constantinopla, donde contemplaría la conquista de la ciudad por los turcos.

ARABIA Y EL MUNDO ISLÁMICO
Aunque la expansión del Islam permitió un nuevo resurgir de los sistemas de alcantarillado,
muchas proles del clan Nosferatu sufrieron los efectos de la intolerancia y del fanatismo de los
Ashirra, los vampiros musulmanes. Durante la Alta Edad Media se asiste a un proceso de
“barbarización” de los Nosferatu de África y Oriente Medio, que toman el papel de cazadores a
imitación de su progenitor. Estas criaturas acechaban en los yermos desolados y en los oasis del
desierto, y sin duda son en gran parte responsables de las leyendas sobre las maldades de los djinn y
los gules de la mitología islámica. Los vampiros árabes los llamaban Mutasharid y procuraban
evitarlos.
Sin embargo, algunas proles permanecieron fuertemente vinculadas a la civilización, sobre
todo los Nosferatu de ascendencia judía de Jerusalén, que prosperaron entre las colonias de leprosos
de la zona. En la ciudad de Damasco los Nosferatu también estuvieron desde un principio
estrechamente unidos a la presencia judía, disputando los subterráneos de la ciudad con una colonia
de demoníacos vampiros Baali. Los vampiros judíos, a semejanza de sus contrapartidas mortales,
fueron protegidos por la ley islámica, con sus limitaciones y ocasionales estallidos de tolerancia.
Entre los vampiros la expansión del Islam estuvo asociada principalmente a los clanes
Lasombra y Brujah, pero muy pronto surgieron las divisiones internas de la nueva religión y
rencillas entre los Vástagos, que lucharon entre sí por alcanzar la hegemonía. Los siglos IX y X
fueron especialmente críticos, debido al debilitamiento del mundo islámico. Y fue precisamente en
este período cuando los Nosferatu hicieron su movimiento.
Liderados por un erudito de Al-Andalus llamado Tariq, una facción del clan Nosferatu hizo
acto de presencia en los momentos más críticos del Islam, cuando la secta hereje de los qármatas
había robado la Piedra Negra de la Kaaba y el poder musulmán se encontraban fuertemente dividido
por las facciones internas. Tariq llegó a un acuerdo con los líderes de los vampiros musulmanes,
Suleimán del clan Lasombra y Khalid del clan Brujah, y juntos realizaron una peregrinación
simbólica a La Meca, que mientras la Piedra Negra había estado situada en la Kaaba, había sido
inaccesible para los Vástagos. Se alcanzaron varios acuerdos de paz y se trató de poner fin a las
disputas mediante el diálogo. Hacia el año 950 Tariq y sus seguidores alcanzaron su mayor triunfo,
consiguiendo que los qármatas devolvieran la Piedra Negra. La Meca volvió a estar vedada para los
vampiros, aunque Tariq atenuó su fuerza mediante varios ritos para permitir el acceso a los más
fieles.
Tariq y sus descendientes se convirtieron en los Hajj (los Peregrinos), los Guardianes de la
Fe musulmana, instalándose en La Meca, Medina y en las ciudades más relevantes del Islam. De
esta forma se separaron de los Mutasharid, los proscritos Nosferatu que no habían aceptado la
conversión al Islam y rechazaban la civilización…y que en su mayoría no pertenecían al linaje de
Tariq.
Tariq había sido Abrazado en el año 807 por un Matusalén desconocido, posiblemente por la
Matriarca o por el tercero de la supuesta tríada de chiquillos de Nosferatu que rechazaron a su sire.
Resulta muy significativo que tanto los descendientes de Tariq como los del prelado bizantino
Alexius alcanzasen una gran relevancia dentro del mundo islámico, tal vez actuando sin saberlo a
los deseos de la Matriarca o de su desconocido progenitor.
Pero Tariq no actuó en solitario, sino que fue ayudado por poderosos antiguos de los clanes
Gangrel y Ventrue, que poco a poco irían desplazando la influencia de los Lasombra y Brujah en el
mundo islámico hasta convertirse en los principales clanes de los Ashirra. Asimismo, Tariq también
forjó alianzas con numerosos magos de la orden de los Ahl-i-Batin y de la casta hechicera del clan
Assamita. Con estos apoyos Tariq se convertiría en un poderoso mago de la sangre, desarrollando
las sendas sihr, un tipo de magia profundamente unido a la filosofía islámica. Se cree que Tariq
logró forjar todas estas alianzas debido a la amenaza que representaban las maquinaciones de Al-
Ussa, una poderosa Matusalén Malkavian, adorada entre las divinidades del desierto antes de la
llegada del Islám, y que deseaba destruir la religión que había terminado con su condición de diosa.
Con la actuación de Tariq y sus aliados habrían conseguido aprisionar a Al-Ussa bajo La Meca o
algún lugar de Arabia.
En cualquier caso, a partir del siglo X Tariq y sus descendientes se convirtieron en
importantes figuras religiosas para los vampiros Ashirra, asentándose en las principales figuras.
Tariq permaneció en la Meca, su chiquillo Mazzen en Medina y uno de sus descendientes, Ibn-
Jaffar el Dorado, se instalaría en la ciudad de El Cairo a principios del siglo XIII.
La aparición de la facción Hajj dentro del clan Nosferatu no fue de agrado para los
Mutasharid del desierto, que en varias ocasiones trataron de remediar el “error” que representaban
sus devotos hermanos. Sin embargo, ayudados por los Ashirra islámicos, los Hajj consiguieron
sobrevivir y rechazar a sus ataques. Los Mutasharid serían cada vez más perseguidos en los siglos
posteriores, hasta convertirse en una minoría.
La llegada de los cruzados supuso un enfrentamiento entre los vampiros cristianos e
islámicos, que zanjaban sus diferencias azuzando a sus contrapartidas mortales. En ocasiones los
Hajj apoyaron a varios líderes islámicos como Nuraldino, Saladino o Zengi, pero en otras dejaron
que los mortales sufrieran las consecuencias de sus excesos, como ocurrió durante la gran invasión
mongola del siglo XIII, que devastó la ciudad de Bagdad en el año 1256, cuando los poderes
islámicos se encontraban nuevamente divididos por sus rencillas internas.
Entre los cruzados de Occidente surgió la Orden de San Lázaro, una orden militar formada
por caballeros leprosos, y que en seguida atrajo la atención de los Nosferatu que prosperaban entre
las leproserías de Europa. El Maestre Fray Gerard fue Abrazado en el año 1120 y su sucesor Fray
Raymond en el año 1158. Tras la caída de Jerusalén en manos musulmanas en el año 1187, los
caballeros Nosferatu se exiliaron de sus posesiones en Ultramar y se refugiaron en Occidente,
principalmente en la ciudad de Constantinopla.

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