sábado, 17 de marzo de 2012

EL ASESINATO DEL REY DE LAS SOMBRAS

GRACIANO DE VERONESE
La imagen moderna del Clan Lasombra comenzó a forjarse a principios del siglo XII. Por aquel
entonces Graciano de Veronese, descendiente de una noble familia italiana, se encontraba completamente
sumergido en la compleja política del momento. Los problemas religiosos y políticos se entremezclaban con
las disputas entre el Emperador del Sacro Imperio y el Papa de Roma.
Graciano era un joven ambicioso, utilizando su posición de obispo que su familia le había comprado
para fomentar el apoyo popular a su causa. Utilizando la ira del pueblo contra los pecados de los nobles en
ocasiones había levantado a la muchedumbre contra sus rivales políticos. Pero a pesar de la prosperidad de la
familia Veronese, Graciano tenía aspiraciones más elevadas, esperando convertirse en el líder de una
coalición de fuerzas que le permitieran convertir la península italiana en un poder autónomo del Papa y el
Emperador.
En este objetivo fracasó completamente. Las ciudades italianas no estaban dispuestas a renunciar a
su autonomía ni a cooperar con sus rivales. Alrededor del año 1130 Graciano abandonó sus planes de
unificación y renunció a sus planes de convertirse en el siguiente Carlomagno. En principio tenía la intención
de regresar a los asuntos familiares hasta que realizó una visita al Emperador Lotario II.
La familia Veronese sospechó de las intenciones de Graciano y finalmente descubrieron que se había
unido al partido gibelino, y había pactado con varios nobles bávaros y bohemios para traicionar a sus aliados
italianos a cambio de riquezas y propiedades en el Sacro Imperio. Trató de ganar partidarios entre los
disidentes imperiales para tratar de unificar Italia bajo su dominio, pero fracasó nuevamente en sus esfuerzos
y fue expulsado de la corte del Emperador. Cuando regresó a su hogar sus padres lo acusaron de traicionar a
su propia familia y presentaron evidencias de sus acusaciones. Graciano fue encarcelado y condenado a la
ejecución.
El Antediluviano Lasombra se había interesado por Graciano y decidió convertirlo en su chiquillo.
Había decidido arruinar su vida para ponerlo a prueba, una costumbre muy extendida entre los Guardianes.
Había sido Lasombra quien informó a los Veronese de la traición de Graciano, y el que les había
proporcionado pruebas de su culpabilidad. Finalmente el Antediluviano acudió a la celda de su futuro
chiquillo y habló con él, deseando que Graciano le pidiera el Abrazo por su propia voluntad. Pero no lo hizo.
Sorprendido, y un poco decepcionado, Lasombra regresó a la noche siguiente, después de inducir a
los carceleros de que torturaran a Graciano. Y en esta ocasión aceptó el Abrazo. Tras dejar en la celda un
cuerpo alterado mediante la magia de la sangre Lasombra y su chiquillo viajaron al Castillo de San Rafael en
Sicilia. Allí Graciano aprendió los secretos de los Vástagos y de su influencia entre los mortales. Y de la
misma forma que había deseado derribar al Emperador y sustituirlo, pronto deseó derribar a Lasombra.
Como primer paso decidió convertirse en un chiquillo ideal para no despertar sospechas.
Muchos eruditos Lasombra han debatido y discutido sobre las circunstancias del Abrazo de
Graciano, y se muestran muy intrigados de que el Antediluviano no consiguiera prever la traición de su
chiquillo. Las teorías abundan, desde que Graciano fue ayudado por otro Antediluviano o por el propio
Diablo, que Lasombra se había cansado de vivir y deseaba suicidarse, hasta de un plan del Antediluviano que
fracasó estrepitosamente.
En cualquier caso, el hecho es que Lasombra aceptó el engaño de Graciano e ignoró las advertencias
de sus otros chiquillos, especialmente Montano, de que el neonato intentaría hacer en Sicilia lo que había
intentado hacer en el Sacro Imperio.

LA REVUELTA ANARQUISTA
Los siglos XIV y XV fueron una terrible época para los vampiros. La Peste Negra de mediados del
siglo XIV mató a numerosos mortales, y los Vástagos comenzaron a pelear entre ellos tratando de encontrar
sangre sana. Por añadidura, la Iglesia y muy especialmente la Sociedad de Leopoldo, cazaron activamente a
los vampiros, provocando que numerosos antiguos abandonaran a sus chiquillos o que los utilizaran como
sangre de cañón para enfrentarse a los cazadores. Y la guerra entre generaciones no tardó en producirse
En 1381 estalló en Inglaterra una revuelta popular contra la nobleza, apoyada por los vampiros
Brujah. Una vez aplastada la revuelta, los vampiros rebeldes huyeron a la península ibérica donde muchos
jóvenes neonatos Brujah y Lasombra se habían rebelado contra la autoridad de los antiguos y habían
declarado la guerra a la Inquisición. En 1395 asesinaron a Hardestadt, uno de los principales líderes del clan
Ventrue.
Mientras estas revueltas estallaban, Graciano realizó una serie de contactos tentativos con los
llamados “anarquistas” para conseguir llevar a cabo sus traicioneros planes. Hacia 1400 secretamente dio su
apoyo a los rebeldes y viajó a los Balcanes y Oriente para contactar con los Assamitas. Los Asesinos tenían
cuentas pendientes con los muchos antiguos europeos que habían apoyado las cruzadas siglos antes y estaban
motivados por el deseo de desquitarse y cometer Amaranto como un mandamiento espiritual. Necesitaban
una fuerza militar, de la que los Brujah disponían en cantidad, mientras que los anarquistas necesitaban
líderes capaces, diplomáticos y hechiceros. Poco después de que Graciano hiciera su propuesta los Assamitas
combinaron sus fuerzas con los anarquistas Brujah y las tornas de la guerra cambiaron. Los Assamitas
consiguieron diabolizar a sus enemigos y los Brujah consiguieron destruirlos. Los antiguos españoles
temblaron en sus refugios.
Pero el tiempo apremiaba y Graciano temía que la respuesta de los antiguos llegara demasiado
pronto, por lo que precipitó su plan. “La Orden de la Victoria” de los Lasombra, descendiente de los antiguos
“Cuerpos de la Victoria” de las legiones romanas y los antiguos del clan comenzaron a encontrar anarquistas
que estaban convencidos de haber pactado con otros Lasombra para cometer actos de diablerie sobre sus
rivales. Muchas de estas afirmaciones demostraron ser falsas, sutilmente implantadas mediante los poderes
de la Dominación, pero unas cuantas sirvieron para sembrar la suspicacia entre los antiguos Lasombra. Las
Cortes de la Sangre eran convocadas con frecuencia y los rivales de Graciano, especialmente su hermano
Montano, recibieron varias acusaciones. El Antediluviano se mantuvo al margen de las disputas entre su
progenie.
Sin embargo, Graciano y sus aliados no consiguió derrocar a Montano ni a muchos de sus rivales, y
los cargos basados en la manipulación mental de los anarquistas fueron rechazados. La presión de sus aliados
y el temor a ser descubierto por sus hermanos de sangre lo llevaron a actuar precipitadamente.
En una reunión secreta un gran número de neonatos y ancillae del clan Lasombra se unió a los
Brujah y finalmente en 1405 la revuelta se extendió a la península itálica con un golpe tan descomunal como
imprevisto. Tras una disputa particularmente violenta entre los antiguos del Castillo de San Rafael, y de la
que Montano procuró mantenerse al margen, un grupo de anarquistas Lasombra, Brujah y Assamitas
dirigidos por Graciano atacó el refugio del Antediluviano Lasombra en la isla de Sicilia, trasladándose
secretamente desde el puerto de Ostia. La batalla fue feroz y muchos vampiros fueron destruidos, pero
finalmente los cinco anarquistas supervivientes, entre los que se encontraba Graciano, cayeron sobre el
cuerpo aletargado de Lasombra y lo diabolizaron (aunque existen varias dudas sobre si Graciano reclamó o
no su alma). El Antediluviano Lasombra no se despertó ni se defendió, las defensas del Castillo de San
Rafael habían sido superadas, y los defensores se enfrentaron a la elección de rendirse o morir. Montano
evadió la captura y cuando descubrió que sire había sido asesinado, huyó.
Graciano se reunió con los Amici Noctis y les instó a afrontar los hechos. Podían intentar detenerle,
si se atrevían, y si no lo hacían reformaría por completo el clan Lasombra. Los Amici Noctis le escucharon y
lo dejaron actuar, y algunos se unieron a él. Otros decidieron aguardar y observar el curso de los
acontecimientos. Montano y un puñado de sus seguidores eligieron la vía del exilio y la lucha contra los
seguidores de Graciano, convirtiéndose en “antitribu” para el resto del clan.
El clan Lasombra se colapsó y en apenas dos años la mayor parte de los vampiros italianos del clan
habían sido convertidos a la causa, como el arzobispo Giangaleazzo de Milán, expulsados o destruidos. En
los reinos de España, el arzobispo Luis Ambrosio Moncada destruyó a su sire Silvestre de Ruiz en el año
1424 y se unió a los rebeldes, mientras que en El Cairo el sultán Sharif caía ante la rebelión de sus chiquillos.
El mullah Suleimán abandonó Egipto y se convirtió en un antitribu. Los Lasombra se enfrentaron unos a
otros, pero finalmente una gran mayoría decidió seguir el camino de la causa anarquista.
Sin embargo, una vez cumplido su objetivo, Graciano abandonó el liderazgo de la revuelta, dejando
que los anarquistas lucharan entre ellos mismos, y posteriormente se uniría al Sabbat.
De la misma forma que el Abrazo de Graciano suscitó numerosos debates entre los eruditos
Lasombra, la caída del Antediluviano del clan también ha generado bastante desconfianza. Oficialmente la
Camarilla sitúa la destrucción de Lasombra en el año 1405, mientras los anarquistas consideran que ocurrió
en 1483. El Sabbat no dispone de datos fiables al respecto, y lo sitúa en algún momento entre los siglos XIII
y XV. Algunos testigos presenciales aseguran que ocurrió en 1381 y el propio Graciano habla de 1420. Esta
diversidad de fechas hace sospechar de la influencia de una poderosa sugestión mental, tal vez producida por
el propio Lasombra, lo que arroja numerosas dudas sobre su muerte.

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