viernes, 16 de marzo de 2012

De Vermis Mysteriis. introduccion

Nota: Proximamente esparamos publicar el libro original, omitiendo tal vez los simbolos por motivos de seguridad, favor de estar pendientes a futuras publicaciones. Esta entrada es mas una introducción al texto que se espera poner para el conocimiento del lector.



De Vermis Mysteriis.
-Los Misterios del Gusano-

De Vermis Mysteriis (Los misterios del gusano) es un libro de vampiros apócrifo incorporado al ciclo de Cthulhu.

Técnicamente, habría que hablar de De Vermis Mysteriis como un grimorio apócrifo. Su creador fue el escritor norteamericano Robert Bloch, y su primera aparición fue en el relato pulp de 1935 El vampiro estelar (The shambler from the stars), donde uno de los protagonistas alcanza a leer algunas páginas del libro maldito, sumergiéndose en una especie de horror extradimensional.

Esta primera mención de Los Misterios del Gusano involucra una muerte ciertamente curiosa. Robert Bloch, entonces un joven y prometedor escritor, se dirige a H.P. Lovecraft pidiéndole permiso para asesinarlo en el cuento. Lovecraft, no sólo accede, sino que sugiere que el libro mencionado en la historia (The Mysteries of the Worm) fuese volcado al latín, dando como resultado nuestro celebérrimo De Vermis Mysteriis.

H.P. Lovecraft, además, elaboró la primera invocación de Los Misterios del Gusano, la cual Robert Bloch reprodujo prolijamente. La frase en latín es la siguiente:

Tibi, magnum Innominandum, signa stellarum nigrarum et bufaniformis Sadoquae sigillum.

Y significa:

A Tí, el Grande Innominado, Signo de las estrellas negras y sello de reptilíneo Tsathoggua.


El autor de De Vermis Mysteriis:
El creador de este grimorio vampírico -según Robert Bloch- fue Ludwig Prinn, un alquimista y nigromante de finales del siglo XV d.C que había alcanzado una existencia dilatada, presumiblemente al manejar los conjuros del libro. Finalmente fue quemado vivo en Bruselas, Bélgica, a comienzos del siglo XVI.

Robert Bloch desarrolla escabrosamente la captura de Ludwig Prinn, que se produjo en 1271 durante la novena Cruzada. Se afirma que el viejo hechicero, quien había adquirido sus conocimientos nigrománticos en Alejandría, Siria y Egipto, habitaba una antigua tumba romana cerca de Bruselas, la cual funcionaba como templo para sus rituales abominables.


La evolución de Los Misterios del Gusano.
Al principio de su vida apócrifa, Los Misterios del Gusano era apenas un compendio de hechizos y encantamientos que mencionaban extrañas criaturas de un pasado incalculable. Pronto el concepto del libro se fue ramificando de un modo incontrolable. Entonces comienzan a emerger, paulatinamente, toda clase de entidades inconcebibles: Yig, el Oscuro Han, la serpiente Byatis, ésta última desarrollada por Ramsey Campbell.

Rápidamente el mito se desplazó a Egipto, que terminaría por ser la fuente por excelencia de Los Misterios del Gusano. El en relato de 1936: El dios sin rostro (The faceless God), Robert Bloch anuncia el origen egipcio del libro, y lo asocia con el terrible culto de Nyarlathotep. Más adelante, De Vermis Mysteriis adquiere un capítulo aterrador llamado: Rituales Sarracenos (Saracenic Rituals), que relata el nacimiento de los Ghouls, Ifrits, Djinns y otras razas de vampiros de las leyendas árabes.



H.P. Lovecraft y Los Misterios del Gusano.

H.P. Lovecraft poseía una grandeza pocas veces reconocida: adoptar las creaciones del círculo de escritores que lo alababan. De Vermis Mysteriis no fue la excepción, y lo menciona en El morador de las tinieblas (The haunter of the dark, 1935), nada menos que la continuación de El vampiro estelar. Allí se alude a Los Misterios del Gusano como un gastado y terrible volumen oculto en una biblioteca de Providence. Por último, en La sombra fuera del tiempo (The shadow out of time), Lovecraft obliga a su protagonista, Wingate Peaslee, a leer y realizar espeluznantes anotaciones sobre el libro maldito.


De Vermis Mysteriis en la literatura:
No fue éste el final de Los Misterios del Gusano. Sus apariciones en la literatura, más o menos veladas, continuaron salpicando el relato de terror del siglo XX.

Henry Kuttner menciona a una tal Abigail Prinn en El horror de Salem (The Salem Horror), sugiriendo que ésta era descendiente de aquel nigromante quemado en Bruselas. Más explícito, Kuttner menciona a De Vermis Mysteriis en el cuento de 1939, Los Invasores (The Invaders), donde las advertencias sobre el Libro Maldito de los Vampiros son negligentemente desechadas, provocando la ira de las criaturas informes que habitan más allá del tiempo.

August Derleth hizo lo propio al ubicar Los Misterios del Gusano como uno de los grimorios más abominables de la historia en su relato de 1950: La aventura de seis arañas de plata (The Adventure of the Six Silver Spiders).

Para aportar mayor confusión a lo que a esa altura se consideraba como un libro real, Robert Shea y Robert Anton publicaron La trilogía de los iluminatus, que menciona a Prinn y De Vermis Mysteriis como parte de la trama de los Illuminatis.

Stephen King fue, quizá, quien mejor recogió el mito del libro, incluyéndolo como título de su notable cuento: Los Misterios del Gusano (Jerusalem's Lot, 1978), una especie de precuela de la novela de vampiros, El misterio de Salem's Lot (Salem`s Lot).


Las citas podrían extenderse indefinidamente. Tal es la fuerza oscura que sostiene la concepción de este volumen demencial. Un libro apócrifo no se construye con una sola mano. No basta el ingenio de un hombre para dotarlo de fuerza narrativa. Los Misterios del Gusano fue adornado por las plumas más notables del género de terror del siglo XX, y eso se detecta rápidamente al pronunciar secretamente su nombre.

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